Leyenda de la Magnolia


Lirios, Jazmines son las flores que adornaban y dieron perfume a Pocito y entre ellas, se destacó la magnolia y dice la Leyenda:
Hace muchos, muchísimos años, en una finca pocitana, en el Quinto Cuartel, lugar de estada de aves y de visitas inseparables, como los brillantes colibríes, quienes se posaban sobre las ramas de los árboles. Allí vivía un hombre llamado Nicasio, con su mujer y tres hijas.
El cuidaba las aves y sembraba hortalizas.

La monotonía de ese paraje, solo era interrumpido por el color de las flores de la remata, los jazmines y las alegres mariposas que jugaban de flor en flor, mientras el suave viento bailaba sobre las ramas de los árboles. Pero durante tres años seguidos, perdió su cosecha, porque sequías y heladas lo dejaron hasta sin lo indispensable para alimentarse.

La casa se entristeció. Ellos tenían un parral frondoso, donde disfrutaban junto a la naturaleza impregnada de aire puro y sol.

La tristeza invadió el corazón de Nicasio y comenzó a pedir a Dios por sus cosechas, pero de pronto oyó una voz. Apareció un personaje de humilde porte, raídos pantalones pero de voz muy dulce y acento agradable, quien les prometió que él permanecería hasta mejorar  sus cosechas e incentivar el colorido de las flores. Y así fueron creciendo flores nuevas, perfumes distintos y abundante cosecha. La alegría nuevamente invadió la casa y en Nicasio la risa volvió a asombrar a su redonda y brillante cara. Pero en el momento de finalizar la cosecha el visitante le manifestó que había nacido el amor con Rudecinda, hija de Nicasio y que concluía su misión partiría con ella a cumplir la misma misión en otros lugares.

El amor entre ellos había crecido entre perfumadnos jazmines, hasta que decidieron partir. El sellaría su amor junto a Rudecinda, pero en ese mismo momento y cubriéndose con una túnica muy blanca, de exquisito perfume, partieron sin retornar.

El llanto de sus padres riega cada día la casona, donde nació una planta de hojas muy verdes como los ojos de Rudecinda y con una flor pura y blanca, de fragante presencia. Este fue el nacimiento de una flor de alegría y llanto que viviría para siempre como es la flor de la Magnolia.

Por ordenanza municipal del año 1950 se estableció que la magnolia, la cual adorna la Plaza Libertad, fue colocada en honor a Santa Bárbara, para rogar por la atención del agro del Departamento.

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Leyenda de la magnolia. Dibujo Miguel Camporro