Francisco Zito. Una historia que comenzó con la máquina de coser de la abuela

Francisco Zito fue entrevistado por Juan Carlos Bataller para el ciclo Qué hiciste con tu vida, en febrero de 2019

 —¿Cuál es la historia del apellido Zito?, no es muy común.
—No es tan común, es un apellido italiano, del sur de Italia.

—¿Tu padre es italiano?
—Mi abuelo. Él llegó de Italia a principios de siglo y así llegaron los Zito. Hay varios en el país.

—Creo que incluso el nombre Zito comercialmente está impugnado. Hay otra Zito que se dedica a algo parecido.
—Nos dedicamos a diferentes cosas. En realidad, ella hace pret a porter y yo hago alta costura, pero sí hubo un problema legal con el tema del apellido como marca. Nacemos con un nombre y apellido y un derecho a usarlo en forma comercial pero esto es objeto de debate.

—Tu abuelo se radica en Argentina.
—Se radica directamente en San Juan y viene con toda su familia. Mi padre ya nació en Argentina.

—¿A qué se dedicaba él?
—Mi padre era operario de fábricas.

—¿Y tu madre?
—Era ama de casa, de las clásicas amas de casa, pero realmente una estudiosa de la vida, lectora, de esas obsesivas. No pasó un día en mi vida sin que yo no haya visto leer a mi madre.

—Ese clima, con una madre lectora y un padre que trabajaba afuera, era la típica clase media argentina.
—Tal cual, la típica clase media del momento, más una máquina de coser de mi abuela materna.

—Es el otro personaje de la historia, entonces.
—Es el otro personaje y desde pequeño tuve una obsesión por ver cómo funcionaba esa máquina. Era una máquina antigua, a pedal, de esas que tenés que maniobrar. No son las máquinas de hoy, que apretás un pedal y ya está.

—Sí, me acuerdo. Eran las Singer.
—Esta era una máquina alemana que venía de Godeco pero la marca era Kerson. Después de la muerte de mi abuela, finalmente la heredé yo. Si bien empecé con esa máquina, ella me dijo “el día que yo me muera es tuya”, hasta ese entonces no fue mía.

—En toda historia familiar aparece un personaje, que por ahí no son los padres sino un abuelo o abuela.
—Sí, que te marcan. Mi abuela tenía esa máquina de coser. Ella estudió por correo, era buena alumna y aprobaba todas las lecciones, pero odiaba la costura. Se dedicaba más a hacer cortinas, sábanas, servilletas, cosas para el hogar.

—¿En qué escuela estudiaste?
—Estudié siempre en escuelas estatales. Hice la primaria en la Perito Moreno, que está frente a la plaza de Trinidad, y en la secundaria fui al Polivalente de Artes, que me quedaba muy cerca. Mi familia es oriunda de Trinidad. Mis abuelos vivían en la calle Pedro de Valdivia y nosotros, en Pedro de Valdivia y Las Heras, después vivimos en Pedro de Valdivia y Santiago del Estero. Siempre por ahí. Mis padres vieron en mí esa cosa tan enérgica. Si bien soy pausado y calmo al hablar, soy bastante aceleradito y para robarme un poco de energía dijeron “démosle otra actividad”. Ahí fue que me inscribieron en el Polivalente.

—¿Era la época de Rodolfo Ferrer como director?
—Esa época fue entre medio. Él fue un gran director y hubo otro par de docentes que me marcaron, me abrieron la cabeza y me fueron orientando.

—¿A qué edad descubriste la costura?
—Desde muy pequeño, por eso te cuento que la máquina de mi abuela era fundamental, porque una vez al mes o cada dos o tres meses se abría y para mí era como si ahora le ponés a un niño una computadora, un iPad o un iPhone. Era un objeto tecnológico. Desde muy pequeño veía cómo era esta cuestión de girar la rueda, que la máquina cosiera y que la tela se trasladara. Y después empecé a jugar con papeles, a generar formas que tuvieran que ver con prendas de vestir, y después con telas.

