Kuchen. La familia con orígenes tamberos que echó raíces en San Juan

 El apellido Kuchen en San Juan está asociado a varios ámbitos: la Universidad Nacional de San Juan, el socialismo y el teatro. Benjamín Kuchen fue rector de la UNSJ y candidato a gobernador. Su hijo Benjamín fue secretario de la Juventud Socialista y sus hijos Ernesto y Guillermo se desenvuelven en el teatro.

 

Desde las montañas suizas Johan Kuchen y su esposa María Kempfen vivían en Laax, un pueblo montañés dentro de los Alpes Suizos. El matrimonio tenía once hijos cuando decidió dejar ese país para migrar a Argentina. Allí la familia se dedicaba a la agricultura y fue gravemente afectada por una sequía. Las complicaciones generadas por el clima, sumadas a la promoción que hacía el gobierno argentino para atraer inmigrantes que trabajaran sus tierras, permitió que Johan y María se instalaran en la provincia de Santa Fe. Llegaron aproximadamente en 1870 y fueron los primeros Kuchen que ingresaron al país. Años más tarde arribaron otras dos familias con el mismo apellido, ambas oriundas de Alemania. Uno de los hijos que llegó con Johan era Benjamín Kuchen, que entonces tenía siete años. Este sería el padre de Bernardo Kuchen y el abuelo de Benjamín Kuchen, quien años más tarde sería el primero de la familia en radicarse en San Juan.


En el departamento Las Colonias, relativamente cerca de la ciudad de Santa Fe, al igual que muchos inmigrantes suizos, los recién llegados recibieron algunas hectáreas y vacas, como parte de la política de promoción de la inmigración del gobierno argentino. Johan se valió de ese capital para comenzar a producir leche. Él fue el primero de varias generaciones familiares de tamberos. En esa época en Argentina el ganado se utilizaba especialmente para obtener la carne y el cuero, pero con la nueva mano de obra comenzó a desarrollarse una cultura láctea, incorporando a la alimentación leche, queso, manteca y crema. Los Kuchen fueron parte de los formadores de esa cultura y distintos integrantes de la familia formaron cooperativas. Uno de los nietos de Johan, Juan, fue cofundador de Sancor y otro nieto, Bernardo, fue presidente de la cooperativa láctea La Angelita. El abuelo Benjamín Kuchen se casó con María Binner. De allí viene el parentesco de la familia con el ex gobernador de Santa Fe Hermes Binner, que era sobrino nieto de María. Uno de los hijos de los Kuchen Binner fue Bernardo, quien contrajo matrimonio con Ana María Albrecht. Con este matrimonio continúa la historia. Ellos tuvieron nueve hijos: Ana María, Inés Teresita, Rita Esther, Beatriz Elena, Bernardo Segundo, Ernesto Roberto, Rosa Emilia, Selma Juana y Benjamín Rafael.


Tambero y corredor Bernardo siguió con la actividad de su abuelo y su padre, tuvo un tambo en el departamento Las Colonias, concretamente en la colonia Santa María Norte. Allí producía leche que luego llevaba a una cooperativa donde producían crema, esta a su vez la vendía a otra cooperativa mayor como Sancor o Angelita, donde elaboraban manteca y quesos. Inicialmente ordeñaban las vacas todos los días, dos veces por cada jornada. Por supuesto en ese tiempo no utilizaban ningún tipo de máquinas sino sus propias manos. A las de Bernardo se sumaban las de sus hijos, que a partir de los diez años se incorporaban a las distintas tareas del tambo. También las mujeres estaban incluidas en este trabajo. Por eso para las familias de la época era importante tener varios hijos; esto suponía la posibilidad de mayor poder económico. Bernardo fue creciendo, incorporando más campos, y se propuso dejarle a cada uno de sus hijos un tambo, algo que con los años pudo concretar.

Aparte del tambo, Bernardo tuvo otra actividad. Fue muy deportista, jugó al fútbol en el Club Unión de Santa María y corrió a pie, hizo atletismo, compitió en moto y luego en auto con un Buick modelo 1931. En la época en la que corría, las carreras se hacían en los caminos rurales y en las calles de tierra de los pueblos, los automóviles eran rudimentarios, con motores potentes, pero exentos de la estabilidad y seguridad que tienen hoy. Es más, no tenían cinturones de seguridad y en esos años no era ni regla ni costumbre utilizar casco. Así que el deporte era arriesgado y Bernardo lo vivió en carne propia. Teniendo ya a sus nueve hijos sufrió un vuelco junto a su copiloto. Los autos en los que corrían no tenían capota, a él le cayó el vehículo encima y, afortunadamente, llevaba un pequeño casco blanco. Una anécdota especial fue que el primer auto en el que corrió el reconocido piloto de automovilismo Carlos Reutemann fue el de Bernardo Kuchen. Él era muy amigo del padre de Carlos, además de que su hijo Benjamín fue compañero de escuela del corredor. En ese entonces Reutemann tenía entre 14 y 15 años y con el coche fue desde San Jerónimo hasta Esperanza.


