La radiodifusión en San Juan 1930/60

El surgimiento, desarrollo e importancia alcanzada por las dos emisoras que iniciaron el servicio regular de radiodifusión en la provincia hacia la década del treinta, L.V.1 Radio Colón y L.V.5 Radio Sarmiento, forma parte de la historia social y cultural de San Juan y constituye a la vez, un referente obligado para el conocimiento de la vida cotidiana sanjuanina en los años analizados. La radio fue no sólo un medio de información sino que también se constituyó en una alternativa válida para el entretenimiento familiar.

En la actualidad, el extraordinario avance en el ámbito de las comunicaciones, permite que la información sea recibida al instante, de manera simultánea al desarrollo de los acontecimientos y mediante el uso de diferentes medios de comunicación. Sin embargo, esto no fue siempre así.
A fines del siglo XIX y comienzos del XX, la información llegaba a los hogares únicamente a través de la prensa escrita. Los diferentes diarios eran los encargados de llevar la opinión pública a la esfera privada y familiar. La incapacidad de transmitir los acontecimientos de manera rápida y precisa se hizo evidente para quienes seguían se cerca, por ejemplo, acontecimientos de gran envergadura como la Primera Guerra Mundial.

Es por ello que hacia la década de 1920, en que se iniciaron las transmisiones radiales en diferentes países del mundo, entre ellos Argentina, este medio gozó de una aceptación y difusión increíble. Rápidamente, el alto grado de penetración social alcanzado posteriormente por la radio durante la década del ’40 y ’50 la llevó a convertirse en el medio de difusión por excelencia.
En los años cuarenta y cincuenta “el espectáculo auténticamente popular no fue visual sino auditivo” ya que el “reinado” de este medio de difusión se manifestó a través de la presencia obligada de receptores en casi todos los hogares, como así también en lugares de reunión social. La radio se convirtió entonces en una presencia doméstica y cotidiana, revelándose como un verdadero medio de información pero a la vez, en un entretenimiento familiar.

Recordemos que a nivel nacional, la radiodifusión nació en 1920 cuando, tras un período experimental, un grupo de jóvenes entusiastas encabezado por el doctor Enrique Telémaco Susini logró, con un equipo bastante precario, realizar la primera transmisión radial desde el teatro Coliseo en Buenos Aires.
Es así como en el caso de San Juan, a lo largo de la década del ’20, se comenzó a transitar una etapa experimental de la mano de aficionados que concibieron la idea de instalar “broadcastings” locales. La radiodifusión comenzó a llamar la atención de algunos radioaficionados que, motivados por los adelantos realizados en las radiocomunicaciones en Buenos Aires y otros lugares del país, orientaron sus ensayos hacia el logro de las primeras transmisiones radiales.
En 1.926 aparecieron en San Juan los tres primeros receptoristas, verdaderos pioneros de la radiocomunicación: Galizio Colechia, Luis Marchesse y José María Pineda; quizás hubo algún otro nombre que se ha extraviado con el tiempo; puede citarse a don Eleodoro Sánchez. (MÓ, Fernando. Cosas de San Juan. San Juan; vol.III, cap.XVII, pág.199)
Tras esta etapa experimental, hacia los años ´30, San Juan comenzó a contar con dos emisoras con servicio regular de transmisión cuyas presencias llegan hasta la actualidad: L.V.1 “Radio Colón” y L.V. 5 “Radio Sarmiento”.
La primera de ellas nació como “La Broadcasting del vino”, luego llamada Radio Graffigna y finalmente Radio Colón. En cambio Radio Sarmiento nació como Radio Mercado, luego González y finalmente Sarmiento.
La radio desempeñó funciones importantes dentro de la sociedad sanjuanina, entre ellas puede citarse como ejemplo la de informar y brindar socorro en las situaciones de emergencia. Esto quedó demostrado el 15 de enero de 1.944 en ocasión del gran terremoto que destruyó gran parte de la todavía colonial arquitectura sanjuanina. Frente a esto, las dos emisoras existentes interrumpieron sus transmisiones. Sin embargo “es digno de hacer notar que dos horas después de la catástrofe sísmica, don José L. Rocha emitió desde la Plaza 25 de Mayo el primer llamado de auxilio” (MÓ, F. Op. Cit. pág. 204)
Efectivamente, mediante el empleo de un equipo transmisor portátil armado de manera apresurada, logró comunicar la noticia a través de una extensa red de emisoras. Al año siguiente, José L. Rocha pasó a desempeñar el cargo de director de L.V.1. Su destacada actuación fue reconocida tiempo después con un acto de homenaje y la entrega de una medalla de oro. Este hecho quedó registrado en la prensa local de aquel entonces:


