La minería es una actividad con una larga trayectoria en la provincia y en el país. Este artículo describe las circunstancias políticas, económicas y legislativas, nacionales y provinciales, que acompañaron y determinaron la explotación minera en esta provincia en el periodo 1862-1930. Los autores integran un equipo de investigación del Instituto de Historia Regional y Argentina “Héctor Domingo Arias”, de la Facultad de Filosofía Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de San Juan.
La historia reconoce en el gobierno de Domingo Faustino Sarmiento los orígenes de la preocupación y acción estatal en San Juan en torno de la exploración y explotación minera. Aunque los logros no fueron muchos, las medidas del gobierno sarmientino inauguraron una larga etapa en la que gobernantes de distintos signos políticos intentaron encaminar la actividad. Entre 1862 y 1930 el papel del Estado fue determinante para el desarrollo de la minería provincial, ya que durante este periodo debió estimularla organizándola jurídicamente, generando recursos humanos e incluso participar de manera directa en la producción. A pesar de ello, estas medidas no alcanzaron para un desarrollo sostenido en el tiempo ya que las condiciones generales por las que transcurrió el país no permitieron, en el periodo que aquí se estudia, el logro de ese objetivo.
Los aportes del gobierno de Domingo Faustino Sarmiento
En los comienzos de la etapa histórica iniciada en 1862 Domingo Faustino Sarmiento se constituyó, en Cuyo, en el ejecutor de las ideas liberales mitristas. Asumió como gobernador en este año. Elaboró un programa integral de reactivación económica centrado en el desarrollo de la minería.
Sin embargo, debió enfrentar una serie de problemas para desarrollar su programa, como el escaso tiempo para aplicarlo, el levantamiento de las montoneras encabezadas por Ángel Vicente Peñaloza, la escasez de capital, la carencia de infraestructura adecuada y mano de obra especializada. Estos factores hicieron fracasar el intento de convertir a San Juan en un gran centro agrícola-minero.
Por otra parte, el aspecto edilicio de la ciudad, las obras públicas y la educación recibieron un notable impulso. Continuó con las obras de empedrado de la ciudad; mejoró el alumbrado público; el arreglo de muros y veredas; ensanchó y abrió calles; estableció líneas de edificación; creó el Departamento Topográfico, Hidráulico y Estadístico lo que permitió levantar en 1871 un “Plano topográfico de la ciudad de San Juan y sus departamentos agrícolas aledaños” y un “Plano topográfico de la provincia de San Juan” con mención de cualquier puesto minero en explotación.
Dedicó especial atención a la minería; para ello organizó una Diputación de Minas y formó la Compañía de Minas de San Juan. Sin embargo la falta de técnicas, instrumental y capitales necesarios para la explotación impidió el desarrollo de esta actividad como lo planificara Sarmiento.
El gobernador se alejó del ejecutivo provincial en 1864. Lo sucedió Camilo Rojo, quien llevó a cabo una importante obra revelando preocupación por la salud de la población, la cultura y la producción.
La hegemonía del Club del Pueblo (1875-1890)
A partir de 1875 se inició en San Juan el período de hegemonía del Club del Pueblo que se extendió hasta 1890. Valentín Videla (1871-1872) dio una ley de imprenta y varias leyes de fomento agrario y minero; transformó las juntas de irrigación en Juntas Municipales; prosiguió la prolongación de calles, los trabajos del Mercado Público y la Casa de Baños; construyó la represa de La Tranca en Las Lagunas; apoyó la concurrencia de San Juan a la Exposición Nacional de Córdoba, en 1871, entre otras.
Con la designación en 1875 de Rosauro Doncel como gobernador se inició en la provincia, según Horacio Videla, la época de las clases cultas, denominada así porque los protagonistas fueron abogados, militares, ingenieros y médicos que participaron del ideario liberal. El gobernador Anacleto Gil (1881-1884) promovió las leyes de creación del departamento 25 de Mayo, del Banco Agrícola, de Registro Civil, de provisión de aguas corrientes, del régimen municipal, prosiguiendo la construcción de la Casa de Gobierno comenzada en 1870, hasta su inauguración en 1884. El 18 de mayo de 1884 asumió la primera magistratura Carlos Doncel. De aquí en más el grupo adhirió incondicionalmente a la política de Roca, consolidándose en San Juan el modelo liberal-conservador de la Generación del ´80.
