Daniel Ahún (animador sociocultural, arquitecto. Agricultor y cantante): “Cuando la cultura refunda pensamientos sociales, comienza a ser peligrosa”

Es conocido por ser la voz masculina de la canción de la Fiesta Nacional del Sol 2009 y uno de los Solistas de San Juan; sin embargo, desde hace cerca de 15 años lleva adelante un proyecto sociocultural en 25 de Mayo, en la finca donde vive y junto a obreros rurales, donde promueve la democratización de la cultura.

Su papá fue dos veces intendente. Su mamá, una docente preocupada por lo social que fundó escuelas en la zona donde vivían: Caucete. Dice el refrán popular que lo que se hereda, no se roba; y con semejante herencia, Daniel Ahún difícilmente podía escapar al mandato. Animador socio cultural, arquitecto, agricultor ecológico y cantante, desde el 2008 su nombre comenzó a ser reconocido.  Primero fue la voz del tema “San Juan de antaño” (de Mario Zaguirre), leiv motiv del cuadro del terremoto en la Fiesta del Sol ’08 y en la gala del 9 de Julio, debutó como integrante del proyecto Solistas de San Juan que lleva adelante la Secretaría de Turismo, Cultura y Medio Ambiente de la Provincia —junto a Zaguirre, Kuky Vega y Gustavo Troncozo, en voces, y Rolando García Gómez en guitarra, Gokú Illanes en percusión y David Capdevilla en bajo —. Pero además, este año fue elegido para ser la voz masculina de la canción oficial de la Fiesta del Sol, llamada “La estrella de los Andes”, junto con Mili Yacante.
Sin embargo, la carrera de Daniel comenzó hace muchos años, cuando cantaba en el coro de la iglesia de Caucete y luego en una banda de rock, pero además, desde hace cerca de 15 años, desarrolla un proyecto sociocultural en su finca de 25 de Mayo, llamado Pueblarte, en el que trabaja junto a los obreros rurales de la zona, en la búsqueda de la democratización de la cultura.

— ¿Cuando decidiste armar Pueblarte, llevar a la realidad tu forma de vida?
— Trabajé con municipios e instituciones y siempre veía una falla: cuando las cosas están demasiado de paso, no hay formación de recursos humanos, entonces siempre tenía que empezar de nuevo. En ese momento pensé: tengo que armar algo, si es mío mejor, donde si yo le enseño algo a un chico de 8 años, cuando tenga 18 pueda seguir aplicándolo.
Porque la cultura tiene que ver con el tiempo, además del financiamiento para hacerla. A estos chicos que están acá, no hace falta decirles nada, porque ya lo vivieron. Organizan campeonatos, de fútbol, bingos, un montón de cosas y ya se empiezan a auto controlar. Pueblarte nace hará 10 o 12 años como nombre, porque como espíritu está desde antes.

—¿Cómo se trabaja?
— En cualquier dirección que la gente necesite. No hay diagnóstico previo, el diagnóstico lo hace la gente. Trabajamos en salud, deporte, recreación, todas las gamas del arte, dentro de la financiación que se puede, acotada, porque si no se dispara. Son todos sueños.

— Pero no es aleatorio, hay toda una teoría que avala esta forma de trabajo.
— Esto es lo que aprendí hace 20 años con la animación sociocultural. Por eso cultura es que un día de trabajo sea un auténtico día de vida. Lo auténtico tiene que ver con diagnosticar exactamente qué es lo que hace falta, que es donde generalmente nos equivocamos, porque creemos que la gente necesita esto y va por otro lado lo que necesita.

— A veces las políticas sociales no escuchan a la gente.
— Por supuesto, por eso aprender del error es tan saludable. El costo es darse cuenta que equivocarse es aprender y no fracasar. Nos choca cuando uno plantea una cosa y la gente nos dice: “No, no nos interesa, queremos hacer otra cosa”. Entonces tenés que plantear nuevas herramientas hasta que surja la necesidad real, que no tenía nada que ver con la que creíste. Creemos que la gente necesita tal cosa y no es así, por eso vemos que a veces regala los inodoros, los vende o los rompe, porque necesita otras cosas antes de llegar a eso. Por eso tengo que aprovechar este momento, porque la gente de Pueblarte lleva años esperando que surgiera algo así.

