La escasez del espacio urbano de Capital, y los cambios en el estilo de vida de los treinta, unido a la creciente demanda de terrenos y la especulación de los precios, hizo aflorar la necesidad de proyectar estructuras habitacionales de tipo superador de la casa de tres patios. Los matrimonios "modernos" del treinta, al igual que en otras partes del país, buscaron la casa independiente del solar familiar, con nuevos criterios de funcionalidad y habitabilidad.
No más espacios de "sala para recibir invitados dos o tres veces al año", el americano living-room para ser vivido y disfrutado por la familia y sus ocasionales visitantes los reemplazaría. No más comedor de invitados, para ello estaban los restaurantes. No más discusiones sobre la instalación de los servicios sanitarios, incorporación directa del w.c. y el baño en un solo ambiente cerca de los dormitorios o incorporados a ellos, dos o tres baños y el toilete con w.c. para visitas cercano al living. No más tercer patio de servicio, dependencia única con servicio sanitario independiente de la casa, incorporando lavadero y cuarto de planchar. No más cocinas aisladas, la nueva cocina convertida en "laboratorio de la alimentación" se integraría al comedor de diario como un espacio familiar importante. No más cuartos del "no recuerdo", a lo sumo una estancia dedicada al alojamiento de algún huésped invitado, o la ampliación de la familia con nuevos hijos. No más huerta familiar, patios únicos con parquización al fondo. No más casas pegadas a la línea de edificación, pequeño jardín de acceso que permitiera el estacionamiento de un vehículo antes de entrar al garaje, infaltable en toda casa para dar alojamiento digno al nuevo integrante familiar: el automóvil. Largos garajes para dos o más automóviles con salida a la casa y/o patio trasero, dotados de un nuevo elemento: el placará para guardar diversos elementos aparecen en los hogares.
La casa compacta achicó los grandes ambientes uniformando medidas de dependencias privadas, tales como los dormitorios, en cuatro a cinco metros por lado, dejando librado las medidas del living y comedor (a veces integrado) a las necesidades o exigencias del usuario.
El problema de ventilación y circulación de las nuevas viviendas fue el rubro específico de los arquitectos, que reemplazaron definitivamente al constructor y al decorador. El arquitecto, con una nueva visión de su profesión, aconsejaría el criterio funcional y la adecuación de la distribución de la casa a la forma de vida de la familia, sus usos y costumbres serían tomados como parámetro para el diseño de las plantas de la vivienda compacta.
En este tipo de vivienda familiar aparecieron los pasillos de circulación para comunicar las distintas dependencias, reemplazando la puerta interna de la casa tradicional. También hicieron su irrupción los pequeños espacios internos descubiertos para proporcionar de luz y aire a cada una de las estancias, ya no como lugares del habitar sino simplemente como "tubos de ventilación" internos de la estructura de la planta.
El achicamiento de los lotes céntricos y el excesivo precio en zonas urbanizadas con pavimento y servicios, hacían valorar la inversión aprovechando al máximo el espacio para dejar áreas liberadas para parquización del predio, como atenuante de los calores sanjuaninos. Era muy frecuente entonces que las nuevas casas se construyeran de dos plantas. En ese caso se reservaba para la planta alta el área de dormitorios y estancias de descanso, dejando en la planta baja las dependencias que hacían a la actividad diurna y cotidiana de la familia y las dependencias del servicio doméstico.
La característica de estas nuevas, casas tanto en sus estilos "náuticos", como "californianas" y clásicas, fue el desplazamiento de la entrada que perdió centralidad, la fachada estaba en función del estilo dando lugar central a las ventanas del living, con un hall de ingreso que daba acceso inmediato a este. Una puerta de servicio lateral permitía el acceso a la cocina comedor por un pasillo lateral o por la cochera garaje. Aleros, arcadas, o molduras simples y externas indicaban la presencia de la puerta principal.
Las casas estaban pensadas para una o dos mucamas (mucama y niñera) cama adentro y el resto de personal como cocinera, lavandera, jardinero, etc. externo. La incorporación de servicios y artefactos tecnológicos fue constante simplificando la labor cotidiana.
Nuevos muebles son adoptados por sus moradores, posiblemente la mayor innovación fue el living como amoblamiento principal del lugar de recepción y vida de la familia.
La vivienda popular
Hasta aquí hablamos de la casa de las clases altas y clases medias altas, pero no quedaría completo el cuadro si no abordáramos la otra cara de la ciudad, las casas de las familias de menores recursos, que nada poco que ver con las anteriores.
