Guañizuil. El Valle del Agua Blanca

Eso significa Guañizuil en la voz de los indios Puntas de Barro que habitaban esa estancia ubicada en Iglesia. En sus épocas doradas, Federico Cantoni la convirtió en un pueblo que tenía hasta su propio código postal. El siguiente artículo escrito por Gustavo Martínez Puga, fue publicado en Tiempo de San Juan el 24 de agosto de 2012

 El camino de Agua Negra a Chile divide al campo de 265.000 hectáreas en dos partes. Sólo el casco de la estancia tiene 600 hectáreas que son un verdadero paraíso en medio de los desérticos campos iglesianos. Por eso los indios Puntas de Barro llamaron a ese lugar Guañizuil, que significa el Valle del Agua Blanca, en lo que era el paso del Valle de Tulum hacia Jáchal.

El lugar llegó a convertirse en un pueblo con código postal propio cuando lo adquirió Federico Cantoni, el primer embajador argentino en Rusia. Desde ese país importó a esa estancia las ovejas caracú, cuatro variedades distintas de manzanas y varias especies de árboles que les hacía plantar a sus amigos cuando visitaban la estancia. Como en esa estancia el clima es similar a la del Sur argentino, había plantaciones de tulipanes y violetas de los alpes.

En ese casco aún sobrevive el inmenso galpón de empaque desde el que se exportaban manzanas y lana de oveja caracú a Rusia. En esos años dorados de la Estancia de Guñizuil había una escuela, una pulpería, una carpintería y varias casas de sus pobladores.

Varias de esas construcciones hoy en día siguen en pie y se pueden disfrutar. Sólo hay que desviarse al suroeste de la ruta provincial 418 que va desde Pismanta hasta Tudcum. La entrada de ripio y el escueto cartel de madera que señalizan esa entrada no dimensionan la belleza del interior de la estancia, la cual ofrece un paisaje increíble en cada una de las cuatro estaciones del año.

La estancia de Federico Cantoni fue vendida por su hermano. Ahora pertenece a la familia de Alberto Grau, quienes manejan la estancia bajo tres proyectos distintos: turístico, urbanístico y siembra.

En lo turístico ofrecen cuatro cabañas totalmente equipadas para el alquiler, tanto en invierno como en verano. Todas ellas tienen aspectos distintos y están ubicadas en distintas zonas, desde la que está en un bosque hasta la que está ubicada en la entrada principal del casco. Los turistas pueden disfrutar de tres circuitos distintos para conocer la estancia, además del alquiler de caballos y bicicletas.

En lo urbanístico el proyecto consiste en la venta de lotes financiados (los precios varían porque todos tienen tamaños distintos), con un fuerte concepto en lo ecológico: si bien cada propiedad tiene su propia nomenclatura, el funcionamiento de los mismos es bajo un sistema de consorcio en donde todas las decisiones se consultan entre los propietarios.

Además de algunas construcciones tradicionales con forma de casas de campo, en el lugar llama poderosamente la atención la construcción de viviendas llamadas trulys y domo (son de adobe y en forma circular, como si fuera un horno de barro, y son sistemas de construcción pre incaicos).

Y respecto a la siembra, en la estancia Guañizuil se están cultivando semillas, zapallos, ajo, cebolla y zanahoria. En el último mes también se sembraron 400 álamos para reforestar el campo, debido a que el año pasado un incendio arrasó con 210 hectáreas de bosque por la imprudencia de unos turistas.

Si bien en invierno la estancia se suele cubrir de nieve, sus dueños dicen que la mejor época para visitarla es el verano: “El clima de ese lugar no tienen nada que ver con el Gran San Juan, porque es fresco y no hay mosquitos. El contacto con la naturaleza es total, porque se puede disfrutar desde las aves hasta las llamas”, comentó Anahí Rodríguez, esposa de Alberto Grau.

Fuente: tiempodesanjuan.com


https://www.tiempodesanjuan.com/columnistas/2012/8/25/valle-agua-blanca-gustavo-martinez-puga-16219.html

 

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Construcciones que se pueden observar en Guañizuil, departamento Iglesia, San Juan. (Fuente: Tiempo de San Juan)