Mazzitelli Rebollo. La familia que comenzó con la llegada de un ingeniero italiano

Antonio Mazzitelli fue un ingeniero italiano que llegó a San Juan en la década de 1920. Él fue padre de Celso Mazzitelli, uno de los dos médicos forenses que tuvo San Juan durante décadas y que trabajó en casos emblemáticos, como la autopsia de “El Alvarito”.

 

Un profesional con  impronta en la construcción de San Juan

En 1923 Antonio Mazzittelli recibió su título de ingeniero civil en la Universidad de Roma. Estudió en esa ciudad, pero él era oriundo de un pequeño pueblo llamado Drapia y ubicado en la región de Calabria, en el sur de Italia. Apenas recibido, decidió dejar sus padres y venirse a Argentina. Estuvo un tiempo en Formosa, luego en Buenos Aires, y recién después viajó al oeste del país.

 

Acá Antonio conoció a la sanjuanina Esther Paredes, con quien se casó y fueron padres de Renato, quien nació en 1934 y Celso, quien llegó en 1940. Aparte de hacer trabajos en forma particular, el italiano fue ministro de Obras Públicas y director de Hidráulica. Además, junto a los arquitectos Nello y Santiago Raffo participó en el proyecto para la construcción del nuevo edificio del Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, que también incluía una Escuela de Bellas Artes, en terrenos del Parque de Mayo.  Colocaron la piedra basal de lo que sería el museo en 1942 pero el terremoto dejó en cero la intensión
de darle un nuevo lugar a las obras de la institución. 


Los Mazzitelli Paredes vivían en calle Libertador, entre Tucumán y Avenida Rioja, pero el terremoto de 1944 dejó la casa con grietas; si bien la construcción no se cayó tuvieron que volver a construirla. Como en la tragedia Esther se quebró una pierna y el pequeño Celso se pegó con una viga en la cabeza, ambos estuvieron internados un tiempo en Mendoza y toda la familia vivió ese periodo allí, hasta que decidieron regresar e instalarse en la finca que Esther tenía en Médano de Oro. Allí había una precaria vivienda, pero de a poco pudieron construir un chalet que quedó terminado en la primera mitad de la década de 1950.

 

 

Los años de universidad en La Plata

En esa época los hermanos Mazzitelli dejaron su casa para ir a la universidad. Ambos eligieron como destino La Plata, Renato para estudiar ingeniería en telecomunicaciones y Celso medicina. Vivieron en la residencia que albergaba a estudiantes sanjuaninos en esa ciudad de Buenos Aires,  en la que, en esa misma época, Wbaldino Acosta creó el Centro de Residentes Sanjuaninos en La Plata.

En la mitad de su carrera Celso tuvo que hacer el servicio militar y a su regreso, en 1962, conoció a Alicia Rebollo Paz, que era de La Plata. Fue en un baile que organizaron en la residencia donde vivía. Una amiga de él invitó a otra chica, que a su vez era amiga de Alicia. Cuando ella llegó a la fiesta con sus amigas, Celso estaba por dejar el salón porque estaba aburrido. Compartieron un rato y luego, en grupo caminaron hasta la casa de la joven, que vivía muy cerca de la residencia de los sanjuaninos.  Así comenzó la relación entre Celso y Alicia, que pronto se pusieron de novios.


En 1966 el sanjuanino estaba terminando su carrera y pensaba quedarse en La Plata para hacer la residencia en medicina interna; su hermano Renato ya estaba recibido y radicado en esa ciudad. Sin embargo, a fines de ese año, su padre Antonio falleció repentinamente y él tuvo que venir a San Juan para acompañar a su madre y administrar las propiedades que su padre dejó.

Ese año Celso rindió su última materia. Mientras se ocupaba de la finca de su padre, comenzó a trabajar en el Hospital Rawson, ad honorem, como muchos de sus colegas. En esa época Alicia y Celso se casaron en La Plata y se vinieron a vivir en San Juan, a la misma finca donde vivieron los Mazzitelli Paredes, y estando allí nacieron sus cuatro hijas: Silvina, Laura, María Eugenia y Valeria.

 

 

Uno de los dos médicos forenses de la provincia

También trabajó en el Hospital Marcial Quiroga y en una salita que estaba ubicada en la actual Residencia de Adultos Mayores, donde llegó a ser jefe. Poco después, en 1971, a través de un amigo, Luis Sottimano, lo sugirieron para entrar en el Poder Judicial luego de que se fuera el único médico forense que había.

