Walter Melcher, un hombre ligado a la construcción de San Juan

Más de mil construcciones forman parte de la trayectoria de Walter Melcher en el ámbito de la construcción. Su primer trabajo fue una bodega para Bartolomé Del Bono, a la que le seguirían hoteles, bancos, fábricas, salones comerciales, puentes, bodegas regionales y viviendas, entre otros.

Walter Erich Melcher llegó a la Argentina en 1921 con 27 años de edad, después de hacer el servicio militar en el cuerpo de ingenieros en Alemania. El viaje lo hizo en el barco Cap. Arcona luego de embarcar en Hamburgo. Sin embargo, el registro de inmigrantes señala que a este viaje le siguieron tres más hasta 1938, uno en el navío Werra (embarcado en Bremen) y dos en el General San Martin (embarcado en Hamburgo y en Vigo). Llegó con su amigo Teodoro Petersen, con quien había estudiado español e ingeniería en la Facultad de Arquitectura en Hamburgo y cuyas primeras prácticas habían sido en Berlín-Charlottenbug y en Suiza. Ambos vinieron con el sueño de hacer la América y luego regresar a sus tierras. En el hotel de Inmigrantes de Buenos Aires le habían recomendado establecerse en San Juan, donde las posibilidades de crecimiento eran muchas.

A la estación de trenes de Mitre y España llegaron los alemanes con algunas maletas cargadas de planos y herramientas pero poca ropa. Walter traía algo más, muy especial para él: un violín que se convirtió en su fiel compañero en los momentos de soledad.

No fueron fáciles los primeros años, cargados de nostalgias y pocos amigos. Teodoro fue la persona con la que Walter compartió ese tiempo y con la que puso en marcha una sociedad muy productiva. Considerado su mano derecha, Petersen se quedó a cargo en 1923 de la empresa Melcher, cuando Walter debió fijar su domicilio en Mendoza por cuestiones laborales hasta que Petersen decidió probar suerte en Estados Unidos y quedarse a vivir allá, lo que significó para Walter un duro golpe por la amistad que los unía.

En 1937, Walter Melcher fue a visitar a su familia a la ciudad alemana de Calbe Saale. En ese viaje conocería a quien sería la mujer de su vida, Irma Barkowsky de 21 años. Walter ya tenía 43. Fue amor a primera vista, que no midió edad ni geografía.

En Alemania contrajeron matrimonio y se radicaron definitivamente en San Juan. Acá nacería la hija de ambos, Ana María que luego se casó con el empresario de la construcción y criador de caballos peruanos, Joaquín Ares. Ambos les dieron a Walter e Irma dos nietos: Fernando (quien murió muy joven en un  accidente) y Alejandro.

Fernando se casó con Eva Cristina Godoy y tuvo una hija Agustina. Por su parte, Alejandro se unió en nupcias con Laura Cortinez y tuvo cuatro hijos: Carla Alejandra, Joaquín, Fernando y Gabriel. El terremoto de 1944 fue además de una tragedia, la confirmación del altísimo nivel de las construcciones de Walter Melcher. Mientras la mayoría de las viviendas quedaron destruidas, las que él hizo estaban todas en pie.

 

GALERIA MULTIMEDIA
Irma Barkowsky y Walter Melcher se llevaban 22 años de diferencia. Se conocieron en Alemania y mantuvieron el noviazgo a la distancia, hasta que ella decidió venir a la Argentina.
El violín fue un gran compañero de Walter Melcher, un amante de la música
Walter Melcher junto al cartel de su empresa que anuncia la construcción del Puente Ullum.
Puente de Ullum
Irma Barkowsky y Walter Melcher se llevaban 22 años de diferencia. Se conocieron en Alemania y mantuvieron el noviazgo a la distancia, hasta que ella decidió venir a la Argentina.
El violín fue un gran compañero de Walter Melcher, un amante de la música