Falcón Ferreiro. Entre la medicina, el derecho y una apasionada militancia

 Antonio Falcón Nebro fue médico cirujano y director del Hospital Rawson, además de militante de la Unión Cívica Radical. Entre sus hijos está el reconocido médico psiquiatra Gustavo Falcón; Antonio Falcón, abogado con una intensa actividad dentro de la UCR, y la contadora Patricia Falcón.

El Falcón que llegó de Brasil
La historia de los Falcón en San Juan se remonta a fines de la década de 1910. En esa época llegó a la provincia Antonio Falcón. Era un hombre joven, soltero, que vino solo desde la ciudad de Santos, ubicada en el estado de San Pablo, en Brasil. Allá quedaron sus parientes, aunque aparentemente los orígenes de la familia están en el límite entre Portugal y España. Hasta la actualidad en Brasil hay parientes de este hombre con apellido Falcón y Falcao.
Antoniono hablaba portugués, pero si adoptó como propios dos elementos esenciales de la dieta brasileña, el arroz y las bananas. Esa fruta era su debilidad, y más de una vez terminó internado por atracones, podía comerse más de una docena en una hora. En San Juan élse casó con Lola Nebro, inmigrante como él, aunque ella venía de Valencia. Él era un hombre alto, de gran contextura física y hasta sus últimos días, aun con su cabeza blanca, conservó su abundante cabellera. Lola era mucho más baja que su marido y tenía ojos color celeste bien penetrantes. El matrimonio vivió sobre calle España, frente a las estaciones de ferrocarril. Esa ubicación era esencial para su trabajo, ya que tenía una distribuidora de frutas, verduras y bebidas. Cargaba la mercadería en la estación Manuel Belgrano para recibirla en Buenos Aires y comercializarla en esa provincia.

Del Nacional y el Verdinegro a la UBA y Huracán
Antonio y Lola tuvieron cuatro hijos: Antonio, Lola, Isabel y Oscar. La historia continúa con el mayor de ellos, que nació en 1927. En su secundario, Antonio ingresó al Colegio Nacional y allí entró en contacto con quienes se convertirían en importantes líderes políticos, entre ellos Ricardo Colombo, Mario Gerarduzzi, Américo García, que llegaría a ser gobernador, e importantes figuras del bloquismo, como Leopoldo Bravo. Así comenzó a sembrar sus primeros pasos en lo que más tarde sería su militancia dentro de la Unión Cívica Radical. Además, aparte de ir a la escuela, él disfrutaba de la que fue una de sus grandes pasiones, el Club Atlético San Martín, donde jugó en la séptima división.
Al terminar la escuela decidió estudiar medicina en la Universidad de Buenos Aires. Mientras cursaba ayudaba a su padre con la comercialización de la mercadería que enviaba desde San Juan, y además, fue ayudante en la cátedra del reconocido cirujano Ricardo Finochietto. Una vez recibido, trabajó como médico del Club Atlético Huracán en tiempos gloriosos para la institución. Fue en esos años que llegó el técnico César Luis Menotti, que a su vez trajo al grandioso delantero René Houseman, quien ingresó al equipo del globo con solo catorce años. En esa misma época hizo su residencia como médico cirujano, donde llegó a inventar varias herramientas para las cirugías. Como residente conoció a quien sería su compañera y esposa, Nélida Ferreiro.

El aporte gallego
Nélida era obstetra, hija de inmigrantes gallegos. Su madre era María Lamas, venía de Orense, y su padre Rogelio Ferreiro, venía de la Coruña y dejó su país después de que los franquistas lo obligaran a ver el fusilamiento de su propio hermano. María y Rogelio viajaron en el mismo barco desde España a Buenos Aires, pero no fue allí donde se conocieron, sino tiempo después, una vez instalados en Argentina. La embarcación en la que cruzaron el Atlántico tenía una primera parada en Cuba, luego en Brasil y el puerto bonaerense era el último. Cuando estuvieron en Cuba, aparentemente por desesperación, el hermano de María se lanzó del barco y nunca más lo volvió a ver. Décadas más tarde sabrían que su hijo era el reconocido actor Fernando Lamas, padre de otro actor, Lorenzo Lamas.
Cuando se casaron, Antonio y Nélida decidieron dejar la capital del país y radicarse en la tierra de los Falcón, San Juan. Acá él fue médico del club verdinegro durante veinte años, en forma gratuita. Además, fue médico del Frigorífico Saisa, que tenía al menos 150 empleados y fue teniente médico de Gendarmería. Luego ingresó al gran amor de su vida, el Servicio de Urgencias del Hospital Guillermo Rawson, en donde llegó a ser jefe por concurso y luego fue director del hospital.


