Hermes Vieyra, uno de los más importantes músicos populares sanjuaninos


Hermes Vieyra
 nació en San Juan  el 10 de julio de 1908. En su juventud formó y dirigió dos orquestas: Una de carácter melódico, con un seleccionado repertorio musical. Su otra orquesta fue una típica. Luego vendría su participación en las radios, en aquellos años el medio por excelencia. Es así como integró el elenco estable de Radio Graffigna, hoy Radio Colón
El punto más alto de esa etapa fue el programa San Juan y su vida, que puso en el aire el director de la emisora, don José L. Rocha cuando en 1950 regresó a la provincia Buenaventura Luna. Un verdadero seleccionado de los periodistas y músicos más importantes fueron convocados. Por ejemplo los periodistas Emiliano Lee, Luis Jorge Bates y Rogelio Díaz Costa “El Madrugador”. Los músicos Hermes VieyraGuillermo Torres Puerta y los guitarristas Víctor AzcurraSantos Escobar  y Humberto Garramuño. La orquesta dirigida por Hermes Vieyra y Torres Puerta tenía como cantantes en ese momento a  Walter Roteta y Ernestina Romero.

Años más tarde, Hermes Vieyra se radicó en Buenos Aires, donde logró un bien ganado prestigio artístico, Allí actuó durante más de una década acompañado por su grupo vocal e instrumental llamado “Allpac Shullca”. Luego, de regreso a su provincia natal, Hermes Vieyra formó un nuevo conjunto al que llamó “Ariel”. Con este grupo fue consagrado y dejó excelentes  grabaciones. 

Es bueno aclarar que Hermes Vieyra fue uno de los primeros músicos sanjuaninos que incorporó en su orquesta el órgano, dándole con éste un matiz y estilo particular a sus interpretaciones.
Algunos de los temas de Hermes Vieyra fueron Humo en el cerro (canción), Viejas tapias de mi tierra (zamba), Tan solo soñé,  La difunta Correa (tonada), Yuyera (Pregón), Hermes Vieyra y Ofelia Zúccoli, Quinquela (Canción) Hermes Vieyra y Ofelia Zúccoli Leyenda del corralito de Hermes Vieyra y Leónidas Escudero, Canto pirqueño (canción), Buenaventura Luna y Hermes Vieyra, Ya viene soplando el Zonda (Canción)  Hermes Vieyra y Ofelia Zúccoli, Tonadera (tonada), Hermes Vieyra y Buenaventura  Luna.
La mayoría de estos temas tuvieron letras de Ofelia Zúccoli, Buenaventura Luna, Jorge Leónidas Escudero y fueron grabados por grandes artistas del quehacer musical argentino.



El siguiente artículo fue publicado en El Nuevo Diario el 31 de marzo de 1994 en la edición Nº 650

Hermes Vieyra. Los sonidos del paisaje y el hombre de San Juan

 Días pasados leíamos en un diario capitalino que por iniciativa de la pianista Hilda Herrera y el guitarrista Juan Falú ha comenzado en una sala porteña un ciclo titulado “Maestros del alma" que reunirá, en distintas jomadas, a los grandes creadores de la música popular. Osvaldo Pugliese, Gustavo “Cuchi” Leguizamón, Sebastián Piana, Rolando “Chivo” Valladares, María Elena Walsh, Virgilio Expósito, Adolfo Abalos, Ramón Ayala y Dardo Félix Palorma, entre muchos otros veteranos. Tan loable actitud por parte de las generaciones intermedias, concientes de la necesidad de acercar a los jóvenes la palabra y la música de los monumentales maestros, nos hizo pensar en los nuestros y, automáticamente nos vino a la memoria la figura y la obra de don Hermes Vieyra, el talentoso sanjuanino que el próximo 10 de julio cumplirá 86 años, de los cuales la mayoría dedicó a crear y recrear tos sonidos del paisaje y del hombre de su provincia natal.

Hace ya algún tiempo que don Hermes no vuelca su inspiración en el piano. Mientras él descansa, las teclas añoran la caricia de sus dedos, aunque perciben el calor de las notas deambulando por la sala, perseguidas por los mágicos duendes escapados del humo de los cerros, de los soplidos del Zonda y de los yuyos de la tierra.

La trayectoria
Hermes Vieyra nació en San Juan el 10 de julio de 1908. Desde muy joven, quizá por un mandato genético heredado de la familia de su madre, se dedicó a la música con la pasión de los elegidos. Comenzó haciendo suyos los intrépidos sonidos del jazz, para luego incursionar en el tango, la música de cámara y el folklore. Pero su creatividad fue mucho más allá de la interpretación de los diferentes géneros; pronto su imaginación se alzó en vuelo y del piano comenzaron a surgir melodías inéditas que fueron tomando forma de canciones, apoyado en principio en la poesía que le acercara el legendario Buenaventura Luna.
Así surgieron, entre otros temas, “Humo en el cerro”, “Canto pirqueño”, “Negrita” y “La perdida”.

