Se lo recuerda como “muy campechano, querible, con facilidad para hacer amigos”, pero también como “muy leche hervida cuando lo sacaban de las casillas”. Fue el mandatario de mayor vida social y cultural. En esta nota, Juan Carlos Bataller describe a quien gobernó San Juan en dos oportunidades.
Dos veces ocupó la gobernación de San Juan el doctor Carlos Enrique Gómez Centurión. La primera, durante el gobierno militar de Alejandro Lanusse, en 1972/73. La segunda, electo por la ciudadanía, en el período 1987/91. Para el personal estable de la Casa de Gobierno el signo distintivo de las gestiones del “Bebe”, como le llaman sus amigos, fue su vertiginoso ritmo de trabajo. “A diferencia con otros gobernadores, Gómez Centurión daba pocas audiencias personales y éstas eran generalmente cortas. Prefería recibir a entidades o grupos, con lo que ahorraba tiempo”, recuerdan.
Gómez Centurión nació el 17 de mayo de 1924, es decir que a la primera gobernación llegó con 47 años y cuando fue electo tenía 63.
Era hijo de Carlos Gómez Centurión, representante de un molino harinero, que murió muy joven, y de doña Amelia Ugarte, que era hija de uno de los industriales más progresistas que tuvo San Juan, don Luis Ugarte, empresario que instaló en Zonda la primera usina con que contó la provincia, en 1907.
El “Bebe” estudió en la escuela Superior Sarmiento, hizo su bachillerato en el Colegio Nacional y en 1948 se recibió de geólogo en la Universidad Nacional de Córdoba.
Hincha de River Plate y de Atlético de la Juventud Alianza, en su juventud jugó al basquet, llegando a integrar la selección sanjuanina.
Socio del Club Social -muchos de sus amigos pertenecen a esa institución- y de Amancay, amante de la música folklórica, del asado y el vino tinto y buen bailarín, Gómez Centurión no era un gran lector de libros, aunque uno le fascinó: “El príncipe”, de Maquiavelo.
La política no ocupó en sus años jóvenes un lugar importante en la vida del Bebe. Aunque admiraba al ex presidente Roberto M. Ortiz y a John Kennedy, recién cerca de los 40 años, en 1962, se afilió a la Unión Cívica Radical. Sus afanes se concentraron más en la vida empresaria. Primero explotó la mica, en Valle Fértil; luego formó una empresa que hacía perforaciones para aguas subterráneas, llamada Aconcagua; incursionó como socio en el negocio de la carne, integró el directorio del Banco Hispano y la Bolsa de Comercio y en 1973 formó la empresa minera Aluvión S.R.L.
Pero Gómez Centurión fue un hombre de gran olfato político. Lo demostraría a partir de 1976, cuando los militares irrumpieron en la vida del país. A partir de ese momento se las ingenió para siempre estar en primera fila, hasta transformarse en el sanjuanino que más cargos públicos ha desempeñado.
Durante la gobernación de Edgardo Gómez fue primero director de Minería y luego presidente del Banco de San Juan. De ahí pasó a ser director del Banco de la Nación, lo que le permitió vincularse en Buenos Aires y saltar a la gobernación.
Con el gobierno del Proceso de Reorganización Nacional fue director del Banco de Desarrollo y embajador en Méjico y en Portugal.
En 1984 se afilió al bloquismo, partido con el cual fue senador, diputado nacional y gobernador electo.
En 1951 se casó con Beatriz Rizzotti, con quien tuvo cuatro hijos: Carlos Enrique, arquitecto; Martín, geólogo; Pedro Luis, abogado; y María Beatriz, profesora de artes.
Cuando fue gobernador, su jornada normal de trabajo comenzaba a las 9 y se extendía hasta las 14, para regresar a su oficina a las 17,30, donde permanecía hasta las 22. Pero en general –sostienen- no existían horarios pues se lo recuerda como el mandatario que más actividad social desplegó y la época en la que más reuniones de distinto tipo se realizaron en la Casa de Gobierno. En la primera gestión fue una característica las giras por los departamentos. “El gabinete en pleno se instalaba en el interior y tomaba decisiones en presencia de los lugareños. No sólo se anunciaban obras sino que se les ponía plazo de ejecución y se asumía el compromiso de cumplirlos estrictamente”, recuerda el director de Ceremonial, Oscar Gutiérrez. Durante esa gestión, también, un par de veces llegó de improviso acompañado por periodistas a las 7 de la mañana a alguna repartición para controlar personalmente que los funcionarios estuvieran en sus puestos.
En la etapa democrática, muchas de esas cosas se dejaron de lado. En cambio aumentó mucho su contacto con la gente, especialmente con sectores importantes de la vida provincial. En ese sentido privilegió las relaciones con los diputados, los intendentes, con los sectores gremiales y con la gente de la cultura y el deporte. “Muchas de estas reuniones –recuerdan los funcionarios de carrera-, se hacían durante almuerzos que solían prolongarse hasta las 5 de la tarde”. Almuerzos que no se resumían a diputados o intendentes de su partido.
—Muchas fueron las veces que venían a almorzar diputados de la oposición, como los peronistas José Luis Gioja, Ruperto Godoy y Guillermo De Sanctis o el radical Carlos Munizaga—, recuerdan. Otro asiduo invitado era el legislador nacional Luis Alberto Martínez.
Durante su gestión, Gómez Centurión vivió en la residencia de la Casa de Gobierno, junto a su esposa, Beatriz Rizzotti, a la que se recuerda como una mujer muy correcta y de intensa vida social. “Los hijos no vivían en la residencia pero venían a comer los domingos”, contaron. Precisamente fueron los Gómez Centurión los que remodelaron la residencia que hoy cuenta con dos dormitorios, dos baños, cocina, living y comedor, además de un jardín con parrilla y piscina.
Los Gómez Centurión tenían muchos amigos y dedicaban especial atención a la vida social, sobre todo con sectores de la cultura. “A través de uno de sus hijos que es arquitecto y artista plástico –recuerdan— se relacionaron muy directamente con los pintores sanjuaninos. Varios de ellos venían a menudo a comer a la residencia”. El matrimonio era infaltable a los conciertos organizados por el Mozarteum, lo mismo que a las fiestas en el Club Social.
En cuanto a comidas, Gómez Centurión se adaptaba a todas aunque generalmente agasajaba a sus invitados con asado. Sus bebidas preferidas eran el vino y el champagne. Durante su primera gobernación, el gobernador fumaba, hábito que abandonó en la segunda gestión.
A Gómez Centurión se lo recuerda como un mandatario “muy campechano, querible, con facilidad para hacer amigos”, pero también como “muy leche hervida cuando lo sacaban de las casillas”.
Si bien era muy personal y desconfiado –“estaba personalmente en todos los detalles”, aseguran—, tuvo un grupo de colaboradores de mayor confianza. En los últimos tiempos, éstos fueron su secretaria privada, Maricha Silvestre y su jefe de asesores, Oscar González Valverde.
La política no ocupó en sus años jóvenes un lugar importante en la vida del "Bebe". Aunque admiraba al ex presidente Roberto M. Ortiz y a John Kennedy, recién cerca de los 40 años, en 1962, se afilió a la Unión Cívica Radical.
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