Director de la carrera de Abogado Especialista en Derecho de Alta Tecnología, que se dicta en la UCA, y redactor de la Ley de Firma Digital, sostiene que, si se implementa, se acaba con la "bicicleteada" en el tiempo de seguimiento y resolución de los casos.
Con 40 años de trayectoria en el ámbito del Derecho y17 a cargo de la carrera de Abogado especialista en Derecho de Alta Tecnología, un posgrado que se dicta en la Universidad Católica Argentina, el doctor Horacio Roberto Granero es además uno de los redactores de la Ley de Firma Digital, sancionada en el 2000 y que aún espera ser puesta en vigencia. Integrante de diferentes comisiones relacionadas a las nuevas tecnologías en colegios de abogados de Buenos Aires, estuvo en San Juan para brindar una charla sobre “El principio de la celeridad procesal y las nuevas tecnologías”. Polémico, sostuvo al respecto que “los principales responsables de que no se impulse la informatización de la Justicia, aunque parezca mentira y sea doloroso decirlo, son los mismos abogados….Por ahí nos conviene que nos envíen las cédulas, que tardan 15 días y mientras tanto vamos “bicicleteando” el asunto. Está comprobado que en un expediente que dura 4 años, el 65% de ese tiempo se perdió en notificaciones”.
- ¿Por qué alerta sobre la necesidad de un “orden público tecnológico”, al igual que existe en otros ámbitos?.
- Ilya Prigogine, doctor en Física y Premio Nobel, escribió hace como 20 años “El fin de la certidumbre”, un libro fantástico en el que plantea que se acabó el mundo previsible, en el que todo estaba regulado. Y con Internet sostengo la postura que se ha convertido en un servicio peligroso.
-¿Por qué peligroso?
-Soy abogado hace 40 años y analicé la evolución de la responsabilidad civil en materia de las cosas peligrosas: fue una evolución del derecho. Se fue perfeccionando la defensa del usuario de la cosa tecnológica. Mi tesis doctoral planteaba que hay que generar un nuevo orden público tecnológico porque hoy, hay cosas que escapan a la libre contratación de las partes, y el orden público es el que mantiene el concepto de nacionalidad. Con Internet creamos algo de lo que no podemos volver atrás porque es un bien para la humanidad, pero tenemos que ser cautelosos en cómo lo manejamos y cómo lo regulamos desde el ámbito jurídico porque lo regulable es nada más y nada menos que la defensa del bien común, que es el fin del derecho.
-¿La incorporación de Alta Tecnología modifica el perfil de los abogados?
-Los abogados tenemos que estudiar. Ya no nos podemos quedar en los libros. Hay una realidad y hay que profundizar sobre ella, buscar soluciones. No hay que decir que no existe ni tirarse a hacer cualquier cosa. Hay que volver a estudiar.
- No sólo los abogados, sino los jueces y los asesores también ¿Hay conciencia de esta necesidad de perfeccionamiento?
-Fundamos hace 17 años la carrera de especialista en Derecho de Alta Tecnología y desde entonces la UCA tuvo la buena disposición de entregar 5 becas gratis para miembros del Poder Judicial nacional. Durante muchísimo tiempo quedó en la voluntad de los jueces que fueron entendiendo la necesidad de la capacitación, pero reconozco que desde hace 2 o 3 años la Suprema Corte de Justicia tomó riendas en el asunto cuando su presidente, el doctor Ricardo Lorenzetti, la asumió como una cuestión personal. Es un ejemplo de magistrado por el impulso que está dando a la modernización tecnológica del Poder Judicial junto a una serie de funcionarios. Hubo una toma de conciencia de quien dirige, lo que nos da una esperanza muy grande.
-Esto significa todo un cambio
-Desde mi experiencia de 40 años, 10 en la Justicia y 30 en la profesión, los principales responsables que no se impulse la informatización de la Justicia, aunque parezca mentira y sea doloroso decirlo, son los mismos abogados. Los abogados estamos muy acostumbrados a actuar por defecto, a no ser proactivos. Por ahí nos conviene que nos envíen las cédulas, que tardan 15 días, y mientras tanto vamos “bicicleteando” el asunto. Está comprobado que en un expediente que dura 4 años, el 65% de ese tiempo se perdió en notificaciones. Por ejemplo: una notificación electrónica duraría segundos.
