El siguiente artículo fue publicado en El Nuevo Diario, edición 654 del 29 de abril de 1994
A partir del traslado, San Juan de la Frontera continuó su existencia algunas cuadras más al sur, en torno a otra Plaza Mayor, la actual Plaza 25 de Mayo.
En la Plaza Mayor se levantó a mitad de cuadra de la manzana del costado sur, la Iglesia de Santa Ana y a mitad de cuadra de la manzana del costado del naciente, se construyeron las casas del cabildo y la cárcel. A esa vía se la llamó Calle del Cabildo (lugar ocupado por la Casa de Gobierno hasta el terremoto de 1944, acceso actual de Avenida Ignacio de la Roza y Gral. Acha).
Con frente también a la Plaza, la compañía de Jesús instaló en 1655 su residencia y colegio a mitad de cuadra del poniente. Y en las esquinas de las calles Del Portón y Real de las Carretas (actual Rivadavia y Mendoza), se construyó el templo de San José, convertido luego en iglesia matriz, actual solar de la Catedral.
Hacia 1610 la ciudad ya contaba con iglesias de dominicos y mercedarios. La primera de ellas, Santo Domingo, en la manzana encerrada por las calles Real de las Carretas, que comenzó a llamarse de Santo Domingo (actual Mendoza) y Avenida Libertador San Martín, Entre Ríos y Laprida (antiguamente denominada Rawson); la segunda, La Merced en la manzana de las calles de San Agustín (después denominada Buenos Aires, hoy Mitre), Mitre, Tucumán, Santa Fe y Rioja.
El descampado que dominaba en los primeros tiempos, poco a poco, cambió su fisonomía y al aumentar la población se requirió mejorar la agricultura. Por tal motivo fue necesario prolongar las calles anchas de la ciudad, para establecer un sistema ordenado de irrigación. Por Ley General de Irrigación, se dispone prolongar “las calles anchas que limitan la ciudad, la del sur y norte hacia el poniente y naciente, hasta encontrar por el poniente el canal de la ciudad".
"Las calles anchas del norte y del sur, del este y del oeste que correspondieron respectivamente a las actuales avenidas 25 de Mayo, 9 de Julio, San Martín y Salta, denominación que se mantuvo mucho tiempo después, como lo prueba la modificación hecha en 1887, al plano de la ciudad levantada en 1858 por el ingeniero Carlos Lepere".
Según la ley de 1858 se autorizaba efectuar expropiaciones para prolongar la calle Ancha denominada del Poniente con rumbo al Norte, desde la barraca de Silleruelo, hasta la calle que conduce al Panteón (cementerio) estableciendo además, que la expresada calle tendría 30 varas de ancho y citando a los propietarios afectados por la prolongación de ella.
A la referida apertura se le designó posteriormente con el nombre de Avenida La Paz por ser el tránsito obligado al cementerio. En el año 1863 se le denominó avenida Urquiza y actualmente Las Heras.
Por Decreto del 8 de agosto de 1862, Sarmiento designa una comisión encargada de proponer la nomenclatura a las calles de la ciudad, con la finalidad de perpetuar la memoria de hechos históricos de la República y de sus hombres más notables. La misma estuvo integrada por el Inspector General de Policía don Camilo Rojo, don Domingo de Oro y don José María Martínez, su cometido se conoce por la reproducción reducida de un antiguo plano de la ciudad de San Juan, confeccionado por Carlos Lepere, en 1858.
En los nombres impuestos a las calles se recuerdan entre otros hechos históricos los de Chacabuco y Caseros, entre los próceres a Rivadavia, Moreno, Pueyrredón, Las Heras, General Paz y Sarmiento.
Las cuatro avenidas perimetrales aparecen sin bautismo denominada todavía como calle Acha al norte, del este, del sur y del oeste.
Con fecha 27 de abril de 1854, el Ministerio de Gobierno dispone el “terraplenado y empedrado en la ciudad en un total de cuadras en las siguientes calles, Tucumán, Las Heras, Laprida, Calle Ancha del Norte hasta su prolongación al naciente y Rivadavia al poniente".
En las calles General Las Heras, Caseros, Salta, Bolivia se ensancharon 5 cuadras de empedrado con las varas más de las que tenían y se construyeron las veredas de dichas cuadras de piedra; todo ello por cuenta de la policía.
En esa época se tuvo en cuenta la distribución de riego con acequias, que contaban con compuertas de madera de algarrobo. En las calles Mendoza, Salta y Estados Unidos se construyeron veredas de piedra como así también realizaron plantíos en las calles anchas, especialmente los pulirlos y paseos.