Llegaron desde Ancona, Italia, a principios del siglo XX, buscando un mejor porvenir. Vitivinicultores desde su tierra natal, siguieron creciendo en ese rubro en la provincia. Desde sus raíces, los movilizó la política y aunque la mayoría ha sido afín a las ideas del bloquismo, en esta familia conviven diferentes ideologías.
De las vides de Ancona a Mendoza
El nono Enrique Conti fue un ejemplo de visión, esfuerzo y trabajo para su familia. Tal vez es por eso que muchos de sus nietos heredaron su nombre, también porque aparte de dedicarse con pasión a sus viñedos y bodegas, Enrique cuidó con gran esmero la unidad entre sus hijos, que fueron doce en total. Y en esa tarea también tuvo un lugar esencial su mujer, la nona Rosa Putelli, quien, al igual que él, tenía raíces italianas.
Enrique sabía lo que era desprenderse de su terruño y trabajó para que sus hijos pudieran crecer y formar sus familias sin tener que buscar otras tierras. Él llegó a Argentina junto a sus dos hermanos: Rómulo y Toribio y su padre, Vicente. Venían desde Ancona, una región ubicada en el centro de Italia; viajaron en 1901 y se instalaron primero en Mendoza. Como en su tierra se dedicaban a la vitivinicultura, acá siguieron desenvolviéndose en esa actividad y fueron contratista de la bodega La Germania, hasta que el mismo crecimiento en el rubro de los viñedos trajo a parte de la familia a San Juan.
Bodegueros, devotos y “familieros”
Hasta acá vinieron Enrique y Rómulo. El nono trabajó para la finca “Las rosas” y, a medida que fue creciendo, pudo adquirir sus propias tierras, primero en Pocito, más tarde en Desamparados, luego también en San Martín. Fue en sus primeros años en esta provincia que conoció a su compañera, Rosa Severa Putelli, con quien tuvieron trece hijos, aunque una de ellos, Gladys, falleció siendo bebé. Los demás fueron: Serafín, Humberto, Juan, Irides, Irma, Ida, Hilda, Pierina, Enrique, Rómulo, Rosita y Argenis.
Los nonos fueron padres atípicos para la época. Se ocuparon de brindarles la oportunidad de estudiar a sus hijos, e incluso a las mujeres. Ellas, al igual que su madre, estudiaron en el Colegio El Tránsito y egresaron como maestras. Los varones pronto comenzaron a ofrecer su fuerza de trabajo para ayudar a su papá en los viñedos y las bodegas, tuvieron una en Albardón, otra en San Martín y la tercera en la misma finca donde ellos vivían, que estaba ubicada en calle 25 de Mayo y Matías Zavalla. Además, los vinos que fabricaban salían con el nombre “Virgen de los Desamparados”.
Los hijos se fueron casando, de a poco llegaron los nietos, que han sido más de cuarenta y la casa de los nonos se convirtió en el centro de reuniones. Aunque eran muchos, cada vez más, se mantenían unidos y los primos disfrutaban compartir los domingos en la finca, donde no faltaban los platos de tallarines, también los cumpleaños y las fiestas de fin de año. Mantuvieron esa propiedad hasta que Enrique y Rosa fallecieron, en la década de 1970. Entonces, vendieron la finca, se lotearon los terrenos y ahí se construyó lo que hoy es el Barrio Parque de Mayo.
Doce hermanos y más de cuarenta primos
· Serafín: que trabajó junto a su padre, se casó con Elena Moreno y tuvieron a: Elena, que es docente y es conocida en la provincia por preparar alumnos para ingresar a los colegios preuniversitarios; Beatriz, Vicente, fallecido, que fue metalúrgico; María, Estela y Roque, que falleció siendo pequeño.
· Humberto trabajó en las fincas y bodegas de su padre y contrajo matrimonio con Dolores Arenas. Ellos fueron padres de: Humberto, enólogo, el es padre de Humberto Conti Picco, que fue presidente del Foro de Abogados; Violeta, docente y Serafín, que falleció.
