Nené Pizzuto y Julio Horacio Pizarro Isuregui. De chasqui a compañera inseparable

La siguiente entrevista realizada por Carmen Vega Mateo fue publicada en El Nuevo Diario, en la edición 628 del 15 de octubre de 1993 en La Nuevo Revista

 Estaba yo estudiando en Jáchal, cuando una amiga me pide que le traiga una carta a un señor conocido de ella. Yo fui a entregar esa carta y ahí nos conocimos con ese hombre que hoy es mi marido y desde entonces no dejamos de vernos nunca" -recuerda riendo la joven dueña de casa-.

Él llega de la calle justo en el momento que comienza el relato de esta historia y nos manifiesta que "no es amigo de aparecer en los diarios". Su timidez es visible, aunque confiesa que hace casi cincuenta años, cuando conoció a esa bonita rubia que ofició de chasqui, el impacto fue mayor que el retraimiento. "¿Por qué no me invitan a tomar el té, ya que yo estoy solo acá?" -propuso en aquella ocasión este mendocino, entonces estudiante de ingeniería, a Nené y la compañera de ese momento.

Así comenzó esta relación que continúo en seis años de noviazgo y en cuarenta y tres de matrimonio, del cual nacieron tres hijos -Alicia de las Mercedes, Jorge Horacio y Mariela Inés.

El verano sanjuanino de 1940 fue testigo de la boda de la pareja Pizzuto - Pizarro lsuregui. En un principio vivieron en una vieja casona de la familia de la mujer en Pocito. Él para entonces había abandonado la Ingeniería y a veces "cocinaba en aquel fogón a leña de la finca de mis abuelos; quería hacerme notar que era un gran cocinero, pero era un desastre" -confiesa Nené entre risas y él calla, luego otorga-.
También para entonces comenzó a trabajar en el Banco Hipotecario Nacional, donde "hice de toda la carrera sin moverme de San Juan, aunque recibí varios ofrecimientos para trasladarme a otras provincias, pero yo decidí que era más importante conservar el núcleo familiar aquí que escalar posiciones en el Banco en otro lugar -afirma serenamente Julio Horacio Pizarro Isuregui-. 

 Ahora ya se ha jubilado, después de pasar por todas las secciones de la institución, pero no es hombre de quedarse en su casa y continúa trabajando en el comercio y conservando su timidez, lo que no le impide mantener una fluida y cálida conversación.
Nené, en cambio, se destaca por su locuacidad y es también la antítesis de su esposo en cuanto a la diversidad de tareas en las que se ha desempeñado: "ya entes de ser maestra preparaba alumnos para el ingreso al secundario y cuando me recibí trabajé al pie de la montaña, en el V Cuartel y para llegar allí viajaba en ómnibus desde Pocito hasta Villa Aberastain, donde tomábamos una carretela".


Después de esta experiencia, continuó en la docencia y fue Vocal del Consejo de Educación de la Provincia, Vice-directora, Directora, Supervisora y paralelamente trabajó en DINEA: "para mí la maravilla mayor; empecé como alfabetizadora, seguí como supervisora de área y en esa tarea es cuando más me ayudó mi marido, porque yo tenía que salir a distintos lugares de provincia por las noches y él me llevaba, a pesar de que al día siguiente, muy temprano debía ir al Banco".
En DINEA Nené llegó a ocupar el cargo de Supervisora Provincial, que abandonó para ejercer la Sub-Secretaría de Cultura, entre 1989 y 1990.

Ahora los dos miembros de la pareja están ya jubilados, pero conservan el mismo dinamismo y capacidad de trabajo de toda la vida: él en la actividad comercial y ella ejerciendo la presidencia de la agrupación Conciencia. A casi cincuenta años del día en que la jovencita tocó a la puerta (y al corazón) del muchacho mendocino, ambos recuerdan con alegría la anécdota previa al matrimonio, cuando a las novias egresadas del Colegio Inmaculada se les ofrecía la Misa Blanca, donde "teníamos que asistir con el novio y él estaba en Mendoza y no llegaba, porque sus compañeros le estaban haciendo la despedida de soltero... Llegó, pero con los minutos contados -cuenta, ahora divertida, Nené-, mientras Julio intenta justificarse diciendo que en realidad el retraso fue debido a que no le entregaban los anillos.

El novio llegó a tiempo a la Misa, al Registro Civil y a la Iglesia de la Merced para comenzar a compartir una vida de profundo afecto y mutuo compañerismo, como lo manifiestan a cada momento.


GALERIA MULTIMEDIA
Nené Pizzuto y Julio Horacio Pizarro Isuregui, salen de la Iglesia de La Merced luego de celebrarse la ceremonia religiosa.
La foto fue tomada el 20 de enero de 1950 en la Iglesia de La Merced, donde contrajeron matrimonio Nené Pizzuto y Julio Horacio Pizarro Isuregui.