Oscar Alcober: "Es muy difícil saber donde está el eslabón perdido"

El paleontólogo y director del Museo de Ciencias Naturales de la UNSJ sostiene que los investigadores sanjuaninos son reconocidos dentro de la comunidad científica internacional y que es difícil que se pueda descubrir otro Ischigualasto en la provincia.

Aunque la fecha exacta es un secreto guardado bajo siete llaves, dentro de unos días será inaugurada “Titanes de Ischigualasto”, la mega muestra sobre los dinosaurios que poblaron San Juan. Didáctico, el doctor en Ciencias Geológicas Oscar Alcober, director del Museo de Ciencias Naturales dependiente de la Universidad Nacional de San Juan, explica cómo evolucionó la fauna de San Juan y manifiesta que los investigadores locales son reconocidos a nivel internacional.

—¿La superficie de San Juan fue mar alguna vez?
— Si nos fuéramos unos 400 o 500 millones de años para atrás, hay momentos en los que San Juan estuvo cubierta por agua. La Cordillera de los Andes no estaba y el mar llegaba hasta acá. En realidad, durante varios millones de años, San Juan fue la línea de costa, y lo prueba la cantidad de calizas que se explotan en la sierra de Zonda.  Las calizas son rocas que se forman en la zona de plataforma.

—¿Cuándo deja de estar bajo el agua?
— El mar se aleja en el período Carbonífero a niveles muy parecidos a los que está ahora. En el Pérmico y el resto del Mesozoico, San Juan está emergido y cuando viene el Triásico está lleno de valles, parecidos a los que se ven en África Central. Esos valles están producidos por un tectonismo (acciones del subsuelo), que genera valles alargados, muy profundos y prolongados en el tiempo.

—¿Cuál es el primer registro de vida en San Juan?
—Hay indicios de fósiles de más 600 millones de años.

—¿Dónde se encontraron?
—En la precordillera, que es un tesoro geológico. Vienen de todo el mundo a estudiarla. Muy pocos sanjuaninos lo saben. Creen que los geólogos vienen nada más que a buscar minerales, sin embargo muchos más vienen a investigar la geología. La precordillera es ejemplo de plegamientos, levantamientos de roca y no sólo están estos fenómenos comprimidos, sino que también ha preservado rocas de todo el Paleozoico.

— En Ischigualasto, ¿cuál es el registro de vida más antiguo?
— El registro de fauna en el Triásico medio, ahí es cuando comienza la historia. Es lo más importante que tiene el Valle de la Luna.

—Si todo el territorio de San Juan estaba habitado ¿por qué sólo hay registros en Ischigualasto?
— La corteza terrestre no es algo quieto, por lo que es milagroso que aparezcan pedacitos de lo que fue. Tenemos mucha suerte en tener vestigios. Es probable que dentro de 100 mil años, todo lo que es Ischigualasto desaparezca porque se está levantando y erosionando.

—¿Hay lugares en Ischigualasto donde hay mayor concentración de fósiles?
—Sí. Ahora sabemos por qué. Tenemos un especialista trabajando con nosotros en una rama  de la Paleontologia que se llama Tafonomía, que estudia estas razones. Para que un fósil se preserve como tal debe haber varias condiciones. Por ejemplo el mejor ambiente para que se conserven es el semiárido, porque hay mucha presencia de carbonato que crea un ambiente que no ataca los huesos.

—¿Puede aparecer otro Ischigualasto?
—Es difícil, a esta altura, pero pueden aparecer cosas nuevas. Encontramos algunos restos en Mogna y otros en Marayes.

—¿Qué encontraron?
— Yacimientos pequeños. El de Mogna es un pequeño afloramiento donde encontramos muchísimos esqueletos pero de una sola especie, que es el que presentó Ricardo Martínez hace poco tiempo. El Adeopapposaurus mognai, que es un reptil hervíboro, representa los primeros vestigios de vida luego de lo que que pasó en el Triásico.

—¿Se puede ver en fósiles el fin del Triásico?
—En Los Colorados, en La Rioja, está muy bien representado el fin del Triásico, que es cuando las condiciones se vuelven muy desfavorables en esta zona. En todo el centro de pangea se produce una desertificación y probablemente la vida quedó restringida a los polos. Cuando las condiciones mejoran, la vida vuelve a esta zona y lo que vemos con el Adeopapposauros es el retorno de los primeros animales del Jurásico que sobrevivieron a esta catástrofe.

—¿Cuántas especies pudieron haber vivido en esa época?
— Es muy difícil de precisar. El modelo de diversidad es mezquino con lo que fue. En yacimientos ricos, se puede conocer un 3 o un 4%, en Ischigualasto se puede hablar de un 10 o 15%. Mientras trabajamos, siguen apareciendo cosas.

