Personajes de San Juan
Alberto Daroni. El ultimo fotógrafo de la Plaza 25
Este artículo fue el testimonio del último fotógrafo de la Plaza 25 de Mayo. El mismo fue publicado en El Nuevo Diario, edición 613 del 2 de julio de 1993
Con una cámara de hace ciento veinte años, Alberto Daroni hace 31 años que se plantó junto a su padre —que estuvo 45 años en la plaza— a retratar a los paseantes que se querían inmortalizar en el paseo central de la ciudad.
Antes estuvo su abuelo y ya hace más de un siglo que estos fotógrafos han ido siendo parte del paisaje de la Plaza.
Daroni reconoce que es una "especie en extinción" No hay fotógrafos de plaza y quizá este hombre y su máquina sean únicos en el país, en estos tiempos en que una cámara personal está al alcance de casi todos los bolsillos. "Me siento un personaje del pasado" —afirma el fotógrafo—. "Hoy la juventud se interesa por retratarse junto a mi máquina, porque les llama la atención. Todo va cambiando y algún día tendré que dejar este trabajo" dice con modestia.
Este fotógrafo es sobre todo un guía de turismo que informa a los que visitan San Juan, un amable conversador y está lleno de amigos. A los 44 años de edad recuerda que se inició en el oficio hace 31 años junto a su padre. "En esa época —recuerda— la plaza se animaba los fines de semana porque venía la banda de música y había retreta. Hoy no. La plaza es gris, pero a la gente le gusta pasear, sobre todo a los que viven en los departamentos. Los otros son gente de ciudad que usan la plaza para cruzar en diagonal, uno los ve que van apurados haciendo diligencias. Pero aquí hay amigos de siempre: los jubilados que vienen a tomar sol, o a gastar el tiempo y juntarse con los amigos". Ahora junto a su vieja cámara usa otra de color, "porque a la gente le gusta el color, antes pintábamos las fotos, para darles un colorido, y la gente se iba muy contenta. Pero siempre hay clientes para posar frente a la lente que devuelve la imagen en blanco y negro".
—¿Hasta cuándo trabajó junto a su padre?
—Hasta hace siete años. Ya hace cinco que falleció.
—Si se suman los 31 años suyos a los 45 años de su padre ¿cuántos años hace que hay fotógrafo en la plaza?
— Mi padre estuvo 45 años. Mi abuelo se llamaba Jorge Antonio Daroni, nosotros hace más de cien años que estamos en la plaza, es como una dinastía. Yo tengo permiso de la municipalidad para trabajar, mi padre lo tuvo y también mi abuelo. Somos los únicos que nos consagramos a este oficio.
—¿No ha habido otros fotógrafos?
—Hace muchos años estuvo otro señor. Pero hace muchos años que se fue.
—Hábleme de su máquina.
—Esta es una máquina minutera, una "Zeicon", que tiene cerca de ciento veinte años, no vaya a creer que es japonesa, es alemana, creo que mi abuelo se la compró a unos marineros alemanes que no sé cómo aparecieron por San Juan.
—¿Siempre hay clientela?
—Sí no falta, aunque este trabajo ya no da para vivir, como antes.
—¿Cuánto cuesta una fotografía?
—Tres pesos.
—¿Dónde la revela?
—Aquí mismo, en el cajoncito tengo mi laboratorio, así que las entrego de inmediato.
—¿Quiénes se fotografían?
—Mire hay de todo: parejas jóvenes, parejas mayores, a veces familias enteras, alguno que otro anciano.
—¿Y los lugares preferidos?
—Mire, junto al monumento a Sarmiento, o al de Fray Justo, pero la mayoría en la fuente, o tomando como fondo el edificio Estornell o la torre de la Catedral.
—¿Cuál ha sido la foto más interesante que tomó?
—Todas son interesantes, aunque sean iguales. Antes hacíamos los moldecitos en forma de corazón. He sacado a varios artistas que vinieron de Buenos Aires, a elencos de radioteatro, en fin ha pasado mucha gente.
—¿Y usted les dice “hay que mirar el pajarito”?
—Yo ya no les digo. Pero suelen venir personas que preguntan "¿tengo que mirar el pajarito"?, pero uno pone la mano para que miren allí.
—¿Y los turistas?
—Los turistas traen su cámara, los tiempos van cambiando.
—¿No hay otros fotógrafos de plaza en San Juan?
—No. Fíjese que una vez, como curiosidad, me tomaron para una campaña publicitaria de uno de los más importantes vinos del país.