Entre las obras de ese periodo podemos citar: la Ley de Educación Común de la Provincia, de 1884, reformada en 1887 durante el gobierno de Federico Moreno; la Ley Orgánica del Poder Judicial; la creación de la Oficina de Estadística y de la Dirección de Obras Públicas; viaje inaugural del Ferrocarril Andino, en abril de 1885; empedrado de las calles de la ciudad y apertura de nuevas arterias en Capital y Desamparados; la fundación de Villa Aberastain, por citar las más destacadas. La acción de los gobernadores regeneradores se extendió hasta 1890 realizando una importante obra constructiva y progresista en la que pusieron de manifiesto su espíritu liberal y laicizante.
Lo que pasaba en el país y en el mundo
Pablo Gerchunoff y Lucas Llach denominan al periodo transcurrido entre 1870-1914 como "la generación del progreso". Puntualizan que en esa época la economía mundial en la que la Argentina comenzó a insertarse después de su pacificación interior tenía como rasgos centrales la creciente integración de mercados y el rápido crecimiento de la producción.
Aún cuando la década de 1870 vio desenvolverse una crisis económica internacional, hacia el último cuarto del siglo XIX parecía haberse alcanzado un desarrollo económico sin perspectivas de menguar, contexto en el cual Inglaterra jugaba un rol fundamental. La expansión económica estuvo asociada a un lugar geográfico (la Pampa húmeda), a actividades productivas (ganadería y agricultura) y a la incorporación de capitales y trabajo extranjero manifiesta en la instalación de ferrocarriles y en una gran inmigración.
Los aspectos de la crisis económica-financiera se hicieron sentir en la presidencia de Pellegrini. La sensación de inseguridad monetaria se extendió al sistema bancario y los retiros de depósitos provocaron la caída de los bancos Provincia, Nacional e Hipotecario. "La crisis afectó a la industria, al comercio y a todas las clases sociales, y a las fuentes de producción y consumo. La cotización del oro al 300 % provocó la escasez, la ruina, la miseria y el hambre".
Nuevo impulso a la minería en la provincia
La transformación producida por la generación del 80, en función de la incorporación de Argentina a un mercado internacional, afianzó en San Juan la actividad vitivinícola como monocultivo. Frente a esta situación el estado provincial instrumentó la reactivación de la minería con legislación de fomento: concesión de terrenos para iniciar la exploración de mantos carboníferos, exención de impuestos a establecimientos de beneficio, exención de derechos de peaje a los animales y tropas empleadas en el transporte de los minerales de otra provincia para ser beneficiados en los establecimientos existentes en San Juan, premios para los que descubrieran minas de hierro y carbón, siempre que su calidad fuera superior a los importados (establecidos por Domingo F. Sarmiento desde la presidencia), privilegio de constituir una unidad administrativa con autonomía (Departamento) en La Huerta y Gualilán y constitución de comisiones especiales de apoyo a la actividad de exposiciones industriales nacionales e internacionales.
En 1884 se restableció la Diputación de Minas, en 1887 se dispuso la creación de la Dirección General de Estadística que debía controlar la salida de los minerales. En el mismo año se dispuso la creación del Banco Provincial de San Juan que entre sus funciones contemplaba el fomento de la minería. La enumeración no es exhaustiva pero es indicativa de la intencionalidad de producir un cambio alentando el trabajo minero.
La década del 90’ insertará en el contexto la complejidad de la crisis económica y en ella autoridades provinciales propondrán planes de reactivación. En este contexto, el gobernador D. Morón reflexiona sobre el aprovechamiento del suelo. Expresa que no se deberían desdeñar los productos que ofrece la naturaleza y que el brazo robusto del minero, ampliado con el ingenio del químico y el mineralogista, debería ocuparse del apetecido metal, oro y plata, pero sin abandonar la idea de la búsqueda del combustible carbón de piedra. La explotación se centró en los establecimientos de oro y plata, con saldos exportables en los mercados europeos, argentinos y chilenos. La magnificencia del Centenario de 1810, sumada al crecimiento urbano demandó la realización de construcciones públicas. El interés puesto de manifiesto en las obras públicas requirió la materia prima proveniente de las canteras y los productos de su transformación industrial.
