Los españoles y la metalurgia en las primeras décadas del modelo de desarrollo vitivinícola sanjuanino

Un trabajo preparado por Eduardo E. Pérez Romagnoli. Instituto de Geografía, Universidad de Cuyo e Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales, CONICET-CRICYT Mendoza, Argentina.

El objetivo de la investigación es indagar acerca de la participación de españoles en la constitución de la industria metalúrgica de la provincia de San Juan, en el centro-oeste de la Argentina, especialmente la vinculada con la vitivinicultura, en el primer medio siglo de desarrollo del modelo vitivinícola regional. Sobre la base de estudios precedentes realizados por el autor, se partió de la hipótesis de que los españoles fueron decisivos en la puesta en marcha y en el desarrollo de la actividad metalúrgica desde los comienzos de la producción industrial de vino. Entre otros aspectos, se busca conocer la procedencia regional así como la formación y los antecedentes laborales de los migrantes orientados hacia la metalurgia productora de máquinas y equipos para bodegas y destilerías. Se consideran, además, algunas características de los establecimientos metalúrgicos fundados por inmigrantes españoles.

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Entre los cambios económicos, espaciales, demográficos y tecnológicos sucedidos en la Argentina desde fines del siglo XIX se destaca el proceso de formación de la  región vitivinícola, integrada por los oasis irrigados de las provincias de Mendoza y San Juan, al pie de los Andes centrales y a mil km de Buenos Aires1. La conexión ferroviaria de ambas provincias del centro-oeste con la capital argentina en 1885 aceleró las transformaciones que se esbozaban desde la década de 1870 y facilitó la comercialización del vino de mesa hacia el litoral, en donde se constituía el principal mercado de consumo nacional, nutrido principalmente por la inmigración europea proveniente de países productores y consumidores de vino.

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La vitivinicultura capitalista generó en Mendoza y San Juan actividades complementarias2. La expansión del viñedo moderno y la difusión de la bodega industrial promovieron rápidamente el empleo de nuevas tecnologías y el consumo de diversos bienes, importados de Europa y de los EE.UU. Distintos componentes y algunos de esos bienes terminados comenzaron a ser fabricados regionalmente al producirse la soldadura entre los siglos XIX y XX, sin que, por cierto, se abandonara la importación de equipos para vinificar y elaborar alcohol. Entre otras actividades, se fue constituyendo así espontáneamente la industria metalúrgica elaboradora de instrumentos y equipos para bodegas y destilerías, en la que desempeñaron un papel central los extranjeros, del mismo modo que lo sucedido con las industrias inducidas y derivadas de la actividad agrícola nacidas y desarrolladas en diversos núcleos de la región pampeana3.

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El propósito del presente trabajo es abordar la participación de inmigrantes españoles en el origen y conformación de la industria metalúrgica de San Juan, en particular la asociada con la vitivinicultura, en el primer medio siglo de desarrollo del modelo vitivinícola. Se parte de la hipótesis de que los españoles cumplieron un papel esencial en la puesta en marcha y en el desarrollo de la actividad metalúrgica desde los comienzos de la producción industrial de vino y alcohol hasta la década de 1930. En la investigación se busca conocer la procedencia regional y la formación y antecedentes laborales de los migrantes devenidos en metalúrgicos. Se parte del supuesto de que los fundadores y propietarios de los establecimientos arribados a la provincia formaron parte de las "cadenas migratorias" de fines del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX. Se pretende además una aproximación a las causas y las modalidades de la emigración, el tipo de instrumentos producidos y otras características relevantes de los talleres metalúrgicos, constituidos durante esta etapa pionera en el proceso de industrialización regional.

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La investigación retoma y amplía aspectos ya abordados por el autor en un estudio reciente sobre la metalurgia sanjuanina4. Precisamente, un hecho llamativo resultante de ese abordaje ha sido comprobar la fuerte presencia de los españoles en la puesta en marcha y en la construcción de la actividad metalúrgica en la provincia cuyana desde comienzos del siglo XX, particularmente la relacionada con la producción de máquinas y equipos para bodegas y destilerías5.


Mendoza y San Juan en el mapa de Argentina  

El "brote" industrial y la vitivinicultura
Al igual que en la contigua Mendoza, a fines del siglo XIX hubo en San Juan un "brote" industrial directamente ligado al modelo vitivinícola. El Censo Nacional de 1895 registraba 231 bodegas, aunque la mayoría de ellas eran pequeñas, con mínima incorporación de tecnología moderna, y elaboraban todavía de modo artesanal6. Se localizaban en Capital y especialmente en los departamentos contiguos (Desamparados, Concepción, Trinidad, Santa Lucía). Muchas de ellas tenían también destilerías en su interior7. Tanto en el interior como fuera de las bodegas, las destilerías registradas eran 33, una cifra que duplicaba las censadas en Mendoza para el mismo año, aunque el número de bodegas era mucho mayor en ésta que en San Juan8. Para el Censo Nacional de 1914 Mendoza triplicaba el número de establecimientos elaboradores de vino registrados con relación a San Juan (1507 contra 499) y, marcando una notable diferencia con el censo precedente, duplicaba la cantidad de destilerías (29 contra 16)9. En ambas provincias, entre ambos censos, aumentó el número de bodegas tecnificadas y de elevada capacidad de producción instalada. Aunque fue mayor en Mendoza, el impacto de este proceso en San Juan también fue notable.

Según el Censo Nacional de 1895, en San Juan existían 51 talleres en el rubro "Metalurgia y anexos", correspondiendo 43 a hojalaterías (6 eran también zinguerías) y sólo 6 establecimientos entraban en el rubro de "fundiciones, fábricas de máquinas y establecimientos mécanicos". La dominante cantidad de hojalaterías (84 % sobre el total de talleres) en el rubro considerado sugiere que el "brote" industrial apenas se iniciaba en la actividad metalúrgica. Con relación al censo precedente, el de 1914 señalaba una reducción del número de establecimientos -cayó a 42- pero con una modificación en el interior del rubro. Se redujo, en efecto, el número de hojalaterías y creció el de las "fundiciones de metales y de minerales metálicos" así como las "herrerías, talleres mecánicos y de artículos rurales", sumando, ambas categorías, 22 talleres, es decir poco más del 50 por ciento del total. Ello puede interpretarse como un avance hacia una forma de producción que, sin abandonar enteramente la modalidad artesanal, incorporaba características propias de la actividad industrial.

Los españoles en los censos nacionales de 1895 y 1914
Se conoce que, al igual que en el resto de las provincias que recibían inmigrantes, españoles e italianos eran los grupos sobresalientes en la inmigración europea hacia la región vitivinícola, seguidos muy de lejos por las otras nacionalidades.