—Después de tantos años de alta moda, me imagino que inventar algo debe ser difícil. Es como en otras disciplinas, inventar algo nuevo en física es incluso hasta una noticia internacional, hay pocas cosas por descubrir. Me imagino que lo mismo pasa con la moda.
 —Yo considero que, en materia de moda, en cuanto a la que se adapta a los cuerpos humanos, está todo inventado. ¿Qué pasa con la moda desde el 2000? Se incorpora la tecnología aplicada a los tejidos, texturas. Eso es lo más innovador que hay. Y en cuanto al diseño, siempre hay algo para transformar, algo nuevo para crear.

—¿La moda va haciendo el físico de los seres humanos o los seres humanos van haciendo la moda? Los hombres pasamos del pantalón oxford al chupino.
—Yo soy un estudioso de la moda. Considero que la moda se va reinventando, pero no vuelve igual. Los oxford de los años 70 no son los de los 90 y cada veinte años reaparecen las estructuras de la moda. La última década creativa de la moda fueron los años 80. Ahí se incorporaron texturas y se transformó la forma.

—Cambiaron los colores.
—Tal cual, antes eran mucho más básicos. Aparecen muchos creativos, desde un clásico Yves Saint Laurent  hasta Gianni Versace, que como colorista incorporó una genialidad creativa en materia de moda. Ahí reaparecen y se reinventan las formas.

—Te escucho hablar y lo hacés con la misma pasión que aquel que habla de fútbol y de Messi. Así hablás vos de Saint Laurent.
—Soy un apasionado de la moda. El año pasado llegué a Europa y me fui a Paris, visité el Museo Saint Laurent, te vas en metro y quedá en la avenida des Champs—Élysées, en la estación Jorge V. Tuve tiempo de recorrerlo, de mirar sus objetos, vestidos, obras de arte, su atelier, porque funcionaba ahí. Ahí recibía a sus clientas, ahí creaba y vivía. Ahí leyendo un par de frases en francés, de él mismo, descubrí que él adoraba también lo que era Marruecos, Marrakech precisamente. Entonces compré un lowcost y me fui hacia allá, a seguir sus pasos.

—¿Estudiaste francés por la moda?
—No sé si lo estudié por la moda, lo estudié porque me gustó, lo aprendí a hablar y a relacionarme. Hoy sé que la cocina de la moda es Paris y seguirá siéndolo por muchos años más.

—Entonces, hay un niño, va a la Escuela Perito Moreno frente a la plaza de Trinidad, ¿cómo fue tu niñez?, ¿tenías algún juego o compañeros?
—Tenía compañeros, tuve juegos. Tuve una infancia bastante feliz, que también te va marcando y encaminando de alguna u otra manera por el mundo del arte. Creo que fui llevado. Me acuerdo de mi maestra de actividades plásticas— Marta Alós, que descubrió en mí un niño apasionado por el dibujo.

—¿Jugabas al fútbol?, ¿practicabas algún deporte?
—No practiqué ningún deporte en general, sí jugaba al fútbol pero considero que nunca fui bueno. Creo que de grande me gustó más que de pequeño.

—O sea que viviste el deporte de joven.
—Practicaba deportes en Educación Física, el vóley. Pero siempre fui un apasionado del estudio en general. Siempre me gustó la física, la matemática, la química. Te estoy hablando de la secundaria pero en la primaria también.

—¿En aquel tiempo soñabas con dedicarte a la moda?
—Sí, creo que fue un sueño desde niño. Me acuerdo, con mis primos, de haber creado estructuras como prendas de vestir con bolsas y diarios y plegar papeles para generar volúmenes. Así más tarde descubrís que todo parte de un plano, de cómo transformar el plano en un volumen que sirva como prenda de vestir u otra cosa.

—¿Qué te gusta más, diseñar ropa para hombre o para mujer?
—A mí siempre me gustó hacer ropa, no importa el género. Y sigue siendo así. Me especialicé y me dediqué mucho más a novias, fiestas y alta costura, a esa parte, porque las mujeres fueron y son las que más consumen lo que yo hago. Pero de niño lo quise y lo soñé y se cumplió.