La provincia y el país a comienzos del siglo XX
Ingresar en la primera década del siglo XX implica considerar la realidad de una provincia cuyana que había iniciado el camino hacia la modernización. Se imponía la necesidad de más edificios, de refacción de los existentes. Era necesario realizar tareas de ensanche, rectificación y/o nivelación de calles y la construcción de obras de defensas aluviales, para las reiteradas crecidas hídricas.
A nivel nacional los propósitos fueron mantener la estabilidad, fomentar la inmigración, facilitar los trasportes fluviales y terrestres, mejorar las condiciones higiénicas de la ciudad; proveer seguridad nacional y lograr el conocimiento del territorio, implementar nuevas industrias y desarrollar las denominadas “extractivas”. Era de vital importancia, entonces, realizar en todo el país tareas de búsqueda de minerales y de napas de agua. Se requería llevar adelante estudios geológicos de carácter regional que pudieran servir de base para el conocimiento de la hidrología, la explotación de yacimientos carboníferos y el aprovechamiento de las riquezas del subsuelo. La actividad minera fue catalogada como una riqueza potencial, como la industria madre de las demás industrias. El descubrimiento de petróleo el 13 de diciembre de 1907 en Comodoro Rivadavia, puso al descubierto la falta de previsión del Código de Minería que excluía al estado como explorador directo de un nuevo mineral estratégico, de efectos imprevisibles.
La Primera Guerra Mundial hizo sentir como efecto la necesidad de industrialización y de combustibles propios. Durante su administración el gobernador Ángel D. Rojas (1914-1916) debió afrontar la pesada carga del empréstito externo de 1910. Creó la Asistencia Pública y el Departamento de Irrigación y Obras Publicas, previo proyectar la ley de Aguas de la provincia.
Los gobiernos democráticos se extendieron hasta 1919 en manos de Pedro Gallo y Amador Izasa, culminando este periodo con la intervención del Gobierno Federal que envió a Manuel Escobar.
Durante este periodo de intervención el partido Radical se consolidó en la provincia. En marzo de 1920 asumió la fórmula radical Amable Jones – Aquiles Castro. Mientras tanto, en el seno de la Unión Cívica Radical sanjuanina había surgido un nuevo partido “el Club Baluarte” (octubre de 1916), liderado por el Dr. Federico Cantoni que se convertirá en un opositor importante.
Las diferencias en el seno del Radicalismo, cada vez más profundas, terminaron con un enfrentamiento armado en el departamento de Pocito el 20 de noviembre de 1921. El gobernador Dr. Amable Jones fue asesinado y esto provocó una inmediata intervención del gobierno nacional.
El gobierno de Cantoni
El cantonismo gobernó alternadamente once años que transcurrieron desde 1923 hasta 1934. Fueron años muy controvertidos, en que las luchas sociales y políticas se exaltaron. Años en los que además se produjeron en la provincia importantes transformaciones socio-culturales y económicas y a los que ciertos historiadores han denominado en las cronologías históricas como el periodo de agitación política – social.
En las elecciones realizadas el 14 de enero de 1923, la Unión Cívica Radical Bloquista llegó a la gobernación con la fórmula Federico Cantoni – Juan Estrella, e inició así una década de gobiernos bloquistas que excedieron la ruptura institucional de 1930. La política planteada por estos gobiernos bloquistas apuntaba a lo socio – económico, a generar riquezas por medio de la diversificación de las actividades económicas y a un fuerte aparato impositivo, para producir el crecimiento económico de la provincia, fundamentado en el fortalecimiento de la regulación económica del Estado.
La diversificación de la producción a través de la minería (La Marmolería del Estado) se propondrá a partir de 1932. Federico Cantoni, en el mensaje de presentación del proyecto de ley, expresó, en síntesis, que la Marmolería del Estado tendía a fomentar la implementación de nuevas industrias en la provincia. La finalidad era iniciar la explotación industrial oficial de la riqueza minera de la provincia, con la utilización de los productos provenientes de las canteras de mármol y proveer al Estado de materiales de construcción baratos.