El lugar de la Radio en la Vida Cotidiana

Al promediar la década del ´30, en San Juan ya se dejaban ver y sentir los vientos de cambio traídos por la modernidad a pesar de conservar todavía una singular arquitectura colonial. El centro sanjuanino tenía como eje central la Plaza 25 de Mayo y en torno a ella se ubicaban los edificios importantes, entre ellos la Casa de Gobierno y la Catedral. La vida social de entonces giraba en torno a estas inmediaciones donde también se ubicaban los centros de entretención y esparcimiento por excelencia de aquellos años: los cines, teatros y confiterías.
En este contexto, la radiodifusión, más allá de constituir una novedad, halló una gran acogida como medio de información y entretención. En estos años, las dos únicas emisoras sanjuaninas existentes contaban ya con un servicio regular de transmisión, sin embargo, la cantidad de receptores era muy limitada, en su mayoría de construcción “casera”, del tipo de la radio a “galena”. Luego el perfeccionamiento técnico y la modernización permitieron la llegada de nuevos aparatos receptores.
Hacia la década del ´40, el uso de la radio se encontraba ya bastante generalizado y comenzó a visualizarse como un medio de difusión con un alto grado de penetración social. La importancia que la radio comenzó a adquirir en aquellos años, puede seguirse también a través de la difusión y promoción que se hacía a través de la prensa. Los diferentes diarios de la época, entre ellos “Tribuna”, registran una gran cantidad de propagandas ofreciendo diferentes modelos de receptores. La mayoría corresponden a la marca R.C.A Víctor, que promocionaba aparatos de considerable tamaño con la incorporación de una serie de adelantos técnicos.
El receptor era promocionado por la recientemente fundada Casa Lara, que con el paso de los años se convirtió en una de las casas de venta de electrodomésticos más importantes y tradicional del comercio sanjuanino.
Para el año 1942, la variedad de receptores lanzados al mercado era muy diversa. La R.C.A Víctor llegó a promocionar en una página completa del diario “La Acción”, 16 tipos de receptores, entre los que se incluían aquellos modelos de madera, nogal, caoba, baquelita, sumado a una amplia variedad de “fono radiolas” y toca discos. Paulatinamente, la radio se fue instalando en la vida cotidiana. Las ventajas que ofrecía como medio informativo y a la vez, como forma de entretenimiento frente a otras distracciones del momento, eran muchas: el servicio era gratuito, ofrecía una variedad importante de programas y podía disfrutarse cómodamente desde el hogar.
La radio se convirtió en la “responsable” del ritual familiar en torno a los grandes receptores, que, estratégicamente ubicados, pautaban costumbres, horarios y ritmos hogareños. Esta imagen es muy común en los oyentes de aquellos años
Más allá de los límites hogareños, la radio también constituyó un centro de las actividades sociales y culturales. El cuadro habitual de la vida cotidiana de la sociedad sanjuanina se completaba con la masiva concurrencia de oyentes a las emisoras locales para disfrutar de las presentaciones en vivo de orquestas, cantores, músicos, recitadores, actores de radioteatro y demás, cuya actuación en los auditorios de las radios locales constituía un paso obligado.
Esta situación era muy común al momento de presentar los radioteatros. El público asistía para “ver” en vivo y en directo aquellos personajes que tanto habían imaginado a través de la radio.

