Juan Carlos Tedesco: "En la educación el problema no son los chicos, son los adultos"

El exministro de Educación de la Nación, Juan Carlos Tedesco, habló sobre la desorientación de la educación actual, la desprofesionalización de los docentes y la falta de claridad en el mensaje de los adultos hacia los jóvenes.

“No todo es caos y anomia” asegura Juan Carlos Tedesco cuando le preguntan sobre el estado de la educación actual. Exministro de Educación de la Nación y pedagogo de trascendencia internacional, afirma que en la Argentina hay “núcleos importantes que permiten ser optimistas” como el interés de los jóvenes por la solidaridad y el medioambiente. Sin embargo, no se desentiende de los graves problemas que afectan a la educación argentina y señala como acuciantes al maltrato y la desprofesionalización que sufren los docentes desde hace décadas y la falta de claridad de los adultos para definir un proyecto educativo destinado a los jóvenes.

Invitado por la Cámara de Diputados de la Provincia, Tedesco llegó a San Juan para disertar en la Legislatura en el marco de la charla “Educar en buena ley, hacia una nueva ley de Educación”. Después de la conferencia, habló con El Nuevo Diario y realizó un balance global sobre la educación argentina, en el cual resaltó la necesidad de reformar los planes de estudio de las universidades para evitar la “frustración de los alumnos y del país que invierte”.

-¿Cuál es el nivel educativo argentino si se lo compara con el de otros países del mundo?
-Mi experiencia internacional es que nadie está conforme con la educación que tiene. A Corea le fue muy bien en el informe PISA pero en ese país, el día en que los estudiantes secundarios rinden su prueba final, suspenden todos los vuelos en ese horario y hay gran silencio. Toda la sociedad se compromete con la educación y aquí no tenemos eso. En la Argentina del siglo XIX y principios del siglo XX, los grandes intelectuales del país escribían los libros de lectura de la escuela primaria. Había un compromiso muy fuerte y hoy no lo tenemos.

-¿Existe una desorientación en la educación actual?
-Esta idea de desorientación no afecta solo a la Argentina porque la sociedad está cambiando aceleradamente y no estamos definiendo claramente para qué queremos educar. El problema no es de los chicos, es de los adultos que no tenemos un mensaje claro para transmitir. Tenemos que volver al núcleo duro de la educación, que tiene que ver con valores y con el dominio de algunos códigos. En esto no solo hay que echarle la culpa a la escuela porque la ausencia de la dimensión ética es una pauta cultural de nuestra sociedad.

-¿Qué códigos habría que dominar?
-Tenemos que volver al código de la lectura y la escritura en el contexto actual porque también necesitamos que haya una alfabetización digital. Hay que lograr que los estudiantes manejen el método científico porque los debates actuales están cargados de información científica y técnica. Hoy hay que educar para que el chico siga aprendiendo cuando salga de la escuela. Pero creo que hay núcleos que permiten ser optimistas. No es todo caos y anomia. El medioambiente y la solidaridad son dos temas que suscitan la atención de muchos jóvenes, que se comprometen con distintos proyectos.

-Hay una gran desorientación en niveles como el secundario pero también en el posgrado porque muchos egresados no se actualizan y quedan al margen de los avances que se producen.
-En algunas carreras los títulos se dan con fecha de vencimiento y hay que revalidarlos para que sigan teniendo vigencia. Por otro lado, como país decidimos hacer obligatoria a la secundaria y es una decisión importante. Pero debe tener una función orientadora para que los adolescentes se conozcan y elijan su proyecto posterior y sepan qué quieren estudiar o si quieren trabajar. Para eso hay que ofrecerles la posibilidad de hacer experiencias en todas las áreas.

-¿Cómo hace la escuela para afrontar las carencias educativas de muchas familias?
-La escuela está diseñada pensando que hay un solo tipo de familia, que ordena y tiene pautas de disciplina. Pero hay muchos tipos de familia e incluso ausencia de familia, con lo cual muchos chicos llegan a la escuela sin esas pautas. La escuela tiene que compensar esas desigualdades y hay que dotarla de recursos, con asistentes sociales y profesionales que atiendan estas problemáticas.