En 1895, el 0,9 por ciento de los españoles residentes en Argentina vivía en San Juan (el 1,4 % en Mendoza) y escaló a 1,3 por ciento en 1914 (5 % en Mendoza)10. Con esas cifras, San Juan aparecía en el octavo lugar entre las provincias argentinas concentradoras del mayor número de españoles en 1895 y en el séptimo en 191411. En los dos censos los españoles ocupaban cuantitativamente el primer lugar en San Juan. En Mendoza, en cambio, fueron mayoría sólo en el censo de 1914 pues en el de 1895 fueron superados por los italianos. Tomando los dos censos nacionales, Mendoza aventajó a San Juan en el número total de inmigrantes recibidos. Además de la inmigración espontánea hacia ambas provincias, Mendoza, a diferencia de San Juan, contó con una política más constante dirigida a la incorporación de fuerza de trabajo proveniente de Europa. En efecto, aunque la afluencia de extranjeros fue reducida en los primeros años, desde 1874 funcionó la Comisión de Inmigración, dependiente del gobierno nacional, la que contribuyó a radicar europeos en la provincia. A mitad de los ochenta, el gobierno de Mendoza contaba con un representante en Buenos Aires para derivar inmigrantes hacia el oasis norte. En realidad, en San Juan actuó también la Comisión de Inmigración, pero ella fue mucho menos efectiva que en Mendoza12.

No están aún debidamente estudiadas las causas por las que San Juan recibió menos inmigrantes que Mendoza. Puede "haber incidido la posición de punto terminal en que quedó su oasis principal con el ferrocarril. Posiblemente muchos inmigrantes descendieron en Mendoza para probar suerte, atraídos por estímulos oficiales que no existían en San Juan. También la temprana influencia de europeos en Mendoza desde los años 50 y 60 debe haber tenido influencia en la formación de las cadenas étnicas que tan destacado papel han cumplido para incorporar connacionales en las sociedades receptoras13. En fin, la falta de políticas inmigratorias en San Juan puede haber motivado a los inmigrantes a optar por lo que consideraban como el lugar con mejores posibilidades de realización personal y familiar y, particularmente, de acceder a la propiedad de la tierra"14.

Los primeros talleres, diversidad de extranjeros
Los apellidos españoles aparecen tempranamente en anuncios de periódicos sanjuaninos asociados con la metalurgia. Los primeros talleres se encuentran entre las postrimerías de la década de 1880 y los comienzos de la de 1890, acompañando a un reducido número de propietarios de unidades de producción metalúrgica de otras nacionalidades15. Salvo uno, muy representativo, los talleres fueron fundados en el período que Sanchez Alonso (1992) considera como de mayor afluencia de españoles a la Argentina: entre 1880 y 192016. Los metalúrgicos ofrecían servicios variados y muchos de ellos eran cobreros, productores de alambiques y grifería para bodegas, tales José Piedra17 y José Carracedo18), quienes inauguraron sus talleres al finalizar 1888. Los establecimientos metalúrgicos se orientaron desde un comienzo a la reparación y producción de partes y equipos para bodegas y destilerías, al igual que lo ocurrido en los inicios en Mendoza, principalmente en su oasis norte19. Se trataba de talleres rudimentarios, ocupantes de espacios reducidos, con equipamiento mínimo y en donde trabajaban sus dueños, solos o con un aprendiz. Los cobreros prestaban servicios principalmente a los fabricantes de alcohol no bodegueros, pues parte de los bodegueros que tenían destilerías en el interior de sus bodegas contaban también con sus propios talleres y artesanos metalúrgicos.

Pero en los tres últimos quinquenios del XIX, las pequeñas unidades de producción artesanal que, a juzgar por ciertos anuncios en los periódicos, tenían una mayor presencia o reputación, no eran de españoles sino de metalúrgicos de otras nacionalidades europeas. Se trata de los casos de los franceses Pedro Richet -fue también industrial bodeguero- y Julio Oscar Rousselle y del austríaco Antonio Fabián. Rousselle y Fabián migraron a Mendoza -el primero en 1897, el segundo en 1900-, en donde continuaron con la labor metalúrgica relacionada con la vinicultura y la destilación.

Al igual que las unidades de producción fundadas en las primeras décadas del siglo XX, la mayor parte de los establecimientos se localizaba en las arterias principales y relativamente próximos a la estación ferroviaria, un factor, junto con la plaza 25 de Mayo, ligado a la expansión urbana y de atracción para los pequeños establecimientos industriales constituídos en San Juan. Hubo también talleres en Concepción, departamento que, junto con Desamparados, sería incorporado a Capital al promediar el siglo XX.

Vale la pena recordar que, además de ser dueños de bodegas, la presencia de los españoles fue también primordial en otras actividades directamente conectadas con el modelo vitivinícola20.

Características de los establecimientos metalúrgicos
La procedencia ocupacional de los propietarios

La investigación ha permitido diferenciar dos tipos de fundadores y propietarios de establecimientos metalúrgicos según las actividades de las que éstos proceden. Por un lado, los que provenían de la actividad comercial y los negocios. Por otro lado, los que eran artesanos u obreros metalúrgicos y de actividades afines que se independizaron laboralmente, inaugurando sus propias unidades de producción En el grupo de los cobreros, hubo algunos que eran además, y principalmente, bodegueros e industriales destiladores de alcohol, sobre todo en los primeros años del modelo de desarrollo vitivinícola21.

Propietarios procedentes de la actividad comercial
1. El taller de Luis Ugarte, el mejor equipado y el de producción más variada
Luis Ugarte es uno de pioneros de la actividad metalúrgica entre los españoles, al menos el primero que tuvo una mayor continuidad operativa comprobada en San Juan y que dio empleo a dos o tres decenas de trabajadores durante varios años. Se radicó en la provincia en 188522. Dirigió un aserradero en la Capital, fue molinero y dueño de un establecimiento mecánico en Caucete desde 1897, constituyendo más tarde una sociedad en esa actividad23. En 1900 adquirió el taller metalúrgico de Juan Lauga, un comerciante y prestamista francés que a fines de la década de 1890 cayó en desgracia y no pudo resolver sus problemas financieros, especialmente el derivado de una deuda24. En realidad, Lauga había sido, como empresario, uno de los impulsores de la metalurgia en San Juan, inaugurando en 1889 la primera fundición de hierro25 y también fue el primero en construir equipos para bodegas26. Con relación a Ugarte, la investigación no ha podido precisar si al instalarse en la Capital, lo hizo como comerciante o como nuevo dueño del taller metalúrgico, o si desde los comienzos realizaba conjuntamente ambas actividades.

Hacia 1905 se consideraba al taller de Ugarte como el mejor equipado de San Juan. Trabajaban 28 personas de modo permanente27. Contaba con su propio horno de fundición, reparaba y construía máquinas y equipos diversos -destacándose los destinados a bodegas-, poseía una sección de carpintería y fábrica de carros y carruajes28. Además de fabricante era vendedor de instrumentos y máquinas importadas my desde 1910 se convirtió en el agente exclusivo de Agar, Cross y Cía en la provincia; y era el único distribuidor de la maquinaria agrícola de una poderosa firma norteamericana. Al comenzar la década del veinte, la reputación del establecimiento se mantenía intacta y se dedicaba principalmente a los artículos para bodegas29.

Ugarte formaba parte de los miembros más destacados de la sociedad sanjuanina y era socio del club Unión, lugar de reunión de la burguesía local, construcción de redes y articulación de negocios30. Fue uno de los miembros pioneros de la primera empresa proveedora de energía hidroeléctrica a la ciudad de San Juan, al iniciarse la segunda década del siglo XX31, y fue también uno de los fundadores, en 1918, del Banco Comercial32.