—¿Alguna vez pensaste en emigrar?
—En esto no voy a mentir. Soy muy sanjuanino, amo San Juan. Elegí San Juan como mi lugar en el mundo.

—Pero has hecho producciones para Buenos Aires, por ejemplo.
—Para Buenos Aires, he vestido novias en São Paulo, en Perú, en Paris, en Toulouse, y voy con mi obra al lugar que me demande. Aparte me sirve para hacer el viaje y conocer.

—Respecto a seguir todos los avances tecnológicos, tanto en lo que hace a texturas, como a colores y forma, acá hoy tenemos internet, pero no debe ser lo mismo que en los grandes centros.
—Sí, no es lo mismo que estar en los grandes centros. Pero hoy con internet te puedo decir que la moda está en todos lados, en un segundo. A mí me tocó otra parte que era la de investigar, comprar libros, y telas también, soy obsesivo.

—Me imagino que no es lo mismo vivir en Paris o en Milán que en San Juan, cuando uno produce. Tenés que tener talleres acá me imagino.
—Sí, pero para mí se puede. La primera vez que fui a Europa fue en 1999, para mí es un gran recuerdo. Ahí sí había un espacio gigante entre Argentina y ciudades como Londres, Paris y Barcelona. La distancia ya no nos separa tanto. Sí recibí propuestas pero elegí San Juan, no sé hasta cuándo porque soy un viajero. O sea, puedo perfectamente adaptarme a cualquier lugar en el mundo.

—Estábamos diciendo que independientemente de que es tu lugar de origen, hasta ahora parece que San Juan es tu destino final.
—No sé todavía si es mi destino final, no está muy claro. He sobrevivido realidades políticas, sociales, económicas. Tuve mucha suerte, me considero afortunado.

—¿Cómo es hacer moda para la mujer sanjuanina?
—La mujer sanjuanina tiene sus pros y sus contras. En realidad tenemos que tener en cuenta a San Juan, su idiosincrasia, su ciudad pequeña, la mujer necesita trascender en una fiesta o sentirse destacada.

—¿Pero van cambiando los conceptos de la mujer?
—Van cambiando los conceptos, va creciendo la mujer, voy creciendo yo y va creciendo la moda en general. Una década atrás podías ver el vestir de la mujer sanjuanina en lugares como Mozarteum, el Club Social, y otros más. Veías a la mujer sanjuanina lucirse en diferentes eventos y que consumía más moda de la que se consume hoy.

—¿Por una cuestión económica o por qué?
—No por una cuestión económica sino porque el mundo se fue transformando y nos llevó a esto.

—Pero por ejemplo, acá hubo un tiempo en el que había talleres, me refiero a la ropa de hombre, que eran importantes, y hoy en día todo es pret a porter.
—Creo que una de las últimas sastrerías de hombre murió o queda solo una. Eso es alta costura. La alta costura se define como ropa hecha a medida. Todo lo demás es pret a porter. Todo lo que puedas encontrar en un negocio, una vidriera, es pret a porter.

—Yo recuerdo que cuando me casé estaba Soto por ejemplo, o había talleres que podían arreglarte la ropa y casi te la hacían de nuevo.
—O acomodártela a tu medida, eran creativos.

—Hoy prácticamente solo hay vendedores de ropa. Incluso uno sale de San Juan y encuentra que talleres importantes también cerraron.
—Cerraron y siguen cerrando, pero esto es parte de la realidad social, económica. No creo que vuelvan a surgir. En otros países como en Chile, o en Perú, existen grandes baches o huecos en cuanto a la moda, como que se podría cubrir. No así en Colombia, que se transformó en un foco de moda, cada vez crece más y ya el mundo lo toma como un centro de moda.

—¿La alta costura es un arte o un oficio?
—Es una combinación de ambos. La alta costura es combinación de arte y oficio, pero tienen mucho más en cuenta la persona que se presenta, con el cuerpo que lleva y no el maniquí con el que se realiza el pret a porter.