Antonio y Nélida tuvieron tres hijos: Antonio “Nito”, Ronald Gustavo y Patricia. Siguiendo un camino similar al de su padre, Ronald estudió medicina y eligió como su especialidad la psiquiatría. Se radicó en Buenos Aires, donde es un reconocido profesional de su área y llegó a ser el director del Hospital de Emergencias Psiquiátricas Torcuato de Alvear. Además, allá tuvo dos hijos: los mellizos Pablo y Mariana Falcón. Patricia se recibió de contadora en San Juan y luego se radicó en Río Cuarto, provincia de Córdoba. El relato sigue con el hermano mayor de los Falcón Ferreiro, que fue el único de los tres que quedó en San Juan.

Una pasión compartida
El terremoto de 1977 fue una de las experiencias más fuertes que compartieron Antonio padre e hijo. En esa época Antonio (h) estaba en el último año del Colegio Don Bosco y pensaba en ser médico como su padre.

El día del terremoto Antonio (p), que así como era exigente consigo también lo era con sus hijos, llevó a Nito a la escuela como si se tratara de un día igual a cualquier otro y se fue a trabajar al hospital. Estaban al tanto de lo que sucedía gracias al programa El Moscardón, que conducían por Radio Colón Rony Vargas y Mario Pereyra.

Por supuesto las clases estaban suspendidas, así que Nito se fue al nosocomio y comenzó a ayudar a su padre en lo que podía. Apenas tuvo oportunidad se coló, sin que su papá lo supiera, en una de las ambulancias en la que viajaron a Caucete para ayudar al que fue el departamento más afectado. La mitad de la plaza departamental quedó un metro hacia abajo. Recuerda que cuando pararon allí, detrás de ellos llegó una camioneta de canal 9 de Mendoza y que el periodista lloraba por lo conmovido que estaba. Después regresaron al Hospital Rawson y Nito se ocupó de ayudar a llevar los cuerpos a la morgue, como la medicina estaba en sus planes no tenía miedo a ese trabajo.

Después del terremoto Antonio (p) elaboró un plan de defensa civil basado en el sistema de salud para futuras posibles catástrofes similares a la de 1977. Era tan exigente consigo y su trabajo, que solo tomaba alcohol en una de las dos fiestas de fin de año. Además, siempre practicaba costuras utilizando una caja grande de fósforos. Allí metía sus dedos, un hilo y practicaba costura sin ver. Trabajó al frente de Urgencias del Rawson mientras su seguridad se lo permitió. En homenaje a su intensa labor, la sala de cirugía del hospital Rawson lleva su nombre.


El desafío de estudiar en plena dictadura
Con la firme idea de seguir medicina, Nito se fue a Mendoza a hacer el cursillo en la Universidad Nacional de Cuyo. Eran tiempos agitados en la casa de altos estudios, porque estaban en plena dictadura militar. Los militares tenían la ciudad universitaria tomada y con frecuencia tiraban a los estudiantes al piso y les pedían su documentación. Además, en alguna oportunidad, regresando en colectivo desde la provincia vecina, los detuvo un operativo móvil que los dejó al costado de la ruta prácticamente durante una hora. El sanjuanino rindió el cursillo y quedó dos lugares afuera después de la lista que logró ingresar. Le ofrecieron estudiar ingeniería en Petróleo pero no aceptó y regresó a San Juan. La dictadura era mucho más severa en Mendoza, así que el resultado en el examen más esa difícil realidad política y social lo condujeron a optar por otra carrera, abogacía.

