Antuña. Apasionados por el verdinegro

Descendientes de un inmigrante español, los hermanos Espartaco y Galileo Antuña, y su sobrino Adolfo Antuña, han sido dirigentes del Club Atlético San Martín. Francisco “Pancho” Antuña, Oscar Antuña, Raúl “Purruco” Antuña y Martín Antuña, son tres generaciones de jugadores que llegaron a la primera de la institución. La historia de una familia fanática del verdinegro.

 Desde hace décadas, las diferentes generaciones de los Antuña son apasionadas por el Club Atlético San Martín. De diferentes maneras, algunos como jugadores, otros como dirigentes, y todos desde las tribunas, han sido protagonistas en la historia del club, sobre todo de su etapa de consolidación y crecimiento.

 

Francisco “Pancho”, “el terremoto” Antuña, fue uno de los jugadores más destacados del verdinegro. Sus hermanos Galileo y Espartaco también fueron conocidos en el club, se desenvolvieron como dirigentes. Trabajaron en la época en que la institución compró la cancha que hoy tiene y vivieron uno de los momentos más duros del club, cuando perdieron todo lo que tenían en la sede, a causa de la Revolución Libertadora. Con estos tres hermanos, Antuña Lucero, comienza la pasión histórica de una familia sanjuanina.

 

Desde Asturias a San Juan

Los Antuña tienen sus orígenes en Asturias, España. Desde allí llegó Adolfo Antuña, a principios del siglo XX. Era albañil, un hombre trabajador. Venía empapado por las ideas comunistas, lo cual de alguna manera sería una herencia para sus hijos y nietos, porque varios se metieron en el mundo de la política y militaron en el Partido Justicialista.

 

En San Juan Adolfo conoció a Julia Lucero, con quien se casó y tuvieron seis hijos: Espartaco, Galileo, Aracelli, Francisco, Corina y Ricardo. El mayor de los hermanos Antuña Lucero nació en 1914 y con solo nueve años comenzó a jugar en San Martín, llegó a estar en primera. Después se sumaron sus otros hermanos varones y fue Francisco el que logró destacarse. “El terremoto” Antuña era un delantero de gran velocidad. Aunque era derecho podía patear con las dos piernas e incluso hacerlo a la carrera. Mientras él jugaba, sus hermanos Espartaco y Galileo estaban en la dirigencia del club, que era su segunda casa. Ambos trabajaban en Chevrolet y cuando terminaban su jornada laboral partían directo a la sede de la institución, sobre calle Mitre, antes de Entre Ríos.

 

1944: Un año crucial

El terremoto de 1944 fue un antes y un después para la provincia, para el Club San Martín y también para la familia Antuña. Ese día Adolfo Antuña estaba trabajando en el techo de la vivienda de su hijo Espartaco, en calle Pedro Echagüe y Santiago del Estero. Se acababa de mudar a esa zona, donde vivieron también otros familiares. A raíz del fuerte movimiento, Adolfo cayó desde el techo y falleció.

Después de la tragedia, Pancho Antuña dejó por un tiempo el verdinegro para irse a San Lorenzo de Almagro, donde estuvo hasta 1946 e integró un equipo histórico de ese club, junto a Imbelloni, Farro, Pontoni y Martino, entre otros. Luego jugó en Atlanta hasta 1953, cuando sus hermanos, que seguían en la dirigencia, lo trajeron de vuelta San Martín.  De regreso fue campeón con la selección sanjuanina de fútbol de la Copa Adrián Béccar Varela, en 1957. Además, luego del terremoto, la dirigencia de San Martín comenzó a trabajar para comprar un nuevo terreno.

 

La nueva cancha

La cancha la tenían en la zona de Avenida Rioja y Chile, muy cerca de la de Atlético, que entonces era su principal rival. Los dirigentes consiguieron que un hombre de Buenos Aires les vendiera la propiedad ubicada sobre calle Mendoza, donde hoy está el club. En esas gestiones estuvieron los hermanos Antuña, que fueron parte de la comitiva que fue a recibir al propietario, que llegó en el tren “El cuyano” un día lunes. El hombre partía el miércoles de la misma semana en la madrugada, así que el martes tenían que tener listo el dinero.

