El 17 de enero de 1817 se oficializó como la fecha de partida de la campaña libertadora del Ejército de los Andes. De ahí en más, lo que vivió el general don José de San Martín, marcaría la historia de tres países (Argentina, Chile y Perú), y su gesta se inscribiría en la historia de San Juan. En este viaje, el prócer llevó la cuenta pormenorizada de cada detalle, tanto de la cuestión logística como militar. Pero también, fue rica su producción epistolar.
Todos estos detalles se pueden leer en el libro escrito por Edgardo Mendoza y Claudio Monachesi.
"El 8 de febrero de 1817, muy pocas horas después de haber cruzado Los Andes y 4 días antes de la batalla de Chacabuco, el general José de San Martín escribió desde el pueblo de San Felipe de Putaendo, al director supremo de las Provincias Unidas, don José Martín Pueyrredón lo siguiente:
“El tránsito solo de la sierra ha sido un triunfo. Dígnese vuestra excelencia figurarse la mole de un ejército moviéndose con embarazoso bagaje de subsistencia para casi un mes. Armamentos, municiones y demás adherentes por un camino de cien leguas, cruzado por eminencias, escarpadas, desfiladeros, travesías, profundas angosturas, cortado por cuatro cordilleras. En fin, donde lo fragoso del piso se disputa por la rigidez del temperamento. Tal es el camino de los patos que hemos traído”.
Este texto ocupa parte del primer capítulo del libro y sirve para entender la geografía que debió atravesar el Libertador.
En sus escritos, Mendoza y Monachesi, continuaron:
"El entonces mayor San Martín anunciaba lo que ya había sido un triunfo, el cruce por las cuatro cordilleras. Esos cuatro cordones montañosos, de acuerdo con las definiciones de la geografía actual, son un primer cordón correspondiente a la precordillera y el segundo es denominado cordillera del Tigre.
El macizo montañoso de Los Andes nunca fue un obstáculo para las relaciones humanas de quienes vivían en ambos lados de la imponente cima. Es así que los Incas sometieron a los Huarpes, pueblo nativo de San Juan y Mendoza, cruzando montañas desde Chile".
El historiador y el militar, también pusieron en contexto toda esta gesta:
"Los españoles asentaron poblaciones a partir de los establecimientos hispánicos del Valle Central de Chile. Tanto Pedro de Castillo, fundador de Mendoza en 1861, bautizada con este nombre en honor al gobernador y capitán general de Chile, García Hurtado de Mendoza, como Juan Jufré, fundador de San Juan en 1562, partieron de Santiago de Chile para llevar a cabo estas poblaciones. Décadas después sería establecida la ciudad de San Luis, también gracias al apoyo de la base chilena.
Por las montañas también llegaban a Cuyo los arcabuces, pólvoras y todos los pertrechos militares, esenciales para un real o hipotético acto de invasión, especialmente en este entonces, llevado a cabo por los indios".
"El cruce de Los Andes no era sencillo, en primer lugar requería del equipamiento que era siempre costoso, tal como muestra el siguiente documento", escribieron en las páginas del libro, los autores.
Agregaron además: "Por escritura fechada en Santiago al 3 de marzo de 1565, Gonzalo de los Ríos y María de Encío, su mujer, suplen al padre Luis Bonifacio para su viaje a Cuyo, las siguientes mercaderías sacadas de la tienda de don Demitre Hernández, por el valor de 200 pesos:
“Dos vestidos de algodón, cuatro pares de alpargata, un par de zapatos, dos pares de borceguíes, medias onzas de seda, cuatro y media onzas de hilo, cuatro y media onzas de tafetán leonado, siete varas de jerga, paño amarillo, seda negra, ocho metros de rapé, un talabarte de baqueta y una botija de aceite”.
*Fuente: primer Capítulo del libro “San Martín y el Cruce de Los Andes”, de Claudio Monachesi y Edgardo Mendoza (2010). Editorial 1884. Círculo Militar.