“Hemos desprofesionalizado a nuestros docentes”
-¿Qué nivel tienen hoy los maestros argentinos?
-Ningún país tiene una educación de mejor calidad que la calidad de sus maestros. Pero nosotros los hemos desprofesionalizado, los tenemos desde hace décadas con sueldos que no atraen a jóvenes talentosos, no les ofrecemos perspectivas de carrera y la formación es precaria. Tenemos que apostar a los docentes con una mirada integral que incluya salarios, formación y condiciones de trabajo. Esto no se arregla en un año ni en dos pero es urgente que comencemos.

-¿Cómo se mejora el nivel y el status de los docentes?
-La apuesta tiene que estar en la mayor profesionalización. Un profesional es alguien que tiene autonomía para tomar decisiones y es responsable por los resultados. Hoy los docentes tienen que aceptar órdenes de arriba y así no pueden hacerse responsables de los resultados. Tenemos que ir a una política que dé mayor profesionalismo, más autonomía y mayor competencia técnica.


“La enseñanza universitaria debería ser más prestigiosa”
-¿Por qué son tan notorias las diferencias de formación de los alumnos al llegar a la universidad?
-En los ´90 tuvimos una ruptura muy fuerte de la homogeneidad del sistema educativo. Llegamos a tener más de 50 estructuras de sistemas educativos diferentes. Fue un caos general. La Ley Nacional de Educación unificó todo esto y hoy se admiten solo dos sistemas. En términos de estructura, la educación secundaria es obligatoria y la diferencia es dónde ponemos el séptimo grado. Después puede haber diferencias de logros en el aprendizaje, no solo entre las distintas provincias sino en una misma provincia y entre escuelas de origen más pobre o de clase media.

-También hay muchos alumnos que trabajan y no encuentran horario para cursar.
-La Argentina creó en los últimos 20 años 40 universidades públicas nacionales y están captando a egresados de la secundaria que ahora tienen más próxima a la universidad y adultos que no pudieron ir antes. Muchas universidades están ofreciendo horarios nocturnos. Pero hay que poner los mejores docentes y la mejor infraestructura en los primeros años y no a la inversa porque si no todo está hecho para que fracase. La enseñanza tendría que ser más prestigiosa porque en la universidad hoy es más prestigioso investigar o gestionar que enseñar.

-El problema es que hay una deserción muy grande y las carreras cada vez se hacen más largas.
-Estamos avanzando porque la oferta se ha ampliado muchísimo pero necesitamos una reforma curricular porque no tenemos títulos intermedios. Muchos países están estableciendo carreras de dos años para salir con un diploma de estudios generales. Después si quieren estudiar dos años más, tienen una especialización. Así no se frustra el alumno y tampoco se frustra el país que invierte.



Un pedagogo con experiencia internacional
Juan Carlos Tedesco estudió Ciencias de la Educación en la Universidad de Buenos Aires y fue docente de Historia de la Educación en distintas universidades. En 1976 ingresó en la Unesco como especialista en política educacional del Proyecto Unesco/CEPAL “Desarrollo y Educación en América latina y el Caribe”. De 1992 a 1997 fue Director de la Oficina Internacional de Educación de la UNESCO, en Ginebra. Ocupó la Secretaría de Educación durante el gobierno de Néstor Kirchner y entre 2007 y 2009 fue ministro de Educación. A lo largo de su carrera, publicó diversas obras entre las que se encuentran “Educación y justicia social en América Latina”; El Nuevo Pacto Educativo y Educar en la sociedad del conocimiento”.




NOTA PUBLICADA EN EL NUEVO DIARIO EL 20 DE DICIEMBRE DE 2013.

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Juan Carlos Tedesco, exministro de Educación de la Nación.