Pablo Ramella llegó a San Juan en 1930 cuando fue intervenida la provincia. Acá fue desde Asesor Letrado de Menores y Defensor de Pobres y Ausentes hasta Juez en lo civil y comercial. Trabajó para la Acción Católica Sanjuanina y se destacó en la literatura. Algunos de sus hijos y nietos siguieron sus pasos.
Pablo Ramella, nació en La Plata un 13 de junio de 1906, el mismo día en que se celebra el día de San Juan, el del escritor y el de San Antonio. En honor a este santo, su madre María Peregrina le puso como nombre Pablo Antonio Ramella. Sin embargo el destino hizo que él no sólo fuera un destacado católico practicante sino que además fuera un reconocido poeta, constitucionalista y amara la tierra que le dio las mayores felicidades: San Juan.
Sus padres fueron Tomás Ramella y María Peregrina y sus hermanos Tomas (1899), Teodolina (1900), Carlos (1902) y Alcira (1908).
Su llegada a San Juan
Pablo Ramella fue sanjuanino por adopción. Sus estudios los empezó en la escuela N°3 de la provincia de Buenos Aires y los terminó en el Colegio Nacional Juan Martin de Pueyrredon de aquella provincia. Las anécdotas familiares relatan que a raíz de haber perdido dos años de estudio por decisión de su padre, rindió las materias libres para alcanzar el año que le correspondía. Así fue como en un periodo de 20 meses hizo segundo año y rindió libre tercero y cuarto.
Desde niño siempre manifestó que quería ser abogado y así fue como en 1924 ingresó a la facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Para costear esos estudios, le dio clases a los sobrinos de Nicolás Avellaneda, familia con la que estrechó vínculos y a la que le agradeció luego la posibilidad de trabajar en San Juan.
En 1930, pocos meses después de haberse recibido de abogado y en plena Revolución contra Yrigoyen, Nicolás Avellaneda convocó a Pablo para que acompañara a su hermano Marcos a San Juan donde iba a ser interventor. Le ofrecieron el cargo de Asesor Letrado de Menores y Defensor de Pobres y Ausentes. Luego fue ascendido a fiscal en lo civil y en 1931 a juez en lo Civil y Comercial por el interventor Celso Rojas, que había reemplazado a Avellaneda.
Ese mismo año, cuando Federico Cantoni fue elegido como gobernador de la provincia, Ramella tuvo que regresar a Buenos Aires. Pero no pasó mucho tiempo hasta que una nueva propuesta laboral se le presentó para volver a San Juan. En noviembre de 1934 se convirtió en Asesor Letrado de la Municipalidad de la Capital, designado por el intendente Zacarías Antonio Yanzi, y luego fue nombrado en la Dirección General de Rentas de la provincia.
Después con Pedro Valenzuela y Horacio Videla, como gobernador y vice, Pablo alcanzó el cargo de juez en lo Civil, Comercial y Minería.
Idas y vueltas
El 15 de enero de 1944 a la hora del terremoto, Pablo acababa de llegar con sus hijos Ana Marta, Alejandro, María Elena y Pablo de visitar a unos amigos en Alto de Sierra. Su esposa y el resto de los hijos se encontraban de visita en Buenos Aires. Aquel día su casa fue una de las pocas que resistió en la cuadra, pero la desesperación invadió a muchos vecinos que habían perdido todo. Ante eso, el abogado abrió las puertas de su vivienda para que ellos se refugiaran bajo su techo.
Poco tiempo después, decidió irse a vivir a Buenos Aires para darle seguridad a sus hijos y que pudieran seguir estudiando. A principios de 1946 el afecto y el trabajo los traería a todos de nuevo a San Juan pero no por mucho tiempo. A fines de ese año, Ramella recibió en su casa la visita de Juan Luis Alvarado quien iba a ser candidato a gobernador en la misma lista que llevaría a Perón al poder. Aquel hombre le propuso a Pablo ser candidato a senador nacional, propuesta que aceptó casi sin dudarlo.
