Me trajeron la noticia,
que a mi compadre Don Pedro,
le llevaron de regalo,
un jamón de un año y medio.
Ahí nomás monté a caballo,
con intenciones de verlo.
Rumbeamos para su casa,
nos fuimos con otros negros,
amigos de trasnochadas,
cantores y guitarreros
y cargué dos damajuanas
de tinto blanco y patero.
((Estribillo))
Llegamos a eso de la medianoche,
como para darle una serenata.
Pelamos las violas, prendieron las luces,
apenas punteamos la primer tonada,
la puerta se abrió y adentro,
en la segunda les cuento.
La comadre prendió el horno,
y empezó a armar empanadas.
Y entraron a caer vecinos,
como por arte de magia
Cada cual traía un vino,
y ahí nomás se armó la farra.
A la mesa iban cayendo
chorizos y pan casero,
aceitunas queso e´chancho,
y ensaladita de berro.
Y del jamón que les cuento,
no quedaron ni los huesos.
((Estribillo))
Y ahí me tiene mi negra de vuelta,
los ojos rojizos, los labios morados,
disculpe si traigo pesada la lengua,
culpa del compadre también me he curado.
De tanto vaciar los vidrios,
he perdido el equilibrio.
Autor: Ernesto Villavicencio y O. Valle
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