Los Persia. De las viñas a las pistas

Desde la ciudad de L’Aquila, Italia, llegaron entre fines del siglo XIX y principios del XX, Luis Persia y su mujer, Teresa Contenti. Se instalaron en San Juan y aquí Luis se desempeñó como agricultor. Trabajó en las fincas de los Graffigna, en las inmediaciones de calle Cabaña y Coll.

En la provincia nacieron los siete hijos del matrimonio: Francisco “Chichito”, Clemente, Ana, Luisa, Juan, José y Fernando. El menor de los hermanos, que nació en 1925, fue quien tuvo una participación destacada en el automovilismo y marcó el camino que siguen las nuevas generaciones.
La primera vinculación de los Persia con los medios de transporte fue cuando los hermanos Francisco, Juan, José y Fernando compraron la línea 14 de colectivo, que circulaba por Desamparados y Rivadavia. Ellos siempre trabajaron juntos y su otro hermano, Clemente, al igual que su padre, se dedicó a la agricultura.
Después de trabajar un tiempo con el transporte público, en los años cincuenta, los hermanos vendieron la empresa y adquirieron el taller de elásticos de un hombre de apellido Carmeluto. Así nació la firma Persia Hermanos y durante más de una década, hasta después del 2000, la familia fue sinónimo de elásticos, algo que vendían para autos y camionetas.


El primer piloto Persia

 Fernando se acercó a los motores gracias a dos amigos, que también eran sus vecinos, Eduardo Copello y Julio Devoto, a quien todos apodaban “Ampakama”. Fueron esos dos pilotos sanjuaninos quienes lo entusiasmaron para que comenzara a ser parte de la pasión por el automovilismo. Así, a principios de los sesenta, se convirtió en el cuarto fundador de la Asociación Sanjuanina de Volantes. Poco después, en 1967, se inauguraba el Autódromo Eduardo Copello.

Durante la década del setenta, con la promoción del gobierno de Leopoldo Bravo y de la Asociación Sanjuanina de Volantes, surgió la idea de “La San Juan Coquimbo”. La carrera entre las montañas contó con la participación de importantes pilotos de la provincia, del país y trasandinos. Fernando estuvo entre los que participaron en la primera competencia. Corrió junto a Benjamín Sánchez Sarmiento en un Peugeot 404, de ida salieron primeros y de vuelta quedaron segundos.

Se vino la segunda

Antes de comenzar a correr, Fernando Persia Contenti conoció a Isabel Cricco, que es maestra. Al igual que él, los padres de ella eran italianos, inmigrantes que habían llegado desde la ciudad de Udine. En 1953 se casaron y tuvieron tres hijos: Fernando, Silvia y Carlos.

El hijo mayor de los Persia Cricco fue quien continuó con la pasión por el automovilismo de Fernando Persia Contenti. En la década del setenta, después de que fallecieran sus tíos Francisco y Juan, compró la parte de ellos en la empresa de elásticos y quedó a cargo del negocio Elásticos Persia Hermanos, junto a su padre.

 Poco después, en 1982, Fernando Persia Cricco comenzó a correr en, lo hizo en un DKV y en la pista de Villicum. Desde el principio alcanzó importantes campeonatos y ha sido campeón zonal cuyano en seis oportunidades. A mediados de los noventa hizo una pausa en el deporte pero retornó a los cincuenta y ocho años, ya compitiendo junto a sus hijos Fernando Ariel y Fabricio.

La tercera generación sobre ruedas

 Cuando Fernando Persia Cricco empezó a correr ya tenía a su hijo mayor, Fernando Ariel, que desde chico lo acompañó a los talleres. Ariel se convirtió en piloto cuando tenía quince años. A esa edad, a principios de los noventa, empezó a competir en un Fiat 600. Sus primeras carreras fueron en el estadio abierto del Parque de Mayo y al poco tiempo entró en el zonal cuyano, donde competía su padre. Años después llegó Fabricio, el tercer hijo de Fernando, que también se sumó a la pasión por el deporte.




La empresa familiar

El automovilismo es una pasión para los Persia pero también una gran inversión, por lo que no se dedican exclusivamente a eso. Aparte competir en las pistas, desde las primeras generaciones han trabajado en empresas familiares.

Fernando Persia Contenti falleció en 2007. Después de eso, la familia cerró la empresa de los elásticos, en la que trabajaron los dos hijos del primer piloto Persia. Después abrieron la firma ONIX S.A y Transportes Persia S.R.L. Fabrican y venden arenas, áridos, calizas, yesos y también se ocupan de su traslado a diferentes puntos de la provincia y de Cuyo. Además tienen viñedos en Pedernal y elaboran vinos con marca propia.

* Fernando se casó con Rosa Catalina Menzo y tuvieron cuatro hijos: Ariel, Gabriela, Fabricio y Mariana. Todos trabajan en la empresa familiar.


* Silvia, que es profesora de Lengua y Literatura, se casó con Antonio Francisco Sánchez, que es Piloto Aeroaplicador (Fumigador). El matrimonio tuvo tres hijos: Ignacio, que es comerciante; Belén, que es farmaceútica y Pablo.

* Carlos trabaja junto a Fernando en la empresa familiar. Se casó con Danila Alcaide, que es profesora de Ciencias Naturales y tuvieron un hijo, Emiliano



  

GALERIA MULTIMEDIA
Las tres generaciones de Fernando. Esta foto es de 1983, fue tomada cuando Fernando Persia Cricco corrió en Rally por el Gran Premio de la República Argentina. Él es el segundo hombre que aparece de izquierda a derecha. A su izquierda está su padre, Fernando y a su derecha aparecen: Héctor Mario “Cacho” Juan, Cacho Souza y Aldo Velasco. El pequeño que sale sin remera es el hijo de Fernando, Fernando Ariel.
Fernando Persia Cricco ganó cinco campeonatos zonales hasta 1995. Después dejó las pistas por varios años, volvió hace poco y logró un nuevo campeonato cuyano.
Los nietos de Fernando Persia Cricco: Fernando Santino, Antonela, Agustina y Valentina.
Fernando Persia junto a sus hijos: Ariel y Fabricio, su nuera Verónica Rodríguez y dos nietas: Antonela y Agustina.
Fernando Persia Contenti, vestido para ir al jardín su nieto, Fabricio Persia, su nuera Rosa Menzo y su otra nieta, Gabriela Persia.
Fernando Ariel Persia en sus primeros años. Comenzó a correr con quince años, en el estadio abierto con Gold en las carreras speedway.
Fernando Persia junto a su esposa Rosa Catalina Menzo.
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