Propietarios procedentes de la actividad metalúrgica y afín
En realidad, no se conoce en San Juan otro caso como el de Luis Ugarte, pues la mayoría de los españoles fundadores de talleres provenía directamente de la actividad metalúrgica o afín, sea que hubieran aprendido el oficio en su país o en la Argentina. A partir de esas actividades consiguieron ahorros que invirtieron en la compra de tornos, esmeriles, fresadoras y otras máquinas con las que inicialmente equiparon sus talleres y, como se verá, hubo uno que incursionó en la actividad comercial cuando ya era un reconocido metalúrgico. Ugarte, en cambio, por sus vinculaciones con miembros prominentes de la sociedad sanjuanina, era el único que estaba en condiciones de obtener créditos del sector privado para su actividad.

Hubo dos establecimientos que sobresalieron en esta clasificación: el de Juan Méndez y el de los hermanos Francisco y Ernesto Clavijo.
-El taller de Juan Méndez. De pequeña cobrería a la fabricación de equipos para bodegas.

En 1920 nace el taller fundado por Juan Méndez -en los primeros años en sociedad con un hermano- quien aprendió el oficio en la Galicia natal33. Se puso en marcha como una cobrería y calderería pero a los pocos años había extendido sus servicios y producción a otras demandas, sin abandonar las labores con las que inició actividades el establecimiento. Tenía su propia fundición. Al promediar los años veinte, ocupaba cerca de veinte empleados34. Méndez construía principalmente máquinas e instrumentos para destilerías y tanques y prestaba servicios a diversos equipamientos industriales. Antes de 1950, construyó e instaló los equipos de fábricas de bebidas de empresas destacadas de San Juan, incluyendo la de una conocida firma extranjera elaboradora de vermouth.

- El taller de Francisco y Ernesto Clavijo. De taller mecánico a una fábrica metalúrgica representativa
En la década de 1920 se instalan en San Juan los hermanos Francisco y Ernesto Clavijo Andrade. Francisco, el conocedor de metalurgia, aprendió el oficio en Buenos Aires en los Talleres Metalúrgicos Vasena. En San Juan fue oficial de primera y capataz en el establecimiento de Juan Méndez. En 1930, los hermanos abren un taller mecánico y al poco tiempo se introducen en la actividad metalúrgica como fabricantes de máquinas y equipos para bodegas, además de otras reparaciones y elaboraciones, entre ellas equipos para fábricas de conservas de frutas y hortalizas. Entre los instrumentos más fabricados y vendidos por la firma figura una moledora -imitación de una similar francesa- adaptada por Francisco Clavijo para elaborar uvas criollas35. Más tarde, fuera del período que comprende la investigación, el fermentador contínuo fue otra máquina que tuvo una muy buena aceptación por bodegueros de la región vitivinícola y de otras áreas argentinas. Hasta comienzos de 1950 la fundición de hierro y aluminio más grande de San Juan fue la de Talleres Metalúrgicos Clavijo.

- Otros establecimientos metalúrgicos de españoles
El aporte de los españoles en San Juan no se agota con los metalúrgicos nombrados. Aunque no tuvieron la dimensión, el número de empleados y la diversidad de producción de los de Ugarte, Méndez y Clavijo, otros establecimientos fueron fundados antes de 1930 y fueron parte de la geografía industrial provincial durante un cierto tiempo. Cabe mencionar el de los hermanos Juan y Diego Merino, el de Fernando De Lara y el de José Martín Ariza, todos localizados en la ciudad Capital.

a)   El taller de Diego y Juan Merino.
Los hermanos Merino principiaron labores en 1912, dedicándose inicialmente a reparaciones y producciones metalúrgicas variadas36. A comienzos de la década de 1930, cuando Diego era el único dueño, además de fundición de bronce y de hierro, el taller se dedicaba a la producción de diversos accesorios para bodegas y otras construcciones metálicas37. Su establecimiento contó con el aporte de otros metalúrgicos, como los hermanos Mosert, alemanes, quienes más tarde abrieron su propio taller.

b) La cobrería de José Martín Ariza.
En los primeros años de la segunda década del siglo XX operaba la cobrería de José Martín Ariza38. Además de la fabricación de alambiques, Ariza era conocido en el medio sanjuanino vinícola por la producción de filtros para bodegas39. Como se verá, también realizó significativas innovaciones en un pasteurizador que fue adquirido por numerosas bodegas de la región. Aunque la información obtenida sobre el taller de Ariza es pobre y discontínua, se sabe que su trabajo contaba con el reconocimiento de los propios metalúrgicos capitalinos. Aunque no se ha podido precisar desde cuándo, también ingresó a la actividad comercial como dueño de una ferretería industrial40.

c) El taller de Fernando De Lara.
Fernando de Lara abrió su taller probablemente en los primeros años del siglo XX, al poco tiempo que llegó de España. Durante algunos años de la segunda década constituyó una sociedad con su hermano Jaime, arribado a San Juan varios años después que él. Además de reparar equipos variados, produjo moledoras, prensas y bombas para trasiego41. Al igual que lo sucedido con José Martín Ariza unos años antes, a comienzos de los años treinta, el establecimiento de Fernando de Lara tenía muy buena reputación entre los metalúrgicos locales42.

Aunque con una inserción más débil en la embrionaria geografía de la industria metalúrgica sanjuanina, hubo otros establecimientos de españoles: la cobrería y calderería de Juan Casa Mitehana y la fundición y taller de Juan D. Rodríguez y Hnos, en actividad en la primera década del siglo XX43, y la calderería y cobrería de José Martinez44. Los españoles no sólo se orientaron hacia la metalúrgica asociada con la vitivinicultura. También se los encuentra -además de Ugarte- en las fábricas de carruajes y carros para diversos usos, una actividad muy difundida en la época y existente en varios núcleos de la región vitivinícola, particularmente en el oasis norte mendocino. El establecimiento La Catalana, de Jaime Trias, figura entre los primeros talleres de este tipo45.

En los años veinte, la gravitación de los talleres quedó, en cierto modo, demostrada durante la Exposición Industrial de Concepción, realizada por el gobierno de Aldo Cantoni46. Aunque tuvo sólo un alcance provincial y el objetivo era estimular la industria local, fueron españoles los premiados y distinguidos en los primeros puestos de la sección metalurgia47.

Talleres de metalúrgicos de otras nacionalidades
Entre las décadas de 1920 y 1940, además de las unidades de producción de los metalúrgicos españoles, la investigación registra escasas unidades de propietarios de otras nacionalidades europeas48. Como taller destacable debe señalarse el fundado por el matricero y modelista francés Emilio Royón, quien se radicó en San Juan en la década de 1920. Nació en Boulogne-Sur-Mer, en donde estudió en una escuela técnica y practicó el oficio. Probablemente a fines de la década de 1920, Royón adquirió el taller de Luis Ugarte. Allí, además de diversas reparaciones metalúrgicas, comenzó a fabricar bombas para trasiego y un filtro para vino, el cual, modificado con relación al original, sus descendientes todavía producían en la ciudad de San Juan a fines de la década de 199049. En realidad, Emilio Royón fue precedido en 1910 por el taller de reparaciones metalúrgicas de Jorge Royón50, un familiar que presumiblemente regresó a Francia a los pocos años de haberse instalado en la ciudad de San Juan. Aunque no trascendió como el establecimiento de Royón, en la década de 1920 funcionó el taller de cobrería y calderería del italiano Hiram Lanteri, inventor-constructor de un escurridor contínuo, patente nacional, y adquirido por varias bodegas de la época51.