—¿Cuántas especies tienen registradas?
— Entre 40 o 50.

—¿Saben cómo era el ciclo reproductivo de esas especies?
— Está casi bien probado que los dinosaurios eran ovíparos, porque hay registros de huevos de todo el Mesozoico. Con los terápsidos, es más difícil saberlo. Nosotros los reconstituimos como si fueran vivíparos, con cría y con cuidado parental, que son características mamíferas, aunque está probado que en algunos dinosaurios existirían hábitos gregarios.

—¿Ustedes tienen establecido el momento en que deja de haber dinosaurios en Ischigualasto?
—Argentina tiene muy buen registro del Mesozoico. San Juan y La Rioja tienen el Triásico; de Jurásico, hay poquito. Lo mejor del Jurásico está en Chubut y luego el Cretácico, que es el último periodo del Mesozoico, está en toda la Patagonia: Neuquén, Sur de Mendoza, Chubut, Santa Cruz, que muestran cómo eran los dinosaurios en su última etapa. Cuando se extinguen, viene el pos Mesozoico o la era Cenozoica. Lo más viejo que tenemos en San Juan del Cenozoico es de unos 4 o 5 millones de años. O sea de desde los 60 millones años hasta los 5 millones de años, no hay registros en  San Juan. Sólo se encontraron vestigios en Mogna y en Lomas de las Tapias.

—¿Qué especies había?
—Algunos animales ya se han extinguido. Había caballitos chiquitos, armadillos gigantes, marsupiales, roedores gigantes. Es una fauna de mamíferos.

—¿Saben cómo fueron ocurriendo las mutaciones en diversas especies?
— A mi me sorprende muchísimo ver la cantidad de convergencias que hay entre dinosaurios y cocodrilos o pre cocodrilos en el Triásico. Te das cuenta cómo dos grupos que no tienen relación entre sí van generando adaptaciones similares pero usando estrategias diferentes. Por ejemplo, desarrollando las mismas capacidades fisiológicas o locomotoras pero usando recursos distintos. Uno ve como logran el bipedalismo a la vez, pero nos perdemos de conocer cómo habrá sido esa carrera evolutiva desde el punto de vista fisiológico.

—¿Algún grupo se impuso sobre otro?
—En algún momento los cocodrilos fueron más exitosos que los dinosaurios y fueron los depredadores más grandes, ¿qué cosas los harían más eficientes? ¿Eran mejores cazadores o comían una presa y podían estar seis meses sin alimentarse?

—¿Cuál es la importancia del descubrimiento de un fósil que estaría en la línea evolutiva entre primates y humanos?
— Voy a hacer un paralelismo con nuestros hallazgos:  Panphagia protos, el hallazgo que dimos a conocer con Ricardo Martínez, es similar a este bicho en grupos distintos. Panphagia es el ancestro común entre dinosaurios herbívoros y carnívoros que no encontrábamos. Lo mismo pasa con este bicho, la relación entre homínidos y primates era conocida, pero este hallazgo es el elemento que los une.

—¿Puede haber un lugar de la tierra donde se encuentre el eslabón perdido?
— Es muy difícil. En los documentales aparece cómo que uno sale a buscar las respuestas a ciertas preguntas y en realidad, uno lleva expectativas, pero va a buscar lo que encuentra y luego arma la historia. Eso crea mucha confusión, porque es más divertido, más interesante, para presentar los documentales, pero no funciona así en la realidad, es más aburrido el proceso (risas). Uno dice qué puedo encontrar en Ischigualasto: un mamífero, por ejemplo. Todos los años salimos a buscar uno y probablemente nunca lo encontremos. Pero si lo encontramos y hacemos un documental, diríamos: “Sabíamos que el origen estaba ahí e íbamos a buscarlo” (risas).

—A medida que crecieron sus investigaciones en Ischigualasto, ¿hubo un mayor interés científico internacional?
— Vienen mucho a ver nuestras colecciones. La comunidad científica nos reconoce como buenos buscadores, porque cuando se pensaba que Ischigualasto ya había dado todo lo que tenía que dar, en los ’70, nosotros demostramos que no había dado nada en realidad en comparación con lo que dio después. Eso nos generó prestigio a nivel internacional.



Nota publicada el 29 de mayo de 2009 en El Nuevo Diario.

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"Tenemos mucha suerte en tener vestigios. Es probable que dentro de 100 mil años, todo lo que es Ischigualasto desaparezca porque se está levantando y erosionando".