En la provincia hay varias familias Grossi y una de ellas es referente por su trabajo en joyería. Los Grossi tienen ya varias generaciones en el rubro. Eduardo Grossi es una de las personas que ha trabajado en el negocio familiar y fue presidente de la Cámara de Comercio de San Juan. Su hermano, Ricardo Grossi, es actualmente juez de Faltas y fue convencional constituyente en 1986. El padre de ellos, Roberto, fue quien se radicó en San Juan y su abuelo, Guido Grossi fue el primero en llegar a Argentina.
Aventurero en alta mar
Los Grossi han trabajado en joyería en diferentes puntos del país. La historia de esta familia se remonta a fines del siglo XIX, con Guido Grossi, un hombre oriundo de Cremona, municipio ubicado en el norte de Italia. Guido era todo un aventurero. A diferencia de muchos inmigrantes, él llegó hasta Argentina después de haberse embarcado varias veces y hacia muy diferentes puertos. Pasó por el Amazonas, incluso llegó hasta la Antártida y entre 1885 y 1887 arribó a Buenos Aires.
Guido se instaló en Bolívar y comenzó a trabajar como orfebre, aunque no se sabe con certeza si el oficio lo aprendió acá o lo traía de Europa. Pero sus descendientes si saben que precisamente en 1897 instaló en Bolívar, provincia de Buenos Aires, el primer negocio que la familia Grossi tuvo en el rubro joyero.
En esos primeros años, el comercio ofrecía toda orfebrería criolla y el italiano llegó a tener un local de venta y tres talleres donde se realizaban las artesanías. Mientras crecía con su emprendimiento conoció a Agustina Laporte, de origen vasco francés. En 1905 se casaron y en 1907 nació Héctor, luego vinieron Nélida, Ernesto, Roberto, Elsa y Eva.
A pesar de haber constituido su propia familia en Argentina, Guido sufrió el desarraigo de su patria ya que en Italia quedó su familia de origen. Entre ellos su tío abuelo Vincenzo Grossi, un sacerdote caracterizado por su ardua labor comunitaria, que fue discípulo de Don Bosco y fundador de la congregación “Hijas de la oratoria”. Falleció en 1917 y en 1975 fue beatificado por el Papa Pablo VI.
Hacia el interior
A fines de la década del 20, Guido falleció y su esposa tomó las riendas del negocio familiar. Sus nietos siempre la recuerdan como una mujer buena moza y de gran carácter, que llevó adelante el emprendimiento que inició su esposo. A medida que sus hijos fueron creciendo, tuvieron que buscar nuevos horizontes para crecer y encontraron dos oportunidades para hacerlo, una en Misiones y otra en San Juan.
El destino finalmente se inclinó hacia el oeste. Fueron Ernesto y Roberto Grossi los que hicieron las valijas y se instalaron en San Juan, en 1935. Compraron la vieja joyería Hass, que estaba ubicada en calle Rivadavia, entre General Acha y Tucumán. Poco después de haber arribado, Ernesto se casó, regresó a Buenos Aires, se instaló en Capital Federal y frente al obelisco abrió un nuevo local en el mismo rubro. En su lugar, el mayor de los Grossi Laporte, Héctor, se vino a la provincia.
De los seis hijos de Guido, prácticamente todos se dedicaron a la joyería, menos Eva y Elsa. La otra hermana, Nélida, se casó, se radicó en Paraná y allá también instaló un negocio dentro del rubro.
Los Grossi Colombo
Salvo porque estaba con su hermano, Roberto Grossi no tenía más familia en la provincia. Pero, poco después de haber llegado, conoció a la mujer que se convirtió en su esposa. Su hijo Eduardo cuenta que en esa época uno de los paseos típicos, luego de la misa del domingo, era pasar un rato por las cercanías de la Estación San Martín. Allí el joven conoció a Gioconda Ana Josefa Colombo, a quien todos llamaban cariñosamente “Chocha”. Ella había llegado de Buenos Aires junto a sus padres Juan Colombo y Ana María Chiappara, ambos descendientes de italianos.
Roberto y Chocha se casaron en 1941 y tuvieron cuatro hijos:
»Susana Grossi, ha sido profesora de matemática y física. Se casó con el doctor José Luis Medawar y tuvieron dos hijas: María Susana Medawar Grossi, contadora y María Gabriela Medawar Grossi, contadora y directora de Incluir Salud Programa Federal (PROFE).
» Roberto Grossi, nació poco después del terremoto de 1944 en Bolívar. Él es médico oculista, está casado con Argentina Vita y son padres de las mellizas María Julieta y María Natalia Grossi, Roberto Grossi, que es arquitecto, y Daniela Grossi, estudiante de psicología.
» Ricardo Grossi es abogado, fue convencional constituyente en 1986 para reformar la Constitución Provincial de San Juan, diputado provincial por la Unión Cívica Radical y actualmente es juez de Faltas. Está casado con Aída Graffigna y son padres de: Ricardo Grossi, abogado; María Agustina Grossi, abogada, y María Guadalupe Grossi.
» Eduardo Grossi es quien continúa con el negocio de su padre, ha sido presidente de la Cámara de Comercio. Casado con Nora Bejaran, tienen una hija, Lucía Grossi, que es diseñadora industrial y trabaja en el local.
Más de un siglo en joyería
Si bien la joyería Grossi está en San Juan desde 1935, ya hace más de 110 años que el negocio existe en Argentina. En la provincia, después del terremoto de 1944, los hermanos Grossi debieron cambiar de local porque el edificio de calle Rivadavia resultó dañado y debía ser demolido. Es por ello que se mudaron a Laprida entre Tucumán y General Acha.
En 1967 falleció Héctor Grossi, que se casó con María Delia Méndez y tuvo tres hijos: Ana María Grossi Méndez, Graciela Grossi Méndez y Héctor Grossi Méndez, abogado. Tres años después sólo la rama de Roberto quedó a cargo del negocio, que para esa época se había vuelto a mudar, esta vez a calle General Acha, entre Laprida y Rivadavia. Allí pasaron varios años, desde 1950 hasta principios de los 90 y también allí entró la tercera generación.
Eduardo Grossi, el hijo más chico de Roberto, comenzó a trabajar en el local después de haber estudiado algunos años en Córdoba. Como el resto de los hermanos decidió ocuparse cada uno de sus profesiones, él fue quien quedó a cargo del negocio, en el que ahora también están su hija, Lucía, y su esposa. Padre e hija trabajan para conservar el empeño, la constancia y la honestidad que Roberto les transmitió. Junto a ellos trabajaron muchas personas, incluso durante décadas, entre ellas Alberto Gutiérrez, quien trabajo más de sesenta años en la joyería, así mismo recuerdan con cariño a Norma Salandria y Mirta Gálvez.