Valois Martínez Colombres: "La gente perdió confianza en los médicos"

Valois Martínez Colombres es un prestigioso pediatra sanjuanino que participó en la creación de laboratorios de vanguardia y ejerció importantes cargos públicos. Analiza los cambios que atravesó la medicina en este tiempo.

De su abuelo y su padre, no sólo heredó el nombre sino también la vocación. Y a los tres años, Valois Martínez ya supo que iba a ser médico. Tras estudiar medicina enla UBA, volvió a San Juan para especializarse como hematólogo junto a su padre, que a principios de los ´60 era jefe del Servicio de Hematología. De la mano de médicos como su padre, Ernesto Bustos y Enrique Castro -sus grandes maestros-, Valois también ejerció como pediatra. “Durante 40 años trabajé sin descanso y hubo épocas en que hacía 13 o 14 domicilios en un día” cuenta el médico, quien fue el primero en trabajar en el Instituto Médico de San Juan.

Ya dedicado por completo a la pediatría, Martínez creó lo que él define como “uno de los mejores laboratorios del interior del país” junto a un grupo de médicos jóvenes y entusiastas. Pero su trabajo no se redujo al ámbito privado ya que fue en la salud pública donde promovió importantes avances para la provincia. En un período de diez años, fue jefe de Clínica del Hospital de Niños, jefe de servicio del Marcial Quiroga y del Hospital Rawson. Con una larga trayectoria, el médico comparte su mirada sobre los cambios que atravesó la medicina en casi medio siglo.

-¿Qué cosas cambiaron con la medicina moderna?
-La medicina cambió pero no para peor sino que tiene otra forma de trabajo. Antes la atención era muy personalizada y eso cambió por la accesibilidad de la gente a la guardia y porque los servicios son buenos pero también porque antes el médico era mejor remunerado por ir a domicilio. Hoy el médico joven tiene que hacer números y atender a muchísimos pacientes.

-¿Con qué actitud ve a los médicos de hoy?
-Antes había una medicina muy individualista y el médico tenía el temor de ser reemplazado. En mi época se comenzó a trabajar en equipo y ya no había tantos genios. Hoy la medicina es más colaborativa entre los especialistas. Pero siempre tiene que haber un clínico general. Ahora se están dando títulos de médico de familia que son los que pueden orientar sobre qué hacer ante un síntoma. Otra cosa que se está intentando es que los centros periféricos sean realmente filtros para que no todos lleguen a los hospitales principales.

-Si hoy fuera funcionario ¿qué es lo primero que haría?
-Miraría a los países que tienen una medicina bien organizada, como España o Inglaterra. No hay que copiarla pero sí estudiarla bien y ver cómo se gastan los recursos. La mortalidad infantil y materna da la pauta de la situación sanitaria y social de un pueblo y San Juan se encuentra en un nivel medio en el país. Hay que implementar mejores políticas sanitarias, sobre todo porque Argentina gasta mucho en salud y podría tener mejor organización. Se está trabajando para que haya mejores sistemas de derivación pero todavía son lentos. Antes que la salud, los problemas de los argentinos pasan por los desencuentros y las peleas. Sólo hay que pensar en cuántos indígenas o poblaciones alejadas no son tenidas en cuenta en el país.

-En San Juan ¿cuáles son los principales problemas de la salud?
-San Juan no puede organizarse si en el país existe una medicina de prepagas y no un sistema igualitario. Favaloro proponía una medicina en la que todos tuvieran una cobertura mínima. El país tiene que definir si quiere una medicina como la de Estados Unidos, donde tienen grandes bolsones de pobreza sin atención y con una mortalidad igual o peor a la nuestra, o una medicina social como la inglesa o escandinava donde todos tienen un recurso sanitario mínimo.