—¿Se habla de los grandes modistos?, no sé cómo llamarles.
—Sí, se dice modistos. La palabra es modista y se puede aplicar a hombre o mujer.

—Sabés qué pasa, con estas nuevas modas en teoría al peluquero hay que decirle coiffeur, yo le sigo diciendo peluquero.
—Si, a mí me parece perfecto y opino igual. No distingo mucho.

—Hablar de un modisto puede ser el mayor o el menor del mundo, no tenemos por qué afrancesarlo.
—Sino sería el gran couturier.

—¿Cómo cambiaron los colores?, ¿Arriesgamos más?
—Cada día se arriesga más, cada día San Juan se atreve a más, se está gestando mucha cosa nueva en materia de moda en la provincia. Se pretende transformar a San Juan en un polo cultural y de moda.

—Pero todo esto más que de propuestas de la parte privada, nace de la parte estatal, ¿no?
—No, nace de la parte privada y creativa de un grupo de personas que desean mostrarse y nuclear lo que hacen. Desde ahí nace el proyecto. Pero esto es mucho más amplio todavía. La idea es transformar esto y jugar con todo lo que es la moda andina, de los Andes, de norte a sur, recopilar todos los tejidos, que tienen una riqueza impresionante.

—Bueno, a Perú con la comida le fue muy bien.
—A Perú con todo lo que es la gastronomía le fue muy bien.

—Volvamos a la parte personal, ¿cómo te fue en la vida?, ¿cómo es tu resumen hasta hoy?
—Mi resumen… soy lo más parecido a lo que soñé de niño. Soy lo que soñé. Creo que en esta etapa de mi vida he cumplido la mayor cantidad de los objetivos que me propuse. No considero que tenga una gran memoria pero sí tengo muchos recuerdos de mi infancia y uno piensa en un futuro lejano y proyectás muchísimas cosas. Tuve la gran suerte y placer de poder cumplir esos sueños.

—¿Eran sueños que pasaban por tu actividad laboral?, ¿o también soñaste con tener una familia, hijos?
—Eran sueños de juegos. Creo que yo nací siendo independiente. La familia me parece algo muy sagrado. No pienso en hijos ni pareja. Es una asignatura pendiente

—¿Nunca te picó el bichito y te enamoraste?
—Sí, me enamoré. Estuve enamorado. De momento no, pero si estuve.

—Un profesor que nombraste hace un rato suele decir “yo soy de enamorarme y de desenamorarme también rápidamente”.
—No sé si tan rápidamente pero si me enamoré. Es lindo vivir enamorado de una persona, de lo que uno hace, para mí el amor es la clave fundamental, la pasión ante todo.

—¿Tenés miedo a envejecer?
—No, no tengo miedo. A lo que sí le tengo miedo es a las dolencias físicas. No a las arrugas, a la caída del cuerpo, porque la verdad que somos lo que somos. Hay gente más preocupada por la estética que otra cosa. No tengo miedo a envejecer.

—¿Al dolor sí?
—A eso sí, a las dolencias físicas. Mi abuela, este personaje que marcó mi vida, falleció con 88 años. Yo la veía con sus hermanas, eran todas viejas pero parecía una reunión de adolescentes, como si no hubieran pasado los años. Una vez se lo pregunté y me dijo “si no fuera por los achaques yo me siento igual que a los 20”.

—¿Qué legado querés dejar? Recién hablaste de un proyecto. Eso me pareció algo innovador, que alguien tenga proyectos de largo plazo y que no solo pasen por él, sino por lo general, es algo para empezar a encontrar gente que piense en forma similar. Es la única forma de que San Juan crezca.
—Es la única forma de que San Juan crezca. Yo sigo, sigo, sigo. Para mí la única clave es seguir adelante. La crítica siempre va a existir, las diferentes opiniones. De la crítica resulta el crecimiento personal y colectivo. Pero, volviendo al tema, si tengo proyectos a largo plazo para seguir transformando a San Juan, me parece que cada uno con su granito de arena puede aportar y hacer algo muy grande.