· Juan trabajó de chico con su padre y luego para la firma exportadora D´Angiola Arcucci, donde incluso fue capataz durante muchos años. Él se casó con Virginia Álvarez y tuvieron a: Enrique Evangelisto, contador, llegó a ser gerente general de Peñaflor; Juan Antonio, que trabajó en Peñaflor y Nora, que es religiosa.
· Irides contrajo matrimonio con Efrain Putelli y fueron padres de: Efraín Enrique, enólogo e Irides, fallecida.
· Irma Rosa, no tuvo hijos y cuidó a sus padres, Enrique y Rosa hasta que estos fallecieron.
· Hilda se casó con Humberto Flores y tuvieron tres hijos. Las mayores son Hilda y Graciela y el menor es Humberto, que se dedica a la construcción.
· Ida contrajo matrimonio con Rogelio Agüero y tuvieron cinco hijos. El mayor es Rogelio, que trabajó en la administración pública; Alberto, ingeniero químico; Enrique, geólogo; Rosana, maestra e Ida, ingeniera civil.
· Pierina se casó con Antonio Silvestre. Ella estudió algunos años medicina en Córdoba, pero no terminó la carrera. El matrimonio tuvo una hija, María Mónica, que trabaja en la administración pública.
· Enrique estudió odontología en Córdoba, se casó con Rosa Pérez y tuvieron cuatro hijos: Enrique Edgardo, contador; Oscar Alfredo, contador; Horacio, ingeniero civil; Gustavo, contador.
· Rómulo Nereo se casó con Emilia Prieto y fueron padres de: Silvia, fallecida; Rómulo, que ha trabajado en la vitivinicultura, en emprendimientos privados y hoy trabaja en la contaduría de la Provincia; Sonia, docente; Adriana, docente y José Enrique, gerente de Asociart.
· Rosa Doselina se casó con Manuel Prieto. Ellos fueron padres de: María Inés, Manuel Enrique, contador; Susana María, docente y Celia Mabel, docente.
· Argenis contrajo matrimonio con Jorge Flores y tuvieron a: Jorge Osvaldo, se ha dedicado a la agricultura; Carlos Guillermo, fallecido, fue ingeniero agrónomo y Anahí, docente.
El germen de la política
Desde sus raíces, los Conti tienen vínculo con la política. Todo comienza con el nono Enrique. Aunque él no votaba, porque no tenía nacionalidad argentina, tenía gran afinidad con el bloquismo. Él tenía amistad con los hermanos Cantoni y más tarde también fue cercano a Leopoldo Bravo. Entre sus hijos el primero que comenzó a militar en el partido fue Humberto, que llegó a ser intendente de San Martín y fue subsecretario de la Producción. Luego se sumó uno de los más chicos, Rómulo, que fue candidato a diputado provincial por Desamparados. Ellos fueron los hermanos que tuvieron una participación más activa dentro del grupo que fundaron los Cantoni, aunque el resto eran simpatizantes.
Con los años se empezaron a integrar al bloquismo los nietos, y en gran parte motivados por uno de sus tíos políticos, Rogelio Agüero, el esposo de Ida. El militaba activamente y entusiasmó a sus sobrinos para que trabajaran en el partido. Uno de sus sobrinos cercanos era Rómulo Conti Prieto, hijo de Rómulo, a él lo invitó por primera vez en 1973, para ser fiscal en las elecciones. Años más tarde, en 1983, le propuso que fuera delegado del Comité Central pero, como él tenía mucho trabajo en las fincas, encima justo era el tiempo de cosecha, Rogelio le hizo esta propuesta a otro de sus sobrinos: Enrique, hijo de Enrique. Así fueron los inicios de él en la política, más tarde llegaría a ser intendente de la capital y candidato a vicegobernador y es vocal del Tribunal de Cuentas de la Provincia.
Quién también se inició en la política fue el segundo hijo de Rogelio, Alberto Agüero. Pero, a diferencia de su padre, él militó en la izquierda, aparte de dedicarse a su profesión como ingeniero químico fue candidato a gobernador. Además, otro de los primos, Manuel Prieto Conti fue ministro de la Producción en el gobierno de Jorge Escobar.
Publicada el 26 de febrero de 2016 en El Nuevo Diario
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