Reconocida a nivel internacional por su valiosa labor artística, Adelma Gómez falleció el 14 de noviembre de 2011, a raíz de un accidente de tránsito. La eximia organista nacida en Buenos Aires vivió durante 30 años en nuestra provincia y, con sus memorables conciertos, logró convertir al Auditorio en centro de reunión popular. La rectora de la Universidad Católica de Cuyo, María Isabel Larrauri, recuerda en esta nota a la mujer que dedicó su vida al florecimiento musical y cultural de la comunidad. La misma fue publicada en El Nuevo Diario, edición 1509 del 25 de noviembre de 2011
En nuestro país – y en nuestra provincia de
manera especial– Adelma Gómez ha
sido sinónimo de probidad personal, indiscutible vocación docente y
prácticamente inigualable virtuosismo como organista. En las últimas décadas
fue aplaudida en América (sobre todo en América del Sur) Europa y el cercano
oriente tanto por su brillante ejecución organística como por su extenso y
variado repertorio.
Tenía setenta y siete años y mantenía su lozanía vital y profesional en
plenitud en Buenos Aires y en el exterior, mostrando con satisfacción y
legítimo orgullo no sólo su tarea musical, sino también la de los jóvenes
intérpretes, muchos de ellos sus alumnos, a quienes siempre apoyó de manera
incondicional cuando murió a poco de sufrir un accidente de tránsito frente a
su domicilio. Su deceso ocurrió el pasado día lunes 14 de noviembre de 2011 a
pocos días de regresar de un viaje al extranjero.
Había nacido el 10 de julio de 1934. Egresó del Conservatorio Manuel de Falla y
muy joven cambió el piano por el órgano, luego de escuchar a eximios
intérpretes de la música organística de aquel momento. Julio Perceval fue su
primer maestro y más tarde Héctor Zeoli. Fue discípula de Theodoro Fuchs en
armonía y contrapunto. Contaba también con el título de Maestra Normal
Nacional, indicativo de su generación mediante el que se formaron durante
décadas los docentes de nuestro país.
Resumir su muy extensa labor docente, artística y cultural resulta difícil
porque en casos como el suyo cualquier síntesis - por inclusiva que sea –
diluye aristas valiosas. Para intentar una aproximación a lo hecho por Adelma Gómez durante casi seis décadas
de su ininterrumpida trayectoria organística y docente hay que señalar la
vastedad de su repertorio, de Bach y Buxtehude hasta los más recientes
creadores, tanto de nuestras latitudes como del exterior. En 1968 estrenó la
única obra para órgano que escribió Juan Carlos Paz, Galaxia 64, cuya
característica es dejar librado el uso de los registros al intérprete, y la
mantuvo durante toda su vida en el repertorio. Fue algo así como una
divulgadora musical. Sus repetidas giras por diferentes países le permitieron
dar a conocer todo lo que se hacía en estas latitudes y conocer e incorporar lo
que se hacía en otros centros para luego mostrarlo con la generosidad de los
espíritus selectos. En sus conciertos ocuparon siempre lugar destacado las
obras de compositores argentinos como Alicia Tercian, Augusto Rattembach,
Eduardo Aleman, Horacio de la Rosa, en paralelo con los clásicos de siempre.
“Ella – según palabras del concertista Luís Caparra – se dio el lujo de ofrecer
en 1972, por primera vez en América Latina, el desafiante Libro de Órgano de
Oliver Messiaen. Ella ofreció en San Juan el integral de los conciertos de
órgano y orquesta de George Friedrich Haendel.”
“Grabó para las radios Hilversum de Holanda,
Nacional de España y Radio Viena. Fue jurado en el prestigioso Concurso
internacional de Chartres en 1992. En América, la escucharon en México, Brasil,
Venezuela, Perú, Uruguay. Le cupo en suerte acometer estrenos mundiales de
obras contemporáneas, varias dedicadas a ella. Entre los premios a su trayectoria
se cuentan un Konex de Platino en 1992 (entidad en que fue jurado en 2009); ese
año el premio Sadaic a grandes intérpretes y galardones de la Asociación de
Críticos (1991, 1996 y este año, 2011), más el premio Mecenas en 2007. Su
repertorio abarcó desde el Renacimiento hasta compositores del siglo XX.”
Lo dicho es apenas una muy escueta síntesis de
una gran tarea que sólo pretende mostrar la significación de una vida
consagrada a la música y a su docencia con verdadera vocación. A nosotros nos
interesa además destacar lo mucho que ella significó en nuestra provincia como
docente y organista. Llegó a San Juan en 1974, para hacerse cargo como titular
de la cátedra de órgano de la Escuela de Música iniciada años antes por el
Maestro Winkler. Desde el primer momento se dedicó con entusiasmo no sólo a la
formación de sus alumnos sino a la difusión de la música – especialmente de
órgano – en la comunidad, sobre todo a niños y jóvenes. Junto al Maestro Jorge
Fontenla y otros profesores y destacados instrumentistas realizó durante años
conciertos didácticos en nuestro Auditorio Juan Victoria, convertido en cada
oportunidad en aula magna para cientos de alumnos de nivel primario y
secundario que asistían acompañados de sus profesores de música. Las Iglesias –
sobre todo en los departamentos alejados – le permitieron brindar en el
interior de la provincia conciertos de órgano. Su trabajo en nuestra
Universidad nacional de San Juan siempre se caracterizó por su apertura, y su
nivel de excelencia. Sus conciertos en el Auditorio – sólo de órgano u
orquesta, coro y órgano – constituyeron durante los más de quince años de su
permanencia una parte destacada de nuestra actividad musical. En numerosas
ocasiones ejecutó para ilustres visitantes. La escuchó en el auditorio el ex
presidente Dr. Raúl Ricardo Alfonsín cuando arribó a la provincia.
Adelma Gómez permaneció entre
nosotros hasta su jubilación. A partir de ese momento continuó su actividad
desde Buenos Aires hasta su deceso. Su partida definitiva a la morada del Padre
Eterno la sorprendió preocupada en la música que tanto amó y desde la que se
brindó a su prójimo sin retaceos. Quienes la conocimos, disfrutamos de su
amistad y compartimos tareas y afanes con ella la recordaremos siempre como una
persona excepcional, artista y docente de valía que supo ganar un lugar
destacado en la historia musical argentina.
Fuente: El Nuevo Diario - edición 1509 del 25 de noviembre de 2011
Entre las numerosas distinciones que recibió Adelma Gómez, fue reconocida en el año 1999 con el Premio Konex a la Música Clásica.