Pedro Márquez habría nacido en San Lúcar de Barrameda, entre los años 1531 a 1533. Llegó a Chile en 1553. Residió en Chillán, en Santiago y, más tarde, en Concepción, en 1560. Formó parte Márquez, en 1561, de la expedición del capitán Don Pedro del Castillo, con destino a Cuyo y asistió a la primera fundación de la ciudad de Mendoza. En esa ocasión fue designado procurador y mayordomo de la villa en la que se le dio solar y chacra en el reparto de tierras, además de adjudicársele una encomienda de indios.
El 13 de junio de 1562 concurrió a la fundación de San Juan de la Frontera, con el capitán Don Juan Jufré y fue testigo compareciente, pues aparece su nombre en el acta levantada por el escribano de juzgado Tomás Núñez. Los corregidores de Cuyo, con asiento en Mendoza, otorgaban mercedes a los vecinos más industriosos. Así le dieron a Pedro Márquez mercedes de Yoca y de «Los Guanaqueros».
Las viñas de Pedro Márquez darían origen a la industria vitivinícola que con el tiempo alcanzaría un progreso insospechado. Márquez, con Diego Lucero y sus hijos, fueron los vecinos más progresistas de la primitiva ciudad de San Juan. Márquez llegó a tener más de 2.000 cabras y ovejas, erigió un molino e instaló una fragua. Fue productor de manteca, y en la almoneda de sus bienes en 1569 —por haber abandonado el pueblo, castigado a raíz de cuestiones con las autoridades—, se remataron, entre otras cosas: 4 pipones de vino, un tornillo de “hierro, 4 libros de leyes, varios hierros de herrar, yeguas y caballos, unos tapiales, 30 gallinas y varias oleas de manteca”.
Márquez y Lorenzo Payo (o Piaggio) eran los herreros de la villa. Desposeído de su encomienda por el Gobernador Villagra, Márquez volvió a Chile a reclamar por la resolución y al no ser oído, se decidió a ir al Perú a defender su derecho. Perseguido por orden de Villagra, logró llegar, sin embargo, hasta Copiapó, donde se puso al amparo de Don Francisco de Aguirre, quien dominaba las ciudades del Norte de Chile, y estaba en abierta controversia y disputa con Villagra. Aguirre le hizo desistir de su propósito y lo convenció de marchar con él al Tucumán, donde era, a su vez, gobernador. Pedro Márquez falleció en 1591. Tuvo un hermano llamado Luis y una hija mestiza, cuyo nombre se desconoce.
El retiro de la encomienda otorgada a Márquez debió obedecer a la lucha entablada por la gobernación de Chile, primero entre los afectos a Don García Hurtado de Mendoza y después entre los villagristas y los aguirristas. Si no fuera así no se explica la persecución de Villagra ni la protección de Aguirre. A pesar del alejamiento de Márquez de San Juan de la Frontera, sin dejar descendencia conocida, quedó allí su obra de hábil y progresista industrial.
Todos los integrantes de la expedición fundadora de Jufré a San Juan habían participado, dos meses antes, el 28 de marzo, de la fundación de Ciudad de la Resurrección. Con ese nombre Jufré bautizó la villa que fundó “a dos tiros de arcabuz” de distancia de donde, un año antes, Pedro del Castillo había fundado Mendoza. Muchos de los vecinos fundadores de San Juan tenían por ello solares en Mendoza.
Fuente:
Videla Morón, Mario: Los postergados de la gloria, publicado en San Juan en el IV Centenario, Editorial Cactus, 1962