Provincia de San Juan, Argentina 

El modo en que los españoles metalúrgicos llegaron a San Juan

Aunque uno de los propósitos de la investigación es conocer las razones por las que los fundadores y propietarios de los establecimientos metalúrgicos abandonaron sus regiones de origen y los mecanismos a través de los cuales migraron, en la mayoría de los casos ello no ha sido posible52. Se ha podido conocer las causas de la llegada al país de tres propietarios, de los cuales dos fueron también fundadores: los hermanos Clavijo, Juan Méndez y Luis Ugarte. De los hermanos Diego y Juan Merino se sabe el camino recorrido antes de afincarse en San Juan pero no las causas de la migración. Un rasgo que alcanza a la mayoría de los metalúrgicos españoles es su juventud al ingresar al país, pues tenían menos de 20 años. Inclusive conservaban ese perfil al iniciar labores en los establecimientos que fundaron.

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Luis Ugarte nació en Vitoria (Pais Vasco) y allí, en un taller familiar, aprendió el oficio de mecánico53. Llegó a San Juan para dirigir el aserradero de un conocido empresario54, constituyendo probablemente un caso de migración mediante las cadenas migratorias. Juan Méndez, nacido en 1891, abandonó Galicia en 1907 atraído por la promisión argentina. Recibió sus primeros conocimientos sobre metalurgia en una calderería de La Coruña, lo cual le permitió trabajar en una empresa constructora en Buenos Aires durante sus primeros años en el país. A raíz de su trabajo, conoció la provincia de San Juan y decidió afincarse en ella, percibiendo que había necesidad de ciertos bienes metalúrgicos, entre ellos los solicitados por bodegas y destilerías55.

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Los hermanos Clavijo abandonaron La Línea de la Concepción (Cádiz) para evitar la incorporación a las filas del ejército español durante el conflicto con Marruecos. Su padre, un agricultor que vendía sus productos en Gibraltar, los indujo a viajar hacia la Argentina en 1918, instalándose primero en Buenos Aires y luego, cuando ya habían hecho una cierta experiencia laboral, optaron por San Juan. Aquí funcionaron las "cadenas migratorias"56. En efecto, dos hermanos de Ernesto y Francisco habían arribado a Buenos Aires un tiempo antes por las mismas razones que estos últimos y fueron la punta de lanza para la migración familiar, pues más tarde se sumarían todos los hermanos, incluídas las mujeres, radicándose la mayoría en San Juan57. Sánchez Alonso (1992) resalta la migración familiar de los españoles hacia la Argentina a comienzos del siglo XX, lo cual se cumple no sólo en el caso de los Clavijo sino también en otros miembros del grupo metalúrgico. Juan Méndez viajó con sus padres y hermano. Los Merino se trasladaron del mismo modo, inclusive un miembro de la familia nació en el centro de Chile (Talca), país en el que vivieron un corto tiempo antes de instalarse definitivamente en Argentina. Previo a su asentamiento en la ciudad de San Juan, en Mendoza los Merino trabajaron en los talleres de la empresa constructora del ferrocarril trasandino. Fue aquí en donde Diego aprendió el oficio de metalúrgico. En fin, Fernando de Lara, con su taller en marcha, atrajo a Jaime y a otros tres hermanos casi una década después58, constituyendo otro claro ejemplo de "cadenas migratorias".

El interés por ampliar y afianzar los conocimientos, especialmente los mecánicos, está presente durante este período en algunos metalúrgicos. Es el caso de los hermano Clavijo, quienes, ante la inexistencia de escuelas o institutos técnico-metalúrgicos en San Juan cuando iniciaron labores, mejoraron su formación siguiendo cursos por correo. También buscaron, con buenos resultados, el acercamiento con ingenieros y bodegueros con el propósito de perfeccionar equipos e instrumentos fabricados en su establecimiento59.

La migración de los metalúrgicos comparada con la migración de españoles por regiones de origen
La emigración española hacia la Argentina afectó a todas las regiones del país, pero hubo algunas en donde ella fue más fuerte. El período 1885-1895, de comienzos de inmigración masiva hacia la Argentina, es el único en el que la información disponible ha permitido a los estudiosos un análisis más abarcador de las regiones españolas de donde provenían los migrantes60. El 55,8 por ciento provenía de Galicia, el 11,5 por ciento de Cataluña. Le seguían Asturias con 7,1 por ciento y Andalucía con el 6,8 por ciento61. Aunque la mayoría de los establecimientos que tuvieron una continuidad comprobada son posteriores al corto período considerado y no se conoce la procedencia de todos los metalúrgicos, estas regiones, como se ha visto, están representadas en las firmas metalúrgicas sanjuaninas.
 

Cuadro 1 
 Provincia de San Juan. Algunas características de los establecimientos metalúrgicos de españoles entre 1885 y 1930  
(comprende los principales establecimientos)

Nombre y Apellido

Año o década  
de fundación

Región o provincia  
española de origen

Actividad  
precedente

Principales bienes 
producidos

Año o década  
de cierre

José Piedra

Década de 1880

-------------

-----------

Alambiques

---------------

José Carracedo

Década de 1880

--------------

------------

Alambiques

---------------

Luis Ugarte

1901

Vitoria (País Vasco)

Empresario, comerciante

Prensas, moledoras, bombas, otros

Mitad de la década de 1920

Fernando de Lara

Década de 1900

Granada

Relojería

Prensas, moledoras, bombas

Década del 30

Diego y Juan Merino

1912

Andalucia

Obreros metalúrgicos

Moledoras, varios

Mitad de la década de 1940

José MartinAriza

Década de 1910

-------------

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Pasteurizador, filtro para bodegas, otros

Década de 1930

Juan Méndez

1921

Galicia (La Coruña)

Obrero en taller  
metalurgico

Equipos para bodegas y destilerías

Década de 1960

Francisco y Ernesto Clavijo

1930

Cádiz (La Línea de la Concepción)

Metalurgia, taller de electricidad

Moledoras, prensas

Continúa (otros rubros y actividades)

Fuente: elaboración propia a partir de entrevistas a informantes calificados realizadas entre 1997 y 2001,  La Unión, varios años, diversos números; Revista de Agricultura, Industria y Comercio, Centro Vitivinícola Nacional, Buenos Aires, números entre 1918 y 1928; Molins y Dantil, 1922; Pérez Romagnoli, 1999a y 1999b.

