Personajes de San Juan
Federico Bravo. El eslabón final de la vieja guardia bloquista
El siguiente artículo fue publicado en Diario de Cuyo el 27 de octubre de 2010, al día siguiente del fallecimiento de Don “Pico”.
En el bloquismo dicen que Federico Bravo era el eslabón final de la vieja guardia bloquista que quedaba emulando la época de oro del partido de la estrella. Ayer partió (26-10-2010), con 90 años, 4 años después de que su hermano Leopoldo, el último caudillo sanjuanino, dijera adiós.
Federico Bravo llegó con tan sólo 27 años a Moscú, como secretario privado de Federico Cantoni. Luego llegó a diputado provincial en 1963, a senador nacional en 1966, a diputado nacional en 1973 y finalmente, en 1984, fue designado embajador argentino en Rusia por Raúl Alfonsín, siguiendo los pasos de Cantoni y de su hermano Leopoldo, el mismo cargo que hoy ocupa su sobrino Leopoldo Alfredo.
Antes de irse a la entonces URSS como diplomático, Federico Bravo también fue presidente del Banco San Juan en 1981 y ministro de Economía en la gestión de su hermano, en 1982. 
"Pico", como le decían en confianza, era el último de los emblemáticos hermanos Bravo, el más chico de los hijos de doña Enoé. Además de Leopoldo y él, estaba Rosa, quien fue la primera que murió hace ya larga data.
Tuvo dos hijos, Ana María y Raúl Federico, 6 nietos y 4 bisnietos más uno en camino. Y dos cumpleaños: el real era el 1 de junio (1920), pero lo anotaron en agosto.
Se recibió de médico y amaba su San Juan. Los tres hermanos Bravo se criaron en la casa de calle Mitre y Catamarca.
Cuentan sus familiares que Federico era muy tranquilo, tanto, que cuando fue el terremoto del "44, estaba en su habitación estudiando acostado y no se le movió un pelo por salir corriendo. De un momento para el otro, quedó aplastado bajo adobes. Doña Enoé tenía una perrita que lo olió entre los escombros y junto con Leopoldo y un policía que encontraron en la vereda, milagrosamente lo sacaron vivo, sólo con el hombro dislocado.
"Doña Enoé le puso Federico en honor a Cantoni", aseguró Fernando, uno de los hijos de Leopoldo. Y agregó que Cantoni tuvo relación fluida con los tres chicos de Enoé, pero que Federico era el que más afinidad tenía con el fundador del bloquismo.
Aunque hay otras versiones sobre el hecho, parientes cercanos de don Pico aseguran que cuando Cantoni cayó baleado en la puerta de Casa de Gobierno, Federico estaba a su lado. Como este último era médico, le practicó una sangría para que disminuya la presión.
Según contó Fernando Bravo, Cantoni y su tío Federico eran buenos compañeros. El caudillo lo pasaba a buscar por su casa de calle Mitre para hacer campaña y le pedía que manejara el auto.
Dicen que como político, Federico Bravo era un militante bien de izquierda y a veces con Leopoldo confrontaban ideas, pero siempre llegaban al consenso, tras largos debates. Se llevaban tan sólo un año. En la familia dicen que "Leopoldo era el del carisma y la fuerza y Federico era el de la cabeza".
En el bloquismo aseguran que era el hombre de consulta de Leopoldo, pero que siempre trató de conservar un perfil muy bajo.
En su época de ministro, potenció convertir a San Juan en un vergel a través de la agricultura y soñó con un San Juan minero, según recuerda el dirigente bloquista Enrique Conti.
Puertas adentro de su hogar, tenía cantidad de microscopios y le gustaba experimentar. Como amante de la agricultura, creó la conocida estancia de Guañizuil en Iglesia, donde incluso plantó especies exóticas traídas de Rusia, según contó su nieta.
A Pico le gustaba mucho leer, y por eso dejó paredes enteras de bibliotecas en el departamento en Sarmiento y Central, que compartía con su esposa Ana María Carmona "Maruja" (83) con quien estuvo más de 60 años de casado. Le gustaba viajar y a cada país que iba compraba libros de política y de medicina mayormente. También hablaba varios idiomas.
Su otro hobby era la fotografía y el cine. Con una super 8 filmaba desde acontecimientos familiares a sus experiencias en tierras lejanas.
Vivió sus últimos años en ese departamento, alejado de la política y viendo crecer a sus nietos y bisnietos. Rodeado por sus afectos y durmiendo, dio su último suspiro el 26 de octubre de 2010 a las 3 de la mañana.
