Ursula Bremer de Ossa. La más sanjuanina de los alemanes

La siguiente nota fue publicada el viernes 30 de mayo de 2008 en El Nuevo Diario.

Ursula Bremer de Ossa es una referente de la actividad cultural y educativa de la provincia en los últimos cuarenta años. A través del Instituto Goethe, logró que más de 100 sanjuaninos fueran becados a Alemania, impulsó el teatro y organizó proyecciones del cine alemán.
Ursula planificó, organizó y llevó a cabo incontables actividades culturales y científicas. Invitó a San Juan a profesores universitarios, investigadores, científicos, músicos, artistas plásticos, creadores de teatro, danza y cine de vanguardia, junto a otros muchos expertos  alemanes; trajo anualmente 4 a 6 grandes exposiciones alemanas, transformando al Instituto Goethe de San Juan en una de las columnas  principales  y de importancia públicamente reconocida,  de la vida cultural sanjuanina.

Muy directa a la hora de decir las cosas y con un muy buen sentido del humor, Ursula disfruta por estos días el reconocimiento que le brindan diferentes sectores de la provincia.

—¿Cuándo y cómo llegó al país?
—Viajé desde Alemania muy joven, en agosto de 1962, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania. En Mendoza había un pequeño pero muy bien llevado instituto, una sociedad local que nació con iniciativas particulares y como no tenían a ningún alemán verdadero para enseñar alemán, pidieron una persona que supiera enseñarlo.

—Y le tocó a usted…
—Acababa de recibirme en Hamburgo como licenciada en Ciencias Económicas, dentro de lo cual había estudiado el idioma español y quería irme de Alemania. Viví los últimos años de la guerra y la terrible posguerra y la destrucción total del país y el único deseo mío era irme de ese continente.

—¿Qué conocía de Argentina en ese momento?
—Una vez sí había hecho un trabajo escrito y  un viaje en tren desde Buenos Aires hasta Chile, de ahí yo tocaba obviamente mirando en el mapa Mendoza, así que me sonaba el nombre, en realidad yo quería ir a México, pero me postulé y me tomaron inmediatamente, me dieron el pasaporte oficial y un contrato a través del ministerio de Relaciones Exteriores y me mandaron a Argentina.

—Dejó el título de licenciada en Ciencias Económicas y enseñar idioma...
—En el colegio aprendí 9 años de inglés, siete de Latín, 3 de francés, después hice un traductorado de castellano, había tenido varias becas en España y hablaba un castizo perfecto. Hablar en castizo hizo que durante dos años, en Mendoza, todos se rieran cuando decía cogía la tiza, el cuaderno, la lapicera, la birome y eso hacía que los alumnos se rieran, eran todos adultos, pero nadie nunca me dijo nada.

—Al poco tiempo, viene a San Juan…
—Siendo directora del Instituto Goethe de Mendoza en función oficial, en 1966 se me incorporó un mini instituto que había en San Juan y que en ese entonces era particular. En el ‘68, por razones personales, me radiqué en San Juan con la idea de quedarme definitivamente.

—Muchas decisiones importantes tuvo que tomar desde muy joven.
—Era una aventura, porque el salario si bien lo pagaba Relaciones Exteriores desde Alemania, era mínimo. Me vine en barco en clase única y empecé en Mendoza en un hotelito, arrendando una habitación porque ni siquiera se alquilaban departamentos.

—Incluso, seguramente tenía noticias en forma muy esporádica.
—No se podía hablar por teléfono, se escribían cartas, no había diarios que llegaran a Mendoza

—Pasó más tiempo en Argentina que en Alemania pero ha conservado toda la estructura del alemán…
—Mi patria física, mi casa y la familia Ossa es San Juan y mis raíces éticas, culturales, intelectuales, están en centro Europa. No digo Alemania porque allá ya no se considera casi una nacionalidad sino se ve la Unión Europea  con pensamientos comunes.

—¿Por qué se vino a San Juan?
—Porque había  conocido a  Vidal Ossa Reygadas, mi posterior marido. Me ofrecieron otro empleo en un país sudamericano, pero ahí sí me decidí por Vidal, por el sol y el clima cuyano y por el ambiente en Alemania, justamente del año ‘68 que fue tan revuelto y de un libertinaje interpersonal tan grande que no condecía con mi cultura.

—¿Vidal era sanjuanino?
—Vidal era chileno y administraba una finca en Barreal que era de su padre.

—En San Juan había que comenzar de nuevo a formar un instituto.
—Aquí había un mini instituto particular, fundado en 1963. El Instituto Goethe me nombra directora de este instituto, y empiezo a meterme de pleno acá, alquilar más ambientes, agrandar el instituto y eso fue muy duro. Había poco personal y tenía que hacer todo el material de enseñanza, contestar la correspondencia y empezar con los primeros actos culturales.

—¿Quiénes se interesaban por aprender alemán, los hijos de inmigrantes?
—Fueron los menos porque eran niños que venían forzados y yo mismo les dije a los padres que no fuercen a sus niños, que los manden a aprender inglés. Eran muchos estudiantes de colegios, porque se implementó un plan nacional en las escuelas técnicas para incorporar el alemán técnico. Y también se interesaron estudiantes universitarios de carreras como Ingeniería.

—Bueno, de Ingeniería fueron muchos becados a Alemania.
—Pronto empezaron los ingenieros a  tener lazos con universidades de Alemania y el primero fue el ingeniero Rivera, después le siguió el ingeniero Garcés y varios más. Así se fueron multiplicando, comenzamos a hacer más actos culturales como el cine alemán de la posguerra y con Oscar Kumel obras de teatro de autores alemanes y eso atraía el interés de la gente.

