El siguiente es un aporte de Nora Campbell, publicado en El Nuevo Diario
En 1818 San Juan era una ciudad-aldea pequeña, pastoril, donde los caserones de adobe, los corrales y las quintas eran el paisaje dominante. Escasa arboleda, y una media docena de edificios públicos en iglesias cercanas a la plaza mayor poseían ladrillones en su construcción, permitiéndoles así una mayor altura, en señal de jerarquía.
Eran tiempos de la campaña sanmartiniana. Por ese entonces asolaba la región una epidemia de viruela que estaba haciendo estragos. La preocupación de las autoridades en la lucha contra la enfermedad, entre tantos recursos a que apeló, determinó la presencia en San Juan de un médico extranjero que fue especialmente invitado. Se trata del doctor Amán Rawson de origen inglés y procedencia norteamericana. Rawson de destacados antecedentes, era un estudioso de la medicina y de la naturaleza y sus conocimientos y experiencia sumados a la acción sanitaria desarrollada lograron éxito en la gestión, generando altos prestigios para el doctor Amán Rawson, quien se ganó el afecto de los sanjuaninos.
ANTECEDENTES DEL APELLIDO Y SUS ORÍGENES. LA FAMILIA
Según la mayoría de los historiadores, el más remoto origen del apellido Rau, rouse, o raw es una voz normanda de la edad media; de cualquier manera, la historia registra a la familia Rawson en Inglaterra desde el año 1050, de noble estirpe. Amán Rawson se trasladó desde Boston hacia nuestro país en los albores de 1818 cuando tenía 25 años, llenó su corazón de sueños e ideales y ya con sólidos conocimientos de medicina y botánica adquiridos en su patria donde se diplomó y fue médico de la Marina norteamericana.
En 1819 se casó con la dama sanjuanina doña María Justina Rojo, de familias fundadoras. Previo a ellos decidió convertirse al catolicismo y celebrar de estas maneras las nupcias.
El 19 de marzo de 1820 nació el primer hijo, bautizado Benjamín Franklin Rawson Rojo, quien luego sería un nombrado artista plástico.
El 24 de junio de 1821 nació el segundo vástago Rawson Rojo, que con el tiempo sería el insigne médico y hombre público, el doctor Guillermo Rawson.
El tercer hijo varón, al nacer, originó complicaciones de salud que devinieron en la muerte de doña Justina. El niño, bautizado Justino, falleció luego, muy pequeño.
La historia nos señala luego la presencia de otros dos hijos del doctor Amán: Juan de Dios Rawson, nacido el 25-8-1833, cuya madre fue doña Mercedes Martínez. A fines del siglo pasado, se presentó ante los Tribunales doña Rosa Rawson de Cardozo, hija también, reclamando sus derechos hereditarios.
Don Amán Rawson fue asimismo un destacado hombre público, un civilizador incansable. A él se deben los pueblos de Caucete y 25 de Mayo; muchas leyes e ideas concretas de San Juan, donde fue cabildante. Don Amán vivió en la casa que él construyó, en la esquina que hoy ocupan las calles Entre Ríos y Av. Córdoba, allí nacieron sus tres hijos primeros. Viejo, cansado y enfermo, falleció en París, Francia. Sus restos hoy yacen en el cementerio de La Recoleta.
BENJAMIN FRANKLIN RAWSON EL PINTOR RETRATISTA
El primer Rawson sanjuanino, Benjamín Franklin, fue alumno de Sarmiento en cultura general. Sarmiento, que también poseía condiciones vocacionales pictóricas, supo alentar las ya evidentes aptitudes artísticas de este joven, propiciando que recibiera lecciones del famoso pintor francés Raimond de Monvoisin en Chile y de Amadeo Gras en San Juan; en Buenos Aires fue discípulo de García del Molino, Benjamín se especializó en el retrato al óleo, siendo un fino psicólogo y excelente retratista clásico, de corte renacentista y paleta muy discreta.
Benjamín no solía firmar sus obras. Casó con la señora Paz Mendieta, con quien no tuvo descendencia, conoció la pobreza a pesar de haber desempeñado “la carga” de diputado provincial (era un cargo no rentado) junto a su hermano Guillermo. Fue por corto tiempo ministro del gobernador Nazario Benavidez. En mayo de 1871, en Buenos Aires murió en su casita del barrio de Flores, víctima de la epidemia de fiebre amarilla, a los 52 años en plena labor de pintor histórico y costumbrista a lado de su esposa, la dulce Paz Mendieta de Rawson. Los restos de Rawson descansan en el cementerio de La Recoleta al lado de los de su padre.
GUILLERMO RAWSON
El segundo hijo de don Amán, notable médico sanitarista, fue un prohombre de la República. En una apretada cronología, lo vemos en 1837 después de sus estudios primarios, con Sarmiento, aprendiendo en San Juan el idioma italiano. Dos años después se traslada a Buenos Aires, donde inicia sus estudios superiores, destacándose por su contracción e inteligencia. Allí concibe la idea del telégrafo eléctrico, en 1840.
En 1844 se recibe de médico, presentando su tesis titulada “La herencia”, obra que adquiere resonancia científica. Ese año regresa a San Juan, con su título para ejercer la medicina, tal cual lo hiciera su padre 26 años antes. Es invitado el mismo año a incorporarse a la Legislatura provincial, donde legisla brillantemente junto a su hermano Franklin.
En 1862 fue senador nacional en Buenos Aires, en 1871 pone su esfuerzo y abnegación para combatir la fiebre amarilla. Entre 1876 y 1878 viaja por Estados Unidos y por Europa a congresos médicos mundiales, representando a la medicina argentina. En 1883 por ley nacional, se hace acreedor de una pensión de retiro. El 2 de febrero de 1890 falleció en París. Meses después el gobierno nacional repatrió sus restos. Su sepulcro en La Recoleta fue declarado monumento nacional.
Nota publicada en “El Nuevo Diario” el 11 de julio de 1996, edición 766.