Vinculos laborales entre metalúrgicos españoles
En el primer medio siglo de desarrollo del modelo vitivinícola no se conocían las relaciones técnicas de producción entre firmas de distintos propietarios metalúrgicos. Lo dominante era que cada unidad de producción construyera los componentes incluídos en los bienes finales. En general, los encadenamientos o eslabonamientos productivos entre diferentes firmas son una característica de la segunda mitad del siglo XX. La excepción la constituían algunas fundiciones que proveían de partes a talleres que carecían de su propia fundición. Pero se desconoce si este tipo de relación tuvo lugar entre los metalúrgicos españoles. No obstante, existieron ciertas vinculaciones entre ellos. Por un lado, hubo relaciones de dependencia laboral. Al poco tiempo de instalado en San Juan, Francisco Clavijo fue oficial de primera y luego capataz del establecimiento de Juan Méndez, el que abandonó para abrir su propia unidad de producción. Por otra parte, en la década del treinta, cuando José Martín Ariza resignó la producción metalúrgica, Juan Méndez adquirió parte del equipamiento de su taller y el derecho a fabricar el filtro de aluminio que había patentado. En la década siguiente, ocurrió un hecho similar. Los hermanos Clavijo compraron máquinas herramientas del taller de Fernando de Lara y el derecho para producir una moledora que éste fabricaba.

Los españoles y algunas innovaciones en la metalurgia local
La producción de máquinas y útiles para bodegas y destilerías no se reducía exclusivamente a la imitación de los diseños importados, principalmente de Francia. La participación decisiva de los españoles en la metalurgia de San Juan también se tradujo en algunas innovaciones menores en los instrumentos utilizados en la vinicultura. Se trata de innovaciones adaptativas en procesos de producción, algunas con una dimensión espacial de trascendencia regional. Es el caso del pasteurizador patentado por José Martín Ariza. Las condiciones del aparato las expresa, en cierto modo, el hecho de que fuera fabricado en los talleres de la firma Luis Aischman y Cía, en Buenos Aires y en donde Martín trabajó después de dejar la capital sanjuanina. En 1919, el pasteurizador ya había sido adquirido y utilizado por 25 bodegas de la región, entre ellas la de  El Trapiche, en Mendoza, de la familia Benegas, vanguardia en el proceso de modernización de la vitivinicultura regional62. Otro útil de bodega fue el filtro de aluminio también patentado por José Martín Ariza que, como se dijo, fue producido por Juan Méndez cuando Ariza cerró su taller.

¿Qué sucedió con los talleres?
Los establecimientos metalúrgicos de propietarios españoles recorrieron caminos diferentes. Algunos tuvieron una actividad prolongada, otros funcionaron sólo un corto tiempo. Salvo uno, todos han dejado de operar. No se sabe con certeza cuáles fueron las causas por las que algunas firmas cerraron los talleres y abandonaron la producción metalúrgica. Aparte de motivaciones específicas según las firmas, en algunos casos debe haber influído la propia estrechez del mercado provincial, el cual, además de enfrentar la competencia de los equipos importados para bodegas y destilerías, ha debido soportar la permanente presencia de productos similares provenientes de algunas empresas metalúrgicas mendocinas. A ello debe sumarse una posible lentitud en el reemplazo del equipamiento industrial por parte de los empresarios bodegueros, agravada por crisis económicas, lo cual, por cierto, no favorece la venta de máquinas e instrumentos.

De los establecimientos nacidos a fines de la década de 1880, se sabe que el de José Carracedo aún operaba en 189963 y José Piedra tributaba en 1908 su patente al municipio de Capital correspondiente al taller de cobrería64. La información acerca del taller de Luis Ugarte se pierde en la década del veinte, desconociéndose hasta cuándo se mantuvo en operación. Presumiblemente, funcionó hasta 192565. Hacia la misma época, Fernando de Lara abandonó la metalurgia por la molinería, actividad a la que consideró más rentable66. El taller de los hermanos Merino -en realidad Diego fue el único dueño desde comienzos de la década del veinte- trabajó hasta mediados de los cuarenta. Después del destructivo terremoto de 1944, cerró sus puertas67. Martín Ariza figuraba en los registros de la Dirección de Rentas en 1935, pero contribuía mucho más como comerciante mayorista que como metalúrgico68; al poco tiempo abandonó la metalúrgia, vendió, como se dijo, parte de sus equipos a Juan Méndez y continuó sólo como comerciante. En fin, la fábrica de Juan Méndez, conducida por su hijo, trabajó hasta la década de los sesenta en la Avda Rawson, actualmente una de las principales arterias de la ciudad; al momento de cierre contaba con varias decenas de empleados69.

Sólo la fábrica de los hermanos Clavijo evolucionó hacia una importante empresa familiar hasta comienzos de la década de 1970, cuando se convirtió en una sociedad anónima70. Con varias transformaciones a nivel de la empresa y en el tipo y destino de los bienes producidos, continúa operando en la actualidad. Sin embargo, afectada ya por la crisis de la vitivinicultura regional de fines de la década de 1970 que se prolonga durante varios años, la firma Clavijo ha visto reducida fuertemente sus posibilidades de funcionamiento ante el desamparo en que desde hace un largo tiempo se encuentra buena parte de las ramas industriales en la Argentina. La metalurgia regional no es, por cierto, una excepción. Las condiciones favorables para que los industriales bodegueros compren equipos en el extranjero -en particular, las facilidades crediticias- han perjudicado a la industria regional que durante décadas proveyó a la vitivinicultura de los oasis del centro-oeste y también de otras provincias argentinas. El proceso de modernización de la vitivinicultura en Mendoza y San Juan, en marcha desde la mitad de la década de 1990, se hace sin la participación de la metalurgia regional: la mayoría de los equipos son importados o fabricados por filiales de empresas europeas -italianas, principalmente- instaladas en la región71. En la actualidad, a duras penas, Clavijo subsiste efectuando reparaciones diversas y construyendo algunos instrumentos para la minería nacional. Es ahora principalmente una empresa de servicios y no de producción, destino prácticamente inevitable para las pocas firmas del sector con unidades de producción en actividad.

Conclusión
En esta aproximación al aporte de los españoles en el origen y desarrollo de la metalurgia sanjuanina hay aspectos que deben ser ampliados y profundizados, como por ejemplo el de las redes migratorias. Su tratamiento podrá realizarse si nueva información lo permite. De cualquiera manera, queda claro que, como grupo dominante en la metalurgia sanjuanina, los españoles se consolidaron en la segunda década del siglo XX. Previamente, en los prolegómenos del "brote" industrial, cuando la cantidad de talleres era reducida, compartían la reparación y producción con metalúrgicos de otras nacionalidades, en especial de productos para las destilerías de alcohol. Las firmas metalúrgicas de los españoles reunían, en el período considerado, al menos tres aspectos característicos. Constituyeron el grupo extranjero más numeroso, sus talleres fueron los de mayor continuidad operativa y, aunque fueron limitadas y de escasa complejidad, realizaron innovaciones tecnológicas adaptativas, contribuyendo al desarrollo tecnológico regional de la época.