 

Para reunir la plata, vendieron el alambrado de la vieja cancha, las tribunas, incluso 50 centímetros de tierra del nuevo terreno. Aún así no lograron juntar la suma necesaria. Sin embargo, el propietario dijo que cerraban el acuerdo con ese monto. Así fue que se pusieron a trabajar para acondicionar la nueva cancha. Don Lucindo Andino, junto a otros socios, iban en la tarde al club, agarraban la carretilla y se ponían a trabajar con ese fin. 

 

Lo siguieron a todas partes

El estadio que hoy pertenece a la institución fue inaugurado, finalmente, en septiembre de 1951. Aunque el club había dado un gran paso, eran pocos los que seguían con fervor al verdinegro, más aún cuando viajaba para jugar en otras provincias. Entre ellos siempre estaban los Antuña, que más de una vez rompieron autos viajando.

 

El hijo mayor de Espartaco, Walter “Poli” Antuña, era uno de los hinchas que seguía al equipo a todas partes. En una oportunidad viajó a La Rioja en una renoleta, acompañado por dos amigos y por un mecánico. Su padre había mandado a este para que los acompañara, por si tenían algún problema en el camino. Apenas salieron, cuando iban por calle Hipólito Yrigoyen, en la división con Ruta 20, el vehículo se rompió. El hombre se puso arreglarlo y en esa tarea se le rompió el pantalón. Así que el grupo tuvo que volverse hasta Rivadavia, a la altura del Marcial Quiroga, donde vivía el mecánico, para volver a partir rumbo a La Rioja.

 

Probablemente una de las situaciones más difíciles que los Antuña vivieron en el Club San Martín fue en 1955. El 16 de septiembre de ese año se produjo la Revolución Libertadora, que derrocó al gobierno peronista, a nivel nacional y provincial. Fue algo delicado para la institución, ya que su presidente era el gobernador Reinaldo Viviani y dentro de su Comisión Directiva había varios diputados provinciales peronistas: Galileo Antuña, Peñaloza, Mancinelli y Lisandrello, entre otros. Ese día los militares ingresaron a la sede del club, donde estaban reunidos los dirigentes y se llevaron absolutamente todo lo que había en el interior del edificio, la cantina, la lotería, las mesas y sillas. Además, se llevaron detenidos a quienes estaban presentes, uno de los que logró salvarse fue Espartaco Antuña.

 

Los Antuña no solo seguían al verdinegro a donde jugara, sino que además ayudaban a trasladar a las inferiores cuando tenían que jugar fuera de su cancha. Los fines de semana Espartaco y Galileo partían con un camión que tenían para llevar a los jugadores a donde tuvieran que presentarse. El domingo, desde temprano en la mañana, ya estaban en movimiento, trasladando a los chicos o alentando a su equipo.

 

Aparte de su actividad en San Martín, los hermanos Antuña se desenvolvieron en otros ámbitos. Galileo fue diputado provincial y presidente del Club Mocoroa. Por su parte, Espartaco fue uno de los siete accionistas, junto a Rodríguez, Román, Negro, López, Martín y Ortiz, que crearon la firma Autotransportes San Juan, la empresa fue la primera en realizar viajes a Mar del Plata.



Una pasión que atraviesa todas las generaciones

 

» Espartaco se casó con Matilde Peláez y tuvo a su hijo Walter “Poli” Antuña, ha sido director del DIPAB (Dirección  de Información Parlamentaria, Archivo y Biblioteca), fue vicepresidente de la Liga Sanjuanina de Fútbol y uno de sus hijos, Martin Antuña, jugó en la primera de San Martín. Después del fallecimiento de su mujer, Espartaco contrajo matrimonio con Consuelo Suárez y tuvo a Stella Marys “Kity”, fallecida; Nilda, abogada y Olga Antuña, docente.

