Lucio Gómez: "En San Juan, más que podadores tenemos leñadores"

Es ingeniero, agrimensor y paisajista y además uno de los mayores expertos en arboledas de la provincia afirma que se acertó con plantar plátanos y critica las especies de moreras que hay en la ciudad. Asegura que la chepica es lo que más alergia produce.

El ingeniero Lucio Gómez es palabra mayor en lo que se refiere a grandes espacios. El paisaje sanjuanino está cambando gracias anuevos espacios verdes como la Avenida de Circunvalación y los accesos y mucho tiene que ver este sanjuanino apasionado de las moreras y crítico de las podas desmedidas. ingeniero agrónomo, se recibió en Mendoza y trabajó en La Rioja y San Luis, Lucio se dedicó en un primer momento a suelo y riego. Regresó como investigador de riego en el INTA y su primera obra significativa fue la plazoleta Julieta Sarmiento.
Se capacitó en diseño de espacios verdes y actualmente es el director Provincial de Espacios Verdes. No hay una estructura porque su dirección es él, un técnico y un contratado pero se dedica al diseño de espacios verdes especiales como los de la Circunvalación, los accesos y los parques de Chimbas y Rawson.

–Siempre se habló de San Juan como un oasis...
–Vivimos en un oasis que es artificial, nuestro clima es desértico, completamente árido y la vegetación autóctona que existe es muy escasa. Son muy pocos los árboles y arbustos que sobreviven sin agua. La ciudad es un medio ambiente artificial creado por el hombre, nuestro agro, nuestro campo está creado por el hombre y se riega. Si no lo hacemos, en 15 días se ha muerto.

–¿Se acertó en implantar moras y plátanos en la ciudad?
–Es un tema muy discutido. En mi opinión con el plátano sí se acertó, es un árbol que se utiliza en casi todas las ciudades de clima templado del mundo por las características que tiene. Respecto a la morera, tenemos cinco formas botánicas de las cuales dos se adaptarían al arbolado público y las otras tres no.

–¿Cuál se implantó en San Juan?
–Hemos privilegiado en San Juan moreras de una hoja ancha, grande, lustrosa, muy bonita, muy atractiva, pero la planta en sí es una planta baja que tiene un follaje péndulo o semi péndulo que cae sobre la vereda, nos despeina, cuando no nos lastima la cabeza. Siempre la copa se desarrolla por debajo de las luminarias, entonces las luminarias están iluminando el nido de los gorriones.

–Ahí fallamos…
–No prestan el servicio que nos deben prestar. Se deben poner árboles de mayor fuste, es decir con un tronco alto.

–Todavía se discute si hay que podar los árboles o no ¿qué dice usted?
– 500 millones de años antes de la aparición de los dinosaurios ya había árboles y durante todo ese tiempo aprendieron cómo crecer. Nosotros no tenemos que enseñarle nada, tenemos que aprender a elegir la especie adecuada a las funciones que se va a cumplir.

–¿Cuándo hay que podar?
–La poda puede hacerse en casos excepcionales, cuando molesta un cable, cuando compite con otros servicios, cuando entra en la ventana de un edificio, cuando va a entorpecer el tránsito.

–¿Se poda bien?
–Los ejemplos que estamos viendo son verdaderas mutilaciones. Un podador no es un leñador. En San Juan la gente que poda son leñadores, les interesa lo que sacan. Al podador o jardinero le interesa lo que deja, un árbol no se lo puede podar sin afectarlo fisiológicamente sacándole más de un 15% del follaje.

–Una contra del plátano es que produce alergia…
–Es alergógeno. El 7% aproximadamente de alergia vegetal lo dan los plátanos, el 8% lo da la morera, el 9–10% los olivos y los árboles parientes de los olivos como el siempre verde y las ligustrinas y el 40% lo dan las gramíneas como la chepica y los césped que tenemos en los jardines.

–Y el plátano siempre es acusado de ser el culpable…
–Sí, hay mitos que se van propagando porque realmente el tema no se estudia. Ahora el plátano tiene una desventaja, que cuando la hoja nace tiene una pelusa, unos pelos que son microscópicos. Estos pelos caen al madurar la hoja y produce una lluvia, montón de células vegetales que se adhieren a las mucosas y provocan una sensación de molestia que la gente a veces confunde con alergia. En nuestro clima que es árido y llueve poco, esos pelos se ponen en flotación cada vez que pasa un auto, por ejemplo.

–¿Qué variedades se adaptan mejor a San Juan?
–Propondría las moreras tatárica y la nirovaca. Lamentablemente sólo el 4% de las moreras son de esa forma botánica. Además hay que reforestar con plátano, el fresno europeo, también sugeriría especies que tengan follaje persistente porque si no, llega el otoño caen las hojas y toda la ciudad es gris, monótona y fea.

–Precisamente, una de las funciones principales de la arboleda es embellecer la ciudad.
–El arbolado tiene fundamentalmente una función de protección pero tiene más valor la capacidad de introducir en las personas un equilibrio psíquico. El hecho que el hombre haya salido de su medio ambiente natural y se concentre en grandes ciudades, en grandes urbes, en las grandes concentraciones humanas, producen ciertos desequilibrios, patologías y conductas antisociales.

–De ahí la importancia de la avenida de Circunvalación…
–Claro. Cuando no estaba forestada, conducíamos por la avenida de Circunvalación con una sensación de crispación, estábamos en un medio hostil de gran importancia en las comunicaciones pero psicológicamente agresivo. Ahora cambió, se transita más tranquilo, calma los nervios, y esto es un hecho muy importante que no está lo suficientemente valorado. Si queremos transformar a San Juan en una ciudad turística lo primero que tenemos que hacer es presentar una ciudad agradable.