Un hecho interesante para destacar de los talleres de españoles es su función formadora de metalúrgicos sanjuaninos. En efecto, hubo ex-operarios de talleres -especialmente de los de Méndez y los hermanos Clavijo- que abrieron sus propios establecimientos metalúrgicos. Aunque las nuevas pequeñas firmas no orientaron principalmente su línea de producción hacia los instrumentos demandados por bodegas y destilerías, se sumaron a la concentrada actividad metalmecánica en la Capital y los departamentos contiguos. Así nacieron herrerías artísticas, carpinterías metálicas, establecimientos de reparación de instrumentos agrícolas y otros diversos talleres del sector, incorporados a la geografía artesano-industrial de la provincia.

Notas
(1) Este trabajo forma parte de un proyecto de investigación sobre "El proceso de formación y las transformaciones en la región vitivinícola (1850-1950)". Es subsidiado por la SECYT de la UNCuyo, Mendoza. Un resumen de esta investigación fue presentado en el XXII Congreso Nacional y VII Internacional de Geografía, Talca, Chile, 22 al 26 de octubre de 2001, Sociedad Chilena de Estudios Geográficos.

(2) El término región vitivinícola se entiende en el sentido adjudicado por Mariano Zamorano al estudiar regionalmente a la Argentina según las actividades económicas dominantes, Geografía General Larousse, Tomo II, 1967.

(3) La vitivinicultura moderna fue precedida por un modelo sustentado en la ganadería comercial con agricultura subordinada. El cultivo dominante era la alfalfa, principalmente destinada a engordar el ganado traído del litoral con el propósito de comercializarlo en Chile. En una proporción muy menor, se cultivaba vid, cereales -especialmente trigo- y frutales, en ambas provincias. En el caso de Mendoza, este modelo -y los comienzos de la reconversión productiva hacia la vitivinicultura moderna- ha sido estudiado por Rodolfo Richard Jorba: Poder, economía y espacio en Mendoza: 1850-1900, Editorial Facultad de Filosofía y Letras, UNC, Mendoza 1998.

(4) Pérez Romagnoli, E., San Juan: la metalurgia productora de instrumentos para bodegas y destilerías entre 1885 y 1940, en Población y Sociedad, nros 6-7, 1998/1999, Tucumán, Argentina.

(5) Además de información recuperada para el mencionado estudio, para el presente tratamiento se han renovado entrevistas a familiares de metalúrgicos que fueron dueños de talleres hasta la década de 1930 y se ha continuado con el análisis de fuentes primarias y secundarias en archivos y hemerotecas de San Juan.

(6) En los últimos años del siglo XIX conservaban aún esas características (Galanti, 1899)

(7) Según la localización, se diferencian dos tipos de destilerías en los comienzos del modelo vitivinícola. Las ubicadas en el interior de las bodegas y las situadas fuera de ellas pero en su proximidad, para facilitar el acceso a la voluminosa materia prima (el orujo) y reducir los costos de los fletes.

(8) El trabajo contiene referencias a Mendoza con el propósito de efectuar algunas comparaciones consideradas útiles, teniendo en cuenta las semejanzas del modelo de desarrollo vitivinícola en ambas provincias.

(9) Las cifras deben considerarse como indicativas aunque en lo esencial no alteran las tendencias de los procesos. En Mendoza, la cantidad de bodegas y destilerías señaladas por los censos nacionales no siempre coincidía con la cantidad indicada por los censos provinciales. También se han encontrado diferencias entre fuentes privadas y oficiales. Además, había establecimientos que, por diversas razones, en algunos años no funcionaban y en los censos aparecen como "registrados". Como sea, se percibe que los censos registraban sólo una cantidad de las destilerías en funcionamiento, pues desde fines del siglo XIX había, prácticamente, una destilería en el interior de cada bodega.

(10) Sánchez Alonso, 1992.

(11) La distribución geográfica de los españoles en el censo de 1895 señalaba una clara concentración a favor de Capital Federal (40,4 %) y Buenos Aires (35,2 %). Le seguían después Santa Fe (10,6 %), Entre Ríos (3,2 %), Córdoba (2,7 %) y Tucumán (2,0 %). En 1914, cuando vivían 829.701 españoles en Argentina, continuaba la concentración en Capital (37,0 %) y Buenos Aires (33,0 %) y Santa Fe se mantenía en tercer lugar (10,2 %). Córdoba ascendió al 5,1 % y Entre Ríos (0,9 %) había pasado al último lugar de las ocho provincias que concentraba el mayor número de españoles (Sánchez Alonso, 1992).

(12) Exceptuando los gobiernos de Sarmiento y Carlos Doncel, "la acción oficial de los gobiernos provinciales fue casi nula en materia de inmigración" (I. Girones de Sánchez, 1985: 70)

(13) Entre los europeos que contribuyeron a modernizar la vitivinicultura tempranamente, en las décadas de 1850 y 1860, se destacan los franceses Michel Pouget, Hilaire Lasmartres y Eugenio Guérin y el italiano Pedro Brandi (Richard Jorba, 1998).

(14) Pérez Romagnoli y Richard Jorba, 2000: 10-11.

(15) Existieron en los comienzos sociedades entre extranjeros y argentinos, aunque durante esos años no se puede hablar específicamente de actividad industrial sino de una metalurgia artesanal. Hubo españoles que participaron en esas sociedades: "Hojalatería Hispano-Argentina, calle Rivadavia 366 y 368. Tenemos el gusto de anunciar al público que desde esta fecha queda abierto nuestro nuevo taller de hojalatería, donde nos encargamos de todos los trabajos concernientes al ramo, tanto extranjeros como del país. Advirtiendo que todo pedido será atendido con la mayor exactitud y esmero, pudiendo competir en los precios con los mejores establecimientos de la Capital, 26 de diciembre de 1888, José Cabello-Fermín Gómez" (La Unión, 05-01-1889).

(16) El mayor número de ingresos a San Juan fue en el período 1910-1920 (Ferrá de Bartol, 1987).

(17) "Taller de cobrería En esta fecha acabo de abrir mi taller en la calle Buenos Aires 89. Se hacen alambiques de todos sistemas no conocidos hasta el día en América, caños y calderas de vapor; se componen toda clase de máquinas; se construyen bombas, pailas y tuberías para agua corriente y todo trabajo perteneciente al ramo. Todo con precio sin competencia, José Piedra, diciembre 20 de 1888" (La Unión, 05-01-1889). Aunque trabajó por lo menos hasta la primera década del siglo XX, el Segundo Censo Nacional, 1895, no registra el taller de José Piedra.

(18) "Viñateros y vinicultores. En la Cobrería Española, situada en la calle Buenos Aires, a dos cuadras de la estación, se trabajan alambiques de todos sistemas más modernos y económicos. Para horujos (sic) y refinos se construyen aparatos para alcohol y bombas, cañerías para máquinas a vapor, calderas para fábricas de cerveza, pailas de todo sistema, fondos para jabón. Tengo en venta seis alambiques construídos con materiales de primera clase. Se hacen todas clases de composturas pertenecientes al ramo de cobrería con prontitud y esmero. A más se regalará un libro de diamante vinicultor, el cual enseña a hacer vino de todas clases, aguardiente y licores y otras muchas cosas más a todo el que compre alambique, la primera obra conocida hasta hoy en esta materia", (La Unión, nros de marzo de 1890). En 1895, Carracedo empleaba tres asalariados extranjeros en su cobrería (Archivo General de la Nación, Segundo Censo Nacional, 1895, Económico y Social, Provincia de San Juan, Legajo 208, Boletín Industrial nº 32, tomo 15).