—¿Qué otras cuestiones pudo realizar?
—Con las dos universidades pudimos realizar numerosas jornadas que en algunos casos tuvieron gran repercusión como la que hicimos junto a la Universidad Católica a fines de la década del ’70  en la que abordamos el tema del aborto. También trajimos profesores de Córdoba para que explicaran como era el juicio penal oral que después comenzó a aplicarse en San Juan.

—¿Por qué dejó de existir el Instituto Goethe en San Juan?
—Tras la caída del comunismo, con la nueva orientación geopolítica, Alemania orientó parte de los recursos a los países del este así es que mi cargo que tenía hasta 1994 en San Juan se fue a Kazajstán.

—¿Cuál era el interés de Alemania al otorgar becas?
 —La finalidad era el acercamiento científico y cultural, entre el país huésped, en mi caso Argentina, y Alemania.

—¿También querían mostrar una Alemania diferente a la de Hitler?
—Ese era el interés fundamental de mostrar a través del nuevo cine alemán, a través de los autores de teatro, cuyas obras se presentaron acá, a través de sus profesores. Los alemanes hemos recibido, por las fuerzas que han ganado la guerra, una reeducación hacia la democracia, y esa es la Alemania que quisimos demostrar a través del intercambio.

—¿Cómo se adaptaron los alemanes al transformarse en ciudadanos europeos?
—El alemán se siente europeo si bien sigue conservando sus propias costumbres, la de sus aldeas, de su pueblo, de su tradición localista.

—¿Cómo vivieron la caída del muro que mostró dos Alemania muy diferentes?
—La Alemania comunista fue totalmente quebrada, no hubo otra manera que incorporarla así como estaba a la Alemania libre. Y se ha destinado una importante parte de los recursos para unificar las dos Alemanias.

—¿Cómo convivieron en Alemania, después de la segunda guerra, los diferentes sectores teniendo en cuenta que en el medio vivieron el holocausto?
—El holocausto no se va a olvidar nunca, hasta el alemán más chico que nace hoy, tres o cuatro generaciones después, tiene en claro lo que sucedió. El país a quien más favorece, con quien más se esmera es Israel. Alemania le ha pagado a todo perseguido por el tercer Reich, a todo judío que ha podido sobrevivir y sus descendientes una jubilación hasta hoy en día.

—Volviendo a San Juan, ¿cómo vivió la época de la dictadura militar?
—Es de destacar especialmente que en tiempos políticamente difíciles en la República  Argentina, durante los Gobiernos Militares, con el Instituto Goethe de status extraterritorial, hice que sirviera a profesores y  científicos argentinos como un foro abierto para la discusión de  temas culturales y científicos, cuando estos grupos  no encontraban a otro anfitrión local.

—¿Ya se acostumbró a cuestiones como la falta  de puntualidad?
 —Digamos que eso sucede más en el interior, porque en Buenos Aires, la puntualidad existe. Si en el Teatro Colón algo empieza a las 21, el telón se levanta a las 21. Aún hoy tengo dificultades o tienen amigos sanjuaninos dificultad conmigo. Estos hábitos de puntualidad, de franqueza y de sinceridad están en mí por educación y debo a veces esmerarme de no ser tan alemana y decir la verdad así como yo la siento, porque veo aquí otra mentalidad.

—¿Qué la sigue seduciendo de San Juan?
—Tengo aquí mi gran familia Ossa, tengo mi círculo de amigas, tengo mi casa, he vivido ya 40 años así que de alguna manera he adoptado sin darme cuenta un poco la mentalidad latinoamericana, de preguntar tres veces si algo es así. Después de tantos años aquí creo que en la Alemania de hoy no me podría acostumbrar, además la vida es muy cara en Alemania.

Distinciones para Ursula

El viernes 30 de mayo de 2008 a las 20 en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía, Ursula Bremer de Ossa tuvo su gran homenaje a su contribución para fomentar la vida cultural, científica, de intercambio académico y profesional con diversas personalidades e  instituciones de San Juan y la República Federal de Alemania.

Fue nombrada como Ciudadana Ilustre de la Provincia de San Juan, Vecina Ilustre de la Ciudad de San Juan y profesora distinguida de la Facultad de Filosofía de la UNSJ (Universidad Nacional de San Juan).

GALERIA MULTIMEDIA
Ursula en una foto cuando era muy pequeña junto a su padre Kurt Bremer, quien era doctor en Ciencias Naturales, y su madre la médica Hildegard Ruesch de Bremer.
A Ursula Bremer le dicen Uschi y esta imagen es cuando tenía 17 años, frente a su casa paterna.
Ursula Bremer junto a su esposo Vidal Ossa en la plaza San Marco en Venecia en 1978.
Una graciosa foto de Ursula Bremer en una exhibición de armaduras en Austria. Está tocando justo en el lugar en el que según la costumbre, trae suerte para quien lo realiza.
1995 – Distinción para Ursula Bremer. En agosto de 1995, Ursula Bremer de Ossa, directora del Instituto Goethe de San Juan, fue distinguida con la Cruz al Mérito con Banda de la Orden al Mérito de la República Federal de Alemania en reconocimiento de su labor durante 32 años al servicio del intercambio entre Alemania y Argentina.
Esta foto es de 2008 y Ursula Bremer de Ossa posa ante el Centro de Convenciones Guillermo Barrena Guzmán. Ese año fue distinguida como ciudadana y vecina ilustre y como profesora distinguida. En ese momento hacían 40 años que residía en San Juan
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