Una de cada cuatro infecciones se contagia dentro de la terapia intensiva

Según datos relevados por el Comité de Vigilancia de Infecciones Intrahospitalarias del Hospital Rawson, el 26,3% de las infecciones que contraen los pacientes internados en terapia intensiva, tiene su origen en contagios que se producen durante la internación. A su vez, la mayor parte de esas infecciones son neumonías que se adquieren por el uso de respiradores mecánicos.

La muerte de Sandro y la noticia de que no murió por el fracaso del trasplante sino porque no resistió el ataque de una poderosa bacteria intrahospitalaria, puso la atención sobre cómo estamos en materia de control de este tipo de infecciones particularmente en las terapias intensivas de los hospitales y clínicas del país y de San Juan en particular.

En nuestra provincia, sólo se pueden tener un porcentaje representativo de la situación ya que el hospital Rawson es el único que aplica un programa de control de las infecciones intrahospitalarias. El sector privado, en el que hay una docena de terapias intensivas y una importante cantidad de quirófanos o prácticas quirúrgicas que se realizan en consultorios, no hay un seguimiento de esas prácticas o de la aplicación de medidas preventivas por parte de los médicos y enfermeros.

Las cifras proporcionadas por la doctora Beatriz Salanitro de Pellice, indican que San Juan registra porcentajes similares a los de nivel nacional:
El 20,3% de las infecciones son neumonías asociadas al uso de ventilación mecánica. El 4,5% corresponde a infecciones endovasculares, asociadas al uso de catéteres. El 1,5 % de las infecciones se localizan en las vías urinarias, por el uso de sondas vesicales.

En la terapia neonatal, los porcentajes registrados son:
15,22% de las neumonías. 7,46% de infecciones en vías urinarias 3,23 % de infecciones endovasculares.

En Cirugía General, en tanto, la tasa global de infecciones registrada durante el 2007 era de 3,73%, porcentaje que disminuyo a 2,08% en el último semestre del 2009 después de la aplicación de medidas preventivas como una optimización de la preparación prequirúrgica y medidas intra quirúrgicas como la implementación de la sutura mecánica y las correcta quimioprofilaxis.

A nivel nacional, se estima que las infecciones intrahospitalarias son la causa de muerte de cerca de 12.000 argentinos por año. Esto se relaciona con el hecho que de los pacientes que contraen neumonía nosocomial el 66% muere, en tanto que para las infecciones del torrente sanguíneo por uso de catéteres la cifra es del 45% y por infecciones urinarias fallece el 43%.

Según la Comunidad Científica Internacional de Control de Infecciones, liderada por el argentino Víctor Rozenthal, las tasas de infección hospitalaria en la Argentina son casi 4 veces más altas que en los Estados Unidos, el Reino Unido, Australia, Canadá y Alemania. Un estudio del Consorcio Internacional de Control de Infecciones Nosocomiales (INCC) sobre tasas de infección hospitalaria realizado entre 2002 y 2005 en 25 países en vías de desarrollo –entre ellos, la Argentina– encontró que la tasa de neumonía era de 13 infecciones por cada mil días de uso del respirador, una cifra tres veces superior a EE.UU. En los Estados Unidos, la tasa de neumonía hospitalaria es de 4 infectados por cada mil días con respirador.

La importancia de lavase las manos
Desde el 2004 el Hospital Rawson, participa de un programa Nacional de Vigilancia de Infecciones Intrahospitalarias. Este programa tiene su sede en el Instituto Nacional de Epidemiología de Mar del Plata dirigido por el doctor Guillermo Loza. El equipo que dirige la doctora Beatriz Salanitro de Pellice efectúa un relevamiento permanente de los servicios que son más propensos a la colonización de bacterias o gérmenes, que son aquellos donde se realizan maniobras invasivas como en las terapias intensivas de adultos y neonatal. Esto también se aplica en los quirófanos.

Los especialistas coinciden en que la medida esencial para controlar las infecciones es el lavado de manos fundamentalmente para la llamada Acinetobacter, que se encuentra en lugares húmedos.

“Con la epidemia de gripe A. Hubo un descenso importantísimo y fue porque estábamos obsesionados con el cumplimiento de normas por la gripe A, había un estricto lavado de manos, colocarse bien el barbijo, guantes. Todo eso hizo, sin que nos diéramos cuenta, que en esos meses, bajaran las infecciones intrahospitalarias, fundamentalmente las infecciones respiratorias en terapia intensiva. La educación tiene que ser continua, porque una vez que pasó este tema de la gripe, volvimos a los niveles de infección, porque se había relajado ese control estricto que se tuvo. Esto nos demostró que todo pasa por las conductas más que por las condiciones edilicias”, explico Beatriz Salanitro.

De eso no se habla
Cuando un paciente contrae una infección intrahospitalaria , difícilmente llegue a saberlo. Así lo reconocen profesionales de la salud consultados acerca del porcentaje de incidencia de las infecciones en el sector privado.

-Lo más común es que se les diga que la situación se complicó por una infección a consecuencia de las bajas defensas que le produjo su enfermedad o una operación- explicó un médico que prefirió no ser identificado.

Hay casos de pacientes que ingresaron por una operación de corazón y después que se les dio el alta vuelven a ser internados porque contrajeron una neumonía. Lo que se teme es que si se reconoce que la infección se produjo en el servicio esto derive en un juicio contra la institución.


Beatriz Salanitro. Médica Infectóloga.
“El peligro está en no cumplir normas de higiene"

-¿Se pueden eliminar totalmente las infecciones intrahospitalarias?
-No existe la infección intrahospitalaria cero, en ningún lugar del mundo. Lo que existe es la tolerancia cero al no cumplimiento de las medidas para evitar la infección. Es decir existe la tolerancia cero a que la gente no se lave las manos, tolerancia cero a que cuando se coloca una vía central se tomen todas las medidas del caso.