-Hay estadísticas de cómo se redujo a pocos meses el tiempo de un proceso en la Justicia de Brasil, al informatizar todo su sistema.
-Ahí uno se da cuenta de quién está en contra de esto: ¿La parte? Estaría feliz de terminar cuando antes. ¿El juzgado? Se saca antes el trámite de encima. ¿Los abogados? Y… por ahí hay que estudiar más rápido las cosas. Por suerte algo está cambiando. Presido la Comisión de Derecho de Alta Tecnología del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires y realizamos charlas y conferencias en el país para miembros del Poder Judicial; y también integro la Comisión de Informática del Colegio Público de Abogados de Buenos Aires, con la que estamos trabajando en el tema de la firma digital.
-¿Los sistemas informáticos son confiables en el país?
-La Argentina es muy inconsciente. Me cuesta decirlo. Hay una serie de normas que dan seriedad al manejo de la cosa pública y hay que buscar empresas que certifiquen calidad, Normas IRAM e ISO. Pero… hay cosas más baratas, truchas… y para qué voy a tener un firewall que identifique virus. Tengo que entender que soy responsable penal y civilmente si algo pasa. Cuando alguien vaya preso, se van a dar cuenta que hay cosas que deberían haberse previsto. A nivel nacional, va a costar cambiar mucho este concepto. Jueces como Roberto Pagés en San Juan están trabajando para cambiar esto.
-¿La legislación argentina está acorde a la de otros países?
-En forma genérica, Argentina estuvo al frente pero fuimos casi los últimos en aplicarla. En el caso del Código Penal, tardamos mucho en la redacción de la ley de Protección de Datos Personales, que ya se implementó y se está aplicando. Pero tenemos casos paradigmáticos, como el de la Ley de Firma Digital. Integré la comisión redactora en el 2000 y luego de 11 años, recién ahora estamos intentando implementarla. Hay resistencia al cambio y también falta de educación y de difusión. Hace falta entender que es una realidad que estamos viviendo.
-Y que los usuarios necesitan legislación que los ampare.
-Si yo tuviera que hacer personalmente los trámites bancarios que realizo en forma electrónica, no me quedaría tiempo. Ahora, si alguien me pregunta: ¿Qué seguridad tiene de que lo que está haciendo tiene algún basamento legal? Y no, no hay un basamento legal. No hay normativa. Es una realidad. Pero hay un tema más complicado aún: el cloud computing (NdelaR: se traduce como informática en la nube y permite ofrecer servicios de computación a través de Internet), que es un paso hacia la desmaterialización de las cosas y es más complicado desde el punto de vista legal. Antes, la jurisdicción estaba dada donde estaban los servidores y hoy los servidores no existen más.
-¿Esto causará un problema más para la legislación?
- En este punto, ya no es un problema de legislación; el problema será hasta dónde va a llegar la apertura de la mente de nuestros jueces o nuestros abogados para entender esta realidad. No podemos decir que es malo o que no existe. Es una realidad y convivimos con ella. No podemos decir tampoco que no es legal. ¿Por qué no es legal? Un mail mandado obliga tanto como una forma escrita y un juez que opine lo contrario está negando la realidad. Y en esta realidad tenemos que tratar de buscar, con las herramientas a nuestro alcance, una solución lo más adecuada posible.
-En esta realidad del cloud computing ¿cómo se resguardan los usuarios?
-Esa es una discusión que mantuve hace unos días. La ley de Datos Personales no es sencilla y tampoco perfecta. Cuesta aplicarla porque a veces los jueces interpretan de manera un tanto rígida el tema de los datos sensibles. A ver, hospitales y sanatorios privados están llevando todos sus datos a la nube. Es algo muy seguro, muy lindo, pero la Ley de Datos Personales establece algo muy distinto con los datos sensibles de sanidad. No permite una manipulación fuera del ámbito donde están guardados, por un tema de auditoría. La Superintendencia de Seguros tiene una norma que obliga a que toda la información de las compañías de seguro debe estar en la misma jurisdicción en la que está la dirección física de la empresa. Es vieja, sí; tendrá como 20 años, pero ¿qué pasa si no se cumple? ¿Van a decir que está en el server de no sé donde?
