Pakzad Rohani. El iraní que se enamoró de San Juan

 LA PERSECUCIÓN RELIGIOSA

Pakzad Rohani tenía veinticuatro años cuando decidió dejar Irán en busca de un mejor futuro. Era abril de 1979 y en febrero de ese año Ayatolá Jomeini tomó el gobierno del país e instaló un régimen islamita, con una dura política contra aquellos que no practicaran el Islam.

Los padres de Pakzad eran Yamal Rohani y Fathome Amini y sus hermanos son Behzad, Nikzad, Kianzad, Farzad, Ruhie y Bahie. El matrimonio y los siete hijos vivían en la ciudad de Izeh, que está ubicada en Khuzestan, una provincia muy rica en petróleo. Tradicionalmente, en la familia Rohani hubo varios sacerdotes islamitas, pero Pakzad y su familia no son musulmanes, pertenecen a la Fe Bahá’i, una religión, que nació en Persia (Irán) y se extiende en todo el mundo. Cuando Yamal, que era sacerdote, aceptó la Fé Bahá’i junto a dos hermanos, fueron expulsados de su ciudad natal, quedando sin trabajo.

 El padre de Pakzad realizó diferentes actividades comerciales, hasta que comenzó a dedicarse a la fotografía. Tuvo un negocio de venta de artículos fotográficos, un atelier para tomar imágenes y un laboratorio. Además, le gustaba escribir y trabajó redactando artículos para un importante medio gráfico iraní, aunque de manera encubierta. Como no era musulmán tenía que buscar a otro periodista que si lo fuera y firmara con su nombre.


 Aunque a padres y hermanos les resultó difícil aceptar que Pakzad quería irse, sabían que no podían detenerlo. El futuro en Irán era complicado, más para los bahá´í, que eran expulsados de las universidades y trabajos. Además, él había hecho el servicio militar y por eso, hasta que cumpliera cuarenta años, podían llamarlo a regimiento nuevamente.

 EL VIAJE A ARGENTINA

Pakzad siempre había tenido curiosidad por Latinoamérica, así que cuando decidió irse de su país comenzó a consultar en embajadas de esa región.
Fue a las sedes de Perú y Chile y le recomendaron que fuera a Argentina. En 1978, mientras Irán participaba del mundial en Argentina, viendo los partidos en televisión conoció algo del país, que ese año fue campeón.
Llegó a Buenos Aires el 28 de abril de 1979. Allí conoció a miembros de la comunidad bahá´í y con una familia iraní se fue a Mendoza. Al igual que en Irán, trabajó en un laboratorio de fotografía aunque tenía planeado irse a San Juan para estudiar Agrimensura, a principios del año siguiente.

Mientras vivía en la provincia vecina viajó para conocer el lugar donde iba a hacer su carrera y le gustó mucho. Recuerda que el día que vino se sentía el típico calor sanjuanino, que es muy parecido al de su ciudad en Irán.

 Desde el principio Pakzad se sintió muy cómodo entre los argentinos, incluso con la comida, que le gustaba porque tenía mucha carne. Lo que le resultó más complicado fue el español, aprender las palabras y un alfabeto completamente diferentes. En Mendoza le pedía a la gente, que estaba en la calle, que le escribiera palabras. Acompañado por dos diccionarios, uno persa inglés y el otro inglés español, las traducía y memorizaba. Cuando empezó la facultad ya podía comunicarse y sus compañeros le ayudaron para que siguiera aprendiendo.

Poco después de que comenzó a estudiar, la situación en Irán se complicó y su padre ya no podía mandarle dinero. Pensaba que iba tener que dejar el estudio para dedicarse a trabajar cuando una señora mayor, Anahí Garramuño, que vivía justo en frente del lugar que alquilaba, le ofreció que viviera con ella y sus hijos. Así que siguió estudiando y comenzó a trabajar en fotografía. Empezó a utilizar algo que casi no se veía en San Juan, los trucos fotográficos, iba por los jardines de infantes y vendía fotos con las caras de los niños adentro de una flor o una manzana y hacía murales casa por casa. De a poco se fue haciendo conocido y cuando ganó la confianza de la gente, comenzaron a contratarlo para los cumpleaños de quince y casamientos.


