Bustelo. La historia de un sastre español que dio a San Juan profesionales y hombres públicos

José Antonio Bustelo llegó a la Argentina en 1905 proveniente de España y poco tiempo después se unió en sociedad con Tomás Muro, con quien emprendió varias industrias. Su hijo Francisco siguió esa rama y se extendió a otros negocios. La tercera generación dio a destacados hombres públicos como Francisco, Eduardo y Alberto Bustelo Graffigna.

   En Pianton, España era conocido por su sastrería. Sin embargo, las informaciones que llegaban de progreso en Argentina le hicieron cruzar el mar Atlántico para encontrar ese crecimiento del que todos hablaban. Y no se equivocó. José Antonio Bustelo fue un hombre inquieto y muy intuitivo. Nació el 13 de agosto de 1865 en el seno de una familia de comerciantes. Su padre era Ricardo Bustelo, un trabajador que tenía un pequeño negocio de arreglo de trajes que se convirtió en una importante sastrería cuando lo delegó en su hijo.

 Mayor de 10 hermanos, supo aprender el oficio siendo muy joven sin embargo cuando alcanzó los 34 en Coruña decidió embarcar el Ebro, uno de los navíos más nuevos de la época, para encontrarse con sus hermanos Ángel y Daniel que ya estaban en Argentina. Ángel fue el primero en llegar como vice cónsul de España, radicándose en Mendoza y Daniel lo acompañó e incursionó en la actividad vitivinícola en esa provincia. El 14 de noviembre de 1899 llegó Antonio para tantear el panorama pero su residencia en estas tierras fue muy corta y volvió a Pianton donde lo esperaba su novia, Coronación Barcia Álvarez.

Con ella se casó el 6 de mayo de 1901 y en España nacieron sus tres primeros hijos Ricardo (1903), María Josefina (1904) y Francisco (1905), de los cuales el primero murió con un año de edad.

A fines de 1905, decidió hacerle caso a sus hermanos y volver a la Argentina con la esperanza de progreso. El pueblo de Pichi Ciego en Mendoza fue el lugar donde se estableció. Allí empezó a trabajar en la actividad ferroviaria encabezando a un grupo de peones que se ocupaban de cortar la leña para abastecer a los ferrocarriles que llegaban hasta esa provincia. Con sus propios recursos, cerca de la estación, levantó  la única casa en todo el campo.

Eso sería lo que tiempo después, desde 1907, le valió a Coronación una gran dificultad para adaptarse al lugar ya que ella padecía las durezas de las actividades de la casa, más complicadas a las que se vivía en Europa. Las anécdotas familiares recuerdan que éste era el punto que más incomodidades provocaban en Coronación y lo que la llevó a insistirle constantemente a Antonio para irse a vivir a San Juan, donde tenía una prima.
 Esta última era Carmen Pérez, quien había llegado a la provincia en 1890 y acá habían conseguido crecer económicamente de la mano de los emprendimientos bodegueros de su esposo Tomás Muro, quien le ofreció a Bustelo formar una sociedad, y este en 1908 se trasladó con toda la familia.

Muro contaba ya con una bodega, cuya producción era muy alta, y cada tanto debía viajar a España por trámites familiares y laborales. Eso lo limitaba para seguir creciendo económicamente. En este contexto es que necesitaban a alguien de confianza para expandirse y vio en Bustelo esa persona. Así nació Muro, Bustelo y Cia.

 

Una nueva vida

 En San Juan, la familia Bustelo siguió creciendo. A María Josefina, Francisco y Elvira (que había nacido en 1909 en Mendoza) se les sumó Elisa que vivió apenas un año y luego llegaron Elisa y Jesús. 
Con Muro, Bustelo y Cia., José Antonio emprendió la actividad harinera levantando dos molinos que con los años fueron referencia en la provincia. Se trató del “Nacional” y el Santa Lucía” montados ambas con maquinarias moderna. El primero fue el más importante de San Juan y estuvo ubicado donde hoy se encuentra un reconocido supermercado en la esquina de Jujuy y 25 de Mayo. En este lugar, y durante los años dorados de producción, se llegó a generar 500 sacos de harina de 70 kilos por día. Además, se preparaban frutas para exportar a Buenos Aires y Rosario. Al lado de éste, la compañía tuvo otro emprendimiento que Muro había encarado tiempo antes, un aserradero que producía madera para la venta y fabricación de cajones para envasar licores y frutas, entre otras cosas.