— ¿Buscas que Pueblarte sea una comunidad?
— El individualismo de hoy en la sociedad hace que sea difícil pensar en una comunión con el otro. Si mañana digo que empezamos a construir viviendas, tengo una lista larga.
Ahora, de esa gente que quiere viviendas, estarán los que les gusta la idea, los que quieren una casa y los que aprovechan la oportunidad. O sea que quizás de 100 son 10 solamente que tienen esa vocación, sobre todo los chicos que tenían 5 años y ahora tienen 20. Están más preparados que los adultos, que tuvieron otra formación.

— En una cultura en la que la propiedad privada es tan importante, muchos creen que estás loco porque vas a ceder parte de tu finca para este proyecto.
— Tuve que luchar con eso, porque en las familias burguesas el paradigma de la educación es adquirir, tener, la propiedad privada. Siempre voy en contramano. Es todo un tema eso…

— Pasa por tener conciencia de lo que necesitás para vivir, más allá del paradigma que te dice que tenés que tener…
—O sos un fracasado. Si no tenés lo que heredaste o lo que ganaste y tenés menos, sos un fracasado. La cultura viene muy bien a nivel social desde la no transgresión, cuando hacés eventos puntuales, la gente participa y está todo dentro de las reglas ortodoxas. Cuando la cultura refunda algunos pensamientos sociales, cuando la gente comienza a darse cuenta de lo que podía hacer y no sabía, empieza a modificar otras cosas —desde cómo ser un obrero, un patrón o un vecino—,  entonces comienza a ser peligrosa. Ya uno es un loco o a los que se juntan con el uno, les dicen qué te pasó; o sacale, que te dé algo. Es generacional

—¿Cómo manejas eso?
— Sufriendo, ¡cómo lo voy a manejar!

— ¿El fin último de Pueblarte es ése: refundar el concepto de cultura?
— Muchas veces pensé que el sueño de Pueblarte es contenido puro. No es una casa, es la información nueva que le quede a una persona en su cerebro, para que luego la aplique en su vida. Es como con los chicos, uno educa todo el tiempo. Y a la vez se está educando.

— Estás educando, ponés límites todo el tiempo. Esta es tu casa, donde vive tu familia, pero también es un espacio comunitario.
— Exactamente. Y si esto sigue así, pensé en construirme una casa dentro del mismo espacio pero más lejos, porque esta casa es Pueblarte. A veces hasta me pregunto si estoy en mi casa o en la de otro (risas)

— ¿Y cómo se ensambla tu sueño con el sueño familiar?
— Qué pregunta la tuya… A veces se ensambla y a veces no. Nos respetamos bastante, igual creo que con el tiempo mi casa será otra más alejada.

— No debe ser fácil contener y a la vez poner límites, porque los chicos que viven o vienen  a Pueblarte, necesitan las dos cosas.
— En una época, Irene (NdelaR: Ferreyra, esposa de Daniel, docente, actriz y directora de teatro) aportó mucho. Todo lo que se organiza, como los partidos de fúbtol,  tiene que ver con la disciplina: esto es penal, esto es foul, esto está bien, el que salió campeón, es un premio a lo cualitativo.  Es más, hacen un campeonato y ya saben que habrá copa, medallas para todos. Ya lo tienen incorporadísimo y yo al gasto también lo tengo incorporadísimo (risas).

— ¿Qué pasó a partir de tu reconocimiento público?
—  En algunos casos me ayudan porque soy una cara más visible y queda bien; en otros casos porque hay más vocación; en otros por mi continuidad;  en otros, porque me consideran un loco lindo. Yo no creo que sea un loco, me gustaría para ser más arriesgado. Pero cuando vos sos tu respaldo económico, tenés que pensarlo 300 veces.  Hay que estar muy atento a eso. Hoy hacemos algunos eventos con la Dirección de la Juventud, con la Municipalidad de 25 de Mayo, con la Secretaría de Turismo.

— ¿Es una ironía que necesités este reconocimiento para que la gente que te ve habitualmente valide lo que hacés desde hace mucho?
— Exacto. Por eso yo no me creo muchas de las cosas cuando aparecen. ¿Qué, no las vieron nunca? Hace 20 años que hago lo mismo. Así también como la gente de la zona cree que me voy a ir, porque ahora soy famoso o algo así, creen que no van a ser dignos de que yo esté con ellos. Uno de mis juramentos es no irme. Gracias a este concepto cultural, voy tomando lo que viene dentro de lo que soy. Es difícil combinar el Daniel anónimo con el público. Para mí no es fácil, debo hacerlo muy conscientemente.