Toda la familia volvió a Buenos Aires y residieron allá hasta 1952, año en que llegó a su fin su labor parlamentaria. En 1955, en el marco de la Revolución Libertadora, quedó preso injustamente por dos años junto a varios colegas, que luego se convirtieron en amigos, como Antonio Cafiero, Alberto J. Armando y Eloy Camus.
Después de ese mal momento decidió regresar a San Juan porque acá estaban asentadas dos de sus hijas recién casadas. Volvió con la familia y se convirtió en ministro de Gobierno en la época de Camus (durante la presidencia de Isabel Perón) y recibió la propuesta de ser ministro de la Corte Suprema de la Nación, cargo que ocupó hasta la el golpe militar del 76. Ese último periodo lo vivió allá sólo ya que su esposa estaba muy enferma y sus hijos estaban todos casados.
El constitucionalista
En 1948 se resolvió reformar la Constitución, de acuerdo a lo promulgado en la plataforma electoral del Partido Peronista. Para ese entonces, Ramella era senador nacional y fue el encargado de elaborar el Proyecto de Constitución para la Nación Argentina. Varias de las reformas por él propuestas se incorporaron al texto final de la Constitución de 1949.
En 1985, el abogado fue diputado provincial y participó de la reforma de la Constitución de San Juan de 1986.
Su actividad parlamentaria también estuvo presente en la municipalidad de la Capital. En 1992, y como presidente de la Comision Constituyente que tuvo a cargo la modificación de la Carta Orgánica Municipal.
Escritor apasionado
Era un don, sin embargo Pablo Ramella siempre dijo a su familia que para escribir había que sentarse y dedicarle varias horas porque solas no salían las palabras. Más allá de eso, sus escritos fueron destacados en todo momento. Cuando tenía 16 años, en 1922, comenzó a escribir poesías orientadas al amor. Su musa inspiradora fue su vecina Ana Ardizzi, quien con los años se convirtió en su esposa. Durante el tiempo que duró el noviazgo, él plasmó versos en una pequeña libreta que en la misa de los domingos se la entregaba para que ella conociera sus sentimientos.
El 9 de junio de 1923, Pablo publicó su primera poesía en un periódico. Fue “Junto a ella” y salió impreso en el semanario La Voz Argentina, dirigido por Federico Alori Salas. Pero para aquella publicación no solo realizaba composiciones poéticas, sino también escritos sobre los más diversos temas desde la recolección de basura hasta la pena de muerte.
Sus trabajos literarios salieron en revistas de la época y publicó decenas de libros poéticos y jurídicos.
Su familia
Pablo Ramella vivió parte de su infancia en La Plata y en la costa Atlántica, primero en Chapadmalal y luego en Mar del Plata. Frente a la vivienda de La Plata, vivía Pascual Ardizzi y Natalia Dellanieve junto a su hija Anita. De ella se enamoró en el verano de 1921. Sin embargo fue en agosto de 1923 cuando recién se atrevió a hablarle y el 11 de diciembre de 1930 cuando se casaron.
La unión religiosa y civil se produjo en Buenos Aires, después que Ramella pidiera permiso de una semana a la Corte de Justicia de San Juan, donde trabajaba desde el 6 de septiembre de 1930. Una vez concretado el casamiento, inmediatamente viajaron a esta tierra cuyana para asentarse. En octubre de 1931 nació su primera hija, Nora. Luego le siguieron Ana Marta, Alejandro, Pablo, María Elena, Alicia y Susana. Algunos de estos hijos nacieron en Buenos Aires y otros en San Juan.
La religión
Desde niño, Pablo fue un ferviente católico. Impulsado por su madre, el hombre siempre recordó el día que comenzó a creer. Fue después de una discusión con su hermana Alcira en la casa de Chapadmalal. Él tenía 9 años, se manifestaba ateo, y ella tenía 7 y se identificaba como creyente. Para dirimir el enfrentamiento, los niños recurrieron a su madre, que les dijo: “Sólo los animales no creen en Dios”. Esas palabras fueron suficientes para que Pablo confiara plenamente en el “Altísimo”. Así fue como desde esa edad, y por voluntad propia, asistió todos los domingos a misa de manera ininterrumpida hasta la adultez.