—¿Vos creés que vamos en buen camino?
—Creo que vamos en buen camino, creo que voy en buen camino.

—Pero la sociedad en general.
—Sí, va por buen camino, va creciendo, evolucionando, las cabezas se van abriendo.

—De alguna forma hay que pensar un San Juan integrado
—Para mí a San Juan hay que integrarlo al mundo, creo que la globalización debe funcionar. Si bien amo San Juan y soy muy sanjuanino, considero que hay que integrarlo.

—Estamos llegando al final y siempre despedimos estas entrevistas con una canción. ¿Cuál será la canción para despedir tu entrevista?
—Soy un amante de la música pero ahora en este momento no se me ocurre ninguna. Si se me ocurriera alguna pensaría en una que interpreta Caetano Veloso, Capullito de Alelí. Me gusta cómo la interpreta él, me da cierta nostalgia. Hace millones de años que no la escucho pero se me vino a la cabeza.



Cómo lo vi
 Siempre hay una persona o un hecho que determinan nuestras vidas. En el caso de Francisco Zito fue la máquina de coser de su abuela. Era el ancla que necesitaba para fijar sus afanes y dar rienda suelta a su creatividad.
Él dice que todo empezó como un juego. Pero cuando piensa un diseño no lo hace como un modisto sino como un artista y como tal utiliza una paleta de costuras que va uniendo colores, texturas e imágenes que se fueron incorporando.
Pero, aunque no lo diga expresamente, aquel chico de Trinidad sabe que son las obras las que dirán si fue uno más que hacía mejor o peor lo que ya está creado y probado o alguien que deja testimonio de un tiempo. Y ahí anda, hablando de una moda andina que una a creativos de esta parte del mundo y genere colores, formas, texturas, artes y oficios que trasciendan las fronteras. Y soñando con un San Juan integrado a ese mundo.
San Juan necesita muchos soñadores como Francisco.
JCB



El Perfil psicografológico de Francisco Zito
Por Elizabeth Martínez – Grafoanalista

 »» Se detecta buen nivel de autoestima, siendo consciente tanto de sus posibilidades como de sus limitaciones. Muestra una expansión equilibrada, sin estridencias ni inhibiciones.

»» El grado de introversión-extroversión depende de las circunstancias. Capacidad de ver las situaciones tanto con visión global como en detalle.

»» Manifiesta posible actitud de control que favorece el individualismo, la prudencia defensiva y la cautela.

»» Tendencia al autodominio, introversión, reflexión. Capacidad de concentración.

»» Se observa posible velocidad de razonamiento medio-alto, con planteamientos de tipo tanto teóricos como prácticos.

»» Ritmo de trabajo moderado y buenas relaciones sociales pero con control.

»» Acción decidida conciliando sus necesidades con las del medio. Dinamismo psicofísico.

»» Firmeza en las ideas y los afectos. Resistencia ante los obstáculos, las dificultades y la adversidad.

»» Equilibrio entre razón y sentimiento, entre rectitud y flexibilidad. Manifiesta capacidad para defender sus ideas pero aceptando las ajenas.


     

 

 

 

GALERIA MULTIMEDIA
Colección primavera - verano 1999 en el Chalet Graffigna. La modelo es Carmen Yazalde
Mili Claudeville y Pamela David y presentando la colección primavera-verano 2007
Presentación de la colección otoño-invierno 2003 en la Libanesa
Francisco Zito junto a Juan Carlos Bataller, quien le realizara una entrevista para el ciclo Qué hiciste con tu vida, en febrero de 2019
Francisco Zito durante el maquilla realizado por Charly Ramos, para la entrevista que le realizara Juan Carlos Bataller, en el ciclo Qué hiciste con tu vida.
Manuscrito de Francisco >ito, del cual la grafoanalista Elizabeth Martínez realizó el perfil psicografológico
Francisco Zito junto a Juan Carlos Bataller, quien le realizara una entrevista para el ciclo Qué hiciste con tu vida, en febrero de 2019