(19) Aunque se reconoce el aporte de inmigrantes españoles y franceses, en Mendoza fueron los italianos los que descollaron como metalúrgicos productores de máquinas y equipos para bodegas y destilerías, entre 1885 y 1930 (Pérez Romagnoli, 1994).

(20) Es notable su presencia en las industrias derivadas de la viticultura, especialmente en la elaboración de pasas de uva. El Censo Nacional de 1895 revela el peso que tenían en esa actividad, contribuyendo a colocar a San Juan en el primer lugar de la Argentina como productora de pasas. Ya Sarmiento, dos años antes de la articulación ferroviaria de la provincia con Buenos Aires, apuntaba al rol de los españoles en la generalización del sistema de acomodo de pasas de uva en envases de mimbre, empleado también para uvas frescas. Se vendían en Buenos Aires y otros núcleos del litoral. Esto es una prueba más de que ciertas formas de modernización en relación con la vitivinicultura, por sencillas que ellas fueran, son anteriores a la presencia del riel en la región (Pérez Romagnoli, 1999a).

(21) "Bodega, destilería y cobrería de Isabel Soler de Piedra, Córdoba 72, esquina Santiago del Estero. Elaboración especial de alcoholes y grapas rectificadas a vapor. Ventas por mayor y menor. Se compra: vinos averíados, flegmas, grapa, alcohol vínico y anisado. Taller de cobrería: construcción de alambiques y aparatos de destilación contínua, volcadores para destilar orujos, alambiques desde el más sencillo al más complicado, rectificadores a fuego directo y a vapor..." (El Orden, varios números de octubre 1905)

(22) Molins y Dantil, 1922.

(23) Ibidem

(24) La deuda contraída por Lauga con el obispado (préstamo de 1896) era de $ 33.000 moneda nacional, más los intereses devengados. Los bienes de Lauga van a remate y los compra el empresario Antonio Maradona por $ 16.5000 moneda nacional, pasando luego al obispado que los vende a Ugarte en $ 28.000 moneda nacional (propiedad, taller y máquinas). El comprador pagó $ 3.000 al contado y el resto mediante cuotas de $ 5.000 m/n anuales, con un interés del 5 por ciento anual (Protocolos, Escribanía D.P, Young, año 1901, tomo V). Por lo menos desde 1870 aparece Juan Lauga en documentos sanjuaninos. Ese año adquiere parte de la propiedad (el resto lo comprará en 1873 y 1874) en donde levantó el taller, en la Avda 25 de Mayo, Concepción, "ubicado medio km al norte y 375 metros al naciente de la plaza 25 de Mayo (La Unión, 22-08-1901). En las décadas de 1880 y 1890 es frecuente su presencia en los Protocolos notariales de varias escribanías (Aubone, Godoy Carril, Jofré, Videla) como beneficiario de hipotecas por préstamos, en transacciones de inmuebles, en cancelaciones de deudas, como apoderado de empresarios y comerciantes. Lauga actuaba como muchos empresarios de la época en la región. Sobre estrategias empresariales en la segunda mitad del siglo XIX en la región, véase Rodolfo Richard Jorba, Poder, economía y espacio en Mendoza...

(25) "Fundición de San Juan-Juan Lauga. Aviso al público que en vistas de las necesidades del país, he resuelto establecer en San Juan la Primera Fundición de Hierro, que en breve quedará abierta al público..." (El Ciudadano, 17-09-1889)

(26) "Vinos, vinos ¡, San Juan industrial. En la fundición de Juan Lauga, Avda 25 de Mayo, hay en ventas prensas para uso de primer orden a precios de Buenos Aires y moledoras de uva sistema ''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''Brünner'''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''', inventadas para el uso del país y que en la cosecha pasada han dado los mejores resultados, como es fácil comprobar en las grandes bodegas de esta ciudad. Nadie que mira sus intereses debe comprar máquinas de esta clase fuera de la casa que siempre tiene piezas de repuesto ajustadas, lo que algunas veces economiza en la cosecha un tiempo precioso. Ver ¡ y establecer las diferencias entre máquinas fabricadas en San Juan y las máquinas relativamente inútiles que vienen del extranjero" (La Unión, 02-03-1892). El aviso indica que por lo menos en la cosecha 1891 algunas bodegas ya pudieron utilizar las moledoras diseñadas por Brünner, un ingeniero o técnico que dirigó durante un tiempo el taller de Lauga.

(27) Bialet Massé, 1968.

(28) "Talleres Metalúrgicos de Luis Ugarte. Herrería: Se fabrica y hay constantemente para la venta toda clase de máquinas y útiles de bodegas, como ser: prensas, moledoras y bombas de distintos sistemas, trasmisiones, soportes, cojinetes, poleas, tanques, torres y chimeneas de hierro. Fundición de hierro y bronce. En esta sección, reformada recientemente, puedo atender con rapidez cualquier trabajo por difícil que sea. Hay un gran surtido de clapés, canillas para tonel y piletas, uniones para caños, vaporizadores, etc..., todo a precio sin competencia..." (El Orden, varios meses de 1905)

(29) Molins y Dantil, 1922

(30) Su peso en la colectividad española sanjuanina lo llevó a ocupar en dos ocasiones la presidencia de la Sociedad Española de Socorros Mutuos.

(31) Ibidem.

(32) Videla, 1956.

(33) En 1921 figura Méndez, en sociedad con un hermano, como contribuyente por primera vez en el Departamento Capital; su taller estaba ubicado en Laprida 373 (Patentes Proporcionales, Capital, Segundo Distrito, 1921).

(34) Información verbal del Sr Juan Méndez (h) (20-12-96).

(35) Información verbal del Ing. Adonis Clavijo (11-04-97)

(36) "Establecimiento Mecánico, Fábrica de tejidos de alambre de Merino Hnos, calle Jujuy 215, San Juan. Se hace toda clase de trabajos pertenecientes al ramo como así mismo todas clases de maquinarias para bodegas (El Porvenir, nros de abril de 1913). Posteriormente, en números del mismo periódico (setiembre de 1913), el establecimiento mecánico de Merino Hnos pone a disposición de los señores molineros "la nueva máquina para rayar cilindros de molinos, adquiridas últimamente en Alemania, garantiendo el trabajo y prontitud en las ejecuciones de las órdenes, como igualmente todo lo relacionado con la mecánica en general. Unicos poseedores de la máquina autógena para cortar y pegar metales". Este aviso los muestra como previsores en la actualización de su equipamiento. Hasta comienzos de los años veinte funcionó el taller mecánico de Francisco Merino, el que, según descendientes de Diego y Juan Merino, no era familiar directo.

(37) La Tribuna, número de mayo de 1931.

(38) Salvioli, 1912.

(39) Posteriormente, fue socio con el comerciante Yornet en un taller mecánico (Dirección General de Rentas, San Juan, Departamento Capital, Primer Distrito, Patentes Proporcionales, 1925).

