14 de febrero

El miércoles 14 de febrero de 2018, en la madrugada, falleció el empresario Franco Paolini, quien se encontraba internado en la Clínica Santa Clara a raíz de una neumonía. Los restos del empresario, uno de los que marcó una época en la obra pública en San Juan, fueron trasladados a Mendoza para ser sepultados junto a su esposa,  la odontóloga Irma Moreno, quien falleció el 17 de abril del 2012.

Paolini fue uno de los empresarios de la construcción más importantes de la provincia. Su primera obra en San Juan fue el tramo Albardón – Adán Quiroga, sobre ruta 40 y la última el Dique Cuesta del Viento, que en 1986 le fue otorgada y que formalmente quedó finalizada en 1997, pero que nunca cobró y lo llevó a la quiebra.

Francesco Paolini nació en Rieti, Italia, el 18 de septiembre de 1932. El lugar de nacimiento está a unos 100 kilómetros de Roma. En Argentina lo llaman Francisco, aunque su padre siempre le decía Franco, según él mismo contaba.

Impecable en su manera de vestir, hablando con su conocido tono de voz alto y siempre sonriente, Paolini recordaba en una nota con El Nuevo Diario en 2014, detalles de cómo llegó a San Juan, de cómo era la vida de un adolescente de 16 años durante la Segunda Guerra Mundial y por qué decidió venir a la Argentina.

Dentro de todo este relato apasionado, siempre había algo que ganaba la atención del entrevistador: cómo se le iluminaban los ojos al hablar de Irma, a quien llamaba “mi amor”.
Irma Moreno lo acompañó durante cuarenta años, era una odontóloga a la que conoció durante la realización de una obra vial en Mendoza. Fue casual, tenía necesidad de atenderse de una dolencia e Irma fue la encargada de hacerlo. Nunca imaginó que se transformaría en la compañera de vida de uno de los empresarios viales más importantes del país.

Con casi 50 años de vida en la provincia, Paolini siempre trabajó en obras viales. El empresario sostenía que lo bueno de construir caminos en San Juan era que nunca llovía. “Cuando llueve, no se puede trabajar y como acá no llovía nunca, se podía. Entonces me quedé. Esta casa (Nde la R: donde vivía, en calle Meglioli), se la compré a unos franceses, los Jacquemin”.

En relación a la construcción del Dique Cuesta del Viento, cuya falta de pago lo llevó a la quiebra, Paolini recordaba que “en esa época María Julia Alsogaray era secretaria de Recursos Energéticos y Carlos Saúl Menem, el presidente de la República, 350 sanjuaninos trabajaban conmigo. A Cuesta del Viento me lo van a pagar cuando sea Papa; por Cuesta del Viento pedí la quiebra. Si me hubiera terminado de pagar no iba a la quiebra”.

Paolini ganó la mayor parte de la obra pública de la provincia durante el bloquismo, y sostenía que tenía una buena relación con Leopoldo Bravo y su hijo “Polito”, pero aseguraba que con José Luis Gioja también tuvo una buena relación.

Aunque su “villa” fue vendida hace tiempo, el empresario sostenía  que “de acá no me sacan. Esto se vende después de muerto. Soy romano de nacimiento, argentino por adopción y sanjuanino de sentimiento. Hay siete kilómetros de acá a un café de la Plaza 25 y siete de vuelta, son catorce si quiero tomar capuccino”, dijo en la nota en la que repasó gran parte de su vida.

 

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