 UNA FAMILIA IRANÍ SANJUANINA

Poco después de comenzar la facultad, en una reunión de amigos, Pakzad conoció a Mariela Adriana Murúa, que es maestra jardinera. Todavía no estaba “canchero” con el español no hace falta el idioma cuando alguien llama la atención. El iraní y la sanjuanina se pusieron de novios y seis años después se casaron, antes de que él se recibiera. El matrimonio tuvo dos hijas: Anahí Nasim, que es periodista, está casada con Husseyn Mansouri y vive en Ecuador y Shamin Adriana, que está en cuarto año de Psicología.

Pakzad se recibió de Ingeniero Agrimensor y comenzó a trabajar en la Dirección de Geodesia y Catastro de la provincia. Al mismo tiempo siguió con la fotografía, un arte al que se dedicó durante veinticinco años hasta 2004, cuando decidió dejarla porque no le daban los tiempos y él era muy perfeccionista con sus trabajos. Ese mismo año visitó Irán, donde se reencontró con su padre, hermanos, primos y tíos, su madre había fallecido varios años antes, en 1982. Luego volvió a ir en 2009.

Su padre, Yamal Rohani, vino en más de una oportunidad a Argentina a visitarlo, le gustó mucho y hasta se hizo “matero”. Él falleció en 2013, con noventa y cinco años. Algunos hermanos de Pakzad siguen viviendo en Irán y otros se radicaron en Australia.


 LA FE BAHÁ’Í

La palabra Bahá’í deriva del nombre de su fundador, “Bahá’u’lláh”, un título persa que significa “La gloria de Dios”. Su mensaje más importante es que la humanidad es una sola y que ha llegado el día de su unificación en una sociedad global. A diferencia de otras religiones, no tienen clero. En cada provincia o estado, sus fieles constituyen asambleas espirituales, cuando hay por lo menos nueve integrantes. En la provincia existe la Asamblea Espiritual Local de San Juan, a nivel nacional está la Asamblea Espiritual Nacional y en Haifa (Israel) se encuentra el Centro Mundial Bahá’i; la Casa Universal de Justicia.

Desde sus inicios, en 1844, los bahá’i han sufrido una persecución ininterrumpida a cargo de las autoridades religiosas y políticas de su país de origen. Han sido y son perseguidos en Irán por el mero hecho de practicar su religión de forma pacífica, no tienen permitido el acceso a la educación superior, el derecho a reunirse a celebrar sus cultos religiosos ni tampoco a ejercer su trabajo.

GALERIA MULTIMEDIA
Pakzad antes de migrar a Argentina. Él es el joven que aparece en el extremo derecho de la imagen, junto a él están su padre, Yamal Rohani y su hermana Ruhie con su hijo en brazos.
Pakzad con amigos en Irán, él está con camisa oscura. En esa época, las mujeres no tenían limitaciones en su vestimenta pero con el régimen islámico tuvieron que empezar a cubrirse.
La familia Rohani Murúa en Irán. En la foto están Pakzad, su esposa Mariela Murúa y sus dos hijas: Nasim y Shamin.
Pakzad Rohani junto a su mujer en un lugar histórico de Irán, la tumba del Rey Darío, en Persépolis.
El casamiento de la hija mayor de Pakzad Rohani, Nasim. En la foto aparece él junto a su esposa, Mariela Murúa, su hija Shamin y la familia de su yerno, Husseyn Mansouri.
En Irán, Nasim Rohani, Bahie Rohani, Shamin Rohani y Mariela Murúa.
Pakzad cuenta que es tan criollo como cualquier argentino, no le faltan los asados el día domingo y desde que llegó se acostumbró al mate.
rohani pakzad rohani bahá’u’lláh yamal rohani fathome amini behzad nikzad kianzad farzad ruhie bahie anahí garramuño mariela adriana murúa husseyn mansouri shamin adriana yamal rohani