Sin embargo el progreso económico vino a mediados de la década de 1910 cuando pusieron toda la energía en la vitivinicultura sumándole al mercado del vino, el secadero de pasas. Hasta ese momento, Muro contaba con campos con extensos viñedos y era proveedor de diferentes empresas pero no se había desarrollado en toda su extensión. Con la sociedad se llegó a producir 50.000 cajones de 10 kilos de pasas al año para vender en todo el país y miles de litros de vino.
El mercado de la vitivinicultura vivía un periodo de constante crecimiento que se mantuvo hasta la década del ’30, cuando se dio un periodo de retroceso.

Buen observador de la situación y atento a las pérdidas que se producían, en 1934 José Antonio Bustelo escribe un texto alertando a sus pares y motivándolos a formar un centro que agrupe a todos los empresarios que realizan la actividad del vino. El pedido fue escuchado y al año siguiente éste fue conformado, primero como Centro de Bodegueros y luego como Cámara. El primero que tomó la presidencia por el periodo de conformación fue Manuel Arturo Gutiérrez (1934 – 1935) y luego le tocó el turno a Osvaldo Copello, (1935-1938). De 1938 a 1940 José Antonio Bustelo tomó el mando y produjo grandes progresos en el sector.

 

La nueva generación

 Los pasos de Antonio fueron seguidos por su hijo Francisco Bustelo Barcia, quien llegó a la presidencia de la Cámara de Bodegueros de San Juan en 1954 y se desempeñó en ese cargo hasta 1960. El hombre, el tercero de los siete hermanos, estudió ingeniería agronómica y ciencias agrarias en la UBA donde pasó gran parte de la juventud y conoció a quienes fueron pilares en su desarrollo profesional. Entre ellos fue amigo de Juan Del Bono, Santiago y Benedicto Graffigna y compañero de Carlos Emeri, quien luego se convirtió en primer secretario de agricultura de Perón. Pero además en Buenos Aires, Francisco se manifestó como desarrollista, lo que le valió luego convertirse en presidente de la FEA, Ferrocarriles del Estado Argentino durante el gobierno de Frondizi (1959-1961). A este lugar llegó de la mano de Alberto Costantini, que ejerció como Ministro de Obras y Servicios Públicos de la Argentina durante aquella presidencia.

La gestión de Francisco fue destacada porque fue el área al que más apuntó el Ejecutivo. 
Por otro lado, la actividad pública de Francisco fue vasta e incluyó la representación como diputado provincial y fue ministro de gobierno de Pedro Valenzuela, además de ministro de Obras Públicas.

Sin embargo el perfil bodeguero nunca estuvo al margen de su vida. Cuando la compañía Muro-Bustelo cerró en 1951, a raíz de la avanzada edad de sus propietarios (José Antonio tenía 86 años), Francisco compró parte de las acciones junto a un grupo de inversores entre los que se encontraba Juan Fernández. De esta se forma creó Esmeralda, una firma que siguió creciendo en el mercado y de la cual “Paco” (como le decían los amigos) quedó como presidente.

Durante la década del ’70, en la época de los Montoneros, la bodega sufrió un atentado sobre la cual Bustelo, quien por aquel entonces era además presidente de la Federación Económica, declaró que uno de los móviles posible podía ser que se estaba trabajando para exportar vino. Pocos años después, esta firma fue vendida.

Los lazos con los Graffigna


 En sus años de residencia en Buenos Aires (a partir de 1923), Francisco conoció a Santiago y Benedicto Graffigna Del Bono, dos sanjuaninos cuyo padre comenzaba a adquirir renombre en Cuyo junto a la industria del vino. Aquellos jóvenes fueron muy compinches de Bustelo y con el tiempo se convirtieron en sus cuñados. Su hermana, Hilda Guillermina se casó con Francisco el 4 de agosto de 1932 en la vieja Catedral de San Juan. La ceremonia estuvo encabezada por monseñor José Américo Orzali, arzobispo de San Juan de Cuyo y la fiesta se desarrolló en el chalet Del Bono.

