Hace décadas que no la usan, pero aún está erguida como esperando que el proyector se encienda de un momento a otro. La historia de la esquina de los Pastor, donde funcionó el cine “Los tres amigos”, derrama nostalgia
De frente al sol, en la amplia esquina del cruce de las Calle 8 y Ramón Franco, la pantalla del ex cine de Bartolomé Pastor sigue de pie, firme, justo enfrente de las pequeñas ventanitas de la sala que durante 15 años proyectó cientos de películas para las familias del Médano de Oro que asistían religiosamente cada fin de semana en la temporada de verano.
Palito Ortega, en el cine nacional; Marisol, Joselito, Carmen Flores, en el cine español, eran el plato fuerte de las épocas en que las tradicionales familias del terruño agricultor ubicado en Rawson iban al único cine que había y que hubo en el Médano, llamado “Los Tres Amigos”.
Allí se proyectaban tres películas: la extranjera al principio, el noticiero al medio y la nacional, mexicana o española como plato fuerte del final. Y el público era atendido por sus propios dueños: don Bartolomé Pastor, el fundador, controlando los tickets que su hija Catalina –a la que todos conocen por la Negra- vendía en la Boletería; Pedro –al que todos conocieron por el Pelado, ya fallecido- haciendo operar las máquinas proyectoras; doña Catalina Mena, la madre de la familia, fallecida, linterna en mano, era la acomodadora; y Rosaneli, la más chica de la familia, era la que pasaba vendiendo las golosinas por entre las filas de las sillas de latas que aún viven, ya apiladas debajo de la galería techada, al sur de la pantalla.
El cine llegó al Médano de la mano de don Bartolo Pastor, un agricultor que inmigró con dos años de Mallorca, España, junto a su familia. Tras arraigarse en el Médano de Oro trabajando la tierra, conoció a la familia Monfor y Ferrer, de Cochagual, deparamento Sarmiento, quienes tenían allí un cine y le contagiaron la idea de traerse un proyector y pasar películas en el Médano.
Tras un año y nueve meses, los Pastor decidieron agrandar el negocio. Así fue como don Bartolo levantó, entre fines de 1960 y principios del´61, una gran muralla de block en la que empezó a proyectar películas en la temporada de verano, que iba desde octubre hasta marzo.
Antes, en ese lugar, don Bartolo había tenido una pista debaile. Eso fue desde 1946 hasta 1960, cuando las baldosas amarillas y rojas le dejaron al lugar a las sillas para el cine.
“En el ´75, con el Rodrigazo –como se llamó al ministro de Economía nacional que provocó una gran crisis económica- tuvimos que cerrar. Nuestra situación no fue ajena a la que vivieron muchos cines de la provincia”, recuerda Catalina Pastor, la hija mayor de don Bartolomé, quien falleció a los97 años.
A un costado de lo que fue la pista de baile y el cine de verano,aún está el salón en el que funcionó el cine “Los Tres Amigos” de invierno. Con su pequeño desnivel hacia la pantalla y el frente intacto, sobre la calle Ramón Franco. Hoy el salón funciona como depósito de la familia.
En esa tradicional esquina, además del cine, don Bartolo fue pionero en otras actividades comerciales que fueron y son históricas en el Médano de Oro. Una de ellas es la estación de servicio, a la cual inauguró en 1963 y aún hoy sigue siendo la única. En el ´66 también fundó allí la primera estafeta postal.
La esquina está intacta. Como si en cualquier momento las familias del Médano de Oro empezaran a llegar de nuevo para ver alguna película española o de Palito Ortega.
Fuente: Tiempo de San Juan
Redacción Periodística: Gustavo Martínez Puga
Fotografía: Archivo Tiempo de San Juan
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