Del colegio jesuita a electrónica
La historia continúa con el menor de los Kuchen Albrecht, Benjamín. Él comenzó a ir a la escuela cuando su familia dejó el campo para irse a vivir a San Jerónimo Norte. Como le pasó a su padre, lo mandaron a estudiar a un seminario en Rosario, porque allí tenía un tío cura. A raíz de ciertos conflictos porque no lo dejaban salir, su madre decidió sacarlo de ese lugar e ingresó como interno al colegio de la Inmaculada en Santa Fe, que era de los jesuitas. Él siempre agradeció esa decisión de su madre, a quien veía como una mujer extraordinaria, que tuvo a sus nueve hijos en diez años. Si bien trabajaba permanentemente dentro de su casa, a Ana María en el pueblo la conocían por su generosidad. En el colegio jesuita Benjamín quedó deslumbrado con la física y las actividades del laboratorio, así que cuando terminó la secundaria tenía claro que quería estudiar ingeniería y optó por una de las ramas que era toda una novedad, la electrónica.

 

Para hacer su carrera universitaria se instaló en Córdoba y vivió en un departamento junto a su hermano Ernesto. Al lado de ellos, con un pasillo de por medio, había un colegio de monjas, donde vivían chicas universitarias. Los hermanos Kuchen tenían muy buena relación con ellas, de hecho las religiosas solían pedirles ayuda para arreglar el calefón, la plancha, o cualquier otra cosa que se les rompiera. Por eso estaban invitados a las “fiestas” que ellas organizaban. Fue en uno de esos acontecimientos sociales que Benjamín entabló relación con Amalfi Vaquero. La cercanía del departamento y el colegio de monjas les permitió estar en permanente contacto a través de un medio de comunicación que ellos mismos armaron con piola y una lata, en cuyo interior se enviaban mensajes. Así coordinaban para juntarse en el café Portofino, que era el principal punto de encuentro. Ella comenzó estudiando agronomía, pensó que sería su camino porque le gustaba mucho el campo, pero se dio cuenta de que no y optó por trabajo social.


Al finalizar sus estudios en la Universidad Católica de Córdoba, en 1967, Benjamín obtuvo una beca de Holanda, a donde fue solo. Dos años más tarde consiguió una beca en Alemania. Allí hizo su doctorado en Ingeniería y viajó junto a su esposa, Amalfi. Ocho meses antes de regresar a Argentina tuvieron a su primer hijo, Ernesto. Al volver, a Benjamín le propusieron trabajo en Córdoba, Buenos Aires y San Juan. En este último lugar la oferta laboral llegó con Carlos Graffigna, entonces decano de la Facultad de Ingeniería de la recién nacida Universidad Nacional de San Juan. Antes de venirse con su mujer y su hijo, en una misión de avanzada, Benjamín le pidió prestado un 128 nuevo a uno de sus hermanos y vino a conocer San Juan. Pasando la localidad de Milagro, en La Rioja, quedó atrapado en el camino de ripio entre dos badenes que estaban cubiertos de agua por una crecida. Afortunadamente no se encontraba solo, en la misma condición estaba una familia sanjuanina que viajaba en un rastrojero y que le compartió su comida, porque tuvieron que pasar la noche en el lugar, esperando que bajara el agua. No parecía fácil llegar a San Juan.


Arraigados al oeste
A pesar del traspié inicial, en 1975 los Kuchen se instalaron en la provincia y echaron raíces. Amalfi comenzó a estudiar sociología; tiempo después llegó su segundo hijo Guillermo, y diez años más tarde Benjamín. Un punto de inflexión para la familia fue un accidente que vivió en 1981, en Villa Mercedes, San Luis. Un vehículo los impactó y Amalfi quedó grave, mientras que los chicos, quienes entonces eran Ernesto y Guillermo, no sufrieron mayores lesiones. Tenían 7 y 4 años y como su madre necesitaba un largo tiempo de recuperación, vivieron en Río Cuarto cuidados por su familia materna. Después de sobrevivir al accidente todo pasó a segundo plano y el compartir momentos juntos fue una constante para los Kuchen. Durante mucho tiempo no tuvieron televisor y disfrutaban las noches juntos, mirando las diapositivas de los viajes de Amalfi y Benjamín, y escuchando las anécdotas de la vida en Alemania. En los 90 los cinco vivieron en Madrid durante un año, por trabajo de Benjamín padre en la universidad. Estando en Europa viajaron durante un mes en carpa por distintos países. Más de una vez no encontraban lugar para acampar y pasaban la noche en el auto, con dificultades pero disfrutando de cada momento.