En una casa que se ubicó frente a la bodega que había fundado Santiago Graffigna, la familia Bustelo tuvo seis hijos: Hilda María Catalina, Francisco Mario, Elsa del Carmen, Eduardo Santiago, Alberto Martín y Marta María. Los hijos varones llegaron a tener una activa participación en la cultura y la política de la provincia.

-- Francisco “Quito” Bustelo Graffigna nació el 13 de febrero de 1935 y desde los 8 años se vinculó a la radio sanjuanina con mucha pasión, ya que su familia levantó la primera emisora privada del país, LV1 Radio Colón. Como primer hijo varón, los sueños de su padre fueron que siguiera sus pasos como ingeniero. Sin embargo, después de estudiar solo unos meses las ciencias duras en Mendoza, el amor por la radio fue mucho más fuerte y volvió a San Juan para aprovechar el auge que se daba por la radiofonía. 
 A los 29 años Francisco se convirtió en vicedirector de la radio presidida por su tío Alfredo Graffigna y con 31 años (en 1966) se puso al frente de la misma por una década y media. Luego pasó por Sarmiento y volvió a Colón como coordinador general, aunque siguió formando parte de su directorio. Esta radio llegó a ser la más importante del interior del país.

Por años se dedicó de lleno al periodismo ya sea en la radio que había sido de la familia como en otras emisoras locales como La Red. En abril del 2013, Quito decidió retirarse de este camino. En su paso por la función pública llegó a presidir el banco de San Juan en dos oportunidades.
Francisco tuvo seis hijos: Francisco José, Mariana Nidia, Gastón Santiago, María Del Pilar, Juan Esteban y María Soledad.

-- Eduardo nació el 6 de enero de 1945 y fue el niño prodigio de la familia. Desde chico amó la lectura y fue aplicado en la escuela. Estudió licenciatura en ciencias políticas y sociales en la Universidad Nacional de Cuyo en Mendoza, donde se graduó con la medalla de oro en mérito a las más altas calificaciones de su promoción. Luego hizo el pos grado en Ciencias Políticas y Administración Pública adquiriendo el título de magister en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Posteriormente, obtuvo el título de Master of Science en Política y Planificación Social en la London School of Economics and Political Science.

Con dichos títulos se desempeñó como profesor universitario en varias instituciones académicas en Argentina y el extranjero, dictando clases en las áreas de indicadores sociales, formulación y evaluación de proyectos y política y programación social.
Desde mediados de la década del ’80 luchó para que UNICEF tuviera un espacio de identificación en la Argentina hasta que el 1989 lo consiguió y se convirtió en su fundador. Ese año además alcanzó a convertirse en el primer director (1989 y 1993) de la Oficina de UNICEF en este país y posteriormente se convirtió en asesor en Desarrollo Humano para la Oficina Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe hasta 1997.
Su pasión por la escritura lo llevó a publicar más de cincuenta artículos en revistas científicas y académicas. Es co-autor de varios libros.

También fue viceministro de Desarrollo Social y Medio Ambiente del Gobierno Nacional durante la gestión de Fernando de La Rúa, fue vicepresidente primero de la Legislatura de San Juan y se desempeñó también como Diputado Provincial.
Eduardo tiene un hijo, Santiago Elías, quien sigue los pasos de su padre.

-- Alberto nació el 30 de enero de 1948 y estudió ingeniería en Mendoza. En los años ‘70 tuvo la oportunidad de ser, durante 11 años, funcionario gerencial de una importante empresa dedicada a la producción de aluminio primario en la provincia de Chubut.

Posteriormente fue gerente General de Cepas Argentinas, empresa que durante años fue la que más facturó en la provincia, y llegó a presidir la Unión Industrial de San Juan.

Alberto es padre de dos hijos: Juan Ignacio y María Eugenia.

Los Graffigna-Bustelo

La historia de la familia Bustelo enlazada con los Graffigna no se terminó con Francisco e Hilda. Cuando esta pareja comenzó a afianzarse, nació nuevamente el amor pero esta vez entre los hermanos de ambos, Benedicto Graffigna y Elvira Bustelo.
Los hijos de Benedicto y Elvira fueron Carlos Benedicto, Elvira Catalina, María Teresa, Beatriz Albina, José Antonio de la Cruz, Francisco Ricardo y Mario Enrique. Todos han sido actores en diferentes sectores y dieron su esfuerzo en función de lo que sabían hacer. Carlos trabajó por muchos años en la dirección de la parte técnica de Radio Colón porque era ingeniero electrónico. A su vez era uno de los directores de la bodega. Por su parte, Benedicto fue presidente de Colon S.A.