Legislaciones nacionales sobre minería
Durante los gobiernos radicales, la economía argentina refleja una estrecha vinculación con la coyuntura internacional. La crisis mundial, que comienza a fines de 1929, coincidió prácticamente con el fin de los gobiernos radicales, que no tuvieron oportunidad de producir cambios drásticos en la política económica nacional. Desde el punto de vista jurídico – normativo el periodo objeto de estudio se encuadra en el periodo Orgánico y Legislativo.
En 1886 se sancionó el Código Nacional de Minería que comenzó a regir a partir de 1887. Éste declaraba que las minas eran bienes privados de la nación o de las provincias según el territorio en que se encontraran (artículo 7º). Las minas fueron consideradas como bienes inmuebles factibles de obtener por los particulares a través de la concesión legal (artículo 10º). Eran objeto de concesión los descubrimientos, las minas nuevas, en criaderos conocidos y las minas caducadas y de denuncias, las concesiones abandonadas o sujetas al despueble (artículo 110º).En 1906 se creó la División de Minas, Geografía e Hidrología dependiente del Ministerio de Agricultura. En 1912 se estableció que la autoridad minera fuera desempeñada por la Dirección General de Minería, Geología e Hidrología. Fueron reorganizadas y creadas instituciones como el Departamento Nacional de Minas y Geología y la Dirección General de Estadística. A partir de 1907 se comenzó a preparar el Padrón Minero Nacional, iniciativa importante que permitió contar con datos de exploración, explotación y comercialización del país en su conjunto. En 1917 se sancionó la ley 10273 que modificó el sistema de amparo o conservación de las concesiones.
El presente artículo se desprende del informe final del proyecto “La actividad minera en San Juan. Aportes al conocimiento histórico 1862-1930”.
El objetivo general, que cumplió la función de eje vertebrador de la investigación, es “Constituir y configurar desde el punto de vista intelectual una historia de la minería de San Juan desde la llegada al gobierno de Domingo Faustino Sarmiento hasta 1930”. A su vez una serie de objetivos específicos coadyuvaron con el análisis profundo y puntualizado en dicha investigación. Estos son:
-Conocer los lineamientos de la política económica gubernamental y su incidencia en las labores mineras
-Señalar la vinculación existente entre la actividad minera y el ordenamiento jurídico- normativo
-Identificar expectativas creadas y resultados alcanzados en la actividad minera.
-Establecer cualitativa y cuantitativamente el grado de desarrollo alcanzado en orden a las variables exploración, explotación y comercialización.
- Determinar los factores concurrentes al desarrollo de la actividad minera tales como capital, mano de obra, recursos, sustancias mineralógicas, vías de comunicación.
Directora del proyecto:
Dra. María Susana Clavel Jameson
Codirectora: Prof. Margarita Ferrá de Bartol.
Integrantes del Equipo: Mag. Adela Varas, Lic. Silvana Frau, Prof. Daniel Arias, Prof. Miriam Martínez, Prof. Verónica Coria.
Instituto de Historia Regional y Argentina “Héctor Domingo Arias”- Facultad de Filosofía Humanidades y Artes. Universidad Nacional de San Juan.
Domingo F. Sarmiento, ya sea en su rol como Gobernador (1862-1864) y posteriormente como Presidente de la República Argentina (1868-1874) intentó, a través de una serie de medidas, -como el ordenamiento jurídico-normativo- la formación de especialistas, técnicos e ingenieros, la prospección y exploración a cargo de ingenieros extranjeros; la importación de nuevas tecnologías y maquinarias vinculadas con la actividad minera, generando un desarrollo de la actividad minera con el claro objetivo de perpetuarlo en el tiempo. Con posterioridad se inicia un decaimiento y paralización que coadyuva para que se suprima la Diputación de Minas en San Juan.
En la coyuntura del 80’:
La etapa de profundos cambios en el orden internacional se manifiesta en la industria minera con una definida política nacional y provincial de estímulo y protección a la actividad. El auge minero de este momento se tradujo en estudios científicos-técnicos cuyos conocimientos fueron perfeccionados sin alcanzar el rol protagónico que políticas y movilización de capitales hacían esperar. Se puede destacar una marcada tendencia hacia las rocas de aplicación para la construcción de grandes edificios diques y canales, entre otros.
