Doble crimen sólo por “salvar el honor”

En 1933, el hermano de una menor que se fugó con el novio quiso salvar el honor de la familia y fue a la casa donde vivía la pareja para matarla. Aunque la chica se salvó, quienes sí murieron fueron su suegro y su novio. En aquellos años, fugarse con un hombre era repudiado por la sociedad pero nadie suponía que el enojo del hermano mayor de la joven llegaría a tal punto.

En los años 30, que alguna de las mujeres de la casa se fuera a vivir con un hombre sin haberse casado era tomado como una vergüenza o una deshonra.

Ana Denis tenía 17 años cuando cometió el error de enamorarse de una persona bastante más grande que ella, lo que automáticamente generó el rechazo de su familia. Ana decidió fugarse de la casa y se fue a vivir con Antonio Benegas, un muchacho de unos 30 años de edad al que había conocido por ser hijastro de un amigo de la familia, don Claudio Vallejos.

Era septiembre de 1933 y Fidel Denis, el hermano mayor de Ana, había permanecido un tiempo viviendo en el Médano de Oro por cuestiones de trabajo. En el camino de regreso a Chimbas, donde vivía su familia, Fidel se encontró con un amigo, Sebastián García, quien lo puso al tanto de las novedades y le contó que Ana se había fugado de la casa con Benegas.

En la casa de los Denis, la situación era muy tensa. Ana se acababa de fugar y la madre de la chica, le encomendó a su hijo Manuel que si lo encontraba a Fidel lo retuviera y no lo dejara solo.

-Vos sabés el carácter que tiene Fidel y capaz de irse a buscar a la Ana y darle una biava- dijo la mujer intuyendo que habría problemas.


LOS AMIGOS INTUYERON QUE ALGO PASARIA
En la casa de don Claudio Vallejos se había programado una cena entre amigos. Rogelio Olguín llegó a visitar a su amigo don Claudio Vallejos, donde también se encontraba el hijastro Antonio Benegas, su madre Isabel, otros amigos de nombres Luis López y Segundo de la Vega, la mujer de De la Vega y la menor Ana Denis.

Cerca de las 22, un fuerte golpe en la puerta los sobresaltó. Era Fidel, quien tenía cara de preocupado. El hombre saludó y se sentó lejos de los presentes, sin decir más palabras.

A eso de las 23.10, Olguín llamó a Benegas para hablar afuera 
- Tené cuidado que el Fidel no tiene buena cara. Yo que vos me cuidaría- le dijo a su amigo Antonio.
- No te preocupes. Ya está todo arreglado con la familia y si ellos quieren que me case con la Ana me voy a casar. Yo la quiero- le respondió Antonio.

Volvieron a la habitación y observaron que Fidel había cambiado de actitud y ahora reía y hacía chistes con los presentes.

A eso de las 2, cuando algunas de las visitas se habían retirado y otras se quedaron a dormir, Fidel Denis volvió a la casa donde su hermana se había ido a convivir con Benegas. Claudio Vallejo, el dueño de casa, despertó a la joven Ana porque la buscaba su hermano. Ella salió y también su compañero.
-¿Qué piensan hacer?- les inquirió Denis.
-Mira, si tus padres quieren, nosotros vamos a casarnos.
-¿Ah sì? Yo los voy casar ahora- les dijo mientras sacaba de entre sus ropas un revolver y le apuntó a su hermana.
Claudio Vallejos estaba a la derecha del agresor y le tomó el brazo, con tan mala suerte que cuando percutó el arma el primer tiro le dio en el hombro. Aun así siguió forcejeando para que Denis no matara a su hermana y Benegas, el novio. El furioso hermano seguía disparando. Ana y Benegas salieron corriendo pero el novio fue alcanzado por otro de los tiros.

Rogelio Olguín, que estuvo en la cena y se había quedado dormido, se despertó sobresaltado y su primera reacción fue tomar una horqueta y dirigirse hacia el comedor de donde veían los gritos. Alcanzó a ver a Fidel Denis que salía de la casa y en el piso yacía don Claudio Vallejos. En una de las piezas, Antonio Benegas había caído de rodillas.

Un hermano y el cuñado de Fidel Denis, las dos personas a quienes la madre de los Denis encomendó que cuiden a su hijo mayor, llegaron demasiado tarde a la casa de Vallejos. Cuando entraron a la casa ya se había producido la tragedia y el dueño de casa y su hijastro agonizaban. El asesino salió corriendo y se entregó un rato después en la policía.


FUE UN CRIMEN PREMEDITADO
Al comisario le contó todo y reconoció que su intención era matar a la hermana y a su novio, por "la deshonra" que significaba para su familia que se hubieran fugado. Atribuyó la muerte de su amigo Claudio Vallejos a que se haya cruzado en el camino para defender a Ana y al hijo de su mujer.

El hecho que Fidel Denis haya ido hasta la casa con la intención de matar a la pareja fue considerado premeditación por los jueces y por lo tanto influyó como agravante a la hora de dictar sentencia. El tribunal consideró que "la irritación" manifestada ante la fuga de la chica no podía ser considerada como un atenuante.

El 4 de junio de 1934, un tribunal sentenció a Fidel Denis a cumplir 18 años de prisión por el crimen de Claudio Vallejos y Antonio Benegas, dos muertes absurdas en la que el honor de la familia quedó manchado más que con la situación que el celoso hermano quiso evitar.


Los datos para elaborar esta nota han sido  extraídos de los expedientes que guarda  el archivo del Poder Judicial

Nota publicada el 5 de junio de 2009 en El Nuevo Diario.

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