 

» Galileo se casó con Esther Pastor y tuvo dos hijos: Oscar Fermín, jugó en la primera de San Martín y se radicó en La Rioja y Adolfo Horacio Antuña, que fue presidente de San Martín y hoy es tesorero del club. Él es padre de Raúl “Purruco” Antuña, que jugó en San Martín y hoy es el director técnico de Unión, también dirigió el Palmira de Mendoza.

 

» Araceli “Chela” fue docente y, después del terremoto de 1944, se casó con Enrique “Negro Quique” Quinteros que jugaba en San Martín y fue vendido a Gimnasia de Mendoza. Allí se radicó el matrimonio y tuvieron dos hijos: Mabel y Jorge Quinteros.

 

» Francisco, que además de jugador fue director técnico de Sportivo, se casó con Virginia López, que era hermana de Marcelo López, jugador de Vélez. Ellos fueron padres de Horacio, que es gendarme jubilado; Julia y Mónica Antuña, ambas se casaron con jugadores de Sportivo.

 

» Corina fue docente y se casó con Luis Ara, que trabajaba en el Banco Español. Ellos tuvieron a Eduardo, licenciado en Administración de Empresas y Silvia Ara, docente.

 

» Ricardo fue chapista, se casó con Guillerma Balmaceda y tuvo dos hijos: Flavio, que trabaja en UDAP y Bettina Antuña, que es docente.

     

GALERIA MULTIMEDIA
Galileo Antuña, que fue dirigente de San Martín y diputado provincial, atendiendo en su negocio, en la vieja terminal de San Juan, que tenía ingreso por Mendoza, antes de Libertador y egreso por General Acha Pasando Libertador e ingreso de peatones por Avenida Libertador.
El triunvirato que administró San Martín en 1940. A la derecha en la foto está Espartaco Antuña, que fue tesorero, junto a él está el presidente Sixto Sotelo y Bucar.
1957- Selección Campeona de fútbol. Esta foto tomada en 1957, en la cancha de Vélez Sarsfield, muestra a la Selección Sanjuanina de Fútbol que saliera campeona de la Copa Adrián Béccar Varela, en Buenos Aires. La final se jugó contra Mendoza y nuestra selección ganó 3 a 1, obteniendo el triunfo con un gol de palomita del habilidoso jugador Carlos “Negro” Suero. En la foto posan parados de izquierda a derecha: Leoncio “Burro” Wattren (kinesiólogo), Héctor Velázquez, Catuco Molina, Bustelo, “Camello” Angulo, Mario Pérez, Rogelio Mallea (arquero) y Cuello, quien fuera el director técnico. Abajo: Adelmo Alé (masajista), Francisco (Pancho) Antuña, Carlos Suero, Franklin Riveros, Fernando (Lucho) Vargas y Héctor (Petiso) Lucero.
A la izquierda, en la fotografía, Galileo Antuña en una fiesta familiar.
San Martín viajó a Salta, a fines de los 50, con dirigentes y refuerzos de Peñarol. Entre otros, en la imagen están: el entonces masajista del equipo, Ontiveros; algunos jugadores de Peñarol, como Luna y Velázquez, el doctor Carlos Yanzón, que fue presidente del club, el dirigente Cano, Walter “Poli” Antuña y los jugadores Catuco Molina, Pancho Antuña, Walter Rosini, Oscar Armando Leal, Osvaldo Laprovitola y Vera.
1942 – Carnaval en el Club San Martín. María Ester Orzanco fue electa reina en el baile de carnaval realizado en 1942 en el Club San Martín. En la foto aparecen entre otros Juan Carlos Sotomayor, Consuelo Suárez, Espartaco Antuña y Antonio Gómez.
Martin Antuña, Marcelo Antuña, Daniel Antuña, Sandra Antuña y su padre, Walter “Poli” Antuña.
Martin Antuña, de la cuarta generación de la familia, fue uno de los Antuña que llegó a la primera de San Martín.
Adolfo Antuña, el inmigrante asturiano que junto a Julia Lucero dio origen a esta familia.
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