Cuando en 2002 Benjamín fue electo rector de la Universidad Nacional de San Juan, después de haber sido director del Instituto de Automática de la Facultad de Ingeniería, la vida familiar cambió mucho. La vida social se incrementó. De repente la casa se convirtió en la sede de las reuniones universitarias. El que vivió intensamente ese período fue el menor de los hermanos, Benjamín, que atraído por las discusiones políticas comenzó a militar en el socialismo. Cuando Benjamín padre terminó con su tercera gestión como rector también se sumó al partido socialista y en 2016 fue candidato a gobernador. Aunque todos los hijos se formaron en carreras universitarias técnicas, Ernesto estudió arquitectura, Guillermo igual y Benjamín agronomía, en la familia comenzó a desarrollarse una veta artística, que no era inesperada. Las tías y tíos Kuchen integraban el elenco teatral del pueblo de San Jerónimo Norte de Santa Fe, además tocaban el piano. En la casa familiar tenían dos de esos instrumentos, y algunas incluso cantaban. Guillermo y luego Ernesto comenzaron a incursionar en las tablas después de los veinte años. Los dos se iniciaron con Juan Carlos Carta. Ernesto se dedicó sobre todo a la improvisación y Guillermo se formó con importantes referentes en Buenos Aires. Entre otros trabajos, actuó en la obra “La gran magia” junto a Víctor Laplace y Gustavo Garzón y en la película “Revolución, el Cruce de los Andes”. De los hijos de Benjamín Kuchen y Amalfi Vaquero:
» Ernesto se casó con María Belén Guzmán y tuvieron a: Valentina, Victoria y Vera.
» Guillermo se casó con Natalia Mallamaci y tuvieron a Sofía, Emilia y María.
» Benjamín se casó con Victoria Pignatari y tuvieron a Camilo. Aunque los Kuchen abrazaron San Juan desde el primer momento, siguieron en contacto con su familia de Santa Fe. Allá forman parte de una cooperativa y en San Juan, sobre todo por iniciativa de Benjamín hijo, incursionaron en la vitivinicultura y comenzaron a elaborar su propio vino.

 

Publicado en El Nuevo Diario el 26 de agosto de 2016

      


GALERIA MULTIMEDIA
La graduación de Benjamín Kuchen en Córdoba, el 12 de septiembre de 1967. De izquierda a derecha: Bernardo Kuchen, Benjamín Kuchen, su compañero de curso Ivanno Bonamicci y Ana María Albrecht
Por la formación de Benjamín Kuchen, su familia vivió en algunos períodos en el exterior. En esta foto está junto a su esposa Amalfi Vaquero en la Península Escandinava, en 1971.
Los años de doctorado en Alemania, en 1974. En la foto está Benjamín Kuchen junto a su esposa Amalfi Vaquero.
La familia Kuchen en el pueblo de Santa María, Santa Fe. Allí nació Benjamín Kuchen Albrecht. En la imagen están él, sus tres hijos, nueras y nietos.
Ernesto, Benjamín padre, Guillermo “Guillo” Kuchen y Amalfi Vaquero en Ullum, en 1982.
Benjamín Kuchen de niño en su provincia natal, Santa Fe. La foto es de 1946.
Amalfi Vaquero en Alemania, donde vivió junto a su esposo Benjamín Kuchen. La foto es de 1973.
Familia Kuchen: Amalfi Vaquero en Córdoba. La foto es de 1967.
Los Kuchen Vaquero en Holanda, en 1992. De izquierda a derecha Ernesto, Guillermo “Guillo” Benjamín padre, Benjamín Kuchen hijo y Amalfi Vaquero.
Los hermanos Kuchen Vaquero: Ernesto, Guillermo “Guillo” y Benjamín.
Benjamín Kuchen el día que hizo su primera comunión.
Los Kuchen Vaquero. Amalfi Vaquero, su esposo Benjamín Kuchen y sus hijos: Guillermo, Benjamín y Ernesto.
La familia completa. En la foto están Benjamín Kuchen, su esposa Amalfi Vaquero, sus tres hijos, nueras y nietos.