Núcleo administrativo
El Centro Cívico de San Juan es un complejo edilicio que concentra desde junio de 2007 gran parte de la administración pública provincial. Ubicado en una doble manzana rodeada por calles Las Heras, avenida Libertador, España e Ignacio de la Roza, funcionan allí cuatro ministerios del Poder Ejecutivo y sus dependencias.
Casi 30 años estuvo postergada la finalización de esta obra que durante esas décadas terminó recibiendo distintos nombres, entre ellos el de “monumento al cemento”.
Centro neurálgico de la vida administrativa de la provincia, cerca de 10.000 personas circulan a diario por sus instalaciones.
Un edificio luminoso
Pensado originalmente en hormigón visto, pintado poco antes de la inauguración de la primera etapa en junio de 2007, el edificio se destaca por su gran luminosidad.
Amplias superficies vidriadas, una gigantesca lucarna en el techo, así como el color claro de pisos y muebles contribuyen a esta característica. Por las noches, el sistema de iluminación dispuesto en todos los niveles recorta un perfil en el paisaje urbano sanjuanino.
Situado en el borde oeste del centro de la ciudad de San Juan, el Centro Cívico se caracteriza por su acentuada horizontalidad, con fachadas longitudinales que conforman una trama homogénea. Se trata de una arquitectura sistémica, organizada en base a una célula modulada que, repetida, produce el conjunto y permite un futuro crecimiento así como el cambio de funciones de las distintas áreas.
La exposición de la estructura del edificio –de hormigón armado a la vista, aunque luego fue pintado- y la valoración de los materiales son características de esta obra que es representativa de la arquitectura neobrutalista. La escala del edificio sobrepasa la de la ciudad y sus características son las propias de las escuelas de arquitectura de la década del 60, configurando también un espacio arquitectónico propio de la modernidad.
El edificio tiene distintas opciones de ingreso, aunque por su planteo arquitectónico, el que aparece como principal es el de Avenida Libertador, en el centro de la Plaza Julieta Sarmiento. Por esa razón, el espacio verde no sólo fue integrado sino también refuncionalizado, con ampliación de veredas y pasillos, colocación de nuevos bancos y plantas ornamentales, iluminación y otros detalles. Desde la Plaza, también hay otros ingresos peatonales, por calle España y calle Las Heras.
En la planta baja, ubicada a 2,5 metros sobre el nivel de la calle y con una altura de casi 8 metros, cuatro islas señalan el espacio donde funcionan mesas de información de los ministerios. Estos puestos de información, junto a una completa señaléctica, hacen posible una clara y ordenada distribución del flujo de público hacia las reparticiones que funcionan en los cinco pisos superiores.
En los subsuelos, funciona el sector de Archivo, en áreas separadas para cada ministerio, y el estacionamiento exclusivo para vehículos oficiales, únicos que pueden ingresar por el acceso ubicado sobre calle España y la salida por Las Heras.
La circulación entre los pisos se realiza a través de escaleras o núcleos de ascensores, ubicados estratégicamente. Hay zonas de circulación libre y otras de circulación restringida: estas últimas corresponden a los sectores donde se ubican los despachos del personal jerárquico. La seguridad es una prioridad en todo el edificio, para lo cual se han instalado cámaras
Planta libre
Cada piso fue diseñado y dispuesto con el concepto de “planta libre”, para favorecer la visual, la entrada de luz y la circulación de aire. Es por ello que las únicas separaciones existentes son tabiques de baja altura. Los despachos cerrados son sólo para el personal jerárquico.
Los colores de tabiques y mobiliarios se alternan en los cinco pisos, para no uniformar, aunque el diseño es el mismo. La atención al público se hace a través de ventanillas de vidrio. Cada puesto de trabajo cuenta con su mobiliario propio.
El techo visible es un cielorraso suspendido, en el que se ubica la iluminación embutida, los detectores de humo y los rociadores para incendio. Hay calefacción y aire acondicionado central.
El piso del sector de circulación pública es granito, mientras que en el sector restringido se utilizó porcelanato. Hay sectores de espera, en las áreas periféricas a las oficinas.
Todos los pisos cuentan con salidas provistas de puertas antipánico, que dan a las escaleras de emergencia. Se instaló también un sistema de alarma para incendio.
Dos fechas claves tiene la historia del Centro Cívico en el siglo XXI. En agosto de 2005 el entonces presidente Néstor Kirchner, con parte de su gabinete, anunció –en un escenario montado de espaldas a la obra detenida tantos años – la firma de un convenio con la provincia para el financiamiento de la terminación del complejo edilicio. Prometió volver para la inauguración.
Así lo hizo el 5 de junio de 2007, cuando quedó formalmente inaugurada la primera etapa del Centro Cívico. Desde días antes algunas oficinas habían comenzado a mudarse, según un cronograma que priorizó las necesidades de funcionamiento. El traslado se completó en las semanas siguientes a la habilitación. La prioridad fue para aquellos ministerios cuyas sedes tenían problemas estructurales y de seguridad, así como para aquellas reparticiones que estaban dispersas y ocupaban edificios alquilados o prestados.
Cuatro ministerios del gobierno provincial ocuparon la primera parte habilitada del Centro Cívico.
Primer piso: Ministerio de Desarrollo Humano y Promoción Social
Segundo piso: Ministerio de Educación
Tercer piso: Ministerio de Salud Pública
Cuarto y Quinto piso: Ministerio de Infraestructura y Tecnología.