-Abogados y jueces deberían trabajar también mancomunadamente con diputados y senadores para crear el marco legislativo necesario, en tiempo y forma.
-Creo que las cosas salen mejor cuando se dan naturalmente. Hace unos días escribí un editorial sobre el voto electrónico. ¿Qué mejor que tener una votación en la que a los pocos minutos se sepa el resultado? Evita el fraude y el tiempo que se pierde, pero hay que perder el miedo. Y una cosa es perder el miedo y otra, perder ciertas prebendas que quedan afuera con el uso de la tecnología. La informática es ceros y unos. No es ni buena ni mala. Lo que pasa es que es que no miente. Y al argentino le cuesta estar encuadrado en lo serio, pero jugamos con fuego. ..
Spam: legalidad vs. ilegalidad
El doctor Horacio Granero plantea que el Spam, al que considera un daño tecnológico, es un tema en el que hay que desentrañar varias aristas legales.
-¿Piensa que el manejo de Internet se “fue de las manos”?
-Hay muchas cosas que se han ido de las manos. El tema del Spam es una de ellas. Esto pasó por la idea de gratuidad, anonimidad y de rápida difusión que tiene Internet. Así, me llegan a mi casilla de correo una serie de cosas sin ser buscadas, a pesar de que me está llegando a mi domicilio. Mi dirección de correo es mi domicilio. Cuando sale la Ley de Datos Personales es para proteger justamente algo tan preciado como nuestros datos. Hay Spam malo y otro, loco, que promociona muchas cosas hasta dirigidas.
-Y que también espía.
-Si entro siempre en una librería a buscar libros de tal naturaleza, lo más probable es que las cookies (NdelaR: fragmento de información que se almacena en el disco duro del visitante de una página web y que permite llevar el control de usuarios y conseguir información sobre sus hábitos de navegación), me van a traer libros relacionados, pero a mí no me interesa que me traigan algo yo que no pido. Esto plantea un tema legal muy interesante. Hay criterios que se utilizan para cortar el Spam; por ejemplo la prohibición de emitir más de tanta cantidad de mails. En cierta forma, esta medida va en contra del principio constitucional del comerciante. Tuve varias consultas al respecto de empresas a las que no les permiten enviar más de 1.500 y 2.000 mails que ellas quieren mandar.
-Algunos proveedores de cuentas de correos electrónicos bloquean el envío cuando los mails sobrepasan cierta cantidad.
-Este tema tiene algunas aristas en el Código Civil, que uno puede utilizar para defenderse de estos cortes. Pero también a veces hay defensas manu militari porque el Spam es un tema muy serio y muy grave. Hay un consumo indebido de red muy alto. Yo estoy en el tema desde el año 1984 y veo que Argentina no hizo las inversiones que debía, ya que si seguimos saturando Internet con basura, nos vamos a quedar sin lo necesario. Me parece que el Spam es un hecho ilícito; que puede ser considerado como delito.
-Y federal, lo que resulta complicado a la hora de litigar contra alguna empresa.
-Internet de por sí es competencia de la Justicia Federal. Pero en el caso del Spam es peor todavía porque es internacional. Hay un adelanto en Argentina desde marzo del año pasado, cuando fue el primer país latinoamericano invitado en ser parte del Convenio de Ciber delitos de Budapest. Convengamos que nunca podrán solucionarse los problemas delictuales o administrativos que se ocasionan en Internet si no hay una colaboración internacional. Creo que se terminará reconociendo que Spam es un daño tecnológico y hoy, un daño tecnológico es un delito. Hay muchas cosas para reformar en el Código Penal Argentino.
Perfil
Nombre completo: Horacio Roberto Granero
Estado civil: Casado
Hijos: “Tres, dos casados y un nieto”
¿Qué le gusta leer? “Temas de tecnología, especialmente relacionados con lo jurídico”
¿Qué le gusta escuchar?: “Música clásica y en especial Vivaldi”
¿Qué le gusta ver?: “Me gusta ver televisión e ir al cine, pero especialmente salir al cine con mi esposa”.
¿Cocina?: “No”
Plato preferido: “Milanesas con papas fritas”
¿Cómo le gustaría que lo recuerden?: “Como una buena persona, un buen esposo y padre, y por haber intentado transmitir aquello en lo que creo”.
Nota publicada en El Nuevo Diario el viernes 1 de abril de 2011