(40) En 1930 era represenante de la Sociedad Anónima Talleres Metalúrgicos Buenos Aires, con sede en Buenos Aires y productora de lingotes de hierros, alambres y otros bienes metalúrgicos (Diario Nuevo, números de marzo 1930).

(41) En la bodega López Peláez, ubicada en la capital sanjuanina, todavía estaba en funcionamiento en 1997 una bomba para trasiego -manual y eléctrica, a la vez- construída por De Lara en 1937; la utilizaban para inyectar aire a las piletas. Además de expresar el atraso tecnológico de la bodega, el hecho es en cierto modo indicador de la calidad de las bombas fabricadas por el metalúrgico granadino. Información verbal del Sr. Alejandro Burgoa, capataz de la bodega (05-06-1997).

(42) Información verbal del Ing. Adonis Clavijo (11-04-97).

(43) Impuesto de Patentes, matrícula correspondiente al Departamento Capital, San Juan, Tercer Distrito1907 y 1909.

(44) Padrón de Patentes, año 1912, San Juan, Ciudad, Tercer Distrito.

(45) Casanovas, 1900.

(46) En la década de 1920 y comienzo de la de 1930, el proyecto de Federico y Aldo Cantoni, a diferencia del modelo nacional dominante de la Argentina agroexportadora, se apoyaba "en el desarrollo de la pequeña y mediana industria, en una fuerte activación del mercado interno a través de la redistribución de ingresos en favor de los sectores asalariados, en la explotación del minifundio y la asignación de un rol preponderante al Estado como ordenador de la economía" (Garcés, L.J, 28; 1992). El proyecto del "bloquismo" -así se denominaba al radicalismo provincial de los Cantoni- fue interrumpido tres veces por la oposición conservadora.

(47) "La mayoría de ellos muy conocidos para que debamos detenernos en un comercio excesivamente extenso. Baste citar a los señores Martín Ariza, J. Méndez y Cía y Fernado de Lara. El primero presenta su pasteurizador que ha suplantado entre nosotros, casi totalmente, los sistemas extranjeros, prueba harto elocuente de su eficacia y bondad. El segundo presenta una serie de alambiques continuos también bastantes conocidos y el último, su sistema de bombas graduables" (Boletín, nro 250, 1926)

(48) Más escasas eran aún las unidades de producción de metalúrgicos argentinos, hasta 1930. En la segunda y tercera década del siglo XX operó la calderería y taller de cobrería de Ernesto Sardi, quizá la más destacable.

(49) Información verbal del Señor Carlos Royon (09-05-1997).

(50) "Taller mecánico y fundición. El Sr. Jorge Royón informa que ha abierto su taller mecánico y fundición en la calle Laprida 464, especialidad en composturas de toda clase de máquinas agrícolas e industriales" (La voz de Cuyo, 04-10-1910).

(51) Pérez Romagnoli, 1999.

(52) Los informantes desconocían las causas de la emigración y el itinerario de los migrantes.

(53) Informacion verbal del Sr. Eduardo Gómez Centurión (07-12-2001).

(54) Molins y Dantil, op.cit.

(55) Información verbal del Sr Juan Méndez (h) (14-12 -96). La misma percepción sobre San Juan iban a tener unos años más tarde los hermanos Clavijo (Información verbal del Ing. Adonis Clavijo, 11-04-97).

(56) Una "cadena migratoria" es "el conjunto de contactos personales (familiares, amigos...) mediante los que el futuro inmigrante entraba en contacto con la nueva sociedad, encontraba el primer trabajo e incluso era provisto de los medios necesarios para llevar a cabo su propósito migratorio" (Sánchez Alonso, 1992;22)

(57) Información verbal del Ing. Adonis Clavijo (21-12-2000).

(58) Información verbal del Sr, Jaime de Lara (h) (08-05-97).

(59) Información verbal del Ingeniero Adonis Clavijo (11-04-1997).

(60) Sanchez Alonso, 1992.

(61) Ibidem

(62) "Tiene este aparato el gran mérito de ser un invento nacional, pues ha sido construído después de largos años de estudio de los distintos aparatos en uso, anotándose los defectos que estos presentaban en la práctica y subsanándose todos ellos hasta obtenerse una perfecta pasteurización; la limpieza de los discos, sobre todo cuando el aparato no se ha usado por mucho tiempo, estará perfectamente facilitada, lo mismo cuando se pasa de trabajar de vino tinto a vino blanco o viveversa, cosa esta que no puede hacerse con ninguno de los aparatos en uso hoy, por ser a serpentinas, o tubulares, o a cámaras cilíndricas, o elisoidales; por su sencilla construcción, el montaje y desmontaje se hace en muy poco tiempo...". Comercialmente se lo presentaba como "pasteurizador, esterilizador, refrigerador y envejecedor de vinos sistema Martín..." (Revista de Agricultura, Industria y Comercio, nro 168, agosto 1919, Centro Vitivinícola Nacional, p.736-737

(63) "Interesante anuncio. En La ''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''Cobrería Española'''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''''', calle Buenos Aires, se compran vinos picados, aguardientes simples y agua pie, se construyen alambiques de todas clases, se hace toda clase de composturas pertenecientes al ramo, compro cobre viejo, bronce, plomo y sin (sic) y estaño viejo a precios convenientes, calle Buenos Aires nº 88, Cobrería Española, José Carracedo" (La Provincia, 07-09-1899).

(64) Dirección de Rentas, Impuestos de Patentes, Ciudad, San Juan, Primer Distrito, 1908.

(65) Información verbal del Sr Eduardo Gómez Centurión (07-12-2001)

(66) El molino de De Lara se mantuvo en pie hasta fines de la década de 1990, a unas pocas cuadras de la plaza 25 de Mayo.

(67) Información verbal de la señorita Magdalena Merino Olsina (07-05-97)

(68) El establecimiento metalúrgico estaba asentado como "taller mecánico", Clasificación de patentes por categoría y fijas o de clasificación única, 3er y 4to distrito, Dirección General de Rentas, San Juan, 1935

(69) Información verbal del Sr Juan Méndez (h).(14-12-96).

(70) Durante la primer mitad de la década de 1970, la empresa vendió en el extranjero. Aunque muy discontinuamente, exportó equipos a Chile, Perú y México, principalmente prensas para distintos usos (Información verbal del Ingeniero Adonis Clavijo, 11-04-1997).

(71) Desde la década de 1990, se han instalado en el oasis norte de Mendoza. Este es un hecho prácticamente inédito en las dos provincias vitivinícolas.

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© Copyright Eduardo E. Pérez Romagnoli, 2002
© Copyright Scripta Nova, 2002

Ficha bibliográfica
PÉREZ ROMAGNOLI, E.E. San Juan (Árgentina): los españoles y la metalurgia en las primeras décadas del modelo de desarrollo vitivinícola.  Scripta Nova, Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales,
Universidad de Barcelona, vol. VI, nº 119 (83), 2002. [ISSN: 1138-9788]  http://www.ub.es/geocrit/sn/sn119-83.htm

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