Se formó en la Universidad Católica de Cuyo y aunque la institución no tenía centro de estudiantes, a su manera comenzó a militar, siguiendo no solo el camino de su padre, sino también, de otra manera, el de su tío Rogelio Ferreiro, que era del Partido Conservador Popular, cercano al peronismo.
Los últimos años de la dictadura fueron de intensa actividad para Nito. En 1982, después de que terminara la Guerra de Malvinas, se afilió a la Unión Cívica Radical con Domingo “Chuzo” Usin. Ese día llegó a su casa y durante el almuerzo contó que se había afiliado en un partido. Se hizo un silencio y su padre respiró aliviado cuando supo que era a favor del partido fundado por Leandro Alem. Los que no estaban muy contentos eran el hermano de su madre, que era presidente del Partido Conservador Popular, y su abuelo Rogelio Ferreiro. En esa misma época, participó de lo que fue la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, donde recibieron las primeras denuncias de torturas de San Juan. Esto era en calle Santa Fe, entre Sarmiento y Entre Ríos y frente al lugar solía apostarse algún auto FORD Falcón, pero hacían todo para cuidar los nombres de quienes iban a denunciar.



Desde la UCR, en defensa de la democracia
La democracia era algo tan esperado que, una vez recuperada, Nito pensaba que había que defenderla sobre todas las cosas. En especial durante el levantamiento en la Semana Santa de 1987, cuando el entonces teniente coronel del ejército Aldo Rico encabezó un alzamiento militar que puso en riesgo lo que tanto costó conseguir. Nito recuerda que en esos días muchos militantes de su propio partido se fueron a Uruguay, para cuidarse de un posible nuevo golpe. Mientras, él y otros jóvenes se pusieron a disposición del dirigente Miguel Moragues. Él les dijo que lo principal era que los militares no se apoderaran de los medios de comunicación y les ordenó que tomaran Radio Nacional para resguardarla. Como sabían lo que habían sufrido muchos jóvenes militantes durante la dictadura del 1976 andaban armados para defenderse en caso de un encuentro con los militares, pero las armas que tenían eran viejas. Después de tomar la radio, junto a jóvenes de otros partidos se apostaron frente a la Legislatura Provincial para marcar la defensa, pero el levantamiento militar no prosperó en San Juan. Ellos lograron seguir con la actividad política normal y los radicales que se habían escapado pudieron retornar.


Desde entonces Nito se dedicó con fervor a la Unión Cívica Radical, además de su actividad como abogado penalista. Ha sido vicepresidente de la UCR, delegado al Comité Nacional, presidente del Comité Capital y secretario de la Convención reformadora de la Constitución provincial de 1986. Además fue concejal de la Capital en el período 91-95, secretario de Gobierno de la Ciudad en el 99 y candidato a diputado nacional en 2005 y 2015. Además, de su labor en el derecho y la política, Nito está casado con Patricia Fraifer, odontóloga, llegó a ser jefa del Departamento de Odontología del Ministerio de Salud Pública de la provincia. Además, es padre de Leandro Antonio, Javier Hugo y María Daniela Falcón.

La siguiente es una nota publicada en El Nuevo Diario, edición 1731 del viernes 29 de julio de 2016.

 

YA RECUPERADO, EL DIRIGENTE RADICAL NITO FALCÓN HABLÓ DE SU ENFERMEDAD

“Tras dos años de lucha ya no tengo cáncer”

 

 El año pasado fue precandidato a diputado nacional por Cambiemos, en plena lucha contra un cáncer de vejiga. Aunque esa hazaña le costó los retos de su mujer, hoy agradece haberse recuperado y cuenta cómo atravesó su enfermedad.

 

Fumar, ser hombre y de raza clara. Antonio “Nito” Falcón cumplía con todos los factores que aumentan el riesgo de padecer cáncer de vejiga. Así que cuando recibió el diagnóstico hace dos años, no estuvo entre los que se preguntan ¿por qué a mí? Sin embargo, el golpe fue duro para el abogado, que tiene más de 30 años de profesión, es padre de tres hijos y está casado con Patricia Fraifer, su fiel compañera en la batalla contra su enfermedad. Además, en pleno duelo, el dirigente radical aceptó ser precandidato a diputado nacional con el frente Cambiemos.