 

El Dr. Celso se ocupaba de las autopsias de toda la provincia, además de atender a los presos y pronto se sumó a él quien fue su compañero durante décadas, Armando Imhoff. Al principio no tenían horarios de trabajo y apenas ingresaba un cuerpo a la morgue debían hacer la autopsia, así que si era en la madrugada la Policía los buscaban en sus casas. Además, cuando era necesario hacer autopsias en los departamentos alejados ellos debían viajar; con frecuencia estaban en Iglesia, Calingasta, Jáchal y Valle Fértil.

Uno de los casos más resonantes en los que trabajó fue el de José “El Alvarito” Álvarez, quien se hizo conocido en la década de 1980. Era un joven que tenía menos de dieciocho años, delinquía e integró la banda que asesinó al oficial José Ángel Soria. Fue condenado a prisión perpetua, pero a los pocos meses se fugó del Penal y falleció acribillado en un enfrentamiento con la Policía. Celso tuvo que hacer la autopsia del famoso Alvarito. Además, se ocupó de documentar a muchos fallecidos que eran NN, así que aprovechando la ocasión también conseguía que les hicieran los DNI al resto de los familiares. El trabajo, sobre todo en el siglo XX, era en gran parte artesanal. Al finalizar la autopsia Celso escribía y dibujaba lo que hacía y encontraba en un cuaderno.


Mazzitelli, junto a su colega Imhoff, estuvieron entre los médicos fundadores de la Asociación de Médicos Forenses de la República Argentina (AMFRA). También juntos, consiguieron el terreno para la construcción de la morgue judicial detrás del Hospital Marcial Quiroga y desde entonces comenzaron a pensar los planos hechos para el edificio que recién fue inaugurado en 2016. 

Si bien la experiencia y el conocimiento le permitían trabajar con profesionalidad, las muertes prematuras siempre lo conmovían y otras lo alertaban a la vida cotidiana.

De las cuatro hijas, la mayor, Silvina, se casó con Roberto Liquitay, empresario y tuvieron dos hijas, Constanza y Fátima. La segunda, Laura, se casó con Mauro Volpini, ellos son padres de Mariana y Jorge y los dueños del restaurante Los Toneles. María Eugenia es abogada y se casó con Pablo Márquez, abogado, ellos son padres de Paulina y Bautista. La menor, Valeria, es contadora, está en pareja con Daniel Pavonni, contador y es madre de Valentina e Isabella.

Nota publicada en El Nuevo Diario, edición 1770 del 2 de junio de 2017

     

GALERIA MULTIMEDIA
Antonio Mazzitelli, el ingeniero italiano que llegó a Argentina en la década de 1920.
Esther Paredes de Mazzitelli
El casamiento de Alicia Rebollo Paz y Celso Mazzitelli, en La Plata. La fotografía es de la década de 1960.
Los hermanos Celso y Renato Mazzitelli Paredes. La foto es de la década de 1940.
Esther Paredes junto a su nieta, Silvina Mazzitelli. La foto es de la década de 1960.
La familia Mazzitelli Rebollo. En la fotografía, que fue tomada en 2010, aparecen Alicia Rebollo, su esposo Celso Mazzitelli y sus cuatro hijas: Silvina, Laura, María Eugenia y Valeria.
Los primos Mazzitelli Rebollo. En la fotografía aparecen los nietos de Celso Mazzitelli y Alicia Rebollo, Constanza y Fátima Liquitay, Valentina Brizuela, Isabella Pavone, Mariana y Jorge Volpini, Paulina y Bautista Mas.
Algunos de los nietos de Celso Mazzitelli y Alicia Rebollo. En la foto están Constanza y Fátima Liquitay, Valentina Brizuela, Mariana y Jorge Volpini, Paulina y Bautista Más; falta Isabella Pavone, quien todavía no nacía.
Alicia Rebollo y Celso Mazzitelli junto a sus nietos Constanza y Fátima Liquitay, Valentina Brizuela, Mariana y Jorge Volpini, Paulina y Bautista Mas; falta Isabella Pavone, quien todavía no nacía.
El ingeniero italiano, Antonio Mazzitelli, junto a sus hijos Renato y Celso Mazzitelli. La foto es de 1960