Paolo Bergomi: "No hay diseño si primero no se promueve la industria"

El experimentado diseñador y empresario Paolo Bergomi, estuvo en San Juan. Aanalizó situaciones sobre el ejercicio concreto de la profesión.


—¿La sociedad está aprendiendo a valorar el diseño como parte del valor de un producto?
—En la sociedad hay un proceso de incorporación del valor del diseño como elemento cultural y productivo. Pero es un proceso muy lento y progresivo, de una lentitud que quisiéramos acele-rar.

—¿Y desde el diseño se ha logrado interpretar las necesidades de la sociedad en esta materia?
—Hay en las universidades un proceso para inculcar en los jóvenes la adaptación del diseño a las demandas de la región. Pero también hay una catarata de información que no es ajustada a lo que es diseño. Podría decir que en determinadas circunstancias hasta se sobreactúa el diseño y se califican como "situaciones de diseño" cosas que no se lo merecen. Se confunde, se toma como una situación de "estar de moda". El diseño es un proceso cultural y tecnológico que genera bienestar en los usuarios.

—¿A qué se debe que no se haya logrado una integración entre sociedad y diseño?
—Para que eso ocurra tiene que haber políticas de Estado. Estuvieron ausentes las políticas para la promoción de las industrias en el país.

—¿Y por qué tiene que promoverse políticas para la industria primero?
—Porque no hay diseño sin industria y en años recientes la industria no ha sido el sector más beneficiado por las políticas oficiales. Si quien tiene que contratar a un diseñador no está reconocido, mal puede reconocerse al diseño.

—¿En qué ramas de la industria argentina el diseño está mejor desarrollado?
—En el sector de indumentaria hay un fuerte desarrollo y se puede decir  que es una corriente refrescante. Pero en la fabricación de muebles o en la industria metalmecánica, el diseño está ausente a escala industrial.

—¿Qué paso?. Hubo una época en la que el Torino era llevado en un barco para mostrar lo que se consideraba un orgullo de la industria nacional.
—A eso me refiero cuando hablo de políticas de Estado. Los años 60 y 70 fueron de gloria para la industria y había grandes desarrollos por múltiples iniciativas. En Argentina había 70 fábricas de motos que aun cuando eran marcas extranjeras producían con la capacidad de nuestros técnicos. Eramos el país industrial por excelencia de Latinoamérica y los diseños en sectores como el de los electrodomésticos se producían en el país.

—¿Qué transmite a sus alumnos en ese sentido?
—De alguna manera trato de recuperarles un pasado que desconocen. Hago una puesta en valor del pasado y busco transmitir un universo de posibilidades trabajando seriamente, técnicamente y éticamente. Los diseñadores deben participar de la sociedad civil organizándose en gremios y asociaciones y hacer oír esa participación. Hay que tratar que los jóvenes piensen distinto, que hagan un país interesante, no para los otros sino para ellos. Tenemos el compromiso de hacerlo.

—¿Cómo ve a la carrera de Diseño que se dictan en San Juan?
—La veo comprometida. El hecho que se invite a gente para transmitir estas ideas es un avance. Es un compromiso que tiene la Facultad de San Juan y eso es importante porque la academia es una pata indispensable en esta plataforma de encuentro que proponemos.

—¿Qué ha podido transmitir en San Juan con respecto a estas ideas?
—La facultad se vinculó desde el 2001 con el CEPRODI (Centro Promotor del Diseño) de la ALADI y el primer encuentro se realizó gracias a la facultad. Ahora se abrió esta instancia y ha sido muy motivador tener casi 100 alumnos durante dos días, lo que me hace volver con el esfuerzo justificado. Creo que ha quedado fortalecido el polo CEPRODI en San Juan, con la facultad y la recientemente creada Asociación de Diseñadores Gráficos.

—En materia de diseño, se suele decir que actualmente el marcado es el mundo y que hay que salir a competir con otros países, no entre nosotros. ¿Comparte esa opinión?
—¡¡Pero el mundo está en mi casa!!. Tengo un producto español pero también tengo que cuidar mi espacio y para eso debo buscar producir un producto que esté en competencia con el mercado.

—Se ha hecho énfasis en que el profesional universitario debe ser un emprendedor y generar su propio trabajo.
—Existe esa idea de que si no tenemos un empleo tenemos que generarlo pero el diseñador es un profesional del proyecto, no de la producción. En el mercado hay miles de productores que no saben que lo necesitan. Metemos en el mercado miles de profesionales que cuando no consiguen insertarse, terminan pensando en que van a tener que producir lo que diseñan. Pero en realidad lo saco a la calle para que compita con el taller que se está muriendo de hambre porque no sabe que existe el diseño y que esto lo puede ayudar a salir de sus crisis. Es terrible que el diseñador piense "lo hago yo" en lugar de asociarse con el taller.


NOTA PUBLICADA EN EL NUEVO DIARIO EL 25 DE JUNIO DE 2010.

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