 

“Hacía mucho que no me levantaba y podía decir Dios gracias por un nuevo día”, cuenta Nito, ya recuperado del cáncer. Estuvo en La Ventana y habló de cómo vivió su enfermedad, lo que cambió, la relación con quienes estaba enemistado y su vida ahora.

 

— ¿Cómo estás ahora?

—Muy bien gracias a Dios. Hace dos años me detectaron cáncer. Fue un golpe y un cambio en mi vida, las primeras 48 horas creí que no me iba a poder levantar. Y uno se levanta por muchas cosas, pero principalmente por la contención familiar. Mi esposa estuvo permanente. Pasé varias pausas, hasta sufrí problemas políticos.

 

—En medio de tu enfermedad participaste en las elecciones del año pasado.

—Enfrenté las elecciones y aparte Cristina (Fernández de Kichner, la expresidenta) cerró la importación y dejé de tener la droga que me proveía Obra Social Provincia. Tuve que cambiarla por otra, no me sirvió y tuve que volver. Aprendí a reconocer la importancia de los amigos y cuando me venía abajo, Patricia estaba ahí. Comprendí que San Juan está muy preparado para estas situaciones y caí en muy buenas manos. Le agradezco a mi cuñado y médico de cabecera, (Rubén) Fraifer; al cirujano (Javier) Pascual y a (Mauricio) Lirussi.

 

—¿Te has hecho nuevos estudios?

—Hace quince días volví a hacerme los estudios y ya no tengo cáncer. Frente a todas las leyendas que existen, Obra Social Provincia se comportó más que bien conmigo. Además participo de redes sociales de enfermos, donde nos vamos dando ánimo. Lo importante es pararse, sentirse rebelde frente a la enfermedad.

 

—A veces hablamos demasiado mal de nuestro país, cuando acá el enfermo de cáncer está contenido.

—Sí, y hablamos mal de nuestra provincia. Yo también hice una consulta en Buenos Aires y de allá vine con una felicitación para mis profesionales. Lo que también me sirvió fue hablar, no oculté mi enfermedad y esto hizo que colegas y amigos consultaran.

 

—La campaña electoral del año pasado, ¿te la bancaste?

—Eso me lo banqué, fue más difícil bancarme los retos de mi señora por haber agarrado la candidatura. Voy a repetir una frase que me dijo el escribano Fagale: “en la vida se trata de morir joven lo más viejo posible”.

 

—¿Cómo cambió tu vida?

—Totalmente, para mi desapareció lo urgente y ocupa un gran lugar lo necesario.

 

—¿Te sentís más libre?

—Has dado la frase justa. Lo que antes me presionaba ya no me presiona y lo importante son los afectos. Cuando hacés el tratamiento, sin los afectos no se tolera. Y después me di cuenta que tenía que empezar a reírme del tema.

 

—¿Cómo a reírte?

—Una vez íbamos caminando con mi cuñado por Buenos Aires, hacían promoción del perfume Zodiaco y una señorita me preguntó ¿de qué signo es? “Ahora de cáncer”, le dije. Hay que ser rebelde contra la enfermedad, darse cuenta de que hay soluciones médicas, debo decir que también he tomado algunas plantas medicinales, pastillas medicinales que ya están en San Juan.

 

—¿Al tema hay que hablarlo?

—Si y nunca pregunté por qué a mí, sino por qué no a mí, había hecho todo lo necesario para tener este cáncer. Soy un fumador y cuando me pongo a leer en Google me doy cuenta que el cáncer de vejiga les da el doble que el de pulmón a los fumadores, que a los hombres les da el doble que a las mujeres y que a los de raza blanca les da el doble que a los de raza oscura. Me puse en manos del médico y soy creyente. Es cierta esa frase que dice “cuando se cae el avión uno se vuelve más creyente”.

 

—¿Sos creyente o religioso?