-¿Es posible llegar a ese modelo?
-El país está en medicina como en el resto de las cosas y no tendrá una organización espectacular mientras no haya pacificación. Se está fomentando el odio y tenemos que reencontrarnos para avanzar. Tenemos que darnos cuenta de las cosas buenas que tenemos. La medicina argentina es de vanguardia en Latinoamérica y algunos centros especializados de Buenos Aires son los mejores del mundo. El médico argentino sobresale en España o Estados Unidos porque hay muy buena formación.

-¿Cuáles son las necesidades más urgentes?
-Lo que necesita San Juan en pediatría son camas. En este momento es dramático porque hay días en que no se sabe dónde internar a los enfermos graves. En la época de Avelín yo perdía más tiempo por los problemas edilicios del hospital que en ver pacientes. Ahora cuando se termine el hospital Rawson, los médicos van a tener los recursos para trabajar.

“MUCHOS TIENEN TEMOR DE QUE EL MEDICO LE HAGAN ALGO RARO”

-¿Cómo ve a las nuevas camadas de médicos?
-Yo tuve mucho contacto con residentes y los veo muy dedicados. Lo que pasa es que también son seres humanos que no pueden trabajar 24 horas ni aunque fueran robots. Tiene que haber un sistema de distribución de tareas porque no puede haber seres irreemplazables como antes.

-¿Los sanjuaninos confían en los médicos locales?
-Los médicos han perdido confiabilidad, la gente tiene mucho temor de que le hagan algo raro. Pero creo que hay que recuperar la confianza en los médicos porque todos la hemos perdido, los médicos, los maestros, los gobernantes… y la razón la encontramos en el tango Cambalache. De todos modos, creo que en San Juan la relación médico paciente sigue siendo buena, aunque no se va a volver a la época de mi abuelo, que agarraba el sulky para ir a Angaco a atender pacientes y se quedaba todo el día hasta que pasara la emergencia.

-Hay gente que dice que ahora los bebés nacen por cesárea por comodidad o porque los médicos cobran más
-Puede ser que se dé en algún caso por comodidad o pedido de la embarazada pero no por dinero porque no hay mucha diferencia. Cada vez hay más indicaciones para hacerlo por cesárea en base a estudios que antes no había.

-¿Y hay casos de gente internada innecesariamente en terapia intensiva?
-En pediatría de ninguna manera. Acá no se pone a un niño en terapia para cobrar un poco más. La terapia intensiva es muy estresante y en pediatría creo que es mayor el compromiso porque hay más responsabilidad. Y en la medicina general creo que tampoco porque los terapistas son muy serios y nadie manda a alguien a terapia sin razón porque esa persona tiene posibilidades de salir mal.

LA ATENCION DISPERSA Y OTRAS ENFERMEDADES "DE MODA"

-¿Qué prácticas poco convenientes persisten en la medicina?
-Una es que la mayor parte de los remedios que se consumen son automedicados. Otra que a veces resulta más fácil dar una receta y que el paciente no vuelva más a disponer del tiempo para revisar su evolución. Hay que ser prudente con la medicación sobre todo la neurológica o en enfermedades que se ponen de moda como el síndrome de déficit de atención, donde hay medicados sin necesidad. Lo ideal es trabajar con la psicóloga, médico, acompañante terapéutico, escuela y familia. Pero muchas veces son sólo niños movedizos que los diagnostican mal y les enchufan el remedio y chau.

-¿Qué otras enfermedades “están de moda”?
-Hay enfermedades que no están de moda sino que han aumentado como las alergias o las que tienen que ver con lo psicológico como la obesidad. También hay muchos accidentes, que son una de las mayores causas de muerte. Eso no depende sólo de la medicina sino de la educación. Hay que prevenir los accidentes en la escuela, las plazas, las calles y la casa y evitar que los adolescentes se mueran los sábados por tomar tanto alcohol.