—¿Te gustaría que te ofrecieran un cargo político?
— Escuché por ahí que ahora me dedico a la política (risas). Nunca dejé de hacer política. No me da miedo eso. En una época participé en campaña electoral, pero a esta edad, armé tan fuerte mi modo de trabajo que no creo que pueda pactar. Me faltaría libertad. Me gusta trabajar desde este lugar y si puedo tomar a la política para un servicio comunitario, para eso es. Hay que hacer siempre formación de recursos humanos y no creo que los tiempos políticos me lo permitan. Hay problemas de políticas de planificación, porque hay temas que necesitan 10 años y no 2 para desarrollarse. Sería muy lindo que hubiera más personas en el trabajo de administración y animación sociocultural que estén más comprometidas, porque el Estado le podría proveer los recursos y que ese tiempo social no fuera manejado políticamente. No siempre he visto que la financiación esté correctamente dada. Es muy fácil equivocarse cuando uno trabaja con la gente. Una de las cosas que más aprendí es a cuidarme: cualquier acción cultural me merece una reflexión para saber hasta dónde comprometerme, porque la gente demanda y uno debe decir: “Hasta acá”.

—Hasta acá el Daniel arquitecto y animador, pero qué pasa con el Daniel músico y compositor y un disco propio que está grabado hace un tiempo y no sale.
— Uno está entrenado para hacer estrategias y estoy aplicando algunas que me puedan llevar a otro resultado. Este es un momento de sumar cosas, información, publicidad, gente. No soy un músico que vivió de la música, siempre tuve otras actividades y perfil bajo. Ahora no puedo tenerlo. Es tiempo de sumar. Voy tomando así la vida.

 

PERFIL
Nombre completo: Daniel Osvaldo Ahún (47)
Estado civil: En pareja con Irene Ferreyra, desde hace casi 15 años, quien tiene 3 hijos.
¿Qué te gusta leer?: “Leer no me gusta, me gusta leer lo que me gusta, que no es lo mismo. A mí me gusta ver: películas, documentales, ver información. Soy un apasionado en temas como física cuántica, el sociólogo Ezequiel Ander Egg, el poder de la mente y cómo influye en la vida cotidiana. Leí mucho sobre ovnis y tuve experiencias con eso. Y sobre mi profesión, me gusta leer los edificios, las formas y la gente los habita”.
¿Qué música escuchás?: “Cualquiera. Me emociona tanto una cumbia o un cuarteto como algo clásico, porque detrás de cada música imagino quiénes, por qué y para qué la escuchan. No me quedo sólo en la música, integro inmediatamente”.
¿Qué te gusta ver?: “Espectáculos teatrales, artísticos que estén bien armados y analizarlos”
¿Cocinás?: “No. Me gusta comer”.
¿Qué te gusta comer?: “Cualquier cosa que me cocinen con cariño”.
¿Cómo te gustaría que te recuerden?: “Como una persona que todo el tiempo intentó ser feliz y ser coherente con su modo de vida, y que muchas veces lo logró y otras muchas veces, no. Y cuando no lo logró es porque necesitaba aprender algo más. Sería bueno que esto quede como un método para aplicar, no para copiar. Me gustaría escribir un libro  y quizás lo haga…”.



NOTA PUBLICADA EN EL NUEVO DIARIO EL 24 DE ABRIL DE 2009

 

GALERIA MULTIMEDIA
Mili Yacante y Daniel Ahún interpretando "La estrella de los Andes"
Daniel Ahún con Irene Ferreyra. Directora de teatro, docente y su compañera desde hace 15 años.
En Zonda. Daniel Ahún junto a Mili Yacante, conmovieron con la interpretación del tema La estrella de los Andes, en el espectáculo de cierre de la Fiesta del Sol.
Pueblarte. La cancha de fútbol de la finca se transforma en espacio para espectáculos, como cuando en febrero pasado actuó La Costa
Trabajo. Organizando folletos del Renatre y de Educación Sexual para entregar .
Calidez. Los espacios de la casa de Daniel se utilizan para usos múltiples.
Los 4 solistas. Daniel Ahun, Mario Zaguirre, Gustavo Troncozo, Kuky Vega, en La Ventana con Juan Carlos Bataller.
Daniel Ahún