En nuestra observación, fuera de las calles centrales de la plaza principal, tendríamos que reconocer tres tipos de vivienda urbana de estas características: a) La casa-negocio; b) la casa vivienda suburbana; c) el conventillo y d) la casa precaria.
a. La casa negocio.
A dos o tres cuadras de la plaza principal era frecuente ver aparecer casas que combinaban la vivienda con la actividad económica con que se mantenía o complementaba ingresos la familia: despensas o almacenes, carnicerías, verdulerías, talleres de calzado, reparaciones de relojes, radios, artefactos, mercerías, talleres de costura, sastrerías, colchonerías, talabarterías, bares, comedores y todo tipo de negocio pequeño, que no necesitase instalaciones especiales, surgían en el entorno del ejido capitalino y sus departamentos aledaños.
La planta de estas construcciones podía ser la resultante de la refacción de una casa o la construcción por etapas del negocio y la vivienda.
En el primer caso (refacción), por lo general, se había adaptado una o más dependencias con frente a la calle para la actividad económica, abriendo puertas y ventanas para el acceso comercial, y conservando o ampliando las dependencias de la vivienda que se reestructuraba en torno a un patio, con galería cubierta por aleros abiertos sostenidos en pilastras de hierro o mampostería, la mayoría de las veces. Conservaban la estructura tradicional, con las habitaciones comunicadas por dentro para el invierno y por fuera para el verano, las instalaciones de cocina, fregadero y sanitarios mantenían su localización tradicional "al fondo" y aisladas de las dependencias de estar y descanso. Era frecuente avizorar los restos de algún brocal de pozo para la provisión de agua, ya que en las partes periféricas de la ciudad, el agua potable por cañerías llegó retraso, recién a principios de 1940 se potenció la expansión de la red distribuidora. Luego venía el "fondo" que servía de depósito de elementos y desechos de la actividad económica, o en los lotes más grandes mantenía su carácter de quinta de árboles frutales y especies hortícolas o florales.
Caso diferente era cuando se construía la planta previendo el salón comercial en el frente. Aquí se privilegiaba la parte comercial que utilizaba todo el espacio posible sobre la línea de edificación, restringiendo el frente de la vivienda a la mínima expresión de entrada y cochera. La vivienda era construida por lo general atrás del salón y por partes agregadas, procurando configurar un conjunto final confortable y utilitario ya como casa con galería y patio o como casa compacta.
Muchas veces se comenzaba por viviendas provisorias pensando en la construcción de la definitiva en la planta alta del salón de ladrillo hormigonado. Era este el caso típico del inmigrante que en su país de origen había sido un habitante urbano y sentía la necesidad de recrear en su nueva tierra las condiciones de vida de su pasado.
b. La casa vivienda suburbana
La casa unifuncional, dedicada exclusivamente a la vivienda familiar, fue una casa simple que a diferencia de la casa de patios no tenía espacios exclusivos sino multifuncionales. Su estructura mantenía la fachada sobre la difusa línea de edificación, y las dependencias se conformaban de acuerdo a las posibilidades económicas y el estilo de habitar de la familia. Esta era generalmente ampliada, pues los lotes suburbanos solían ser de buena superficie y permitían los agregados de dependencias de acuerdo a las necesidades del grupo familiar. Sin espacios jerarquizados, la planta se estructuraba alrededor de un solo patio con galería techada y abierta: los dormitorios, el comedor que servía también de recepción en invierno y el infaltable zaguán que desembocaba en la galería; dicha galería podía llegar a cubrir los accesos a las dependencias totales de la casa tomando la forma de L o de U, a medida que se ampliaban las habitaciones, llegando en algunos casos a cubrirse con mamparas de hierro y vidrio, siempre con postigos para abrirlas en verano, convirtiéndolas en confortable estar.
Los sectores de cocina, fregadero, sanitarios, depósitos de leña o carbón y despensa para guardar tubérculos y cereales generalmente producidos en el solar, se ubicaban hacia el fondo de alguno de los dos costados del lote, alejados de las dependencias del vivir cotidiano y cercanos a la pileta de decantación de agua, infaltable hasta la llegada de la red de agua potable.
Baldosas y mosaicos combinaban en el piso de galería y dependencias internas.
La modernización como en el caso de la casa de patios, con la instalación del agua corriente y los nuevos conceptos de limpieza-salud, incorporó a la estructura de la casa, el baño y la cocina, readaptando o construyendo dependencias para estos servicios.
El moblaje de estos dos tipos de vivienda era sencillo, sin faltar algunos detalles de lujo y confort, pero a diferencia de las casas de patios no poseía ambientes de uso excluyente.
Si quisiéramos hacer una recorrida por la oferta de mobiliario para familias de estratos medio-bajo, encontraríamos la siguiente oferta:
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