A fines de octubre de 1981 nació una competencia ciclista que tuvo su bautismo en los primeros meses del año siguiente y que con el correr del tiempo se convirtió en la “la carrera del pueblo” sanjuanino: La Vuelta Ciclista a San Juan.
La idea tomó forma entre los dirigentes del Pedal Club Olimpia, Vicente Tapia y Rodolfo Becerra y dos periodistas deportivos muy reconocidos de San Juan, Hugo Rodríguez y Néstor Andrés Páez. Quienes compartían la jefatura de la sección Deportes de LV1 Radio Colón, sugirieron a sus amigos del club que "en vez de gastar esfuerzos en varias carreras armaran una vuelta".
Esa fue la génesis de la carrera que entre el 21 y 28 de enero de 2018 tuvo su 36 edición, la segunda con categoría internacional (2.1) de la UCI (Unión Ciclista Internacional) y en la cual el jujeño Gonzalo Najar dio la sorpresa tras quedarse con la general, devolviéndole a su equipo, SEP San Juan, el reinado que se le había escapado tras haberse impuesto en tres Vuelta a San Juan consecutivas con Laureano Rosas y perdió tras haberse disputado la primera competencia internacional que tuvo como ganador al holandés Buake Mollema de Trek Segafredo.
Podría decirse que la Vuelta de San Juan nació grande. Al igual que el Tour de Francia y el Giro de Italia, se gestó en un medio periodístico muy insertado en la población, tal cual ocurrió con la ronda gala que fue apoyada desde un principio por el diario L’Equipe y la carrera rosa italiana, cuya malla líder rosada es en alusión al color del papel en el que se imprime La Gazzetta D’ello Sport. Es una irreverencia querer compararla con esas dos pruebas de tres semanas que concitan la atención de todo el mundo, pero sirve hacer la similitud de sus nacimientos para darse cuenta que tuvo desde sus comienzos el apoyo popular que no tuvieron otros acontecimientos.
Se disputaron 36 ediciones. Su formato cambió en varias oportunidades. Comenzó con diez etapas y luego bajó a siete por cuestiones económicas de un país con un vaivén en su economía. Pero la Vuelta a San Juan es sin dudas la carrera que todos los ciclistas latinoamericanos desean correr y sueñan con ganar. Ese sueño latinoamericano se sumó al mundo ya que el año pasado compitieron cuatro equipos World Tour y durante el 2018 lo hicieron siete, y diez que competirán en el 101º edición de Giro de Italia, convirtiéndose en record para toda América.
En esas tres décadas y media, la carrera se metió de lleno en el corazón de un pueblo que vive el ciclismo como ningún otro. Familias enteras, en cada enero, programan sus vacaciones de acuerdo a la fecha que tiene en el calendario rutero sanjuanino esta carrera de varios días. Niños y grandes mitigan los sofocantes calores del primer mes del año debajo de las sombras de los árboles o disfrutando de la frescura que otorga el caudal de agua de algún canal de riego que corre a la orilla de la ruta por donde pasará el enjambre multicolor.
En sus 35 años de vida la Vuelta a San Juan pasó de ser una idea de un grupo muy reducido de personas que querían imitar a países con mayor tradición ciclística como Italia, Francia o España a convertirse en una cuestión de estado. Sea cual fuera el gobierno de turno, de una o de otra forma, en mayor o menor medida la apoyan para que la Provincia esté de fiesta.
En el 2017 la “carrera del pueblo” tuvo su reconocimiento máximo por intermedio de su gobernador, Sergio Uñac, al entrar por primera vez en el calendario de la UCI como carrera internacional con puntaje 2.1. Un mimo del máximo mandatario provincial al acontecimiento deportivo más importante y convocante de San Juan.
Sólo 24 ciclistas pueden presumir de obtener el máximo galardón que otorga la carrera más importante de San Juan y Argentina.
En 1982, el primero en escribir su nombre en las páginas doradas de esta prueba fue el bonaerense Eduardo Trillini. Al año siguiente el ganador fue el chileno Víctor Caro, único ciclista que no es argentino y ganó la carrera, hasta este 2017 dado que la general se la quedó el holandés Bauke Mollema del Trek Segafredo.
San Juan tuvo que esperar hasta su tercera edición para ver a un hijo de su tierra ganar la carrera. Pedro Chirino abrió el paso para que luego se sumen siete sanjuaninos más dentro de la historia. Daniel Castro la obtuvo en 1987, Alberto Bravo ostenta tres títulos. La primera carrera ganada fue en 1989, luego obtuvo de manera consecutiva la de 1991 y 1992. En 1997 Eduardo Mulet puso nuevamente en lo más alto del podio a San Juan.
Luego hubo varios años de sequía hasta que apareció Oscar Villalobo, que ganó la carrera en 2003 y 2004 respectivamente. En 2005 le tocó la oportunidad a Luciano Montivero que repetiría en 2007. Un año después, en 2008, Pedro González resultó triunfante, en tanto que en 2011 y 2013 el galardón quedó en poder de Daniel Zamora.
En la siguiente edición, la del 2014, Laureano Rosas ganó su primera Vuelta a San Juan. El oriundo de Las Flores que integraba el equipo SEP San Juan repitió en 2015 e igualó a Alberto Bravo en el 2016.
En el 2018 la sorpresa llegó desde Jujuy. Gonzalo Najar, el campeón argentino, tuvo una brillante actuación en la etapa Reina de la Vuelta, a El Colorado, y dejó sentenciada la competencia pese a que tuvo que defenderla con uñas y dientes en las últimas dos etapas para poder festejar campeón. El SEP San Juan se impuso ante 10 equipos que competirán en el Giro de Italia y los mejores del continente, abriendo las posibilidades al resto de los equipos que buscarán ganarle a los mejores del mundo en las próximas ediciones.
Artículo publicado en enero de 2018 en http:\\www.vueltaasanjuan.org