El barrio fue entregado en 1952 por la empresa Arroyo y Floridia, en el marco de un plan habitacional llevado a cabo por la Nación, luego del terremoto de 1944. Fue en un terreno de 9 hectáreas donde había fincas con cultivos de vid.
Transitar por el Barrio Residencial es maravillarse con los diseños arquitectónicos de sus casas. Un ambiente tranquilo donde abunda el verde en sus jardines, además de una generosa arboleda, que se nota más profusa en algunos sectores. Este complejo habitacional está en el corazón de la zona de Desamparados, al Oeste de la capital sanjuanina. Desde su construcción a principio de la década de 1950 es ícono influyente en lo arquitectónico y social. Allí siempre vivieron profesionales que tuvieron importante participación en la vida cultural, política y educativa de la provincia.
En esta barriada vivió por ejemplo, el ingeniero Juan Victoria, por cuya labor fue reconocido hasta bautizar con su nombre al auditorio que es orgullo de los sanjuaninos. Si de educación se habla, una de las vecinas ilustres fue la profesora Mercedes Gallardo Valdéz, cuyo nombre lleva un colegio local; mientras que entre los vecinos que tuvieron participación política se suma el fallecido Leopoldo "Polo" Bravo, ex embajador argentino en Rusia y en la actualidad, Enrique Conti, ex intendente de la Capital, entre otros.
El barrio fue entregado en 1952 por la empresa Arroyo y Floridia, en el marco de un plan habitacional llevado a cabo por la Nación, luego del terremoto de 1944. Fue en un terreno de 9 hectáreas donde había fincas con cultivos de vid. Allí se construyeron 50 casas a las que se le agregaron otras 35 para 1970, según datos de Catastro provincial y vecinos de la zona.
"Entregaron las primeras casas a fines de ese año y yo con mi familia nos vinimos a principios del año siguiente. Había que pagar cuotas de 610 pesos, en total costaban unos 360.000 pesos. Era mucha plata, no sé cuánto sería hoy", cuenta Nelly Fanny de Molina, quien a sus 78 años de edad, fue la primera presidenta de la Comisión de Damas del barrio. Precisamente ellas impulsaron la construcción de la plaza que lleva el nombre de "Italia".
El proyecto estuvo a cargo de la profesora y arquitecta Hilda Berardi, quien fue acompañada por las alumnas (luego arquitectas) Aída Oviedo, Elena Caputo y Marina Ortiz, todas vecinas del barrio.
Hoy el barrio Residencial sigue siendo un símbolo influyente en lo arquitectónico y social del San Juan moderno.
Fuente: Diario de Cuyo