Crepúsculo Pocitano

La tarde está dormida
a lo largo del camino
los álamos multicolores
entonan sus preludio vespertino
Las cosas silenciosas se arrebujan en los cerros
a lo lejos el tren silba y se anuncia,
luego, parte.

Lejos las verdes colonias
y la  tierra negra ardida
con el aroma de verduras, vides y frutales.
En el centro, llama roja
que cruje, flamea y silba.

La tarde equivocada
se viste de negro
Detrás de los cristales turbios,
todos los niños ven convertirse en pájaros
un árbol amarillo;
pero la tarde está tendida a lo largo del camino.

Con ágil vuelo el colibrí desciende
a un gramo que sangra bajo el día
y en la más roja flor el pico prende
como una joya animara un duende.

Encendidas verduras
que trae en su canasta
una niña que viene cantando;
“’¡Verduritas, verduritas frescas, vendo!”

La tierra se solaza dando frutos
vides y almendros.
mientras la sombra de los eucaliptus
que se abrazan y se mecen
porque la tarde con alas diminutas
va cayendo.

Los cerros han quedado tapados,
y una agua sucia, borrosa,
corre por los caminos.
La tierra, los árboles, los boscajes,
la campiña entera,
yace en profundo reposo,
porque la tarde está dormida
a lo largo del camino.

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