El antecedente más antiguo del Centro Cívico de San Juan es el terremoto de 1944 que, entre otras consecuencias, dejó a la provincia sin ningún edificio público en pie.
La idea de un centro administrativo-gubernamental nació cuatro años después del sismo, cuando en 1948 se aprueba el Plan Pastor para la reconstrucción de la ciudad.
Uno de los componentes más destacados de este plan fue la idea de un Eje Cívico Institucional que organizó la construcción de los más importantes edificios públicos provinciales y nacionales a lo largo de la avenida José Ignacio de la Roza.
Uno de los polos de ese eje era el edificio de la Municipalidad de la Capital, frente a la plaza Aberastain, mientras que el extremo Oeste era cerrado por un grupo de edificios en los que iban a funcionar el Palacio de Justicia, la Legislatura, la Gobernación y sus ministerios. En el plan original este conjunto debía ubicarse en el espacio comprendido entre las avenidas Alem y España y entre las calles Laprida y Mitre. Allí también se construirían la Central de Policía, la Iglesia Catedral y la residencia Episcopal. Todos los edificios se comunicarían entre sí por áreas peatonales.
El edificio que no fue
La decisión estaba tomada. Con proyectos elaborados por el arquitecto Alejandro Billoch Newbery, en noviembre de 1949 parte de las obras del Centro Administrativo Gubernamental fueron licitadas y adjudicadas a la empresa Aubone y Mounier.
En febrero de 1950 el Diario Tribuna de San Juan titulaba: “Se iniciará la construcción de dos edificios para oficinas públicas”. En el artículo el Consejo de Reconstrucción informaba sobre la adjudicación e iniciación de dos de los bloques de lo que sería el Centro Administrativo Gubernamental, que se ubicarían en la manzana de las calles Salta, Rivadavia, Laprida y Santiago del Estero. La construcción nunca comenzó y el plan empezó a perder fuerza.
La avenida central cambió los planes
En 1954 se colocó la piedra basal de la Catedral frente a la Plaza 25 de Mayo, mientras en 1957, durante el gobierno de Carreras, se decidió la prolongación de la avenida José Ignacio de la Roza hacia el oeste. De esa manera, quedaba anulada la intención original de crear una “avenida paseo” limitada en sus extremos y se creaba una vía vehicular rápida de acceso al centro desde el oeste a la ciudad.
A fines de la década del 60 todavía no se concretaba la construcción de los edificios institucionales planificados. En su reemplazo se llamó a concurso nacional de proyecto para el edificio del Centro Cívico, que albergaría las funciones de los tres poderes del Estado. El Centro se proyectó en los terrenos expropiados al ferrocarril, entre las avenidas España, Las Heras, Libertador, San Martín y Córdoba.
En 1971 el jurado designado para el concurso se expidió declarando desierto el primer lugar. Otorgó el segundo lugar al proyecto de los arquitectos Antonio Antonini, Juan Llauró, Gerardo Schon, José Urgell y Eduardo Zamborain. En la memoria descriptiva del proyecto dicen los autores: “Ha sido premisa del proyecto del futuro Centro Cívico de San Juan el lograr que de tal conjunto se obtenga un espacio comunitario que el pueblo de San Juan reconozca como suyo y se constituya en la característica de su estructura urbana”. Al año siguiente la empresa Benito Roggio inició la construcción de la primera etapa, constituida por la Gobernación y los ministerios. La obra fue interrumpida en 1977 por falta de presupuesto.
El “monumento al cemento” acompañó, vacío y en silencio, a varias generaciones de sanjuaninos y fue objeto de los más diversos planes y destinos hasta que más de 30 años después de iniciada la obra pudo licitarse la finalización del edificio, previo estudio de refuncionalización.
El Poder Ejecutivo a cargo de Carlos Enrique Gómez Centurión, convocó a un concurso de proyectos, contratándose al estudio que obtuvo el segundo premio: Antonio Antonini, Juan Llauró, Gerardo Schon, Josñé Urgell y Eduardo Zamborain.
1972: Se realiza el llamado a licitación, que gana la empresa Benito Roggio.
1973: Se coloca la piedra basal del edificio.
1977: Por falta de presupuesto, se interrumpen las obras.
1994: Siendo gobernador Juan Carlos Rojas, hubo un intento por retomar la obra, que incluyó un llamado a concurso para empresas constructoras. Desde otros sectores, surgían otras propuestas, como la del entonces intendente de Rivadavia, Jorge Abelín, quien sugirió instalar en el edificio un hospital de alta complejidad.
1999: Durante la gestión de Alfredo Avelín, tomó fuerza otro destino para el edificio: construir un hotel de alta categoría, que nunca pasó del intento. La cadena Conrad se manifestó interesada en refuncionalizar la estructura, pero su elevado costo frustró el proyecto.
2004: José Luis Gioja vuelve a instalar el tema de la terminación del edificio, con fondos nacionales y provinciales.
2005: Se firma el convenio de adjudicación por una suma de 157 millones de pesos. Finalmente el 18 de agosto, cerca de 350 trabajadores iniciaron las obras.
Fuentes consultadas:
- Semanario El Nuevo Diario
- “San Juan, sus arquitectos y la modernidad. Aportes y expresiones en el eje cívico”, FAUD-UNSJ, proyecto dirigido por la Arq. María Elvira Sentagne y realizado por un equipo integrado por los arquitectos María E. Rosés, Esther Solera, Alicia Nieto, Nelly León, Mira Palacios, Gustavo Duce y Carlos Herrera, con la colaboración de las arquitectas Militza Laciar y Analía Correa.