          

GALERIA MULTIMEDIA
Los hermanos Bustelo Barcia en 1917: Elvira Concepción, Francisco María “Paco”, María Josefina “Maruja”, Jesús María César y Elisa.
En esta foto tomada en el chalet Del Bono, posan Hilda Graffigna Del Bono y el ingeniero Francisco Bustelo Barcia, el día de la boda. Los niños que aparecen son Julio Graffigna Latino (el “Pibe”) y Nenina Minetto Graffigna. (Foto publicada en el libro "El San Juan que ud. no conoció", de Juan Carlos Bataller; proporcionada por Belecha Barassi)
José Antonio Bustelo junto a Coronación Barcia y sus hijos María Josefina, Elvira Concepción y Francisco María en 1911.
Los hermanos Bustelo Barcia en 1915: Francisco María, María Josefina, Elvira Concepción, Elisa y Jesús María César.
Coronación Barcia con José Antonio Bustelo y sus hijos Francisco María, María Josefina, Elvira Concepción y Jesús María César.
En España la Sastrería de Antonio Bustelo era muy conocida y estaba ubicada en la ciudad de Piantón.
En España la familia Bustelo era muy numerosa y unida. Solían juntarse para reuniones familiares. Más allá de eso los hermanos de Antonio, Ángel y Daniel decidieron venir a la Argentina porque en aquel país se vivía una mala situación económica.
En 1942, Tomás Muro (parado a la derecha con bigotes) y su hermana Teresita recibieron en su casa a la familia Bustelo encabezada por José Antonio Bustelo (sentado a la izquierda) y Coronación Barcia y sus hijos María Josefina y Elvira Concepción. Además estuvieron Adelinda Mendoza, Félix César Ruiz Mendoza, Hilda Guillermina Graffigna, María Adelina Ruíz Mendoza, Benedicto Graffigna (parado a la derecha).
José Antonio Bustelo llegó por primera vez a la Argentina en 1899 sin embargo lo hizo por poco tiempo y regresó a España. En 1905 volvió a este país donde vivían ya dos de sus hermanos y se estableció en Mendoza donde esperó a su esposa.
Benedicto y Elvira se casaron el 21 de diciembre de 1936 en la recién inaugurada iglesia del colegio Don Bosco y la fiesta fue en el Estadio.
Los hijos de Elvira Bustelo y Benedicto Graffigna en una foto de 1948: Carlos Benedicto, Elvira Catalina, María Teresa, Beatriz Albina, José Antonio y Francisco Ricardo.
Francisco Bustelo e Hilda Graffigna en una de sus recorridas familiares por sus propiedades.
Carlos, el primer hijo de Benedicto, junto a sus hijos, yernos, nueras y nietos: Fernanda Estévez, Guido Burgos, Ana María Graffigna, María Gabriela Graffigna, María Lourdes Muñoz, María Luisa Vaggione, María Luisa Graffigna, Esteban Graffigna, Marcelo Lucero, Juan Pablo Graffigna, María Milagros Muñoz, Enrique Lucero, María clara Graffigna y Gustavo Muñoz.
En el cumpleaños de Hilda Graffigna con sus hijos Alberto, Hilda, Eduardo y Francisco.
Cumpleaños de Hilda Graffigna con sus hijos y nietos.
En julio de 1977, en una reunión familiar encabezada por Francisco Bustelo e Hilda Graffigna junto a sus hijos Hilda, Francisco, Eduardo y Alberto.
Este era el salón de empaque del secadero de pasas de la firma Muro, Bustelo y Compañía en los años 20. El señor de traje y corbata apoyado en el escritorio es don José Antonio Bustelo, uno de los tres propietarios.
José Antonio Bustelo y Coronación Barcia se casaron el 6 de mayo de 1901 en la iglesia parroquial de Santa Marina de Meredo de Asturias, España.
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