Rubén Castro Toschi: "El viejo quiere morir en su casa"

El especialista en gerontología habla de los problemas que hoy trae vivir en la pasividad, de los maltratos que sufren los mayores y de ¿Quiénes son los viejos?

 “¿Cuándo se prepara a alguien para ser jubilado? A los docentes universitarios nos permiten trabajar  hasta los setenta, estuvimos cuarenta y tantos años en la investigación, en la docencia y ¿Después qué?, ¿Qué hacemos?”. Son algunos de los interrogantes que abruman a la tercera edad y a los que la gerontología intenta dar alguna respuesta. Rubén Castro Toschi es uno de los pioneros de esta área en el país. Nacido en Córdoba, integró la primera promoción de la Licenciatura en Ciencias de la Información de la Universidad Nacional de Córdoba, también se enfiló entre los primeros egresados de las maestrías en Gerontología y en Gerencia y Administración de Servicios de Salud.

Castro lleva más de veinticinco años estudiando la realidad de los viejos, a los que nadie preparó para vivir en la pasividad y que con frecuencia son víctimas de maltratos, desde el lugar de inutilidad en el que los deja el sistema hasta las ofensas que sufren en sus propias familias. En esta entrevista, además de explicar este problema social, expresa las propuestas de los gerontólogos para que la sociedad comience a preocuparse no solo por prolongar los años sino también por la calidad con que las personas pasan sus últimos años de vida.

-¿Qué significa ser viejo en la sociedad actual?
-La tecnología, la investigación, los universitarios nos hemos dedicado durante muchísimos años a tratar de prolongar la vida y lo hemos logrado. Hoy podemos pronosticar que alguien que nazca en el 2025 podrá vivir más de cien años, vamos hacia una sociedad Matusalén. Pero ¿Prolongar la vida para qué? si no lo hacemos con calidad. Ahí entramos los que estudiamos gerontología.

-¿Qué es la gerontología?
-Es una ciencia recientemente explorada como tal pero que viene desde los antiguos griegos. Es el abordaje inter y multidisciplinario de los diferentes aspectos de la vejez, la geriatría toma la parte clínica y la gerontología se ocupa de la enfermedad social. No somos médicos pero integramos un equipo de salud.

-¿Córdoba fue pionera en la formación de gerontólogos?
-Hace más de veinticinco años en Córdoba empezamos con la primera maestría interdisciplinaria de gerontología del país. El posgrado es para formar universitarios en esta área, que busca mostrar a los viejos de una manera diferente y asistirlos de una forma distinta. Yo fui fundador de la maestría.

-¿Quién es viejo?
-Todos somos viejos, desde el momento de la concepción envejecemos y en esta entrevista hemos envejecido unos minutos más. A mí no me asusta decir viejo, yo no digo “nonito o abuelito”, el viejo es viejo. Pero acá también nos tenemos que poner de acuerdo en otras cosas como por ejemplo ¿Por qué ponerle edad a la vida?, ¿Por qué tenemos una primera, segunda y tercera edad?, ¿Por qué no hablar del viejo con experiencia, potencialidades, ganas de hacer cosas y que todavía se siente fuerte? Ese que hoy lo jubilan y queda en una situación de desamparo para la que nadie lo preparó.

-Hoy el hombre se jubila a los 65 años, la mujer con 60 y la esperanza de vida es de 75, aunque muchos viven hasta después de los ochenta. ¿Qué hace el jubilado en todos esos años?
-Los padres griegos hablaban del ocio creativo, que para ellos era lo contrario al negocio y nosotros nos hemos olvidado de eso. A partir de esto ¿Qué hacemos? ¿Estamos preparando a nuestra gente para la pasividad? Tenemos que volver a la posibilidad del ocio creativo, al tiempo de uno mismo. Hoy tenés a la abuela esclava, que en vez de vivir su ocio vuelve a preparar comida como antes. Los viejos vuelven a ser papás porque cubren situaciones de sus hijos y nietos.  

-Usted ha escrito y expuesto mucho sobre el maltrato ¿En qué ámbitos se maltrata al viejo?
-En la casa y con la palabra. “Nona eso me lo repetiste treinta veces, ya te escuché”, “¿Por qué no sintonizás abuelo?”, “ay abuelo alguien tendría que cambiarte los pañales, estás despidiendo olor”. Hoy la palabra  llegó a ser la antinomia del buen trato. El viejo se siente agredido, manoseado, frágil porque está en una edad vulnerable, en la que sabe que se está jugando un vencimiento, un plazo fijo.

