Muy cerca del Auditorio Juan Victoria y frente a la Legislatura Provincial, se extiende el espacio verde más grande de la Ciudad de San Juan: el Parque de Mayo.
Fue creado en 1910, como iniciativa del gobierno del Coronel Carlos Sarmiento, con el fin de compensar la sequedad del clima sanjuanino.
Una ley provincial sancionada el 17 de mayo de ese año autorizó la expropiación de los terrenos y la ejecución de las obras, que formaron parte de las iniciativas de embellecimiento de la ciudad motivadas por el centenario del primer gobierno patrio. Desde el inicio de las obras, el parque vivió numerosas modificaciones.
En la actualidad luce una gran variedad de especies de árboles, entre los que se destacan por su porte las palmeras que, en algunos sectores, forman paseos.
Sistemas artificiales de riego han permitido mantener el verde del pasto.
Los diferentes sectores están unidos por paseos internos en los que se distribuyen bancos, quioscos, farolas, baños y cestos de residuos.
El lugar es también un paseo cultural. Bellas esculturas e impactantes monumentos adornan las infaltables fuentes y los distintos recorridos.
Se distinguen la estatua ecuestre del General San Martín, otra de gran porte del ex gobernador Federico Cantoni y los distintos bustos de sanjuaninos ilustres.
El parque tenía originalmente una superficie de 17 hectáreas, casi el doble de su tamaño actual. Con el correr del tiempo, parte de esta extensión fue cedida para la construcción, primero, del Club Inca Huasi y luego del Lawn Tennis Club. A éstos se agregó, tiempo después, el Estadio Abierto
y décadas más tarde el Estadio Cubierto, el antiguo Hotel Sussex (hoy edificio legislativo), el casino y la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de San Juan.
En 1916 se colocaron, sobre avenida libertador pasando Las Heras hacia el Oeste, unos portones en el parque. Dicen los memoriosos que eran tan imponentes como los del parque de Mendoza. En una de las remodelaciones de las que fue objeto el parque, los portones desaparecieron. Nunca más se supo de ellos.
Uno de los atractivos del Parque de Mayo es el tradicional reloj, ubicado sobre avenida Libertador San Martín y Las Heras.
Desde su concepción, a principios del Siglo XX, el Parque de Mayo contó con un lago artificial. En una de las remodelaciones concretadas a mediados de siglo, el lago fue ensanchado a las medidas que tiene actualmente. Con la tierra de la excavación se hizo una loma.
El lago está habitado por peces, patos y otras especies acuáticas. Emerge de él una pequeña isla, inaccesible para el público, en la que las aves del lago han conformado su hábitat.
En 1970, con motivo del XIXº Campeonato de Hockey sobre Patines, fue inaugurado al noroeste del Parque un monumento al deporte. Esta obra constituye una composición laminar generada por superficies regladas a partir de curvas sinusoidales inscriptas sobre la superficie de cinco cilindros que simbolizan los cinco anillos olímpicos y a su vez los cinco continentes del mundo.
Lugar de esparcimiento no sólo de los habitantes de la ciudad, sino de toda la provincia, el Parque de Mayo conserva aún una calesita para niños. Para ellos hay también un sector de juegos infantiles y un circuito para bicicletas.
Distintos sectores del parque conservan aún las vías de un trencito que hacía un recorrido de casi un kilómetro dentro del predio e incluso tenía su propio túnel. En la actualidad el tren está fuera de servicio.
El paso del tiempo ha convertido al Parque de Mayo en el lugar preferido por los sanjuaninos, especialmente en los cálidos fines de semana del verano. Hoy integra un sector privilegiado de la Ciudad de San Juan. A su lado se han agregado otros espacios verdes de grandes dimensiones y está rodeado por algunos de los edificios más importantes de la provincia como el Centro Cívico, la Legislatura Provincial, el Centro de Convenciones y el Centro de Exposiciones y el Auditorio Juan Victoria.
Fuentes consultadas:
Subsecretaría de Turismo - Secretaría de Turismo, Cultura y Medio Ambiente, Gobierno de San Juan