-¿Cómo se contagia a un paciente?
-Los gérmenes son peligrosos cuando se realizan maniobras invasivas y no se cumple con las medidas de higiene como lavarse las manos si se coloca una vía urinaria central o intubación endotraqueal o en una cirugía. Estos gérmenes no se encuentran en una superficie y se contagian por el simple contacto.

-¿Quiere decir que es más riesgoso el médico que el familiar que viene de afuera?
-Así es. Un ejemplo sería el del personal de salud, como un interconsultor o quien sale de la terapia y va otra terapia de la parte privada, puede llevar los gérmenes que colonizan las superficies y luego por no cumplir con las medidas, al realizar una practica invasiva ese germen que trajo de la otra terapia se lo traspasa al paciente. Cuando hay un aislamiento estrictamente se deben usar camisolines, lavarse las manos, usar guantes y cuando se sale desecharlos.


El caso de Carolina Sotto, una profesora de Educación Física que se operó de los ligamentos

Casi pierde una pierna por un hongo

A los 26 años Carolina, tenía una vida plena. Dictaba clases de Educación Física, practicaba deportes y hacia dos meses se había casado. Decidió operarse de una rotura de ligamentos y lo que consideró una operación sencilla, terminó siendo una terrible experiencia: contrajo un hongo en el quirófano, que según los profesionales pudo haber evitado con un buen lavado de manos.

-¿Por qué tuviste que operarte?
-Soy profesora de Educación Física, tenía varias horas en diferentes establecimientos educativos, hacia deportes, realmente era lo que me gustaba. Se me cortaron los ligamentos lo que me ocasionaba algunos problemas, después me casé y queríamos tener un bebe. Con mi marido consideramos que para evitar problemas con la pierna si me quedaba embarazada era mejor operarme.

-¿Cuando se hizo la intervención?
-El 16 de enero del 2006 el doctor Ricardo Manilov, me operó. Y aquí comenzó una situación de terror que jamás pensé que iba a vivir, contraje un virus intrahospitalario que me ocasionó la perdida total de mi articulación. Se me introdujo en el fémur y perdí la parte distal.

-¿Cuál fue la complicación?
-Salí bien de quirófano, a los diez días inicié la rehabilitación, pero me dolía mucho. El médico decía que era normal. Cuando me quejaba y lloraba de dolor me decía el kinesiólogo “Carolina sos una mañosa”. El médico se fue de vacaciones y me deja a cargo del padre. Se me había infectado, entonces me punzaba y cultivaban ese líquido pero no salía ninguna bacteria. Me medicaban contra las bacterias, pero no mejoraba.

-¿Tuvieron que operarte nuevamente?
-Me realizaron nueve operaciones en San Juan, sin encontrar solución. El 4 de mayo del 2006 en la última operación que me hizo Manilov, le dijo a mi familia que si veía que estaba muy comprometida la situación me iba a tener que cortar la pierna. En la situación en la que estaba ningún otro médico se quería hacer cargo y él seguía atendiéndome e iba empeorando. Recuerdo que en tres meses, me operaron cinco veces. El médico me decía “se me fueron los libros”, pero no me daba una solución. Me derivó a la doctora Beatriz Salanitro de Pellice, pero en ese momento ella tenía el marido grave. Sin embargo, nos orientó indicando que podía ser por las características un hongo, nos puso en contacto con un especialista de Buenos Aires. Y esa fue una la oportunidad que me permitió seguir viva y conservar la pierna.

-¿Qué hiciste?
-En marzo viajamos con mi esposo y mi mamá a Buenos Aires para atenderme en el Hospital Italiano. Allí me dijeron que la infección estaba muy avanzada y que no tenía articulación. Me cortaron la parte distal del fémur, para evitar que siguiera avanzando el hongo. Me realizaron un implante óseo y una prótesis total de rodilla. Además de un estricto seguimiento.

-¿Qué paso después de esa operación?
-Estuve dos años y medio con muletas, así pase el embarazo de mi hija. En tratamiento con medicación permanente y ahora tengo que hacer rehabilitación de por vida.

-¿Te explicaron como contrajiste este hongo?
-Si. Este hongo se aloja en las fosas nasales, ataca personas de edad, diabéticas o con el sistema inmunológico bajo. Estas características yo no las tenía. Les pregunté a los médicos que había pasado y me explicaron, que era por falta de asepsia que esta situación se solucionaba con un buen lavado de manos.

-¿Y tu vida profesional?
-Tuve que dejar el dictado de clases, me pasaron a realizar tareas administrativas, no puedo correr, ni saltar, ni andar en bici. Para caminar tengo dificultades. Además, en estos años esta situación afectó a todo mi núcleo familiar que se tuvieron que hacer cargo de mi cuidado mientras estaba internada, cuando me operaban, en rehabilitación. Un espanto lo que vivimos todos, por suerte a la operación la cubrió la Obra Social Provincia.

-¿Has iniciado acciones legales?
-Sí, lo hice con el patrocinio del doctor Juan Bautista Bueno.


Por una simple vacuna
En San Juan también se conoce el caso de un menor, hijo de dos periodistas, que fue vacunado en una institución privada. A pocos días el nene comenzó con un cuadro febril y una infección en el brazo. Estuvo durante varios meses en tratamiento. Estiman que una bacteria que ingresó cuando fue vacunado, originó la grave infección.





NOTA PUBLICADA EN EL NUEVO DIARIO EL 2 DE DICIEMBRE DE 2010.

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