-¿Además del verbal, que otros tipos de maltrato percibe?
-Hay muchos viejos que están judicializados, que no pueden usar su patrimonio ni su propio dinero, hay maltrato económico, financiero, patrimonial y sexual. También maltrato es lo que no está dando hoy el mobiliario urbano de las ciudades, el maltrato es una pandemia no infecciosa. Aunque hoy, después de haber escrito mucho sobre esto, llegué al convencimiento de que no hay que hablar tanto de eso sino de ¿cuándo y cómo empezamos con el buen trato hoy? desde el saludo: “viejo o vieja querida”.

-¿Dónde quiere pasar sus últimos días el viejo?
-Quiere morir en su casa, no quiere morir en el geriátrico. Pero cuando nos molesta lo alojamos en los depósitos de viejos, hay casos en los que son necesarios pero en general quieren morir en su casa.

-¿Qué es lo que más le duele?
-Que lo ignoren, que no lo atiendan, que no le presten oreja, que no le den tiempo. Que un niño de la casa deje su juguete tirado y que se lo encuentre cuando se levante para ir a hacer sus necesidades al baño, a cierta hora de la noche, también que los animales domésticos entorpezcan su andar.

-¿Y qué lo avergüenza?
-La incapacidad, la imposibilidad de comunicarse, siente que ha perdido cosas y que no las puede retener. Nosotros tenemos un programa en la universidad con 1.500 alumnos mayores de 50 años, se sienten felices de poder comunicarse con los demás, llegar a la universidad y sentirse útiles de nuevo. Comienzan con el ABC de la informática y terminan haciendo diseño en tres meses. No entienden cuál es la tecnología de un celular pero cuando comienzan a aprender dos o tres nociones básicas se sienten útiles y ya dejan de avergonzarse.

-¿Hay maltrato desde los medios de comunicación?
-En la nueva ley se da en algunos artículos muy particulares que tratan sobre el dominio de los medios. También se da en la publicidad y la propaganda, ahí usan el modelo del viejo decrépito, no del que tiene posibilidades de hacer cosas y que lo tenemos que ayudar a que pueda hacerlas. Hasta en las últimas elecciones hemos visto cómo muchos partidos usaron al viejo como instrumento político, eso es maltrato.

-¿Qué se podría hacer para cambiar el rol que hoy tienen los viejos?
-Formar recursos humanos en gerontología, gente que ayude a convivir mejor con ellos donde sea. El viejo necesita, por su discapacidad, que le hagan trámites, que lo acompañen y no se trata de sacar a pasear a un perrito. ¿Cuándo se empieza? en las escuelas y hoy. No buscamos cambiar las generaciones, lo que pretendemos es coordinar y vivir en un mundo de equilibrio. Tenemos que acordar algunas cosas. Por ejemplo, si le pido a alguno de mis nietos que me ayude con la computadora, si lo hago bien me va a ayudar y podemos chatear. El viejo no es un ser despreciable, es una continuidad nuestra y tenemos que quererlo.

-¿Qué más se puede hacer aparte de formar?
-Tener políticas de salud. Es un compromiso que hay que empezar hoy, no se puede esperar hasta mañana porque todos seguimos envejeciendo.

-¿El viejo podría volver a ocupar el lugar que tuvo en otras épocas?
-Si pudiéramos hacer lo que hicieron los griegos sí. La asamblea de los ancianos no era un lugar donde ellos iban a jugar al naipe, a cantar o a bailar, era donde se aprendía de su experiencia. Pero hoy el sistema previsional no prepara para ser jubilados.

Ficha personal
Estado civil
: casado con Norma Rimondino hace más de 41 años. 
Hijos: Diego, Pablo, Laura y Adrián.
Nietos: Once.
Un lugar: “tuve la suerte de haber podido recorrer, como docente, todo el país, incluso Tierra del Fuego cuando todavía no era provincia”.
Comida preferida: “el asado, me conocen como el mejor asador de cabrito serrano”.
Último libro que leyó: “Comunicación asertiva”, que es uno de mis libros. Lo volví a leer porque estoy haciendo una reedición y espero publicarla a fin de año.
Cine: “me gustan las películas históricas, soy amante del revisionismo histórico de Argentina, en especial el referido al General San Martín”. 
Hobbie: “jugué toda la vida al rugby, incluso hasta edad avanzada. Hoy sigo corriendo y hago bicicleta fija por salud”.
Algo que no podría dejar de hacer antes de morir: “algún día me gustaría ser maestro, que no es lo mismo que ser profesor, es un título honorífico”.


NOTA PUBLICADA EN EL NUEVO DIARIO EL 8 DE NOVIEMBRE DE 2013.

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Rubén Castro Toschi.
Rubén Castro Toschi, comunicador, especialista en gerontología
Rubén Castro Toschi.
Rubén Castro Toschi, conunicador y especialista en gerentología