Virginia Agote: "Apostamos más a los artistas sanjuaninos"

Su tatarabuelo fue ministro de Hacienda a mediados del 1800 e instaló el primer tranvía en Buenos Aires; su bisabuelo construyó edificios declarados monumento histórico y su tío Luis logró que la sangre pudiera transfundirse sin coagularse, entre otros legados.

Virginia Agote, artista plástica y gestora cultural, llegó a San Juan por trabajo en el 2003. Y se quedó por amor: Aquí conoció a su actual marido y nació su hija. En la actualidad, al frente de Museo de Bellas Artes, el Centro Cultural Amadeo Conte Grand y provisoriamente del Auditorio Juan Victoria, poca gente conoce su rica historia familiar, que se remonta al 1700.

-Tu familia tiene muchos miembros reconocidos a lo largo de la historia argentina, como tu bisabuelo Carlos María Agote, ingeniero y arquitecto, o su hermano Luis, médico declarado “Benefactor de la humanidad” por su descubrimiento de la citratación de la sangre para transfusiones ¿Te pesa el apellido?
-No, pesarme, no. Mi familia no se conoce mucho en San Juan. Es una familia patricia que vino a la Argentina en 1740. Fernando de Agote se instaló en Catamarca y después se fue a Buenos Aires o sea que es una de las primeras familias que llegaron aquí desde el País Vasco. Incluso se puede encontrar un monumento que hizo Manuel de Agote en Guetaria porque era marino. Mi familia tuvo mucha presencia en la historia argentina.

-Políticos, científicos, constructores…
-Mi tatarabuelo Pedro de Agote fue ministro de Hacienda en la segunda mitad de 1800 e instaló los tranvías en Buenos Aires. De hecho, yo tengo una réplica del primer tranvía. Fue una persona política importante y de sus hijos, dos son más destacados públicamente: Luis y Carlos, que es mi bisabuelo, quien fue el arquitecto que impulsó el estilo francés (estudió en Francia) y que construyó el edificio del diario La Prensa , declarado Patrimonio Histórico de la Ciudad de Buenos Aires y Monumento Histórico Nacional, el Círculo Militar (ex Palacio Paz), la vieja rambla de Mar del Plata…

-Y tu tío Luis hizo un gran aporte a la ciencia en 1914
-Fue muy reconocido a nivel mundial por su descubrimiento de una sustancia de sodio que, mezclada con la sangre, evitaba su coagulación y permitía que se transfundiera. Por ese descubrimiento fue declarado Benefactor de la humanidad, porque además el mismo año en que lo descubrió comenzó a aplicarse a raíz de la Primera Guerra Mundial. Fue en Buenos Aires y yo tengo las fotos de los primeros ensayos y pruebas.  Después, mi abuelo fue ingeniero, mi padre también. Hace poco me enteré que acá en San Juan hay una escuela que se llama Luis Agote y me han invitado a ir.

- ¿Pensás que tu pasión por las artes plásticas vino por el lado de la arquitectura?
- No sé si de la arquitectura. A mi bisabuelo lo descubrí después. Sabía que era arquitecto pero nada más. Papá era ingeniero, pero siempre fue un apasionado de las artes. De hecho cuando era soltero asistió a varios talleres de pintura y mi tía, hermana de él, es pintora aunque no profesional y siempre le dedicó mucho tiempo a esto. Creo que estaba dentro de mí. Me acuerdo de pintar cuando era chica con mi padre. El era muy deportista y en una época que tuvo un problema de columna se armó un taller para pintar en casa y me acuerdo de mí con seis años pintando al óleo en caballete. Esas cosas te empiezan a prender. Siempre me fomentó eso.

- De grande descubriste a tu bisabuelo y empezaste a investigar en la historia de tu familia ¿qué te pasó en ese momento?
- Me dio como una responsabilidad tenerlos tan cercanos y que fueran tan importantes. Sobre todo cuando me puse a investigar. Busqué y encontré todos los planos y organicé una exposición en Recoleta sobre mi bisabuelo. Me puse a colaborar con gente que está en medicina para darle información y material. De hecho salió un libro sobre los médicos en América. Traté de aportar lo mío porque pensé que se tenía que dar a conocer todo esto. No sé si pesa, pero uno viene con esa responsabilidad, esa exigencia que no sé si es una virtud, que a veces te juega en contra…de hacer lo mejor que se pueda. Ese mandato familiar está. Soy la que guarda la historia de la familia y me gusta.