-¿Qué piensa de la educación sexual en la escuela?
-Tengo pacientes de 16 años que son padres y siguen atendiéndose conmigo. Eso muestra que falta educación sexual y no se puede empezar a enseñarle al chico a los 15 años cuando ya sabe todo. Hay que empezar a los 7. Educación sexual no es dar un preservativo y desentenderse. La sociedad en todos sus estamentos debe velar por la salud de los adolescentes y no se puede enfocar la cuestión sólo desde el aspecto genital.

-¿Qué enfermedades que se creía extinguidas siguen existiendo?
-Una es la rabia y aunque en el hospital dicen que ya no existe, no ha terminado. Acá hay muchos perros vagabundos y el Estado debe hacerse cargo, porque no sólo transmiten rabia sino muchas otras enfermedades. La sífilis, la hepatitis B y la tuberculosis también existen y ésta aumenta más con el SIDA. Una de las “nuevas enfermedades” son los accidentes en deportes como el rugby, del cual soy enemigo acérrimo. El deporte es muy bueno pero no me parece mandar un hijo a hacer un deporte riesgoso.

“TODAVIA HAY QUE HACER MUCHO POR LOS DISCAPACITADOS”

Valois Martínez está casado con Martha Del Bono, junto a quien tiene cinco hijos: Augusto (ingeniero electromecánico, casado con Mariela Kenan), Leonor (odontóloga y casada con Carlos Ferrero) Martha (fonoaudióloga, casada con Gonzalo Varona), Valois (ingeniero agrónomo, casado con Cecilia Kenan) y Ana (quien concurre a una escuela de educación especial). Por su hija menor, Valois conoce el tema de capacidades especiales “casi como un especialista”. Y cuando le preguntan sobre la inserción social de las personas con alguna discapacidad, el médico dice que aunque aún queda mucho por hacer, ha habido cambios favorables. “De cuando yo llegué a San Juan hasta hoy se ha avanzado años luz” dice el pediatra, quien sostiene que “antes la gente los ocultaba y no los cuidaba”.

-¿En qué situación se encuentra la discapacidad en San Juan?
-Actualmente la sociedad no es un paraíso para los discapacitados pero ha mejorado en la aceptación. Este gobierno ha puesto mucho énfasis en eso y se ha progresado mucho pero aún no se llega a tomarlos para que trabajen. De los que yo conozco sólo dos están trabajando y son muy responsables. Hay escuelas que merecen sacarse el sombrero como la Tobares García porque Ana también fue a otros lugares donde hay muchos sinvergüenzas que se aprovechan de ellos de diferentes formas. No todas las escuelas son como Aleluya, donde hay gente decente.

ENAMORADO DE LA MEDICINA

Mientras estudiaba en la UBA, Valois Martínez tuvo la oportunidad de especializarse en Londres como neurocirujano, de la mano de uno de los grandes especialistas del Hospital Rawson de Buenos Aires. Y a pesar de que esta especialidad le deparaba un gran futuro, no dudó en inclinarse por la pediatría. Junto a médicos como Rusansky, Hugo Ramírez y Luisa Chirino, Martínez creó en el año 70 el Laboratorio de Hematología Clínica, que incorporó tecnología de avanzada. Más tarde, se desempeñó como director del Banco Municipal de Hemoterapia, donde realizó la primera transfusión de plaquetas en la provincia junto al inmunólogo Farina Peñafort. Durante su carrera, Martínez se desempeñó en la conducción de los hospitales más importantes de San Juan y trabajó como director del Hospital de Niños, hasta 2002, año en que se jubiló. Con 70 años y siempre “enamorado de la medicina”, Valois trabaja en su consultorio y aprovecha el tiempo libre para leer sobre temas médicos, una actividad de la cual “no podría prescindir”.

Nota publicada el 1 de agosto de 2008 en El Nuevo Diario.

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Aunque se jubiló en el año 2002, Valois Martínez continúa trabajando en su consultorio. “En San Juan hay muy buenos especialistas y hoy ya no hay que derivar tanto a Buenos Aires”.