Eran los tiempos en que el boom de la radio había llegado a los hogares y, a través de sus ondas, un público ávido por oir a sus artistas, consagraba a los suyos. Hermes Vieyra tocaba el piano en los estudios de LV1 Radio Colón y desde allí se proyectaba hacia los cuatro vientos.
Creaba y dirigía entonces las orquestas de jazz, de tango y de cámara y no había fin de semana que no lo tuviera en algún salón bailable o en los escenarios de las grandes fiestas.
Convocados por su creciente talento, los poetas regionales comenzaron tímidamente a acercarle sus letras y don Hermes, después de minuciosos análisis de los contenidos, decía “ésta sí” y se sentaba al piano.

Surgieron entonces obras memorables: “Ya viene soplando el Zonda”, “Pobrecita la Deolinda” y “Madre yuyera”, con Ofelia Zúcoli Fidanza; “Mi muía reina" y “Hágame un favor, señora”, con Osvaldo Rocha; leyenda del corralito” y “Río de altas cumbres”, con Leónidas Escudero; “Caminitos de mi tierra” y “Viejas tapias de mi tierra”, con Juan Conte Grand; abarcando en cada pieza diferentes géneros —tonadas, zambas, cuecas, valses— Pero también fue más allá aún y se le animó a los picados y dulzones ritmos litoraleños, cuando tuvo en sus manos los poemas de Manuel Córdoba Alsina y así nacieron, entre otros títulos, “Obrajero guaraní” y “O’sunú’.

Mientras aparecían las canciones, Hermes continuaba su ascendente carrera de intérprete y dirigía diferentes agrupaciones. La primera con ritmos jazzísticos fue Melody, donde incorporó instrumentos desconocidos en las formaciones locales, para deslumbrar con temas como “Toca gitano” y "Tiempo de Verano” —sus caballitos de batalla—.

Lo mismo hizo tiempo después, radicado en Buenos Aires, cuando apareció con el grupo Allpa Shulca y colocó al lado de la tradicional guitarra criolla, una eléctrica, anticipándose a los sonidos que hoy día resuenan en todos los grupos vocales—instrumentales.

La gran ciudad lo observó de reojo al principio, pero debió rendirse pronto a sus sugestivos sonidos, cuando a través de varias emisoras — Splendid, Belgrano, El Mundo—, su piano subyugaba a la gran audiencia.

Por entonces fue convocado por el máximo exponente de la música argentina, el indiscutible don “Ata”, a compartir escenario y con él recorrió diferentes regiones del país. También los más relevantes bailarines de la época quisieron tenerlo en sus presentaciones y fue el mayor de los ballets de aquellos tiempos, el dirigido por Joaquín Pérez Fernández quien lo incorporó a su elenco.

De regreso en su tierra natal, el inquieto Vieyra armó un nuevo —y también innovador— grupo vocal / instrumental: Ariel; y con él abordó una amplia temática abarcativa de los diferentes ritmos latinoamericanos y grabó el larga duración titulado “Mi raza huarpe", ampliamente difundido en el país y el exterior. Entretanto, otros artistas de prestigio internacional venían registrando sus temas en el disco: Ginette Acevedo, Julia Elena Dávalos, Las Voces Blancas, Antonio Tormo, José Larralde, el dúo Isda—Mastronardi (placa editada en los Estados Unidos de Norteamérica), el tenor José Nait y la soprano Helda Marino, entre muchos otros intérpretes.

Las distinciones
Para un músico no hay mayor distinción que la memoria de sus colegas y su público y esa don Hermes la tiene desde siempre. Sin embargo, también ha recibido otras y, entre las más insólitas, la que le otorgara Benito Quinquela Martín, quien lo declara miembro de la Orden del Tornillo —título con que el pintor de La Boca designaba a sus dilectos amigos artistas de todo el mundo— y, además, le regaló en la ocasión un aguafuerte titulado “Séptima Sinfonía”.
El Sindicato de Músicos de Rosario también reconoció la importante tarea del creador sanjuanino y, en consecuencia, lo distinguió con la Lira de Plata, premio destinado “a quienes dignifican y elevan con su esfuerzo y estudio nuestra cultura musical”.
También su ciudad natal lo homenajeó designándolo “ciudadano honorable” en 1988 y declarando al tema “Ya viene soplando el Zonda”, como la canción oficial del Municipio



Ya viene soplando el Zonda
(Canción)

Cuando el Villicún se enciende y las calandrias se ahogan cuando la sed de la acequia enloquece a las palomas,
por el norte, tierra y fuego,
ya viene soplando el Zonda.
 
Recitado
¿Quién ha dejado en el aire
ese volcán que solloza?
¿Quién muerde el racimo, y quema la ternura de las hojas?
 
Caliente, caliente vino
va derramando su boca.
Todo San Juan es un grito
¡Uh!...¡Uh!...¡Uh!...¡Uh!...
¡Ya viene soplando el Zonda!
¡Ya viene soplando el Zonda!
¡Ya viene soplando el Zonda!


Letra: Ofelia
Zúccoli
Fidanza
Música: Hermes Vieyra

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Hermes Vieyra
Hermes Vieyra, nació en San Juan el 10 de julio de 1908