Su ingreso a la Acción Católica Argentina fue de la mano de monseñor Silvino Martínez quien lo escuchó en la conferencia “Fundación de ciudades” en una escuela sanjuanina e inmediatamente lo invitó a incorporarse al grupo religioso. Con el tiempo el cura se convertiría en padrino de confirmación de Ramella tras recibir ese sacramento en la Catedral.
En la Acción Católica, Pablo fue presidente del Consejo Arquidiocesano de los Hombres y fue elegido presidente de la Junta Arquidiocesana. Además se convirtió en Jefe de Redacción de El Porvenir, un diario fundado a fines del siglo XIX por monseñor Marcelino Benavente.
Por otro lado, a principios de la década del ’30 se fundó la Universidad Popular de San Juan de la que Ramella fue rector. Participó de la creación y fue presidente de la Corporación de Abogados Católicos que integró a numerosos letrados de San Juan.
Fue vicerrector, decano, delegado en el Consejo Superior y docente de Derecho del instituto universitario San Buenaventura, creado por monseñor Francisco Manfredi, y que luego se transformó en la Universidad Católica de Cuyo.
Entre los recuerdos que conservó Ramella se encuentran un par de cartas escritas por el papa Pio XII a partir del conflicto que había en 1955 entre el gobierno y la Iglesia, que había llevado al cierre de los locales de la Acción Católica por unos años.
En sus pasos
Pablo Ramella tuvo siete hijos que le dieron 38 nietos y 103 bisnietos. Muchos de ellos son destacados profesionales, entre los que se encuentran abogados, contadores, ingenieros, kinesiólogas y hasta empresarios.
De toda la familia, Alejandro y Susana fueron los hijos que siguieron los pasos de él.
Alejandro, el primer varón de los siete hermanos, nació el 11 de marzo de 1937 en San Juan. Cursó parte de sus estudios primarios y secundarios en Buenos Aires, en una escuela en San Fernando donde conoció a Raquel Cárrega con quien el 4 de abril de 1959 se casó.
Cuando su padre Pablo cayó preso en 1955, Alejandro con apenas 18 años debió salir a trabajar y eso le valió que los estudios de abogacía se extendieran más de la cuenta.
En 1957 Pablo salió de la cárcel y se estableció en San Juan con su familia, pasos que al principio no quiso seguir Alejandro porque estaba trabajando en un banco de Buenos Aires pero luego en 1960, tirado por los afectos, decidió venir a vivir con su esposa. En esa misma década egresó como abogado en la UBA, carrera que siguió con muchos viajes de por medio, e inició la profesión en el estudio de su padre. Con los años se convirtió en Asesor de Rentas y profesor en la Universidad Católica de Cuyo.
En la tercera generación de los Ramella en San Juan, hay otro Pablo, hijo de Alejandro, abogado, que fue profesor de Derecho Administrativo en la Universidad Católica. Otro de los hijos de Alejandro, Fernando, es el jefe de Neonatología del Sanatorio Argentino. Cecilia, María Eugenia y Celina fueron reconocidas jugadoras de vóley en el equipo de la UNSJ. A su vez, María Emilia (hija de Cecilia), Guadalupe y Alejandro (ambos hijos de Eugenia) desarrollan la misma pasión deportiva.
Por su parte, Susana es la menor de los siete hermanos y la que más siguió los pasos de Pablo en el tema de la escritura. Nació el 2 de agosto de 1945 en San Isidro, Buenos Aires. Allí la familia se había asentado por un tiempo hasta que el sistema educativo se restituyera en el San Juan post terremoto de 1944. En aquella ciudad cursó la primaria hasta el año 1958 cuando se trasladó (primero con su hermana Alicia y después llegó toda la familia) definitivamente a esta provincia donde terminó su secundaria e hizo la universidad.
Se recibió de licenciada en Historia y publicó varios libros como “Orden juri´dico con justicia para la paz en el pensamiento de Pablo A. Ramella”, “El radicalismo bloquista en San Juan (1816 - 1934)”, “La dignidad de la mujer: principio de la dignidad humana” y “Autobiografi´a y seleccio´n de escritos juri´dicos (coautora con su padre)”.
Además trabaja en el CONICET como investigadora y es docente en la universidad Nacional de Cuyo.