-Viniendo de una familia de grandes hacedores, ahora estás más dedicada a la gestión que la creación. ¿Te atrae más este rol o la artista pugna por salir?
-Siempre convivieron los dos, pero ahora la pintora está guardada y a veces me pesa. Cuando me recibí empecé a pintar y durante 10 años me dediqué a eso: pintaba, daba clases, vendía. Después...uno se da otras posibilidades, y este ciclo de gestión está bueno. Cuando volví de Nueva York, venía con un trabajo puntual que no era plástico, era un proyecto museológico, que era lo había estado estudiando afuera en cursos y talleres y una cosa fue llevando a la otra…Terminé el proyecto, pensaba volver, pero luego de la explosión de las Torres Gemelas decidí quedarme un tiempo para ver qué pasaba. En ese tiempo, hice la investigación sobre mi familia, la exposición de mi bisabuelo, trabajé en la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad, en Casa FOA…y llegó la propuesta del Museo Graffigna y me vine para acá…

-Estabas destinada a quedarte en San Juan, porque luego conociste a tu actual marido, el arquitecto y artista plástico Carlos Gómez Centurión.
-Me contactaron de Allied Domecq en Buenos Aires en el 2002. No sabían muy bien qué querían hacer con la bodega, pero sí sabían que querían recuperar la historia. Hice la propuesta en Buenos Aires y la aceptaron. Llegué a trabajar acá en el 2003. Carlos fue una de las primeras personas que conocí y me dio una mano enorme. Yo tenía que armar un equipo y no conocía a nadie. Fuimos amigos al principio y luego se fue dando…Empecé a trabajar en el Centro Cultural San Martín, luego en la remodelación de la Secretaria de Turismo, Cultura y Medio Ambiente y después me ofrecieron la Dirección del Museo de Bellas Artes.

-Venís de una familia donde hubo ministros y diputados que actuaron en diferentes gobiernos;  te uniste con Carlos, cuyo padre fue gobernador de San Juan por el Partido Bloquista, y trabajás en una gestión peronista, ¿militarías en política?
-En verdad, no es mi objetivo y no fue la manera en que llegué a la Dirección del Museo. Trabajo en Cultura y si tengo que hacerlo para la administración pública, lo hago, y si tengo que estar en la parte privada, estoy. Si puedo aportar algo, lo voy a hacer. Mi objetivo final no es la persona pública, lo mío es el arte y la cultura. Si hay desafíos que me interesen…uno nunca sabe…Como ciudadana uno opina, pero si no hace y no se compromete, no genera el cambio. Más allá de los partidos, creo que lo importante es que los objetivos coincidan.


- Con Carlos tienen una hija de casi 3 años. ¿Vas a contarle su historia familiar desde chiquita o creés que es mejor que la descubra sola, como vos?
- Uno siempre cuenta algo. De alguna manera es lindo. Por ahí hay familias menos “clánicas” que nosotros. Por más que vivo lejos ahora, estoy muy en contacto con mi familia. Uno se siente orgulloso y es lindo trasmitirlo. Me encantaría que conozca la historia de la familia, De hecho yo tengo mucho material guardado en casa porque le doy mucha importancia a esas cosas. El lugar que ella quiera darle a esto en su vida, lo verá cuando sea grande.

Perfil:
Nombre: Virginia Agote
Estado civil: Casada con el arquitecto y artista plástico Carlos Gómez Centurión
Hijos: Una hija, Juana María
Estudios: Se recibió de profesora de artes visuales en la Universidad Pueyrredón, luego en el Instituto Nacional del Arte (IUNA). Hizo especializaciones de Museología y Arte Contemporáneo en Nueva York.

¿Qué escuchás?: “Me gusta el jazz. Carlos escucha mucha música clásica y me gusta, soy bastante amplia pero en el momento que digo: Me voy a sentar a tomar un café, escucho jazz. Tengo artistas que me encantan, como Joni Mitchell, Diana Krall y los clásicos del jazz”.

¿Qué leés?: “He sido bastante desprolija para leer en mi vida. Leo de todo un poco, pero mucho arte, no necesariamente ensayos pero sí de gestión, catálogos, que tienen que ver el trabajo. En otras épocas tenía mis novelas para verano o los clásicos que volvés a leer y siempre lo nuevo en el arte”.

¿Qué te gusta ver?: “Uno es obvio en esas cosas. Me encantan el canal Encuentro, el canal á, documentales históricos, pero también el cine. Tenemos un grupo de cine con unos amigos. Me gusta el cine bueno, aunque cuando uno quiere distraerse puede ver cine comercial y lo ve. Me gustan Greenaway, Herzog, Bergman, los clásicos…”

¿Cocinás?: “Me gusta mucho cocinar para amigos pero no la cocina diaria. No soy la ama de casa que cocina todos los días, pero me gusta comer rico, tomar rico…”
¿Cuál es tu comida preferida?: “No tengo una preferida. Me gustan las verduras, las carnes, las pastas; eso sí rico. Me encantan las picadas: cuando vivía sola, en la noche para no cocinar, comía ricos quesos, buenos jamones, rico pan, vino y chocolate. Eso es una preferencia”.

¿Cómo te gustaría que te recuerden?: “Como una persona que dio siempre lo más que pudo con amor, con todo mi esfuerzo, y la mejor onda. Si ven eso, me quedo contenta”


Nota publicada en El Nuevo Diario el -viernes 18 de diciembre de 2009-

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Virginia Agote: Descendiente de personajes ilustres, llegó a San Juan para renovar el museo Graffigna.
Virginia Agote trata de dividir su tiempo como funcionaria del área de cultura y su tarea como madre de Juana.