Las programaciones radiales

Durante los primeros años, las programaciones radiales eran mayormente musicales, predominando el género clásico. El tiempo de transmisión duraba solo algunas horas y era interrumpido a la hora de la siesta. La jornada de las dos emisoras existentes era anunciada en la prensa local de la siguiente manera: “Para Hoy: Radio L.T.6 SANTIAGO GRAFFIGNA LTDA.. de 11 a 12 horas, bailables; de 12 a 13 horas, música de cámara.; de 17 a 19, bailables y canciones; de 19 a 21 horas, transmisión en forma continuada de la Ópera Rigoletto del maestro Verdi. Radio L.N.5 GONZÁLEZ Y CÍA. De 10 a 13 horas, bailables, música clásica, canciones populares y romanzas; de 17 a 19 horas, bailables, sinfonía” (columna “Para hoy” en TRIBUNA San Juan, 3 de mayo de 1.931 s/d)
Desde mediados de la década del ´30 en adelante, las programaciones radiales ampliaron bastante sus repertorios. De manera paulatina se incorporaron otros géneros musicales a través de solistas y orquestas que comienzan en esta época a ser “figuras de la radio”. Las programaciones de carácter informativo llegaban a los oyentes de dos maneras: a través de la lectura de los artículos principales de los diarios locales y mediante las “transmisiones en cadena” que por aquel entonces comenzaron a realizar las emisoras de todo el país.
En San Juan, L.V.1 transmitía en cadena con radio Belgrano a través de la cual podía escucharse, además de una variada propuesta musical, las noticias del famoso “Reporter Esso” que emitía boletines informativos a lo largo de la jornada. Por su parte, L.V.5 tenía cadena con Radio El Mundo, a través de la cual podía escucharse también el noticiero brindado por esa emisora.
Estas transmisiones en cadena, contribuyeron también a la difusión de quien, en unos años, se convertiría en el líder político de los argentinos: Juan Domingo Perón. Es oportuno recordar que desde la Secretaria de Trabajo, Perón ya acostumbraba a dirigir mensajes a través de la radio.
Más allá de lo informativo y doctrinal, en esta época ya se transmitían también las primeras propagandas de grandes tiendas del comercio sanjuanino. Muchas de ellas, acostumbraban a “auspiciar” diferentes programas, como muestra la publicidad aparecida en Tribuna en 1945: “Escuche hoy a las 21 horas por L.V.5 Radio Los Andes a Alberto Podestá con su orquesta típica que dirige Héctor Grane. Audición auspiciada por Navas y Cia con motivo de inaugurar el lunes su casa de artículos para hombres.”(TRIBUNA. San Juan, 3 de marzo de 1945. Nº 4218, Año XIV, pág. 5). Otros comercios como Casa Lara, Al Gran Barato San Juan, Casa Diz, Casa Chait, The Sportsman, y Gath & Chaves también estaban presentes en las publicidades y auspicios.
Desde mediados de la década del ´30, los espacios radiales se componían en su mayor parte por números en vivo. Esto era posible gracias a que cada emisora disponía de auditorios que en muchas ocasiones se colmaban de público que asistía para ver estos espectáculos. Lo más atractivo era la presencia de orquestas y músicos, muchos de ellos, integrantes del elenco estable de la emisora.

Existían en San Juan varias orquestas cuya fuente de trabajo principal eran las confiterías, los salones de baile o los diferentes clubes. Sin embargo, para esta época comienzan a desempeñarse también en radio. Este es el caso del señor Juan Carlos “Chicho” Fiorello, quien fue músico estable de L.V.1 radio Colón desde 1940 a 1952. Al respecto comentó que “existían muchas orquestas, la de Carlos Caropresse, Igarzabal, Hermes Vieyra, Romeo Platero, Cayetano Russo y muchas más, yo he tocado con todas, siempre con mi batería que adquirí en Buenos Aires 1936.”
Esta propuesta musical local, se completaba con las transmisiones en cadena que permitía disfrutar, en plena década del cuarenta, de las orquestas de Osvaldo Pugliese, Juan D´Arienzo, Ángel D’Agostino y la voz, por ejemplo de Alberto Castillo. Por otro lado, “en el folclore, lo mejor estaba representado, quizá por Atahualpa Yupanqui, los hermanos Ávalos y Buenaventura Luna. Poeta y cantor, periodista político, el sanjuanino Buenaventura Luna –Eusebio Dojorti- después de escapar de una cárcel cantonista, había recalado en Buenos Aires para debutar con la Tropilla de Huachi-Pampa en Radio El Mundo”
Habitualmente, los auditorios de las emisoras sanjuaninas fueron visitados por artistas locales, nacionales e internacionales. Estas actuaciones eran anunciadas y luego comentadas en la prensa local. En un artículo de media página de Tribuna, se comenta sobre la actuación de grandes artistas ante los micrófonos de L.V.5. En un párrafo se lee: “La última semana del año ha sido pródiga en la presentación de grandes artistas por radio Los Andes. La gran orquesta de Lucio Demare y sus vocalistas ofrecieron seis audiciones...el prestigioso compositor Hilario Cuadros con su conjunto Los Trovadores de Cuyo, ofreció otras seis audiciones...el popular intérprete de nuestra canción Oscar Alonso y sus guitarristas también se presentaron los dos días que han permanecido en San Juan. Hilda Rufino, “la Cuyanita”, que con tan señalado éxito viene actuando en radio El Mundo y Belgrano, dirigió un emotivo saludo a sus comprovincianos que tanto la quieren...También hizo su presentación el celebrado cómico Semillita y su conjunto.

