Las palabras de la Vid y del Vino

 Las palabras del ámbito vitivinícola también  se emborrachan, se chuman,  cosechan… Es que estas  y otras palabras tienen su vida. Son amigas de palabras de distintas lenguas, se pelean por subsistir, y los hablantes también desarrollan su creatividad al brindarles su sello metafórico. Y ya  ingresaron al Diccionario de la Vid y del Vino publicado en coedición con la AAL.
Y para el brindis báquico, comparto un pequeño racimo de palabras con textos literarios, musicales, folclóricos, y testimonios del Atlas Lingüístico Etnográfico del Nuevo Cuyo; como así también de

Encuestas sobre el Habla y Folclore argentino realizadas por los Maestros Láinez,  entre los años 1945-50.

borracho,cha. Como adjetivo se refiere a la  persona que bebe en exceso.  “Un borracho se murió / y dejó en su testamento / que l’ entierren en la viña / pa’ chupar el sarmiento”. ; “No hay sábado sin sol, ni vieja sin su dolor, ni domingo sin borracho, ni lunes sin payador”;  “Más vale vestir santos que desnudar borrachos”.
La expresión comparativa desparramado como meada de borracho se usa para referirse a una persona cuando está desanimada.

chispiado,da. Alude a la  persona, que está ligeramente ebrio. Dicho popular: “Estar entre San Juan y Mendoza: suele dársele significados equívocos. A veces significa estar achispado con el alcohol: que está y no está alegre, o en otros términos: que está medio curao”. Y si se trata de andar chispiado es andar algo mareado por la bebida. “Entre San Juan y Mendoza (cueca)  Yo no sé / yo no sé lo que me pasa / que no pué / que no puedo caminar. / Pensarán / pensarán que estoy borracho, / y ha de ser / y ha de ser debilidá. / Eche otro `vino / don Ceferino por caridá / quiero tomarme todo / y de ese modo olvidar. / Viva las buenas mozas, / viva Mendoza y San Juan. / Yo no sé / yo no sé qué es lo que tengo / para ser / para ser tan desgraciao. / Me i’tomao / me i’ tomao más de tres litros, / y apenas / y apenas si estoy chispeao”. (Carlos Montbrún Ocampo).

cachiche. Niño de los mandados. Y si se trata de la cosecha de uva, es el chico encargado de tareas complementarias. Por lo general, son  niños que buscan los recipientes para recoger los granos que caen, cuando los hombres y mujeres cortan los racimos. “ […] la vendimia era una verdadera fiesta popular […] se formaban grandes cuadrillas compuestas por hombres, mujeres y niños que trabajaban debajo de carpas y enramadas […] el cachiche era una especie de mensajero, que llevaba y traía la uva limpia y sucia, lavaba los platos y era estimado y querido por todos”.

campanilla. Es un racimo pequeño, aislado y de pocos granos que cuelga de otros sarmientos, y suele quedar en  los cargadores de la parra sin cosechar. En general, los informantes cuyanos coinciden que luego de las tareas vendimiales se le permite al “pobrerío” quedarse con los racimos más dulces, que han madurado plenamente en las cepas. Otras palabras que los hablantes usan para designar a este racimito son: pichuca, loro, tilín, cencerro, hijo de la parra, crespo, pillingajo.

viuda. En la cosecha de la uva, se usa como sustantivo para aludir a la última ficha que entrega el jefe de la cuadrilla al gamelero. Cuando queda esta ficha es muy común que entre los cosechadores utilicen la siguiente expresión  “te tocó la viuda”.

(*) Aida Elisa González de Ortiz, directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ.

Publicado en La Pericana, edición 142 que integra la edición de El Nuevo Diario del 8 de febrero de 2019

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Las palabras de la Vid y del Vino. (Ilustración: Miguel Camporro)
Las palabras de la Vid y del Vino. (Ilustración: Miguel Camporro)