El Obispado de San Juan de Cuyo

Como consecuencia del Tratado de Huanacache creóse el Obispado de San Juan de Cuyo.

Para cumplir con lo pactado en el artículo 7º se autorizó en forma privada, a San Juan a gestionar ante la Santa Sede: la creación de un Obispado en Cuyo. El pueblo sanjuanino celebró con gran entusiasmo la idea y muy pronto el gobierno nombró agente en Roma, con el objeto de tramitar este asunto, otorgándole las correspondientes credenciales.

Al mismo tiempo de solicitar el Obispado, el gobierno propuso para tan alta Investidura al P. Fray Justo Santa María de Oro, quien había sido recomendado personalmente al Papa León XII, por el prelado chileno don José Ignacio de Cienfuegos.

En nota conservada en el Archivo Histórico se lee:
San Juan, enero 25 de 1828 - Estimando este Gob. necesario p. a el curso de diligencias qe. activa en Roma en obsequio de su Prov. a, un informe histórico del origen vida progresos científicos, moralidad, méritos y virtudes del R. P. M. Fray José Justo de Oro nstro. paisano, tiene a bien exigir de Ud. el qe. en fuerza de sus conocimientos, relaciones, Ministerio y demás aptitud que inviste pueda ofrecer de acuerdo con anuencia del Sor. Proto Notario Apostólico y Prelados de todas las corporaciones religiosas, puntualizándolo del modo más exacto y prolijo, pues que tal imparta la bien de la lg.a. e intereses de la Prov.s...”


Tratando de remediar las necesidades espirituales de las nuevas naciones americanas y no resentir a España; que pretendía seguir ejerciendo el patronato, la Santa Sede adoptó un término medio nombrando vicario apostólico en vez de obispos diocesanos. Los vicarios apostólicos gobiernan un territorio no constituido en diócesis y por tanto no toman posesión de él en propiedad, al contrario de los obispos residenciales.

Los Vicarios Apostólicos con carácter episcopal, son nombrados Obispos titulares de diócesis primitivas, extinguidas o caídas en manos de los infieles, por tal motivo eran llamados obispos in partibus infidelium.

En virtud de lo explicado es que el Papa León XII en lugar de obispado diocesano que fue lo que solicitó el gobierno de San Juan, estableció el Vicariato Apostólico a Fray Justo Santa María de Oro, a quien el consistorio del 15 de diciembre del mismo año, había preconizado Obispo de Thaumaco en la Tesalla In partibus Infidelium.

El 21 de febrero de 1830, recibió la consagración episcopal el ilustre sanjuanino, en su provincia, de manos del obispo José Ignacio de Cienfuegos.

Fuente: “Historia de San Juan” de los autores, Carmen P. de Varese y Héctor D. Arias. Editorial Spadoni S.A., 1966


Nota publicada en “La Nueva Revista” de “El Nuevo Diario” el 21 de octubre de 1994, edición 679.

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Fray Justo Santa Maria de Oro, según un retrato de Santiago Paredes.