En la coyuntura del Centenario:
El rol asignado a la actividad minera fue la búsqueda y el hallazgo de combustibles –General Mosconi en 1907- y rocas de aplicación, en una correspondencia con el programa económico gubernamental nacional sobre el particular y asociándolo al sentido de transformación provincial con carácter subsidiario.
En la coyuntura del primer y el segundo quinquenio del siglo XX:
se inició la búsqueda y explotación de combustibles, de minerales estratégicos como el wolfamio y mica, registrándose producciones nuevas como el cuarzo, arcilla, caolín, hierro, alumbre, grafito que respondieron a la demanda del consumo interno enmarcada en la necesidad de la construcción de líneas férreas, caminos, canales y diques.
A lo largo de todo el periodo analizado se ha podido detectar una fluctuación dentro de la actividad minera vinculada con lo explotado que va desde el oro y la plata, en los primeros momentos, cambiando de eje hacia las rocas de aplicación, combustibles y posteriormente hacia los minerales estratégicos. Esta fluctuación de la explotación minera en San Juan estuvo vinculada a la demanda de las empresas tanto nacionales como internacionales.
El papel del Estado fue determinante para el desarrollo de esta actividad ya que durante este periodo el Estado debió estimularla, organizándola jurídicamente –Código de Minas-, generando recursos humanos especializados –Escuela de Minas-, y luego más adelante la participación directa a través de la Marmolería del Estado, brindándole beneficios económicos a las empresas mineras generando un marco de contención para que desarrollen efectivamente la actividad en la provincia.
A pesar de ello, estas medidas no alcanzaron para un desarrollo sostenido en el tiempo ya que las condiciones generales por las que transcurre el país no permiten que se logre este objetivo. Además, problemáticas tales como el aislamiento de los sitios mineros, no se pudieron superar a pesar de los intentos tanto estatales como privados encareciendo tanto el traslado de la maquinaria como la extracción de los minerales.
Escrito Por: Dra. María Susana Clavel Jameson.
Prof. Margarita Ferrá de Bartol
Mag. Adela Varas
Lic. Silvana Frau
Prof. Daniel Arias
Prof. Miriam Martínez
Prof. Verónica Coria
Fuentes:
Gerchunoff, P., Llach, L., (2007) El ciclo de la ilusión y el desencanto. EMECE, Buenos Aires.
Clavel Jameson, María Susana. (1990) “La actividad minera sanjuanina en el contexto de fines del siglo XIX “, (tesis de maestría, inédita) UNSJ, San Juan.
Clavel Jameson, María Susana. (2006) “La actividad minera sanjuanina en el contexto del centenario”, (Tesis doctoral, inédita) UNC, Mendoza.
Clavel Jameson, María Susana, (1997) “La participación de la provincia de San Juan en las exposiciones de productos de mediados del siglo XIX como agente promotor del desarrollo minero”, en III Encuentro de historia Argentina y regional.” UNSJ, San Juan.
Tomo II; Clavel Jameson, María Susana, (1998) “El informe Hoskold y su valor historiográfico, en Aportes para la historia de la historiografía”. UNSJ, San Juan.
Clavel Jameson, María Susana, Las compañías mineras en San Juan en el contexto de siglo XIX; Clavel Jameson, María Susana, Carbajal, A., Arias,D. (2007) “Relaciones entre el desarrollo agrario y minero en la gobernación de D. F. Sarmiento” en “V Jornadas Agrarias y Agroindustriales” Bs.As.
Varas, A., Gil, D., Frau, S. (2007) “El impacto de la actividad agroganadera sobre la minera en San Juan” .San Juan.
Clavel Jameson, María Susana. (2007) “Consideraciones históricas para la evolución de la gestión de la actividad minera sanjuanina en el contexto de la Trasformación”, en "II seminario internacional: El aporte de la Universidad al desarrollo sostenible socialmente responsable". UCC San Juan. 25 y 26 de octubre de 2007.
Clavel Jameson, María Susana, (2007) “Aporte histórico al conocimiento de la actividad minera sanjuanina 1862-1914”, en IV Encuentro de Investigadores de Ciencias Sociales de la Región Centro Oeste y I binacional con la 4º Región de Chile". UNSJ, FACSO, San Juan. 19-21 de setiembre de 2007.