–Hay muchas veredas rotas, levantadas por las raíces de los árboles y es otro aspecto a tener en cuenta…
–Es un problema de riego porque las veredas impermeabilizadas no dejan filtrar suficiente agua, entonces los árboles van a buscar el agua en los jardines y en las cañerías rotas. Este es uno de los precios que tenemos que pagar pero tenga en cuenta que una vereda la arreglamos en dos días, criar un árbol se demora 15 años, entonces tener una buena arboleda significa también sacrificios.

–¿Usted tiene en cuenta el consumo de agua de cada especie a la hora de elegir el tipo de arboleda?
–Bueno el consumo de agua no es gravitante en cuanto al objetivo que se quiere conseguir. Depende de la circunstancia ya que si hay que diseñar un paisaje en la Difunta Correa, en donde el agua es muy escasa, se buscará especies autóctonas que no necesiten mucho riego y que se adapten a nuestro suelo desértico que tiene mucho ripio, mucha arena, mucho calcio, mucha cal y no cualquier planta los tolera.

–¿Y en la ciudad?
–En el caso de las forestaciones urbanas no, nosotros necesitamos un microclima artificial que sea propicio para nuestra vida. Una de las cosas que hace propicia la vida es la cantidad de agua que transpira el árbol. Si tenemos un día de 40 grados, en el pavimento hay 53 grados pero si la vereda está sombreada y húmeda, se vive mejor, entonces en ese caso la humedad es un bien común a la población.

–¿Cuánto consume un árbol de agua?
–Depende mucho de varias cuestiones. Por ejemplo, un plátano grande del Parque de Mayo puede consumir hasta 1.100 litros por día en verano. Un alfalfal consume 120 metros cúbicos de agua en promedio de por vida en enero. Imagínese la avenida de Circunvalación.

–¿Qué pasa si no tiene agua suficiente?
–Cierra los estomas para no transpirar y deja de crecer. Hay especies que son más eficientes en el objetivo de sobrevivir que otras y llegan incluso los árboles a desprenderse de ramas para sobrevivir y esto afecta la estética.

–¿Qué porcentaje de árboles enfermos hay en la ciudad?
–Hace siete u ocho años realicé una evaluación en la que se registró árbol por árbol, anotado las características y hemos encontrado en ese momento un 7% de árboles enfermos que si se regaran bien podrían convivir con la enfermedad. Hay un 70% de árboles del microcentro que están en muy mal estado vegetativo por falta de riego y están sanos.

–Con un buen sistema de riego en poco tiempo se pueden recuperar…
–Si uno pusiera en San Juan un sistema de riego que satisfaga las necesidades de ese árbol en consumir agua y con la aplicación de unas hormonas por el tronco, porque esa hormona despierta la dormición de las yemas, los árboles se recuperarían en poco tiempo.

–Hay creencias como pegarle a los frutales el día de San Juan para que dé más frutos.
–Esto se ha investigado en los centro como el INTA o en las facultades de Agronomía y no hay resultados favorables que uno note que sean estadísticamente significativos. Son mitos. Lo mismo que sembrar según las fases de la luna, está comprobado que no influye.

–Otra cuestión es con las palmeras, que le marcan el norte para implantarla en la misma posición cuando se la lleva a destino.
–Antes lo hacía. Cuando se realizó la parquización de Bahía de las Tablas, se implantaron muchas palmeras y en varias de ellas se colocaron sin respetar la misma posición.

–¿Hubo diferencias?
–Todas crecieron igual. Por eso también digo que es un mito.

–¿Hay un árbol característico de San Juan?
–Por tener un territorio desértico, no tenemos árboles característicos. El algarrobo es el más característico y que tiene más aspecto a árbol. Hay arbolitos como el chañar, el retamo, el tala, hay zonas del norte como el quebracho pero no puede decirse que sean característicos de San Juan.

–El álamo es bastante común…
–El álamo criollo es muy frecuente como barrera del viento pero proviene de Lombardía. Lo mismo sucede con el sauce, que es característico de los arroyos nuestros.

–¿Cuál es el árbol más masivo?
–En la zona urbana céntrica, es el plátano y si se toma el gran San Juan, la morera. Si toma la zona agrícola es el álamo.

–¿Dónde se consigue la mejor tierra en San Juan?
–Cuando no existía el dique de Ullum, era fácil conseguir tierra de los bordos. Ahora hay que ir más lejos como fincas que no se cultivan en Zonda o Ullum. El 50% del espacio del suelo es poroso y tiene una gran cantidad de organismos vivos como hongos y bacterias y enriquecen con fósforo la tierra.

PERFIL

Profesión: Ingeniero agrónomo.
Casado con: María Rosa Quiroga.
Hijos: Tres hijos, Alfredo se dedica a la computación en una empresa minera, María Alejandra tiene una empresa de diseño gráfico en Mendoza y Lucio es ingeniero industrial. Tiene cuatro nietos.
Comida: Las verduras. Le encanta el locro.
Cocina: Muy poco.
Lectura: Novela hispana y Saramago.
Película: Las de ciencias ficción basadas en hechos científicos y la comedia.
Frase como le gustaría que lo recuerden: “Un paisajista que cambió algo San Juan”

Nota publicada en El Nuevo Diario el 19 de agosto de 2011.

GALERIA MULTIMEDIA
El ingeniero Lucio Gómez es el encargado de los proyectos especiales de forestación en la provincia.