Por su parte, L.V.1 no se quedó atrás, y fue escenario de artistas locales como Buenaventura Luna y Antonio Tormo, quienes a partir de allí se proyectaron al resto del país. También recibió la actuación de artistas internacionales como “Fray José Mojica, Juan Arbiru, Pedro Vargas y Francisco Canaro” (POBLETE, J; GALVÁN, N, pág. 7) También era muy común la presencia de recitadores y monologuistas. En 1945 se presentó ante el micrófono de L.V.5 un recitador de origen español, Arturo Fontalva, cuya actuación fue comentada en la prensa local.
El público infantil también encontraba un espacio atractivo en las programaciones radiales. Los memoriosos recuerdan un programa, allá por la década del ’30 que se llamó “Rayito de Sol” conducido por una señora de apellido Pittaluga. Años más tarde, se inició el que sería uno de los hitos dentro de la radiofonía sanjuanina: “La Padilla del Tío Melchor”, conducido por Alberto Vallejos.
A esta variada programación, se agregó el género radial por excelencia, el verdadero protagonista de la radio de las décadas del cuarenta y cincuenta: el radioteatro. Destinado inicialmente para el público femenino, terminó atrapando la atención de todo tipo de oyentes.
A partir de entonces se conformaron numerosas compañías de radioteatro y aquellos actores, en su mayoría aficionados, pasaron a ser “artistas de la radio”. Entre las numerosísimas novelas radiales de aquellos años, perduran en la memoria de protagonistas y oyentes por el éxito alcanzado, “El León de Francia” y “Fachenzo el Maldito”. De la primera, Donaire manifestó: “con Vallejos presentamos muchas obras, hasta que llegó el momento de presentar El León de Francia, que tuvo un éxito avasallante. Fue en el año ’51 o ’52. Para escuchar esta novela se detenía San Juan, muchas veces creen que exagero, pero no, no.”
En el horario del radioteatro, que generalmente coincidía con los de reunión familiar, la cita con la radio era un ritual obligado. En esos momentos, la recreación lograda a partir de la utilización de sonidos, música y efectos especiales, hacía volar la imaginación de los oyentes que seguían diariamente los episodios radiales.
Otro gran éxito radioteatral fue el ciclo transmitido por Radio El Mundo a partir de 1940 que llega a San Juan a través de las transmisiones en cadena: Los Pérez García. Allí se recreaban historias de la vida cotidiana de una familia típica de la época, con las alegrías y problemas comunes. La trama desarrollada encontró eco en el imaginario popular y provocó la rápida identificación y relación de la gente con las problemáticas planteadas. Esto pudo verse a través de una expresión que se popularizó en la época: “más problemas que los Pérez García”.
Hacia fines de la década del ’50 y promediando la década del ’60, abundaron las novelas de tipo gauchesco o aquellas que tenían que ver con mitos o personajes lugareños, tal es el caso de “La Difunta Correa”, “La Martina Chapanay”, “El gaucho José Dolores”, etc.


Carolina del Valle Olivares
Profesora y Licenciada en Historia. Este artículo forma parte de un trabajo más extenso presentado por la docente en el XIII Congreso Nacional y Regional de Historia Argentina.




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GALERIA MULTIMEDIA
Esta foto es de 1942. Radio Graffigna (desde 1945, Radio Colón), inauguraba su actual antena de 216 metros de alto. Al acto asistió el gobernador Pedro Valenzuela y los equipos fueron bendecidos por monseñor Audino Rodríguez y Olmos. En la foto, el ingeniero Graffigna habla durante el acto. (Foto proporcionada por la familia Graffigna y publicada en el libro “El San Juan que Ud. no conoció” de Juan Carlos Bataller)
Los hermanos Rodriguez Vilas, (José María y Candido), adquirieron LV5, a la que le dieron gran impulso. Trasladaron los estudios a calle Laprida entre Mendoza y Entre Ríos. En la foto aparecen don Cándido Rodríguez Vila con un colaborador, en la puerta del viejo edificio en calle Laprida.
Afiche de la programación de Radio Los Andes, hoy Radio Sarmiento.
Multitudes se reunían frente a las emisoras en procura de un lugar para presenciar la actuación de los artistas que llegaban a San Juan.
Hilda Rufino, “La Cuyanita”, cantante de gran repercusión en los años 30,40 y 50 aparece en esta foto del año 1936 durante una actuación en LV5 Radio Los Andes. (Foto proporcionada por Marcela Podda y públicada en el libro “El San Juan que Ud. no conoció” de Juan Carlos Bataller.)
Buenaventura Luna –Eusebio Dojorti- con la Tropilla de Huachi-Pampa
Las radios congregaban verdaderas multitudes con sus programaciones en las que actuaban conocidos artistas. En esta foto aparecen los integrantes de la orquesta típica Vermouth que semanalmente se presentaba en LV5.