—Soy creyente. Soy ex alumno de Don Bosco, por lo tanto María Auxiliadora tiene un lugar muy importante. Además en mi época el nombre tenía que ver con un santo, san Antonio para mi es importantísimo. Él me casó y ahora me curó y el Cura Brochero también. Aparte de las cadenas de oración. Soy católico pero también de otras iglesias hacían oración por mí y me siento agradecido. Por eso puse un día de atención totalmente gratuito, porque tengo que devolver todo lo que hicieron por mí.

 

—¿Te hicieron quimioterapia?

—Es una suerte de quimio, es una BCG, es más fuerte, viene desde Dinamarca y la da sin costo alguno la Obra Social Provincia.

 

—En la política la gente muchas veces termina distanciada. ¿Hubo alguien a quien le pegaste un llamado para decirle “no tenemos que estar distanciados?

—Sí y algunos me pegaron un llamado. Después de todo sino junto plata para qué voy a juntar bronca. Además me acerqué mucho a personas que pasan por esto para acompañarlas. En toda esta cuestión hay un día D, el día del resultado de los análisis y cuando empezás el tratamiento. Ese día, sino hubiera sido por mi señora, no me bajo del auto.

 

—Se te aflojaron las piernas.

—No quería. La segunda vez salí del tratamiento y dije “la verdad que no es tanto”. Claro, no es tanto los quince minutos, hay que pasar las dos horas, ahí uno se da cuenta. Pero valió la pena, hacía mucho que no me levantaba y podía decir Dios gracias por un nuevo día. Vale la pena vivir.



 

                  

GALERIA MULTIMEDIA
Antonio “Nito” Falcón junto a su esposa, Patricia Fraifer, en una de las cenas del Foro de Abogados.
Nito Falcón junto a sus padres, Antonio Falcón Nebro y Nélida Ferreiro.
Nito Falcón jurando en el Foro de Abogados, después de recibirse.
Los hermanos Falcón en el casamiento de Patricia Falcón: Ronald Gustavo, Patricia, su esposo, Eduardo Solimei y Nito.
Antonio “Nito” Falcón de niño junto a su madre Nélida Ferreiro.
De niño, quien sería abogado y militante de la UCR, Nito Falcón.
Antonio “Nito” Falcón asume como concejal de la Municipalidad de la Capital, en la década del noventa.
El casamiento por civil de Nélida Ferreiro, quién está sentada firmando el libro de registro civil de matrimonio, detrás su esposo Antonio Falcón Nebro.
Antonio “Nito” Falcón, abogado y militante de la UCR junto al fallecido ex presidente radical Raúl Alfonsín.
Antonio “Nito” Falcón, abogado y militante de la UCR junto al fallecido ex presidente radical Raúl Alfonsín.
Nito Falcón junto a sus tres hijos, Javier Hugo, Daniela, Leandro Antonio y su esposa Patricia Fraifer.
Leandro Antonio Falcón, Daniela Falcón, Nito Falcón, Patricia Fraifer y Javier Hugo Falcón.
Antonio “Nito” Falcón como secretario de la Convención reformadora de la Constitución provincial de 1986.
Nito Falcón en la sesión inaugural de la Convención Constituyente que reformó la constitución provincial de 1986. Con 25 años fue el más joven de la convención. En la foto también están Mario Gerarduzzi y Miguel Moraguez.
Antonio “Nito” Falcón.
Los tres hijos de Antonio “Nito” Falcón: Leandro Antonio Falcón, Daniela Falcón y Javier Hugo Falcón.
Parte de la familia Falcón Ferreiro. Antonio Falcón Nebro, sus hijos Patricia y Antonio “Nito” Falcón y su esposa Nélida Ferreiro.
Parte de la familia Falcón Ferreiro. Antonio Falcón Nebro, sus hijos Patricia y Antonio “Nito” Falcón y su esposa Nélida Ferreiro.
En una particular sesión de fotos de época, Nito Falcón junto a su esposa Patricia Fraifer.
Antonio Falcón, acompañado de su esposa Patricia Fraifer, en el programa La Ventana.